INMENSA SOLEDAD LA DEL MENDIGO...
Inmensa soledad la del mendigo
que busca en cada esquina su esperanza,
el rayo de la vida que le ofrezca
la luz en las tinieblas de su alma.
Él sabe de galernas y de vientos,
de puentes hoy cegados por el agua,
de lluvias y tormentas repentinas
y llantos congelados de sus lágrimas.
Quisiera detenerse en un instante,
sentir una caricia de la infancia,
más sabe que soñar es algo iluso
y debe continuar, al fin, la marcha.
La sombra solitaria del mendigo,
el hombre que precisa la palabra,
igual que la sonrisa y la caricia
que ahora se le niega y se le aparta.
Hay muchos pordioseros que caminan
llevando sus camisas destrozadas,
avanzan por la senda tortuosa
al puente que atraviesan con la Parca.
Y mientras, en su paso por la vida,
se quedan las promesas olvidadas,
aquellas que nacieron y llegaron
y fueron imposible de lograrlas.
Se dejan los recuerdos en el lodo,
también las utopías tan lejanas,
se deja y abandona la alegría
y crecen en los ojos telarañas.
No sé si romperán ese silencio
las olas al chocar con la resaca,
y entonces el mendigo se despierte
surgiendo de su ocaso un nuevo alba.
"...Inmensa soledad la del mendigo
buscando en tantos ojos su mirada,
sabiendo la respuesta en las pupilas
que un día se perdieron en la nada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/08/17
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