PARECE QUE LAS HORAS...
Parece que las horas pasan lentas
en medio del calor y la agonía,
la tierra va perdiendo su alegría
y avanza el carrusel de las tormentas.
Las sombras del ciprés están atentas
y aportan su frescura en la elegía,
es fácil entender que, en este día,
las huellas del camino son sangrientas.
Ya llega el labrador a su morada
sediento y soportando la tortura
del día y, compañero, con su azada.
Desprende de su frente la amargura
quedando entre la gleba aprisionada
la fiebre del amor y su locura.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/17
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