ENTRE UN MONTÓN DE LIBROS...


Entre un montón de libros,
y puede que olvidado,
estaba un viejo lápiz
prestado de otras manos.

No sé lo que tenía,
más era todo encanto,
capricho de los niños
cual bello relicario.

Con él nacieron letras
y versos a destajo,
con rectas y con curvas
plasmadas del espacio.

Con él la poesía
brotaba desde mayo,
llevando a los lectores
las flores sin dudarlo.

Llevaba los suspiros
de fuentes y de labios,
llevaba fantasía
de bosques y de faunos.

Y era su madera
de un árbol centenario,
no sé muy bien su origen
si roble o si castaño.

Más puede que no fuera,
el lápiz del que hablo,
madera cultivada
de propios y de extraños.

No sé lo que tenía,
el lápiz mencionado,
pero era una alegría
tan sólo con mirarlo.

Hacía bien las sumas,
copiaba los dictados,
y luego dibujaba
gaviotas en los barcos.

Yo sé que muchos dedos
tomaron y temblaron,
el lápiz tan hermoso
descrito en este cuadro.

Quizás en ese lápiz
esté representado,
el lápiz de tu infancia,
y el mío sin nombrarlos.

"...Un lápiz solamente,
un lápiz de regalo,
entre un montón de libros,
acabo de encontrarlo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/12

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