QUIERO ESCRIBIRTE MAR...


Quiero escribirte Mar, como hace tiempo,
llegando hasta tu lado en el silencio de la tarde,
sintiendo el beso suave de tus aguas en mi rostro
y gozando de ese latir constante de tus olas,
que indolentes se echaban a dormir
obre la arena de la playa.


Pero quisiera escribirte y hablarte de naufragios
y derrotas,
de luces y de sombras que han acontecido,
de candiles encendidos y de velas apagadas,
de vidrieras transparentes y de fino colorido
y de los cristales rotos de unos ventanales ya caducos.


Quiero escribirte de las ruinas de unos sueños infantiles,
aquellos donde volaban mariposas y cometas,
en una mezcla de ilusión y fantasía desbordada
elevando por los aires unas notas de alegría.
Ahora, en ellas,  existe soledad y un gran vacío.
Ya no hay sueños en las aulas y colegios,
ya no hay risas tan sinceras en las calles,
ya no hay música que escape del piano
ni unos dedos que persigan su teclado.


Quiero escribirte Mar del sentimiento que tú sabes,
aquel que nos unía sin palabras
bajo el temblor de un labio estremecido,
en la penumbra de una noche que pasaba lentamente,
en las conversaciones largas que nuestras miradas sostenían
y en el aviso de la gaviota que pasaba
y con su vuelo anunciaba ya la hora de partida.


Quiero escribirte Mar, quiero escribirte...
Pero me ahogo entre el abrazo de tus aguas
y mis sueños que perviven y no mueren.


¡Quiero escribirte Mar, mi amor,
quiero escribirte...!


Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/12

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