PETER PAN.
Yo me imagino al Peter Pan de la esquina
saliendo a tu paso en la tarde,
buscando ofrecerte su mano
para regalarte una sonrisa
en un crisol de fantasía.
Porque es así como te veo, e imagino
bajando muy despacio por la alameda,
con el paso firme y seguro,
y mirando al frente, entre los árboles,
para ver si entre ellos descubres
las ardillas juguetonas que andan por allí.
Y entonces sigo pensando en Peter Pan
y le veo en ese lugar lejano, en Central Park,
donde los poetas le hicieron famoso
y rescataron del olvido.
Le veo a él, como a ti, en su eterna juventud,
en esa imagen perfecta que me ofreces
y que guardo en mi retina;
le veo renaciendo entre cenizas
en su país del "Nunca Jamás",
en la isla misteriosa poblada
de piratas y de indios
y donde también las hadas
y sirenas tenían su importancia.
Pero luego se rebela el pensamiento
y desplaza a esa figura de los cuentos;
no quiere a un capitán llamado Garfio
ni admite a una princesa de cristal
que responda como Wendy.
Él quiere al Peter Pan de los poetas,
aquel, que con su gracia y fantasía,
conquistaba los paseos y alamedas
de la Gran Ciudad de New York,
haciéndoles buscar en los rincones de la mente
las ideas más extrañas e inocentes
que llevaran al cuaderno.
Porque asocia su figura a tu figura cenicienta,
a tu paso ya cansado y vacilante,
a tus labios temblorosos que musitan mil suspiros,
a tus ojos relucientes, por la fiebre,
que conservan el amor en unos versos,
a tu pecho juvenil que está cansado
de buscar y pasear por las riberas de los parques
esperando una palabra que no llega,
a tus manos hoy vacías y cubiertas de rocío
y del otoño...
...Hay quizás un Peter Pan en las pupilas
olvidado y que se ausenta lentamente de tu lado.
Hay quizás una persona que has amado sin saberlo
y el silencio fue la voz que le enviaste por respuesta.
Y por eso, en esta tarde, te preguntas:
¿dónde estás oh, Peter Pan de los descalzos,
de los seres aburridos y sin nombre,
de las almas que te buscan sin palabras,
de los labios marchitados y cargados de nostalgia?
¿Dónde estás? yo te pregunto, y me pregunto,
sin que nadie me responda...
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/13
HA DE SENTIR LA ETERNA CANTINELA...
Ha de sentir la eterna cantinela
del corazón vertiendo su alegría,
ese arañar la tierra día a día
de la corriente viva y paralela.
Pero la voz que grita en esta esquela
es una voz repleta de ambrosía,
es el manjar de amor y fantasía
que surge, que moldea y que cincela.
Luego, después, irá, por el tejado,
para absorber las gotas de rocío,
un dulce corazón enamorado
temblando de pasión y no de frío,
y aunque le llamen tonto y alocado
él seguirá buscando en el vacío.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/13
EN LA MEDIA NOCHE...
En la medianoche,
de un día cualquiera
suenan las campanas
bajo las estrellas.
Lucen los faroles,
rompen las mareas,
sueñan las cigarras,
cantan las sirenas.
Y es, entre las sombras,
de donde regresan,
tantas sensaciones
que vuelven de fiesta.
Son aquellos bailes,
bajo las palmeras,
junto al viejo parque
que aguanta mil ferias.
Sonaba la música,
estabas tan cerca,
rozaban mis dedos
tu cuerpo de seda.
Y allí, entre la gente,
supimos, de veras,
lo que es el silencio
vacío y sin fuerzas,
Pasaron las horas,
llegó la verbena,
sacaron la traca
con luces diversas.
Y así se besaron
dos labios de cera,
con besos de alivio
sin guiños ni enseñas.
Tus labios pedían
pasión y violetas,
los míos, en cambio,
tan solo dos letras.
Dos letras, dos besos,
palabras sinceras,
quizás abreviadas
cual flor de un poema.
Arriba la luna
sacaba sus prendas,
su cara en el lago
que allí se refleja.
Al lado, en el campus,
está la tristeza,
las aulas vacías
con sombras siniestras.
Y abajo, en los muelles,
cierran las tabernas,
también las ventanas
de oscuras bodegas.
Más tarde, en el parque
dos jóvenes sueñan,
se toman sus manos
que miman y besan.
Canciones sin nombre
que ofrecen y entregan,
las llaves valiosas
que libran dos puertas.
Las llaves del alma,
que ansiosas se unieran,
con lazos sublimes
y cintas traviesas.
"...En la media noche,
de un día cualquiera,
vuelven los recuerdos,
suenan panderetas.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/13
de un día cualquiera
suenan las campanas
bajo las estrellas.
Lucen los faroles,
rompen las mareas,
sueñan las cigarras,
cantan las sirenas.
Y es, entre las sombras,
de donde regresan,
tantas sensaciones
que vuelven de fiesta.
Son aquellos bailes,
bajo las palmeras,
junto al viejo parque
que aguanta mil ferias.
Sonaba la música,
estabas tan cerca,
rozaban mis dedos
tu cuerpo de seda.
Y allí, entre la gente,
supimos, de veras,
lo que es el silencio
vacío y sin fuerzas,
Pasaron las horas,
llegó la verbena,
sacaron la traca
con luces diversas.
Y así se besaron
dos labios de cera,
con besos de alivio
sin guiños ni enseñas.
Tus labios pedían
pasión y violetas,
los míos, en cambio,
tan solo dos letras.
Dos letras, dos besos,
palabras sinceras,
quizás abreviadas
cual flor de un poema.
Arriba la luna
sacaba sus prendas,
su cara en el lago
que allí se refleja.
Al lado, en el campus,
está la tristeza,
las aulas vacías
con sombras siniestras.
Y abajo, en los muelles,
cierran las tabernas,
también las ventanas
de oscuras bodegas.
Más tarde, en el parque
dos jóvenes sueñan,
se toman sus manos
que miman y besan.
Canciones sin nombre
que ofrecen y entregan,
las llaves valiosas
que libran dos puertas.
Las llaves del alma,
que ansiosas se unieran,
con lazos sublimes
y cintas traviesas.
"...En la media noche,
de un día cualquiera,
vuelven los recuerdos,
suenan panderetas.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/13
CUANDO TE ROZAN MIS MANOS...
Cuando te rozan mis manos
siento calor en las venas,
cuando me rozan las tuyas,
siento que todo me entregas.
Hay una leve esperanza
y una lejana certeza,
de acelerar tus latidos
y apaciguar la tormenta.
Porque tus manos tan lindas
son como guantes de seda,
mientras mis dedos nerviosos
llevan pasión a tus venas.
Van recorriendo colinas,
van sorteando caderas,
y en lo profundo del valle
beben el agua tan fresca.
Cuando te miran mis ojos
sueño quizás con tu estrella,
cuando me miran los tuyos
sé que me llevas muy cerca.
Entre suspiro y suspiro
veo llegar la galerna,
siento crecer las pasiones
mientras mis labios jadean.
Porque contestas, sin miedo,
como la leña en la hoguera,
acrecentando las llamas
con magistral sutileza.
Sé que se acaba el camino
y se terminan las fuerzas,
pero te tengo a mi lado
con tus manitas de cera.
Cuando me rozan tus labios
algo se rompe y se quiebra,
mientras mis labios suspiran
en un delirio cualquiera.
Rompen amarras los barcos,
surgen corrientes diversas,
hay temporal en los mares
y un vendaval en la tierra.
Entre tu cuerpo y mi cuerpo
hay una frágil barrera,
ciertos senderos se juntan
y otros traspasan las puertas.
Pero la risa y el odio
es la creciente marea,
donde se funden las almas
para dormirse despiertas.
"...Cuando te rozan mis manos
siento que todo se altera,
cuando me rozan las tuyas
sé del amor que me dejas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/10/13
siento calor en las venas,
cuando me rozan las tuyas,
siento que todo me entregas.
Hay una leve esperanza
y una lejana certeza,
de acelerar tus latidos
y apaciguar la tormenta.
Porque tus manos tan lindas
son como guantes de seda,
mientras mis dedos nerviosos
llevan pasión a tus venas.
Van recorriendo colinas,
van sorteando caderas,
y en lo profundo del valle
beben el agua tan fresca.
Cuando te miran mis ojos
sueño quizás con tu estrella,
cuando me miran los tuyos
sé que me llevas muy cerca.
Entre suspiro y suspiro
veo llegar la galerna,
siento crecer las pasiones
mientras mis labios jadean.
Porque contestas, sin miedo,
como la leña en la hoguera,
acrecentando las llamas
con magistral sutileza.
Sé que se acaba el camino
y se terminan las fuerzas,
pero te tengo a mi lado
con tus manitas de cera.
Cuando me rozan tus labios
algo se rompe y se quiebra,
mientras mis labios suspiran
en un delirio cualquiera.
Rompen amarras los barcos,
surgen corrientes diversas,
hay temporal en los mares
y un vendaval en la tierra.
Entre tu cuerpo y mi cuerpo
hay una frágil barrera,
ciertos senderos se juntan
y otros traspasan las puertas.
Pero la risa y el odio
es la creciente marea,
donde se funden las almas
para dormirse despiertas.
"...Cuando te rozan mis manos
siento que todo se altera,
cuando me rozan las tuyas
sé del amor que me dejas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/10/13
QUISE VOLVER DE MIS VIAJES...
Quise volver de mis viajes
y regalarte los sueños,
unos sin pena ni gloria
y otros adultos y serios.
Pero olvidé, que estos viajes,
son sin billetes y eternos,
van al confín de los mundos
y al vendaval de los tiempos.
Pude enviarte mensajes
y rescatar tu silencio,
con levantar la mirada
por los espacios y cielos.
Pero callaron mis labios
y se apagaron los besos,
mientras mi barca seguía
siempre buscando otros puertos.
Quise volver de mis viajes
y rescatar los recuerdos,
para que pronto vibraran
brasas y llamas de fuego.
Pero cantaron los astros
con entelequia y esmero,
y se perdió la alegría
con el fragor y el deseo.
Pude decirte en voz baja,
y confesar lo que siento,
para elevar tu cordura,
tu sensatez y consuelo.
Pero dejé las palabras
que retomaran el eco,
y se anegaron mis ojos
y se murieron mis versos.
Quise volver de mis viajes
cual personaje de Homero,
en su Odisea profunda
con el Ulises muy dentro.
Pero olvidé que los hombres
son como dioses pequeños,
y buscan siempre el Olimpo
aunque se encuentre muy lejos.
Pude gritar tantas cosas
y hasta decirte "te quiero",
para sentir tus latidos
y recobrar el aliento.
Pero guardé compostura
y me quedé con los cuervos,
triste y buscando migajas
para no herir sentimientos.
"...Quise volver de mis viajes
pero mis sueños murieron,
y me quedé entre las sombras
solo y llorando en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/10/13
y regalarte los sueños,
unos sin pena ni gloria
y otros adultos y serios.
Pero olvidé, que estos viajes,
son sin billetes y eternos,
van al confín de los mundos
y al vendaval de los tiempos.
Pude enviarte mensajes
y rescatar tu silencio,
con levantar la mirada
por los espacios y cielos.
Pero callaron mis labios
y se apagaron los besos,
mientras mi barca seguía
siempre buscando otros puertos.
Quise volver de mis viajes
y rescatar los recuerdos,
para que pronto vibraran
brasas y llamas de fuego.
Pero cantaron los astros
con entelequia y esmero,
y se perdió la alegría
con el fragor y el deseo.
Pude decirte en voz baja,
y confesar lo que siento,
para elevar tu cordura,
tu sensatez y consuelo.
Pero dejé las palabras
que retomaran el eco,
y se anegaron mis ojos
y se murieron mis versos.
Quise volver de mis viajes
cual personaje de Homero,
en su Odisea profunda
con el Ulises muy dentro.
Pero olvidé que los hombres
son como dioses pequeños,
y buscan siempre el Olimpo
aunque se encuentre muy lejos.
Pude gritar tantas cosas
y hasta decirte "te quiero",
para sentir tus latidos
y recobrar el aliento.
Pero guardé compostura
y me quedé con los cuervos,
triste y buscando migajas
para no herir sentimientos.
"...Quise volver de mis viajes
pero mis sueños murieron,
y me quedé entre las sombras
solo y llorando en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/10/13
¡QUÉ...!
¡Qué sensación tan sublime
la de mirar a tus labios
y recrearme con ellos
en fantasías y engaños...!
¡Qué marejada sin nombre
la de tus ojos tan claros,
porque me ofrecen sonrisas
y un colofón de regalos...!
¡Qué maravilla de celos
los que levantan tus pasos,
con ese andar cadencioso
en corazones cansados...!
¡Qué inveterada paciencia
la del reloj en su armario,
dando el tic-tac del segundo
para el oído profano...!
¡Qué de suspiros al viento
lanzan los pechos amados,
para envolverse en la bruma
como si fuera un abrazo...!
¡Qué de bendita alegría
brota del alma y el campo,
para vencer la tristeza
en primavera y verano...!
¡Qué de campanas repican
con sus badajos sonando,
cuando la misa se acerca
y la novena y rosario..."
¡Qué de latidos se escapan
con el fragor de un adagio,
para gritar esa frase
en un sublime arrebato...!
¡Qué de silencios sin nombre
y de salones cerrados,
donde pululan las sombras
en misteriosos arcanos...!
¡Qué de palabras sin letras
y de susurros velados,
para pintar en el tiempo
ese momento en un cuadro...!
¡Qué sentimientos sinceros
llevo en el pecho encerrados,
con siete llaves perdidas
en lodazales y barro...!
¡Qué de "te quieros" ocultos
guardan mis labios temblando,
para evitar la respuesta
del corazón que yo amo...!
"...Pero al final no hay preguntas,
ni admiraciones, ni engaños,
sólo la enorme resaca
de un soñador y un borracho..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/13
la de mirar a tus labios
y recrearme con ellos
en fantasías y engaños...!
¡Qué marejada sin nombre
la de tus ojos tan claros,
porque me ofrecen sonrisas
y un colofón de regalos...!
¡Qué maravilla de celos
los que levantan tus pasos,
con ese andar cadencioso
en corazones cansados...!
¡Qué inveterada paciencia
la del reloj en su armario,
dando el tic-tac del segundo
para el oído profano...!
¡Qué de suspiros al viento
lanzan los pechos amados,
para envolverse en la bruma
como si fuera un abrazo...!
¡Qué de bendita alegría
brota del alma y el campo,
para vencer la tristeza
en primavera y verano...!
¡Qué de campanas repican
con sus badajos sonando,
cuando la misa se acerca
y la novena y rosario..."
¡Qué de latidos se escapan
con el fragor de un adagio,
para gritar esa frase
en un sublime arrebato...!
¡Qué de silencios sin nombre
y de salones cerrados,
donde pululan las sombras
en misteriosos arcanos...!
¡Qué de palabras sin letras
y de susurros velados,
para pintar en el tiempo
ese momento en un cuadro...!
¡Qué sentimientos sinceros
llevo en el pecho encerrados,
con siete llaves perdidas
en lodazales y barro...!
¡Qué de "te quieros" ocultos
guardan mis labios temblando,
para evitar la respuesta
del corazón que yo amo...!
"...Pero al final no hay preguntas,
ni admiraciones, ni engaños,
sólo la enorme resaca
de un soñador y un borracho..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/10/13
DEJA QUE TE MIRE...
Deja que te mire,
que tome tus manos,
que vea tus ojos
serenos y claros.
Que corra en la noche
deprisa a tu lado,
y allí me detengan
la luz de tus pasos.
Que luego te rocen
mis dedos ancianos,
y arranquen suspiros
de sueños robados.
Que no se detengan
ni paren las manos,
que suban vestidos
y bajen refajos.
Que tiemblen las nubes
y lloren los santos,
que cierren los ojos
los ángeles diablos.
Que vibren los senos
un baile alocado,
que estiren sus puntas
pezones rosados.
Que luego la lava
descienda otros planos,
dibuje caminos
con dedos alados.
Que clamen las fuentes
con gran arrebato,
que el sexo se excite
que surja un milagro.
Que venga el nordeste
y el sur tan ansiado,
que muerda la carne
y alcance el orgasmo.
Que sienta las gotas
correr en verano,
las venas latiendo
los pechos saltando.
Que exploten palabras,
que sangren los labios,
que todo se duerma,
dos cuerpos amando.
Que luego las almas
acaben el canto,
quizás con promesas
de amarse, besando.
"...Deja que te mire,
que rompa el encanto,
cosita divina,
te quiero y te amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/13
que tome tus manos,
que vea tus ojos
serenos y claros.
Que corra en la noche
deprisa a tu lado,
y allí me detengan
la luz de tus pasos.
Que luego te rocen
mis dedos ancianos,
y arranquen suspiros
de sueños robados.
Que no se detengan
ni paren las manos,
que suban vestidos
y bajen refajos.
Que tiemblen las nubes
y lloren los santos,
que cierren los ojos
los ángeles diablos.
Que vibren los senos
un baile alocado,
que estiren sus puntas
pezones rosados.
Que luego la lava
descienda otros planos,
dibuje caminos
con dedos alados.
Que clamen las fuentes
con gran arrebato,
que el sexo se excite
que surja un milagro.
Que venga el nordeste
y el sur tan ansiado,
que muerda la carne
y alcance el orgasmo.
Que sienta las gotas
correr en verano,
las venas latiendo
los pechos saltando.
Que exploten palabras,
que sangren los labios,
que todo se duerma,
dos cuerpos amando.
Que luego las almas
acaben el canto,
quizás con promesas
de amarse, besando.
"...Deja que te mire,
que rompa el encanto,
cosita divina,
te quiero y te amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/10/13
POR UNA RAMA SIN VIDA...
Por una rama sin vida
se marchitan los senderos,
se van muriendo los labios
y la ilusión de los besos.
Es una tenue esperanza
que me surge desde el pecho,
pero ilusiones sin fondo
son los rumores del viento.
¡Qué fácil estar mirando
los rigores del invierno,
tras una hermosa ventana,
con cristales, junto al fuego!
¡Qué fácil gritar tu nombre
y recordar tu cabello,
entre la dulce penumbra
con los rigores del sueño!
Por una rama sin vida
voy comprendiendo al silencio,
en ese grito sin letras
del que agoniza, muriendo.
Es una larga parodia,
un sollozar y un lamento,
un revolver el pasado
y las cenizas del tiempo.
¡Qué fácil volver la vista
y criticar lo mal hecho,
cuando nos ciegan las brumas
y las legañas sin freno!
¡Qué fácil andar descalzo
y recorrer los linderos,
tras las pisadas honradas
del campesino en el huerto!
Por una rama sin vida
sé comprender lo que veo,
ya que la ausencia de flores
suple a mi sangre de anhelos.
Es escribir día a día,
eso que nace y que pienso,
lo que palpita en el alma
y deposito al cuaderno.
¡Qué fácil pedir milagros
y suplicar al eterno,
sin esforzarse siquiera
por musitar un "te quiero"!
¡Qué fácil negarlo todo
y hasta negar lo que siento,
abandonando la risa
en la orfandad de los sueños!
"...Por una rama sin vida
hoy te dedico estos versos,
a ti, mi luna de plata,
que suspirabas partiendo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/13
se marchitan los senderos,
se van muriendo los labios
y la ilusión de los besos.
Es una tenue esperanza
que me surge desde el pecho,
pero ilusiones sin fondo
son los rumores del viento.
¡Qué fácil estar mirando
los rigores del invierno,
tras una hermosa ventana,
con cristales, junto al fuego!
¡Qué fácil gritar tu nombre
y recordar tu cabello,
entre la dulce penumbra
con los rigores del sueño!
Por una rama sin vida
voy comprendiendo al silencio,
en ese grito sin letras
del que agoniza, muriendo.
Es una larga parodia,
un sollozar y un lamento,
un revolver el pasado
y las cenizas del tiempo.
¡Qué fácil volver la vista
y criticar lo mal hecho,
cuando nos ciegan las brumas
y las legañas sin freno!
¡Qué fácil andar descalzo
y recorrer los linderos,
tras las pisadas honradas
del campesino en el huerto!
Por una rama sin vida
sé comprender lo que veo,
ya que la ausencia de flores
suple a mi sangre de anhelos.
Es escribir día a día,
eso que nace y que pienso,
lo que palpita en el alma
y deposito al cuaderno.
¡Qué fácil pedir milagros
y suplicar al eterno,
sin esforzarse siquiera
por musitar un "te quiero"!
¡Qué fácil negarlo todo
y hasta negar lo que siento,
abandonando la risa
en la orfandad de los sueños!
"...Por una rama sin vida
hoy te dedico estos versos,
a ti, mi luna de plata,
que suspirabas partiendo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/13
YO BUSCO EN MUCHAS PARTES...
Yo busco en muchas partes la respuesta
al odio que renace y resucita,
al hambre que planea, cual fantasma,
por bocas temblorosas, malheridas.
Recorro los cuarteles de la guerra
y veo las trincheras con cenizas,
aquellas que cubrieron a los muertos
robándoles la esencia de la vida.
Suspiro como hacen los poetas
y siento el estilete en mis costillas,
la daga y el veneno penetraron
borrando toda esencia de sonrisas.
Ya lloran los silentes campesinos
y entierran a sus hijos con caricias,
tal vez, para impedir que muchos ojos
los violen con miradas asesinas.
Se escuchan los acordes en la torre
y tiemblan las endebles margaritas,
la sombra del pasado está presente
llevando la nostalgia a las pupilas.
Es fácil avalar las posiciones
del hombre que defiende a su familia,
luchando por un poco de centeno
que luego mezclaría en su escudilla.
Mas suenan los tambores de la guerra
y anuncian las galernas fugitivas,
aquellas que se forman en las almas
y buscan alterar nuestras rutinas.
No sé donde avanzar, en este instante,
quizás al holocausto de las rimas,
allí donde se alteran las conductas
y surgen tantas lágrimas furtivas.
Yo busco en muchas partes la respuesta
y veo, como siempre, el día a día,
que llega, que se pasa y se evapora
dejando un trago amargo en su bebida.
Me duelen las heridas de la carne,
que riegan los manteles y las vigas,
de ricos hacendados y de imberbes,
caciques que dominan la política.
Me duele la respuesta del profeta,
del hombre que se engaña en su mentira,
aquel que nos promete soluciones,
sabiendo que prolonga la agonía.
No quiero para nada sus promesas,
si acaso que se vayan de mi vida,
que crezcan margaritas en lo estéril
de un campo con sus salas en crujía.
"...Yo busco en muchas partes la respuesta
y siento, como el mar en las orillas,
que llegan con su fuerza, las resacas,
y roban ese anhelo que tenía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/10/13
al odio que renace y resucita,
al hambre que planea, cual fantasma,
por bocas temblorosas, malheridas.
Recorro los cuarteles de la guerra
y veo las trincheras con cenizas,
aquellas que cubrieron a los muertos
robándoles la esencia de la vida.
Suspiro como hacen los poetas
y siento el estilete en mis costillas,
la daga y el veneno penetraron
borrando toda esencia de sonrisas.
Ya lloran los silentes campesinos
y entierran a sus hijos con caricias,
tal vez, para impedir que muchos ojos
los violen con miradas asesinas.
Se escuchan los acordes en la torre
y tiemblan las endebles margaritas,
la sombra del pasado está presente
llevando la nostalgia a las pupilas.
Es fácil avalar las posiciones
del hombre que defiende a su familia,
luchando por un poco de centeno
que luego mezclaría en su escudilla.
Mas suenan los tambores de la guerra
y anuncian las galernas fugitivas,
aquellas que se forman en las almas
y buscan alterar nuestras rutinas.
No sé donde avanzar, en este instante,
quizás al holocausto de las rimas,
allí donde se alteran las conductas
y surgen tantas lágrimas furtivas.
Yo busco en muchas partes la respuesta
y veo, como siempre, el día a día,
que llega, que se pasa y se evapora
dejando un trago amargo en su bebida.
Me duelen las heridas de la carne,
que riegan los manteles y las vigas,
de ricos hacendados y de imberbes,
caciques que dominan la política.
Me duele la respuesta del profeta,
del hombre que se engaña en su mentira,
aquel que nos promete soluciones,
sabiendo que prolonga la agonía.
No quiero para nada sus promesas,
si acaso que se vayan de mi vida,
que crezcan margaritas en lo estéril
de un campo con sus salas en crujía.
"...Yo busco en muchas partes la respuesta
y siento, como el mar en las orillas,
que llegan con su fuerza, las resacas,
y roban ese anhelo que tenía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/10/13
APRENDÍ A VIVIR DESCALZO...
Aprendí a vivir descalzo
entre llantos y suspiros
y una vez, mirando al cielo,
tuve un sueño muy bonito.
Allí estaba con mis ojos,
soñolientos y de niño,
destilando las pupilas
gotas agrias de rocío.
Yo buscaba simplemente
unos besos prometidos,
unos dedos cariñosos
que rozaran mis carrillos.
Mas, tan solo, fue el silencio
el que vino como amigo,
con su abrazo solitario
y también con su quejido.
Aprendí a vivir descalzo,
hoy de nuevo lo repito,
entre arenas y entre el polvo
recorriendo mil caminos.
Yo buscaba, como tantos,
la delicia de los libros,
en los cuentos y leyendas
y en sus versos con sentido.
Y soñé con Blanca Nieves
y jugué con enanitos,
persiguiendo a los corsarios
y piratas berberiscos.
En la orilla de las fuentes
he probado de sus grifos,
y he calmado la secura
con el agua que he bebido.
Aprendí a vivir descalzo
a pesar de tener frío,
en invierno, con el hielo,
caminando hacia el molino.
Allí fueron soledades
y susurros de los grillos,
al amparo de una causa
y unos sueños con cariño.
Porque estaba enamorado,
y eso tengo que admitirlo,
de unos ojos muy preciosos
subyugantes y ladinos.
Mas también me apasionaban
el placer de tus latidos,
y unos labios suspirando
que quería fueran míos.
"...Aprendí a vivir descalzo
y temblé como un bendito,
cuando vi que tus sandalias
no eran parte de mi sino..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/10/13
entre llantos y suspiros
y una vez, mirando al cielo,
tuve un sueño muy bonito.
Allí estaba con mis ojos,
soñolientos y de niño,
destilando las pupilas
gotas agrias de rocío.
Yo buscaba simplemente
unos besos prometidos,
unos dedos cariñosos
que rozaran mis carrillos.
Mas, tan solo, fue el silencio
el que vino como amigo,
con su abrazo solitario
y también con su quejido.
Aprendí a vivir descalzo,
hoy de nuevo lo repito,
entre arenas y entre el polvo
recorriendo mil caminos.
Yo buscaba, como tantos,
la delicia de los libros,
en los cuentos y leyendas
y en sus versos con sentido.
Y soñé con Blanca Nieves
y jugué con enanitos,
persiguiendo a los corsarios
y piratas berberiscos.
En la orilla de las fuentes
he probado de sus grifos,
y he calmado la secura
con el agua que he bebido.
Aprendí a vivir descalzo
a pesar de tener frío,
en invierno, con el hielo,
caminando hacia el molino.
Allí fueron soledades
y susurros de los grillos,
al amparo de una causa
y unos sueños con cariño.
Porque estaba enamorado,
y eso tengo que admitirlo,
de unos ojos muy preciosos
subyugantes y ladinos.
Mas también me apasionaban
el placer de tus latidos,
y unos labios suspirando
que quería fueran míos.
"...Aprendí a vivir descalzo
y temblé como un bendito,
cuando vi que tus sandalias
no eran parte de mi sino..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/10/13
SE ACUMULAN LOS CRESPONES...
Se acumulan los crespones
con las flores de mi vida,
y van muriendo las rosas
una a una, cada día.
Siento una enorme tristeza,
y no puedo reprimirla,
por tantas flores que marchan
de este mundo ya marchitas.
Sé que es cosa del destino
quien lo manda y así dicta,
en virtud de algunas reglas
que al nacer van asumidas.
Pero siento que en el alma
hay un algo que me grita,
una voz que se rebela
y no acepta tal medida.
Se acumulan los crespones
y una gran melancolía,
es el fruto de un pasado
racional y sin mentiras.
Todo muere y todo llega
en un viaje que termina,
que empezó, sin darnos cuenta,
con abrazos y sonrisas.
Hoy aquellos se han secado
y también las margaritas,
se han vaciado las fontanas
y en el campo hay solo arcilla.
Se han marchado las alondras
y también las golondrinas,
a otros puertos más lejanos
y a otros nidos sin heridas.
Se acumulan los crespones
en coronas mortecinas,
y las flores ya se mueren
con sus pétalos sin vida.
He perdido la esperanza
de escuchar su voz tan linda,
por encima de laureles
y de sienes blanquecinas.
Mas despierto de este sueño,
(en la eterna fantasía),
y me veo entre las sombras
mendigando una pupila.
Una luz, que desde el cielo,
me señale y me dirija,
a otro mundo sin palabras
con las rosas encendidas.
"...Se acumulan los crespones
con amargas melodías,
por las flores y las rosas
que ya anuncian su partida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/13
con las flores de mi vida,
y van muriendo las rosas
una a una, cada día.
Siento una enorme tristeza,
y no puedo reprimirla,
por tantas flores que marchan
de este mundo ya marchitas.
Sé que es cosa del destino
quien lo manda y así dicta,
en virtud de algunas reglas
que al nacer van asumidas.
Pero siento que en el alma
hay un algo que me grita,
una voz que se rebela
y no acepta tal medida.
Se acumulan los crespones
y una gran melancolía,
es el fruto de un pasado
racional y sin mentiras.
Todo muere y todo llega
en un viaje que termina,
que empezó, sin darnos cuenta,
con abrazos y sonrisas.
Hoy aquellos se han secado
y también las margaritas,
se han vaciado las fontanas
y en el campo hay solo arcilla.
Se han marchado las alondras
y también las golondrinas,
a otros puertos más lejanos
y a otros nidos sin heridas.
Se acumulan los crespones
en coronas mortecinas,
y las flores ya se mueren
con sus pétalos sin vida.
He perdido la esperanza
de escuchar su voz tan linda,
por encima de laureles
y de sienes blanquecinas.
Mas despierto de este sueño,
(en la eterna fantasía),
y me veo entre las sombras
mendigando una pupila.
Una luz, que desde el cielo,
me señale y me dirija,
a otro mundo sin palabras
con las rosas encendidas.
"...Se acumulan los crespones
con amargas melodías,
por las flores y las rosas
que ya anuncian su partida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/13
PREFIERO LA SONRISA SILENCIOSA...
Prefiero la sonrisa silenciosa
del labio susurrante de la fuente
a estar en la alameda tiritando
por culpa de unos pasos que no vienen.
Es fácil controlar las emociones,
pensar en esas noches de los viernes,
sentir escalofríos en la espalda
y luego vomitar por los retretes.
Se lucha contra el alba y el rocío
y ves amanecer a los claveles,
allí, donde el estiércol ha sembrado,
la sangre que produce el estilete.
Se ignoran los suspiros de los justos
y en cambio si se ven los de los jueces,
aquellos que enarbolan las banderas
del odio y la justicia que conviene.
Prefiero la sonrisa silenciosa
del hombre que camina indiferente,
él tiene más sonrisas retenidas
y un día le saldrán sin detenerle.
Se puede conseguir, que por la fuerza,
le roben ese cáliz tan perenne,
es fácil que arrebaten su objetivo,
del hombre asesinado que se muere.
Mas ¿qué es de la sonrisa que han robado
si falta de ese labio tan ardiente?,
el mismo que luchó por conseguirla
por campos de batalla tantas veces.
Es fácil criticar a los vencidos
y menos alabar a los valientes,
llevamos la verdad en nuestras almas
aquella que nos sirve y nos conviene.
"...Prefiero la sonrisa silenciosa
al cardo enamorado que me ofreces,
supongo que no tengo que decirte
que el beso, que te ofrezco, es diferente..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/10/13
del labio susurrante de la fuente
a estar en la alameda tiritando
por culpa de unos pasos que no vienen.
Es fácil controlar las emociones,
pensar en esas noches de los viernes,
sentir escalofríos en la espalda
y luego vomitar por los retretes.
Se lucha contra el alba y el rocío
y ves amanecer a los claveles,
allí, donde el estiércol ha sembrado,
la sangre que produce el estilete.
Se ignoran los suspiros de los justos
y en cambio si se ven los de los jueces,
aquellos que enarbolan las banderas
del odio y la justicia que conviene.
Prefiero la sonrisa silenciosa
del hombre que camina indiferente,
él tiene más sonrisas retenidas
y un día le saldrán sin detenerle.
Se puede conseguir, que por la fuerza,
le roben ese cáliz tan perenne,
es fácil que arrebaten su objetivo,
del hombre asesinado que se muere.
Mas ¿qué es de la sonrisa que han robado
si falta de ese labio tan ardiente?,
el mismo que luchó por conseguirla
por campos de batalla tantas veces.
Es fácil criticar a los vencidos
y menos alabar a los valientes,
llevamos la verdad en nuestras almas
aquella que nos sirve y nos conviene.
"...Prefiero la sonrisa silenciosa
al cardo enamorado que me ofreces,
supongo que no tengo que decirte
que el beso, que te ofrezco, es diferente..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/10/13
YA TODO SE VA BORRANDO...
Ya todo se va borrando
lentamente en el recuerdo,
así se olvidan las risas,
los suspiros y lamentos.
Se borra, sin dejar sombra,
todo rastro de sucesos,
y hasta se pierden las huellas
de los pasos en el tiempo.
Quise subirme a las nubes
y alcanzar a los luceros,
pero detuve mis ganas
para dormir un momento.
Y allí quedé con las nubes
en lo alto de los cielos,
como si fuera el vigía
de un gigante atalayero.
Quise sentir los latidos
del cronómetro perfecto,
con el tic-tac presuroso
de un ferviente relojero.
Pero quedé entristecido,
con los ojos muy abiertos,
ya que el reloj de la torre,
que buscaba, está en silencio.
Quise pintar las resacas
y plasmarlas en los lienzos,
para robar los colores,
azul verde, con sus besos.
Pero las olas sin nombre
traicionaron mis deseos,
y me dejaron los grises
y los blancos en sus versos.
Quise aspirar el perfume
de la luna y sus cabellos,
para embriagar a mi alma
de mil leyendas y cuentos.
Pero la luna de plata
nunca salió de paseo
y me quedé sollozando
mientras temblaban mis dedos.
Quise acercarme a tu lado
y trasladarte al cuaderno,
para que fueras conmigo,
siempre y en todo momento.
Pero, de pronto, marchaste
sin anunciar tu regreso,
y aquí, me encuentro esperando,
entre la bruma y el viento.
"...Ya todo se va borrando
lentamente, mientras muero,
así se olvidan sonrisas,
las miradas y los nervios.
Se borran, sin dejar sombra
los susurros, y el "te quiero",
pronunciados tantas veces
y que duermen en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/13
lentamente en el recuerdo,
así se olvidan las risas,
los suspiros y lamentos.
Se borra, sin dejar sombra,
todo rastro de sucesos,
y hasta se pierden las huellas
de los pasos en el tiempo.
Quise subirme a las nubes
y alcanzar a los luceros,
pero detuve mis ganas
para dormir un momento.
Y allí quedé con las nubes
en lo alto de los cielos,
como si fuera el vigía
de un gigante atalayero.
Quise sentir los latidos
del cronómetro perfecto,
con el tic-tac presuroso
de un ferviente relojero.
Pero quedé entristecido,
con los ojos muy abiertos,
ya que el reloj de la torre,
que buscaba, está en silencio.
Quise pintar las resacas
y plasmarlas en los lienzos,
para robar los colores,
azul verde, con sus besos.
Pero las olas sin nombre
traicionaron mis deseos,
y me dejaron los grises
y los blancos en sus versos.
Quise aspirar el perfume
de la luna y sus cabellos,
para embriagar a mi alma
de mil leyendas y cuentos.
Pero la luna de plata
nunca salió de paseo
y me quedé sollozando
mientras temblaban mis dedos.
Quise acercarme a tu lado
y trasladarte al cuaderno,
para que fueras conmigo,
siempre y en todo momento.
Pero, de pronto, marchaste
sin anunciar tu regreso,
y aquí, me encuentro esperando,
entre la bruma y el viento.
"...Ya todo se va borrando
lentamente, mientras muero,
así se olvidan sonrisas,
las miradas y los nervios.
Se borran, sin dejar sombra
los susurros, y el "te quiero",
pronunciados tantas veces
y que duermen en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/13
ME SUMERJO CON LA MAGIA...
Me sumerjo con la magia
que desprenden las estrellas,
en los sueños de la noche
que dormitan en la arena.
Hay la magia de las plantas
con sus flores tan diversas,
y el encanto de los bosques
en la nueva primavera.
Pero hay magia que destilan
las fontanas cuando nieva,
y también en los cristales
de los hielos que descuelgan.
Otra magia está en los ojos
seductores, que despiertan,
las palabras silenciosas
que tus labios me profesan.
Más hay magia en tus susurros,
recitando mis poemas,
que estremecen los sentidos
y hasta pierdo la cabeza.
Yo quisiera que tu magia
fuera el canto de la tierra,
el suspiro de los lagos
y el preludio de una orquesta.
No sé bien si eres consciente
de la magia que en ti llevas,
porque abrazas a los vientos
entregándoles tus letras.
Unos niños en la playa
vieron magia en un cometa,
y dejaron que volara
y sin prisas que se fuera.
Mas hay magia que no atiende
y confunde las leyendas,
embriagando sentimientos
con las lágrimas ajenas.
Una vez, una mañana,
hubo magia en la azotea,
y bailaron las alondras
y también las chimeneas.
Mas la magia continuaba
en tendales y en cubiertas,
que se unieron en el baile
con aleros y con tejas.
Yo prefiero ver la magia
y sentir como me llega,
de tus ojos juveniles
a la sangre de mis venas.
"...Me sumerjo con la magia
de tu voz, que es tan eterna,
y suspiro y te recuerdo
sin palabras, mi princesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/10/13
que desprenden las estrellas,
en los sueños de la noche
que dormitan en la arena.
Hay la magia de las plantas
con sus flores tan diversas,
y el encanto de los bosques
en la nueva primavera.
Pero hay magia que destilan
las fontanas cuando nieva,
y también en los cristales
de los hielos que descuelgan.
Otra magia está en los ojos
seductores, que despiertan,
las palabras silenciosas
que tus labios me profesan.
Más hay magia en tus susurros,
recitando mis poemas,
que estremecen los sentidos
y hasta pierdo la cabeza.
Yo quisiera que tu magia
fuera el canto de la tierra,
el suspiro de los lagos
y el preludio de una orquesta.
No sé bien si eres consciente
de la magia que en ti llevas,
porque abrazas a los vientos
entregándoles tus letras.
Unos niños en la playa
vieron magia en un cometa,
y dejaron que volara
y sin prisas que se fuera.
Mas hay magia que no atiende
y confunde las leyendas,
embriagando sentimientos
con las lágrimas ajenas.
Una vez, una mañana,
hubo magia en la azotea,
y bailaron las alondras
y también las chimeneas.
Mas la magia continuaba
en tendales y en cubiertas,
que se unieron en el baile
con aleros y con tejas.
Yo prefiero ver la magia
y sentir como me llega,
de tus ojos juveniles
a la sangre de mis venas.
"...Me sumerjo con la magia
de tu voz, que es tan eterna,
y suspiro y te recuerdo
sin palabras, mi princesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/10/13
SUENA Y SUENA, POR LOS CAMPOS...
Suena y suena, por los campos,
una extraña melodía,
una mezcla de rumores
de cigarras y de liras.
Son las voces de las almas,
(viejas ánimas benditas),
con las sayas en sus cuerpos
de figuras blanquecinas.
Es la anciana tramontana
que nos llega con la brisa
y se mete en todas partes
a través de las esquinas.
Son los hombres que laboran
esas tierras malheridas,
y separan bien las piedras
en los campos de Castilla.
Hay un algo de bonanza
y tal vez de fantasía,
mientras suenan los arpegios
de esta música divina.
Hasta dejan los rosales
unas notas infinitas,
que acrecientan las violetas
en preciosa sinfonía.
Yo me quedo estupefacto
con la música tan linda,
y hasta sueño muchas cosas
de este campo en otros días.
Aún recuerdo las manzanas
tan sabrosas de la finca,
y las uvas deliciosas
en las cepas y las viñas.
Y la casa solariega
de fachada tan erguida
donde asoma la solana
hacia el sur tan blanquecina.
No me olvido de la abuela
con su toca de ancianita,
la toquilla de los hombros
y sembrando mil sonrisas.
Y aquel perro zalamero,
medio lobo y pelusilla,
que ofrecía carantoñas
por un poco de comida.
¡...Tanta música sublime
hoy regresa a mis mejillas!,
y atenaza los sentidos
con las lágrimas vertidas.
Y son ellas, con su canto,
en un coro sin folías,
las que vierten estas notas
que se apagan y marchitan.
Porque son esos recuerdos
los que suenan y hoy avivan,
melodías en las almas
y en los campos margaritas...
"...Suena y suena, por los campos,
una extraña algarabía,
con las notas discordantes
de un pasado que aun suspira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/13
una extraña melodía,
una mezcla de rumores
de cigarras y de liras.
Son las voces de las almas,
(viejas ánimas benditas),
con las sayas en sus cuerpos
de figuras blanquecinas.
Es la anciana tramontana
que nos llega con la brisa
y se mete en todas partes
a través de las esquinas.
Son los hombres que laboran
esas tierras malheridas,
y separan bien las piedras
en los campos de Castilla.
Hay un algo de bonanza
y tal vez de fantasía,
mientras suenan los arpegios
de esta música divina.
Hasta dejan los rosales
unas notas infinitas,
que acrecientan las violetas
en preciosa sinfonía.
Yo me quedo estupefacto
con la música tan linda,
y hasta sueño muchas cosas
de este campo en otros días.
Aún recuerdo las manzanas
tan sabrosas de la finca,
y las uvas deliciosas
en las cepas y las viñas.
Y la casa solariega
de fachada tan erguida
donde asoma la solana
hacia el sur tan blanquecina.
No me olvido de la abuela
con su toca de ancianita,
la toquilla de los hombros
y sembrando mil sonrisas.
Y aquel perro zalamero,
medio lobo y pelusilla,
que ofrecía carantoñas
por un poco de comida.
¡...Tanta música sublime
hoy regresa a mis mejillas!,
y atenaza los sentidos
con las lágrimas vertidas.
Y son ellas, con su canto,
en un coro sin folías,
las que vierten estas notas
que se apagan y marchitan.
Porque son esos recuerdos
los que suenan y hoy avivan,
melodías en las almas
y en los campos margaritas...
"...Suena y suena, por los campos,
una extraña algarabía,
con las notas discordantes
de un pasado que aun suspira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/13
A VECES SUEÑO DESPIERTO...
A veces sueño despierto
y en otras sueño que suenan,
por mi causa manantiales
y susurros de sirenas.
Sueño que voy por los bosques
otoñales de mi tierra,
por los jardines floridos
donde el musgo me embelesa.
Pero también en los sueños
aparecen las violetas,
los jazmines y las rosas
con los lirios y azucenas.
Sueño a la vez con los ramos
transparentes y de seda,
con mariposas altivas
y racimos de cerezas.
A veces sueño despierto
y en otras sueño que llegan,
las pisadas juveniles
que cruzaban la alameda.
Me estremecen esos sueños
y los pasos de gacela,
y recuerdo la figura
que pasaba por la acera.
!Qué de sueños se crearon
y formaron mil poemas,
arrancados con suspiros
que dejaba en tantas letras...!
Mas los sueños son los sueños
y hoy los miro con tristeza,
con nostalgia reprimida
como veo las estrellas.
A veces sueño despierto
y en otras sueño con fiestas,
con jaranas y con bailes
terminados en verbenas
Hubo sueños de verano,
en las plazas de la aldea,
y hubo sueños en otoño
y también en primavera.
Mas soñar es algo sano,
algo digno y que se aprecia,
sin usar los manuales
ni censuras con tijeras.
Sueña el pobre y sueña el rico
y hasta el hombre surca y vuela,
en los sueños desbocados
que carecen de fronteras.
"...A veces sueño despierto
y en otras sueño que dejas,
un suspiro entre mis labios
con un beso y una fresa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/13
y en otras sueño que suenan,
por mi causa manantiales
y susurros de sirenas.
Sueño que voy por los bosques
otoñales de mi tierra,
por los jardines floridos
donde el musgo me embelesa.
Pero también en los sueños
aparecen las violetas,
los jazmines y las rosas
con los lirios y azucenas.
Sueño a la vez con los ramos
transparentes y de seda,
con mariposas altivas
y racimos de cerezas.
A veces sueño despierto
y en otras sueño que llegan,
las pisadas juveniles
que cruzaban la alameda.
Me estremecen esos sueños
y los pasos de gacela,
y recuerdo la figura
que pasaba por la acera.
!Qué de sueños se crearon
y formaron mil poemas,
arrancados con suspiros
que dejaba en tantas letras...!
Mas los sueños son los sueños
y hoy los miro con tristeza,
con nostalgia reprimida
como veo las estrellas.
A veces sueño despierto
y en otras sueño con fiestas,
con jaranas y con bailes
terminados en verbenas
Hubo sueños de verano,
en las plazas de la aldea,
y hubo sueños en otoño
y también en primavera.
Mas soñar es algo sano,
algo digno y que se aprecia,
sin usar los manuales
ni censuras con tijeras.
Sueña el pobre y sueña el rico
y hasta el hombre surca y vuela,
en los sueños desbocados
que carecen de fronteras.
"...A veces sueño despierto
y en otras sueño que dejas,
un suspiro entre mis labios
con un beso y una fresa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/13
SE COMPRA UN CORAZÓN ENAMORADO...
"Se compra un corazón enamorado,
-gritaba aquel muchacho distraído,
y quiero que esté libre, sin cadenas,
y puro y celestial, con mucho brillo".
...Mas nadie respondía a su llamada
ni nadie recogía aquel testigo,
quizás escaseaban corazones
ausentes de grilletes y de lirios.
La brisa que llegaba con la tarde
dejaba sensaciones de vinilo,
un leve escalofrío en las entrañas
sacando los acordes de su nido.
El coro de los vientos y su orquesta
marcaba los compases con su ritmo,
las olas de los mares en la playa
buscaban las arenas con sigilo.
"Se compra un corazón enamorado,
-decía aquel muchacho en un suspiro,
mas quiero que esté fresco y reluciente
igual que el corazón de tantos niños".
...Y entonces se cruzaban las miradas,
luciérnagas clamando como cirios,
eternos lagrimones de los cielos
bajando hasta la tierra con un grito.
La bruma se condensa en un instante
y tiembla el corazón que está vacío,
se mueren las palabras en los labios
quedando muchos pechos malheridos.
No hay almas que recojan dicha oferta,
ni nadie que respire muy tranquilo,
existe soledad con el silencio
y el ramo de la cruz para el vencido.
"...Se compra un corazón enamorado,
-pedía aquel muchacho en su delirio,
yo quiero el corazón que a mí me falta
y quiero que me acunen sus latidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/10/13
-gritaba aquel muchacho distraído,
y quiero que esté libre, sin cadenas,
y puro y celestial, con mucho brillo".
...Mas nadie respondía a su llamada
ni nadie recogía aquel testigo,
quizás escaseaban corazones
ausentes de grilletes y de lirios.
La brisa que llegaba con la tarde
dejaba sensaciones de vinilo,
un leve escalofrío en las entrañas
sacando los acordes de su nido.
El coro de los vientos y su orquesta
marcaba los compases con su ritmo,
las olas de los mares en la playa
buscaban las arenas con sigilo.
"Se compra un corazón enamorado,
-decía aquel muchacho en un suspiro,
mas quiero que esté fresco y reluciente
igual que el corazón de tantos niños".
...Y entonces se cruzaban las miradas,
luciérnagas clamando como cirios,
eternos lagrimones de los cielos
bajando hasta la tierra con un grito.
La bruma se condensa en un instante
y tiembla el corazón que está vacío,
se mueren las palabras en los labios
quedando muchos pechos malheridos.
No hay almas que recojan dicha oferta,
ni nadie que respire muy tranquilo,
existe soledad con el silencio
y el ramo de la cruz para el vencido.
"...Se compra un corazón enamorado,
-pedía aquel muchacho en su delirio,
yo quiero el corazón que a mí me falta
y quiero que me acunen sus latidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/10/13
TE ESCRIBO CADA NOCHE...
Te escribo cada noche en un poema
y siento que se ahogan las palabras,
se quedan reducidos a cenizas,
los sueños de unas llamas en el alma.
Se queda el corazón entristecido,
carente de esa chispa que le falta,
se muere la alegría en un instante
y se hace más lejana la distancia.
Es fácil que las flores se marchiten
y broten otras ramas de nostalgia,
aquellas que la niebla las confunde
y buscan claridad por las ventanas.
Hay casas soñolientas que rezuman
eternas sensaciones de resacas,
no hay mares en sus techos y paredes,
y faltan los salitres y las algas.
Pero hay la sensación inenarrable
de un algo que se omite y que se escapa,
quizás es la pasión de los sentidos
o puede que el abrazo y la mirada.
Rezuman emociones sin descanso
y brotan, sin querer, algunas lágrimas,
se ocultan los gemidos en los labios,
se cosen corazones con mordazas.
...Y entonces, cuando el alma está sin vida,
resurge la respuesta de la nada,
el grito enfurecido sale afuera
y surge un remolino en las entrañas.
Golpean los timbales en los pechos
y anuncian a los hombres la batalla,
avisan del peligro de Cupido,
y quieren combatientes en las lanzas.
Más hay un generoso combatiente
que deja en las trincheras sus migajas,
los versos recogidos día a día,
las flores de unos labios marchitadas.
Y deja el corazón en sus poemas,
que escribe con la sangre que le mana,
la misma que se escapa de una herida
causada por la flecha envenenada.
Y queda en aquel campo su cuaderno
cubierto de cenizas y de escarchas,
tapado con el manto del olvido
y a salvo de rapaces y alimañas.
Quizás en otro tiempo, no lejano,
un nuevo corazón sienta esa rabia,
rescate, en los escombros y en el lodo,
los versos y poemas que allí aguardan.
"...Te escribo cada noche en un poema
y lo hago tembloroso y sin metáforas,
a ti, mi corazón, que tanto quiero,
eterno confidente de mis causas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/13
y siento que se ahogan las palabras,
se quedan reducidos a cenizas,
los sueños de unas llamas en el alma.
Se queda el corazón entristecido,
carente de esa chispa que le falta,
se muere la alegría en un instante
y se hace más lejana la distancia.
Es fácil que las flores se marchiten
y broten otras ramas de nostalgia,
aquellas que la niebla las confunde
y buscan claridad por las ventanas.
Hay casas soñolientas que rezuman
eternas sensaciones de resacas,
no hay mares en sus techos y paredes,
y faltan los salitres y las algas.
Pero hay la sensación inenarrable
de un algo que se omite y que se escapa,
quizás es la pasión de los sentidos
o puede que el abrazo y la mirada.
Rezuman emociones sin descanso
y brotan, sin querer, algunas lágrimas,
se ocultan los gemidos en los labios,
se cosen corazones con mordazas.
...Y entonces, cuando el alma está sin vida,
resurge la respuesta de la nada,
el grito enfurecido sale afuera
y surge un remolino en las entrañas.
Golpean los timbales en los pechos
y anuncian a los hombres la batalla,
avisan del peligro de Cupido,
y quieren combatientes en las lanzas.
Más hay un generoso combatiente
que deja en las trincheras sus migajas,
los versos recogidos día a día,
las flores de unos labios marchitadas.
Y deja el corazón en sus poemas,
que escribe con la sangre que le mana,
la misma que se escapa de una herida
causada por la flecha envenenada.
Y queda en aquel campo su cuaderno
cubierto de cenizas y de escarchas,
tapado con el manto del olvido
y a salvo de rapaces y alimañas.
Quizás en otro tiempo, no lejano,
un nuevo corazón sienta esa rabia,
rescate, en los escombros y en el lodo,
los versos y poemas que allí aguardan.
"...Te escribo cada noche en un poema
y lo hago tembloroso y sin metáforas,
a ti, mi corazón, que tanto quiero,
eterno confidente de mis causas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/10/13
DESTAPO LOS OCULTOS SENTIMIENTOS...
Destapo los ocultos sentimientos
que duermen en el fondo de las almas,
en ellos se reflejan tantas cosas
de un mundo silencioso y sin palabras.
Está la poesía de los cirios,
las velas de la niña entusiasmada,
la llama rescatada de algún pecho
que tiembla, desde entonces en su jaula.
Están los corredores tan sombríos,
los claustros solitarios que nos hablan,
la voz enmudecida de los coros
y el ángel solitario con sus alas.
Están los pentagramas de la vida
provistos de colores y miradas,
cubiertos con sonrisas taciturnas
y el labio musitando su desgracia.
Destapo los ocultos sentimientos
del hombre enamorado en la montaña,
no sabe de otros hombres y la vida,
y vive solitario en su morada.
Está la carantoña de los ríos,
arroyos convertidos en fontanas,
el beso enfebrecido del meandro,
las aguas transformadas en cascadas.
Están las vocecillas de los renos,
los robles tan ancianos que se alzan,
el bosque con su magia y con su verde
y el tierno cuchicheo de las hayas.
Están las atalayas de la noche,
estrellas bondadosas y lejanas,
hablando de otros mundos y fronteras,
allí, donde la niebla es más liviana.
"...Destapo los ocultos sentimientos
del alma que se sabe enamorada,
aquella que transita día a día
buscando las respuestas que le faltan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/13
que duermen en el fondo de las almas,
en ellos se reflejan tantas cosas
de un mundo silencioso y sin palabras.
Está la poesía de los cirios,
las velas de la niña entusiasmada,
la llama rescatada de algún pecho
que tiembla, desde entonces en su jaula.
Están los corredores tan sombríos,
los claustros solitarios que nos hablan,
la voz enmudecida de los coros
y el ángel solitario con sus alas.
Están los pentagramas de la vida
provistos de colores y miradas,
cubiertos con sonrisas taciturnas
y el labio musitando su desgracia.
Destapo los ocultos sentimientos
del hombre enamorado en la montaña,
no sabe de otros hombres y la vida,
y vive solitario en su morada.
Está la carantoña de los ríos,
arroyos convertidos en fontanas,
el beso enfebrecido del meandro,
las aguas transformadas en cascadas.
Están las vocecillas de los renos,
los robles tan ancianos que se alzan,
el bosque con su magia y con su verde
y el tierno cuchicheo de las hayas.
Están las atalayas de la noche,
estrellas bondadosas y lejanas,
hablando de otros mundos y fronteras,
allí, donde la niebla es más liviana.
"...Destapo los ocultos sentimientos
del alma que se sabe enamorada,
aquella que transita día a día
buscando las respuestas que le faltan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/13
HAY...
Hay pupilas escondidas
y miradas indiscretas,
en las costas y en los mares
que resguardan las mareas.
Hay suspiros de las hadas
y susurros de sirenas,
con la música sublime
que rezuman las riberas.
Hay un hombre que camina,
vacilante, tras las huellas,
que dejaron dulcemente
unos pies en las arenas.
Hay un labio que vacila
y una boca que jadea,
en el mar, tan indiscreto,
que no sabe de fronteras.
Hay castillos en las almas
con preciosas Dulcineas,
escapadas de los cuentos
que surgieron de unas letras.
Hay silencios con palabras
que despiden las estrellas,
en los lirios y en las rosas
y también en las violetas.
Hay nostalgia del pasado
en los muros de la iglesia,
con el eco mortecino
de las sombras y las gestas.
Hay calzadas y senderos,
avenidas y alamedas,
que cambiaron ya su nombre
con el tiempo y las leyendas.
"...Hay palabras tan dolientes
que palpitan y resuenan,
son los ayes de las almas
y es el ¡Ay!, que tú me dejas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/13
y miradas indiscretas,
en las costas y en los mares
que resguardan las mareas.
Hay suspiros de las hadas
y susurros de sirenas,
con la música sublime
que rezuman las riberas.
Hay un hombre que camina,
vacilante, tras las huellas,
que dejaron dulcemente
unos pies en las arenas.
Hay un labio que vacila
y una boca que jadea,
en el mar, tan indiscreto,
que no sabe de fronteras.
Hay castillos en las almas
con preciosas Dulcineas,
escapadas de los cuentos
que surgieron de unas letras.
Hay silencios con palabras
que despiden las estrellas,
en los lirios y en las rosas
y también en las violetas.
Hay nostalgia del pasado
en los muros de la iglesia,
con el eco mortecino
de las sombras y las gestas.
Hay calzadas y senderos,
avenidas y alamedas,
que cambiaron ya su nombre
con el tiempo y las leyendas.
"...Hay palabras tan dolientes
que palpitan y resuenan,
son los ayes de las almas
y es el ¡Ay!, que tú me dejas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/13
TRAZO RASGOS EN EL AIRE...
Trazo rasgos en el aire
que comparten mis secretos,
en la tela inmaculada
de este cuadro con mis besos.
Ya mis labios se han cansado
de esperar tus labios frescos,
y ahora atienden a la brisa
que les roza con su aliento.
Viento noble y viento frío,
con la esencia de los remos,
y también con las traineras
dibujadas por mis dedos.
Es así como suspiras
y es así como te veo,
con la luna plateada
en la noche por los cielos.
Hay un halo de locura
y un aroma de misterio,
de jazmines marchitados
y de flores en silencio.
Hay quizás un griterío
que me llega con el eco,
en respuesta a las preguntas
enviadas con los rezos.
Pero todo es fantasía,
un bazar con nada dentro,
un jardín donde las rosas
han partido mar adentro.
Es por eso que restaño
una lágrima en tu pelo,
una gota del rocío
de mis ojos más bien neutros.
Yo guardé, celosamente,
tus palabras y secretos,
que en las tardes me decías
al calor de los paseos.
Fueron tardes con sus noches,
fueron ratos y momentos,
soportando temporales
y temblores de tu cuerpo.
Pero fuiste valerosa
aguantando todo aquello,
y surgiendo en primavera
tras lo duro del invierno.
Yo te vi que renacías
y emprendías nuevo vuelo,
y marchabas a las nubes
a buscar un nuevo sueño.
"...Trazo rasgos en el aire
y después me quedo quieto,
mientras pienso en una luna
que ha dormido en mi recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/10/13
que comparten mis secretos,
en la tela inmaculada
de este cuadro con mis besos.
Ya mis labios se han cansado
de esperar tus labios frescos,
y ahora atienden a la brisa
que les roza con su aliento.
Viento noble y viento frío,
con la esencia de los remos,
y también con las traineras
dibujadas por mis dedos.
Es así como suspiras
y es así como te veo,
con la luna plateada
en la noche por los cielos.
Hay un halo de locura
y un aroma de misterio,
de jazmines marchitados
y de flores en silencio.
Hay quizás un griterío
que me llega con el eco,
en respuesta a las preguntas
enviadas con los rezos.
Pero todo es fantasía,
un bazar con nada dentro,
un jardín donde las rosas
han partido mar adentro.
Es por eso que restaño
una lágrima en tu pelo,
una gota del rocío
de mis ojos más bien neutros.
Yo guardé, celosamente,
tus palabras y secretos,
que en las tardes me decías
al calor de los paseos.
Fueron tardes con sus noches,
fueron ratos y momentos,
soportando temporales
y temblores de tu cuerpo.
Pero fuiste valerosa
aguantando todo aquello,
y surgiendo en primavera
tras lo duro del invierno.
Yo te vi que renacías
y emprendías nuevo vuelo,
y marchabas a las nubes
a buscar un nuevo sueño.
"...Trazo rasgos en el aire
y después me quedo quieto,
mientras pienso en una luna
que ha dormido en mi recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/10/13
ESCUCHABAS LA MÚSICA SIN NOMBRE...
Escuchabas la música sin nombre
que emitían el mar y las estrellas,
un conjunto de notas y suspiros
que dejaban la paz en las arenas.
Todo el miedo sentido desde antaño
se quedaba en recuerdos y en estelas,
en fugaces retales de momentos
que dormían tapados con mil penas.
Era un tiempo vivido entre las sombras,
una vida gritando que se fuera,
una negra rapsodia Wagneriana
que rugía perdida en una orquesta.
Pero tú la sentías muy adentro,
en la nada sensible que te besa,
en la eterna vorágine del sueño
con resacas, salitres y mareas.
Y temblaba tu cuerpo estremecido
y pedías huir de aquella estepa,
donde el alma dormía en un letargo
embriagada de lirios y violetas.
Mas tu grito cruzaba el horizonte
y llegaba, apagado, hasta otras tierras,
donde el roble y el haya son constantes
y el blasón del que sueña y del que espera.
Y aquí fue, en el verde de estos mares,
donde tú recobraste la conciencia,
con la sangre, de nuevo, acelerada,
transmitiendo la vida por tus venas.
Y fue aquí que sentiste los susurros,
la mirada callada e indiscreta,
el abrazo sublime de los dioses
y aquel beso a tus labios, ¡cenicienta!...
"...Perseguías un mundo sin sentido,
un afán de alharacas y promesas,
y escuchaste una música sin nombre
que llegaba del mar y las estrellas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/10/13
que emitían el mar y las estrellas,
un conjunto de notas y suspiros
que dejaban la paz en las arenas.
Todo el miedo sentido desde antaño
se quedaba en recuerdos y en estelas,
en fugaces retales de momentos
que dormían tapados con mil penas.
Era un tiempo vivido entre las sombras,
una vida gritando que se fuera,
una negra rapsodia Wagneriana
que rugía perdida en una orquesta.
Pero tú la sentías muy adentro,
en la nada sensible que te besa,
en la eterna vorágine del sueño
con resacas, salitres y mareas.
Y temblaba tu cuerpo estremecido
y pedías huir de aquella estepa,
donde el alma dormía en un letargo
embriagada de lirios y violetas.
Mas tu grito cruzaba el horizonte
y llegaba, apagado, hasta otras tierras,
donde el roble y el haya son constantes
y el blasón del que sueña y del que espera.
Y aquí fue, en el verde de estos mares,
donde tú recobraste la conciencia,
con la sangre, de nuevo, acelerada,
transmitiendo la vida por tus venas.
Y fue aquí que sentiste los susurros,
la mirada callada e indiscreta,
el abrazo sublime de los dioses
y aquel beso a tus labios, ¡cenicienta!...
"...Perseguías un mundo sin sentido,
un afán de alharacas y promesas,
y escuchaste una música sin nombre
que llegaba del mar y las estrellas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/10/13
YO TE PREGUNTO A TI...
Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y la pregunta surge sin palabras,
preciso la respuesta bien sincera
y quiero que la entregue tu mirada.
No quiero confusiones infantiles,
ni quiero situaciones complicadas,
te pido que respondas simplemente
para callar la voz de las resacas.
La eterna algarabía del recuerdo,
el dulce parlamento de las hadas,
susurros que dejaron en los bosques
los elfos a los robles y las hayas.
Por eso yo te pido que contestes
y digas lo que sientes en el alma,
me digas si me llevas a tu lado
y sientes como vibran mis pestañas.
La lluvia y la garúa se acrecientan,
asoman en los ojos unas lágrimas,
hay ciertos nubarrones del oeste
con restos de galernas despistadas.
Mas hay una esperanza turbadora,
un lirio que florece en la ventana,
dos ojos que vigilan bien tus pasos
y un sol que se despierta con el alba.
Y existe la certeza ineludible
que sale, sin querer, de las entrañas,
extrañas mariposas de colores
que vuelan con sus alas desplegadas.
Y vuelan al encuentro de la tarde
tratando de expresar, con esperanza,
que existen esas brasas y ese fuego
forjando un sentimiento sin palabras.
"...Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y espero la respuesta tan sagrada,
con ella saldaré tantos misterios
calmando al corazón que ya te ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/13
y la pregunta surge sin palabras,
preciso la respuesta bien sincera
y quiero que la entregue tu mirada.
No quiero confusiones infantiles,
ni quiero situaciones complicadas,
te pido que respondas simplemente
para callar la voz de las resacas.
La eterna algarabía del recuerdo,
el dulce parlamento de las hadas,
susurros que dejaron en los bosques
los elfos a los robles y las hayas.
Por eso yo te pido que contestes
y digas lo que sientes en el alma,
me digas si me llevas a tu lado
y sientes como vibran mis pestañas.
La lluvia y la garúa se acrecientan,
asoman en los ojos unas lágrimas,
hay ciertos nubarrones del oeste
con restos de galernas despistadas.
Mas hay una esperanza turbadora,
un lirio que florece en la ventana,
dos ojos que vigilan bien tus pasos
y un sol que se despierta con el alba.
Y existe la certeza ineludible
que sale, sin querer, de las entrañas,
extrañas mariposas de colores
que vuelan con sus alas desplegadas.
Y vuelan al encuentro de la tarde
tratando de expresar, con esperanza,
que existen esas brasas y ese fuego
forjando un sentimiento sin palabras.
"...Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y espero la respuesta tan sagrada,
con ella saldaré tantos misterios
calmando al corazón que ya te ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/13
VENDRÁ EL AMOR...
Vendrá el amor, un día, sin pensarlo,
a recoger la rosa dulce y tierna,
aquella que tomaste en la mañana
pensando en regalarla a las estrellas.
Entonces volverás a ser tú mismo,
el hombre soñador y hasta el poeta,
aquel que fabricaba por las noches
los sueños de las hadas y princesas.
Seguro que te acuerdas de ese mundo,
un mundo en que suspiran las luciérnagas,
allí, donde se juntan los zancudos,
con garzas y gaviotas en la niebla.
Verás las maravillas que has soñado,
incluso las que esconden las riberas,
aquellas que despliegan las alfombras
de lirios y sensibles madreselvas.
Serás el caballero de la noche,
el hombre que escribía mil poemas,
el dueño de las llaves de un castillo
altivo y destacado en su silueta.
En él se confeccionan las palabras,
con sueños y con versos que se trenzan,
se inician sentimientos muy dispares
que acaban en abrazos y leyendas.
Se funden corazones, sin saberlo,
se encuentran hasta bellas cenicientas,
se vive la pasión en un instante
y surgen los susurros y promesas.
"Te quiero", ronronean las cigarras,
"te quiero", les responden las tinieblas,
y así, con esta imagen tan sencilla
las almas se enamoran y se besan.
"...Vendrá el amor, un día, hasta tu lado,
a recoger la rosa de la puerta,
aquella que tomaste con tus dedos
para dejar más tarde en los poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/13
a recoger la rosa dulce y tierna,
aquella que tomaste en la mañana
pensando en regalarla a las estrellas.
Entonces volverás a ser tú mismo,
el hombre soñador y hasta el poeta,
aquel que fabricaba por las noches
los sueños de las hadas y princesas.
Seguro que te acuerdas de ese mundo,
un mundo en que suspiran las luciérnagas,
allí, donde se juntan los zancudos,
con garzas y gaviotas en la niebla.
Verás las maravillas que has soñado,
incluso las que esconden las riberas,
aquellas que despliegan las alfombras
de lirios y sensibles madreselvas.
Serás el caballero de la noche,
el hombre que escribía mil poemas,
el dueño de las llaves de un castillo
altivo y destacado en su silueta.
En él se confeccionan las palabras,
con sueños y con versos que se trenzan,
se inician sentimientos muy dispares
que acaban en abrazos y leyendas.
Se funden corazones, sin saberlo,
se encuentran hasta bellas cenicientas,
se vive la pasión en un instante
y surgen los susurros y promesas.
"Te quiero", ronronean las cigarras,
"te quiero", les responden las tinieblas,
y así, con esta imagen tan sencilla
las almas se enamoran y se besan.
"...Vendrá el amor, un día, hasta tu lado,
a recoger la rosa de la puerta,
aquella que tomaste con tus dedos
para dejar más tarde en los poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/13
DESPUÉS DE DIBUJARTE CON MIS DEDOS...
Después de dibujarte con mis dedos
y hablarte con mis ojos, sin palabras,
dejé que suspiraras dulcemente
besando tu pupila enamorada.
Mis labios, sudorosos y sedientos,
saciaron tanta sed en tu fontana
que luego se agrietaron por el frío
y el viento que la brisa les dejaba.
Buscaba en tu mirada presurosa,
los senos con colinas onduladas,
y el valle de ese vientre que deseo
allí donde el volcán lanza su lava.
Quería dibujarte las pasiones
rompiendo las oscuras telarañas,
que ansiosas se extendían por senderos
hambrientas recorriéndote descalzas.
Después de dibujarte con mis dedos
sentí una sensación más bien extraña,
quería retenerte entre mis brazos
y luego despojarte de tu alma.
Quería desnudarte lentamente,
sentir tu pulsación acelerada,
notar como gemías y pedías,
el beso y el abrazo que te falta.
Querías reposar en mi regazo,
llevar la borrachera a tus entrañas,
saciar los apetitos de tu carne
a fin de consolarte en su ganancia.
Mas algo se interpuso en tu camino,
un ángel no previsto, y con su espada,
cortó las mariposas y alegrías,
haciendo que la rabia te llenara.
Después de recorrerte con mis dedos
no pude ya negar cuánto te amaba,
y amaba, ¡cómo no!, tu cuerpo hermoso
y el alma y la pasión de tu mirada.
Quería dulcemente susurrarte
un cuento de dormir, en una nana,
cerrando tus ojitos con mis besos
y luego reposarte en la almohada.
Recuerdo aquel momento, como ahora,
y vuelvo a los jardines de la infancia,
allí donde se funden los silencios
y nacen los linderos de la nada.
Es fácil conocer, que tu pecado,
fue solo el de posar, aunque temblaras,
y luego permitir, que ante mis ojos,
mis dedos tus vestidos desnudaran.
"...Después de recorrerte con mis dedos
sentí que para mí no eras esclava,
tampoco marioneta entre mis manos
y solo una utopía en la mañana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/10/13
y hablarte con mis ojos, sin palabras,
dejé que suspiraras dulcemente
besando tu pupila enamorada.
Mis labios, sudorosos y sedientos,
saciaron tanta sed en tu fontana
que luego se agrietaron por el frío
y el viento que la brisa les dejaba.
Buscaba en tu mirada presurosa,
los senos con colinas onduladas,
y el valle de ese vientre que deseo
allí donde el volcán lanza su lava.
Quería dibujarte las pasiones
rompiendo las oscuras telarañas,
que ansiosas se extendían por senderos
hambrientas recorriéndote descalzas.
Después de dibujarte con mis dedos
sentí una sensación más bien extraña,
quería retenerte entre mis brazos
y luego despojarte de tu alma.
Quería desnudarte lentamente,
sentir tu pulsación acelerada,
notar como gemías y pedías,
el beso y el abrazo que te falta.
Querías reposar en mi regazo,
llevar la borrachera a tus entrañas,
saciar los apetitos de tu carne
a fin de consolarte en su ganancia.
Mas algo se interpuso en tu camino,
un ángel no previsto, y con su espada,
cortó las mariposas y alegrías,
haciendo que la rabia te llenara.
Después de recorrerte con mis dedos
no pude ya negar cuánto te amaba,
y amaba, ¡cómo no!, tu cuerpo hermoso
y el alma y la pasión de tu mirada.
Quería dulcemente susurrarte
un cuento de dormir, en una nana,
cerrando tus ojitos con mis besos
y luego reposarte en la almohada.
Recuerdo aquel momento, como ahora,
y vuelvo a los jardines de la infancia,
allí donde se funden los silencios
y nacen los linderos de la nada.
Es fácil conocer, que tu pecado,
fue solo el de posar, aunque temblaras,
y luego permitir, que ante mis ojos,
mis dedos tus vestidos desnudaran.
"...Después de recorrerte con mis dedos
sentí que para mí no eras esclava,
tampoco marioneta entre mis manos
y solo una utopía en la mañana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/10/13
NO JUEGUES CON LAS COPAS...
No juegues con las copas
ni brindes con champán,
el triunfo está muy lejos
y debes esperar.
Quizás la fantasía
te lleve a Central Park,
sus parques tan sombríos
y en ellos Peter Pan.
Quizás veas ardillas
sin prisa en la ciudad,
subiéndose a los árboles
con traza singular.
Es fácil que te sientas
poeta y no rapaz,
y vueles en tus sueños
con alas de cristal.
Es fácil que las hadas
te saquen a bailar,
y gires con las olas
en busca de la paz.
Mas puede que te pierda
el tráfico, sin más,
las torres gigantescas
de gentes del lugar.
Y puede que tu norte
se vuelva a desviar,
no encuentres el camino
ni el labio puntual.
No encuentres a los ojos
que fuiste a consolar,
ni encuentres la sonrisa
tan tierna que te dan.
Es fácil que la noche
te alcance en algún bar,
allí cuando los autos
precisan su solaz.
Entonces, te estremezcas,
y añores bajamar,
la brisa y la resaca
cargadas con su sal.
"...No juegues con las copas
son sueños que se van,
globitos de colores
jugando a Peter Pan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/13
ni brindes con champán,
el triunfo está muy lejos
y debes esperar.
Quizás la fantasía
te lleve a Central Park,
sus parques tan sombríos
y en ellos Peter Pan.
Quizás veas ardillas
sin prisa en la ciudad,
subiéndose a los árboles
con traza singular.
Es fácil que te sientas
poeta y no rapaz,
y vueles en tus sueños
con alas de cristal.
Es fácil que las hadas
te saquen a bailar,
y gires con las olas
en busca de la paz.
Mas puede que te pierda
el tráfico, sin más,
las torres gigantescas
de gentes del lugar.
Y puede que tu norte
se vuelva a desviar,
no encuentres el camino
ni el labio puntual.
No encuentres a los ojos
que fuiste a consolar,
ni encuentres la sonrisa
tan tierna que te dan.
Es fácil que la noche
te alcance en algún bar,
allí cuando los autos
precisan su solaz.
Entonces, te estremezcas,
y añores bajamar,
la brisa y la resaca
cargadas con su sal.
"...No juegues con las copas
son sueños que se van,
globitos de colores
jugando a Peter Pan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/13
DESPIERTA DEL AMOR...
Despierta del amor y sé consciente
que un mundo sin escrúpulos te engaña,
te embauca con promesas de colores
y hermosos paraísos de palabras.
Existe la mentira entre las rosas
y abundan los espinos y las zarzas,
se ahoga el corazón del ser sincero
que vive por amor en la distancia.
Mas cede a los engaños de la carne,
al dulce sortilegio de la nada,
a flores que se acercan a su frente,
y a besos con veneno que le matan.
Despierta, te repito, nuevamente,
que el mundo es muy cruel para el que ama,
le llena de ilusiones la cabeza
y siega de raíz sus añoranzas.
Le ciegan las promesas y las risas,
las voces melodiosas y cercanas,
la tierna cantinela de las fuentes
que nacen y desbordan las gargantas.
Mas todo es egoísmo simplemente,
y en nombre del amor todo se cambia,
se rompen sentimientos e ideales
dejando en las pupilas la nostalgia.
Despierta y desconfía de los ojos
que buscan conquistar a tu mirada,
son falsos los destellos y su brillo
con vanas melodías sin entrañas.
Te miente el corazón, que apasionado,
galopa con la sangre desbocada,
confunde sentimientos que no existen
y ahonda los abismos de las almas.
Te miente la persona que te ofrece
un mundo colorido y de esperanzas,
y miente, porque sabe que no es cierto,
y quiere que renuncies a alcanzarla.
"...Despierta y desconfía de las gentes,
de aquellas que te aplauden y te aclaman,
persiguen contentar a tu egoísmo
y luego abandonarte y pasar página..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/13
que un mundo sin escrúpulos te engaña,
te embauca con promesas de colores
y hermosos paraísos de palabras.
Existe la mentira entre las rosas
y abundan los espinos y las zarzas,
se ahoga el corazón del ser sincero
que vive por amor en la distancia.
Mas cede a los engaños de la carne,
al dulce sortilegio de la nada,
a flores que se acercan a su frente,
y a besos con veneno que le matan.
Despierta, te repito, nuevamente,
que el mundo es muy cruel para el que ama,
le llena de ilusiones la cabeza
y siega de raíz sus añoranzas.
Le ciegan las promesas y las risas,
las voces melodiosas y cercanas,
la tierna cantinela de las fuentes
que nacen y desbordan las gargantas.
Mas todo es egoísmo simplemente,
y en nombre del amor todo se cambia,
se rompen sentimientos e ideales
dejando en las pupilas la nostalgia.
Despierta y desconfía de los ojos
que buscan conquistar a tu mirada,
son falsos los destellos y su brillo
con vanas melodías sin entrañas.
Te miente el corazón, que apasionado,
galopa con la sangre desbocada,
confunde sentimientos que no existen
y ahonda los abismos de las almas.
Te miente la persona que te ofrece
un mundo colorido y de esperanzas,
y miente, porque sabe que no es cierto,
y quiere que renuncies a alcanzarla.
"...Despierta y desconfía de las gentes,
de aquellas que te aplauden y te aclaman,
persiguen contentar a tu egoísmo
y luego abandonarte y pasar página..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/13
HAY LLAVES...
Hay llaves que te cierran
las puertas de la vida,
y hay otras que te abren
inmensas fantasías.
Las unas ya son viejas,
cobardes y perdidas,
no saben de valores
ni estrellas que suspiran.
Las otras son vivaces
cual bellas golondrinas,
y buscan en los cielos
la miel que está prendida.
No quiero entretenerte,
lector que me visitas,
con llaves quejumbrosas
de orín y de agua fría.
Yo quiero que renueves
las llaves ya marchitas,
aquellas que te abrieron
ventanas a la vida.
Volaron mariposas,
crecieron margaritas,
prendieron en el alma
los versos y la brisa.
Y todo por las llaves
de seda y ropa fina,
nacidas en la mente
de un loco que delira.
Así son los poetas
y así es su poesía,
retazos y resacas,
mareas infinitas.
Son playas gigantescas
de arena, de oro y mirra,
con versos en las olas
que llegan y se estiran.
Hay puertos en la escena,
marinos y barquías,
chalupas y veleros,
traineras que dormitan.
Y mientras, los poetas,
ensayan con sus liras,
el viaje sin retorno
a la isla prometida...
"...Hay llaves que te cierran
el grito con su brida
y hay otras que te abren
la esencia de la vida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/10/13
las puertas de la vida,
y hay otras que te abren
inmensas fantasías.
Las unas ya son viejas,
cobardes y perdidas,
no saben de valores
ni estrellas que suspiran.
Las otras son vivaces
cual bellas golondrinas,
y buscan en los cielos
la miel que está prendida.
No quiero entretenerte,
lector que me visitas,
con llaves quejumbrosas
de orín y de agua fría.
Yo quiero que renueves
las llaves ya marchitas,
aquellas que te abrieron
ventanas a la vida.
Volaron mariposas,
crecieron margaritas,
prendieron en el alma
los versos y la brisa.
Y todo por las llaves
de seda y ropa fina,
nacidas en la mente
de un loco que delira.
Así son los poetas
y así es su poesía,
retazos y resacas,
mareas infinitas.
Son playas gigantescas
de arena, de oro y mirra,
con versos en las olas
que llegan y se estiran.
Hay puertos en la escena,
marinos y barquías,
chalupas y veleros,
traineras que dormitan.
Y mientras, los poetas,
ensayan con sus liras,
el viaje sin retorno
a la isla prometida...
"...Hay llaves que te cierran
el grito con su brida
y hay otras que te abren
la esencia de la vida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/10/13
HACE UN RATO...
Hace un rato que he buscado las estrellas
y he cerrado dulcemente la ventana;
he creído ver las luces, y centellas,
de las almas que vagaban con desgana.
Eran sombras con donceles y doncellas,
de una caja de marfil y porcelana;
eran hombres y mujeres tras las huellas
de una dulce sensación napolitana.
Sin embargo soy consciente del suceso
y del tierno parpadeo tan cercano.
Son mis labios que se ofrecen, con un beso,
a tus ojos de canela y avellano.
Son tus ojos, que acaricio y que sopeso,
los que afinan, en los míos, su piano.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/10/13
y he cerrado dulcemente la ventana;
he creído ver las luces, y centellas,
de las almas que vagaban con desgana.
Eran sombras con donceles y doncellas,
de una caja de marfil y porcelana;
eran hombres y mujeres tras las huellas
de una dulce sensación napolitana.
Sin embargo soy consciente del suceso
y del tierno parpadeo tan cercano.
Son mis labios que se ofrecen, con un beso,
a tus ojos de canela y avellano.
Son tus ojos, que acaricio y que sopeso,
los que afinan, en los míos, su piano.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/10/13
ME VEO COMO UN NIÑO ANTE EL ESPEJO...
Me veo como un niño ante el espejo
buscando figuritas de cristal,
escarchas de rocío que han bajado
del cielo y del cometa tan fugaz.
Se duermen las estrellas en la noche
y cantan las cigarras sin parar,
suspiran unas luces a lo lejos
que gritan brevemente libertad.
Yo escucho las resacas en la playa
que dejan un sonido celestial,
y sueño con el baile de las olas
eterno y continuado en ese vals.
Se estiran perezosos los reflejos
que buscan en las sombras dormitar,
y pienso en los pecados de los hombres,
en llantos y en batallas por la paz.
Me veo como un niño en el colegio
sumando y calculando la verdad,
no importan las materias explicadas
si acaso tener fe y poco más.
Me importan las verdades del barquero,
no quiero ya mentiras por amar,
prefiero que se rompan los cristales
a cambio de tener sinceridad.
El viento del nordeste, con su abrazo,
ahora es del oeste y vendaval,
galernas que se anuncian a las almas,
espinos con dolor y crueldad.
Me duele ver el llanto en la pupila
y lloro con tus ojos a la par,
no quiero reflejarme en esos versos
que sangran y que añoran dignidad.
Me veo como un niño sin palabras
huyendo de un tremendo cenagal,
me siguen los cometas de colores
que llevan un rosario sin rezar.
Presiento que unos labios me susurran,
que me hablan las sirenas y el coral,
mas pienso que es la fiebre que me abraza
y quiere que me hunda más y más.
Me faltan las palabras en la noche
los labios ya me piden brevedad,
los dedos se equivocan, por fortuna,
y pienso que el delirio está al llegar.
Cabalgan Rocinantes en el pecho
y surcan los veleros en la mar,
en sueños les esperan los molinos
y puertos con tabernas y con sal.
"...Me veo como un niño ante el espejo
que busca y que rebusca su verdad,
aquella que se tiene y no se alcanza,
con mano temblorosa y desigual..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/10/13
buscando figuritas de cristal,
escarchas de rocío que han bajado
del cielo y del cometa tan fugaz.
Se duermen las estrellas en la noche
y cantan las cigarras sin parar,
suspiran unas luces a lo lejos
que gritan brevemente libertad.
Yo escucho las resacas en la playa
que dejan un sonido celestial,
y sueño con el baile de las olas
eterno y continuado en ese vals.
Se estiran perezosos los reflejos
que buscan en las sombras dormitar,
y pienso en los pecados de los hombres,
en llantos y en batallas por la paz.
Me veo como un niño en el colegio
sumando y calculando la verdad,
no importan las materias explicadas
si acaso tener fe y poco más.
Me importan las verdades del barquero,
no quiero ya mentiras por amar,
prefiero que se rompan los cristales
a cambio de tener sinceridad.
El viento del nordeste, con su abrazo,
ahora es del oeste y vendaval,
galernas que se anuncian a las almas,
espinos con dolor y crueldad.
Me duele ver el llanto en la pupila
y lloro con tus ojos a la par,
no quiero reflejarme en esos versos
que sangran y que añoran dignidad.
Me veo como un niño sin palabras
huyendo de un tremendo cenagal,
me siguen los cometas de colores
que llevan un rosario sin rezar.
Presiento que unos labios me susurran,
que me hablan las sirenas y el coral,
mas pienso que es la fiebre que me abraza
y quiere que me hunda más y más.
Me faltan las palabras en la noche
los labios ya me piden brevedad,
los dedos se equivocan, por fortuna,
y pienso que el delirio está al llegar.
Cabalgan Rocinantes en el pecho
y surcan los veleros en la mar,
en sueños les esperan los molinos
y puertos con tabernas y con sal.
"...Me veo como un niño ante el espejo
que busca y que rebusca su verdad,
aquella que se tiene y no se alcanza,
con mano temblorosa y desigual..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/10/13
UNA MAÑANA DE OCTUBRE...
Una mañana de octubre
te asomaste a la ventana,
y volaron mariposas
de tu sonrisa tan clara.
Volaron al mediodía
desde las luces del alba,
con las gotas del rocío
en sus alas plateadas.
Gotas llegadas de noche
con relente y con escarcha,
para dormir en silencio
en praderas con rosadas.
Duermen los ojos sinceros
de los niños en su infancia,
como también los rosales
dejan sueños en las almas.
Rosas que van a los ojos
con mensajes sin palabras,
para animar las pupilas
y las conciencias doradas.
Quiero besar las pupilas,
esas que siempre me hablan,
y retener las pasiones
en su cajita de nácar.
Rugen pasiones sin nombre
entre volcanes y lava,
con las cenizas de otoño,
que en un susurro se apagan.
Polvo y cenizas se juntan
y en los senderos se abrazan,
y se convierten en lodo
cuando la lluvia descarga.
"...Una mañana de octubre
vi que llovía en tu cara,
lágrimas eran, sin duda,
que tus ojitos dejaban..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/13
te asomaste a la ventana,
y volaron mariposas
de tu sonrisa tan clara.
Volaron al mediodía
desde las luces del alba,
con las gotas del rocío
en sus alas plateadas.
Gotas llegadas de noche
con relente y con escarcha,
para dormir en silencio
en praderas con rosadas.
Duermen los ojos sinceros
de los niños en su infancia,
como también los rosales
dejan sueños en las almas.
Rosas que van a los ojos
con mensajes sin palabras,
para animar las pupilas
y las conciencias doradas.
Quiero besar las pupilas,
esas que siempre me hablan,
y retener las pasiones
en su cajita de nácar.
Rugen pasiones sin nombre
entre volcanes y lava,
con las cenizas de otoño,
que en un susurro se apagan.
Polvo y cenizas se juntan
y en los senderos se abrazan,
y se convierten en lodo
cuando la lluvia descarga.
"...Una mañana de octubre
vi que llovía en tu cara,
lágrimas eran, sin duda,
que tus ojitos dejaban..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/13
NO QUISIERA QUE EL SILENCIO...
No quisiera que el silencio
se ultrajara con envidias,
ni con globos de colores
ni con tiernas serpentinas.
Es posible que quisiera
otra dulce compañía,
donde viera, en el silencio,
el sentido de la vida.
Hay silencios y silencios
en que hablan las marismas,
parlotean las riberas
y gaviotas distraídas.
Pero hay otros, que a los hombres,
estremecen con su risa,
con su abrazo omnipotente
y unas brumas infinitas.
Yo recojo en los silencios
las palabras de agonía,
y hasta atrapo las preguntas
de las almas compungidas.
Y es ahí donde me encuentro
los silencios y sonrisas,
los susurros sofocados
de unos labios que suspiran.
Porque amamos los silencios
y buscamos sus mejillas,
en las sombras seductoras
de las noches muy tranquilas.
Es verdad, que en los silencios,
van ocultas sinfonías,
que emitieron las estrellas
con sus lágrimas benditas.
Es verdad que hay caracolas
con sirenas por la orilla,
y que escuchan los silencios
de maneras divertidas.
Mas también hay camposantos
con las flores ya marchitas,
y con losas troceadas
y cipreses con ortigas.
Pero hay hombres y mujeres
que el silencio necesitan,
y lo buscan sin descanso
en un soplo de la brisa.
Sin embargo son los niños
los que agitan sus manitas,
y se alejan del silencio
porque sueñan utopías.
"...No quisiera que el silencio
fuera un tema de partida,
aunque surja en estas letras
que ahora leo y hago mías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/13
se ultrajara con envidias,
ni con globos de colores
ni con tiernas serpentinas.
Es posible que quisiera
otra dulce compañía,
donde viera, en el silencio,
el sentido de la vida.
Hay silencios y silencios
en que hablan las marismas,
parlotean las riberas
y gaviotas distraídas.
Pero hay otros, que a los hombres,
estremecen con su risa,
con su abrazo omnipotente
y unas brumas infinitas.
Yo recojo en los silencios
las palabras de agonía,
y hasta atrapo las preguntas
de las almas compungidas.
Y es ahí donde me encuentro
los silencios y sonrisas,
los susurros sofocados
de unos labios que suspiran.
Porque amamos los silencios
y buscamos sus mejillas,
en las sombras seductoras
de las noches muy tranquilas.
Es verdad, que en los silencios,
van ocultas sinfonías,
que emitieron las estrellas
con sus lágrimas benditas.
Es verdad que hay caracolas
con sirenas por la orilla,
y que escuchan los silencios
de maneras divertidas.
Mas también hay camposantos
con las flores ya marchitas,
y con losas troceadas
y cipreses con ortigas.
Pero hay hombres y mujeres
que el silencio necesitan,
y lo buscan sin descanso
en un soplo de la brisa.
Sin embargo son los niños
los que agitan sus manitas,
y se alejan del silencio
porque sueñan utopías.
"...No quisiera que el silencio
fuera un tema de partida,
aunque surja en estas letras
que ahora leo y hago mías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/13
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