NO QUISIERA QUE EL SILENCIO...
No quisiera que el silencio
se ultrajara con envidias,
ni con globos de colores
ni con tiernas serpentinas.
Es posible que quisiera
otra dulce compañía,
donde viera, en el silencio,
el sentido de la vida.
Hay silencios y silencios
en que hablan las marismas,
parlotean las riberas
y gaviotas distraídas.
Pero hay otros, que a los hombres,
estremecen con su risa,
con su abrazo omnipotente
y unas brumas infinitas.
Yo recojo en los silencios
las palabras de agonía,
y hasta atrapo las preguntas
de las almas compungidas.
Y es ahí donde me encuentro
los silencios y sonrisas,
los susurros sofocados
de unos labios que suspiran.
Porque amamos los silencios
y buscamos sus mejillas,
en las sombras seductoras
de las noches muy tranquilas.
Es verdad, que en los silencios,
van ocultas sinfonías,
que emitieron las estrellas
con sus lágrimas benditas.
Es verdad que hay caracolas
con sirenas por la orilla,
y que escuchan los silencios
de maneras divertidas.
Mas también hay camposantos
con las flores ya marchitas,
y con losas troceadas
y cipreses con ortigas.
Pero hay hombres y mujeres
que el silencio necesitan,
y lo buscan sin descanso
en un soplo de la brisa.
Sin embargo son los niños
los que agitan sus manitas,
y se alejan del silencio
porque sueñan utopías.
"...No quisiera que el silencio
fuera un tema de partida,
aunque surja en estas letras
que ahora leo y hago mías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/13
se ultrajara con envidias,
ni con globos de colores
ni con tiernas serpentinas.
Es posible que quisiera
otra dulce compañía,
donde viera, en el silencio,
el sentido de la vida.
Hay silencios y silencios
en que hablan las marismas,
parlotean las riberas
y gaviotas distraídas.
Pero hay otros, que a los hombres,
estremecen con su risa,
con su abrazo omnipotente
y unas brumas infinitas.
Yo recojo en los silencios
las palabras de agonía,
y hasta atrapo las preguntas
de las almas compungidas.
Y es ahí donde me encuentro
los silencios y sonrisas,
los susurros sofocados
de unos labios que suspiran.
Porque amamos los silencios
y buscamos sus mejillas,
en las sombras seductoras
de las noches muy tranquilas.
Es verdad, que en los silencios,
van ocultas sinfonías,
que emitieron las estrellas
con sus lágrimas benditas.
Es verdad que hay caracolas
con sirenas por la orilla,
y que escuchan los silencios
de maneras divertidas.
Mas también hay camposantos
con las flores ya marchitas,
y con losas troceadas
y cipreses con ortigas.
Pero hay hombres y mujeres
que el silencio necesitan,
y lo buscan sin descanso
en un soplo de la brisa.
Sin embargo son los niños
los que agitan sus manitas,
y se alejan del silencio
porque sueñan utopías.
"...No quisiera que el silencio
fuera un tema de partida,
aunque surja en estas letras
que ahora leo y hago mías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/13
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