YO TE PREGUNTO A TI...
Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y la pregunta surge sin palabras,
preciso la respuesta bien sincera
y quiero que la entregue tu mirada.
No quiero confusiones infantiles,
ni quiero situaciones complicadas,
te pido que respondas simplemente
para callar la voz de las resacas.
La eterna algarabía del recuerdo,
el dulce parlamento de las hadas,
susurros que dejaron en los bosques
los elfos a los robles y las hayas.
Por eso yo te pido que contestes
y digas lo que sientes en el alma,
me digas si me llevas a tu lado
y sientes como vibran mis pestañas.
La lluvia y la garúa se acrecientan,
asoman en los ojos unas lágrimas,
hay ciertos nubarrones del oeste
con restos de galernas despistadas.
Mas hay una esperanza turbadora,
un lirio que florece en la ventana,
dos ojos que vigilan bien tus pasos
y un sol que se despierta con el alba.
Y existe la certeza ineludible
que sale, sin querer, de las entrañas,
extrañas mariposas de colores
que vuelan con sus alas desplegadas.
Y vuelan al encuentro de la tarde
tratando de expresar, con esperanza,
que existen esas brasas y ese fuego
forjando un sentimiento sin palabras.
"...Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y espero la respuesta tan sagrada,
con ella saldaré tantos misterios
calmando al corazón que ya te ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/13
y la pregunta surge sin palabras,
preciso la respuesta bien sincera
y quiero que la entregue tu mirada.
No quiero confusiones infantiles,
ni quiero situaciones complicadas,
te pido que respondas simplemente
para callar la voz de las resacas.
La eterna algarabía del recuerdo,
el dulce parlamento de las hadas,
susurros que dejaron en los bosques
los elfos a los robles y las hayas.
Por eso yo te pido que contestes
y digas lo que sientes en el alma,
me digas si me llevas a tu lado
y sientes como vibran mis pestañas.
La lluvia y la garúa se acrecientan,
asoman en los ojos unas lágrimas,
hay ciertos nubarrones del oeste
con restos de galernas despistadas.
Mas hay una esperanza turbadora,
un lirio que florece en la ventana,
dos ojos que vigilan bien tus pasos
y un sol que se despierta con el alba.
Y existe la certeza ineludible
que sale, sin querer, de las entrañas,
extrañas mariposas de colores
que vuelan con sus alas desplegadas.
Y vuelan al encuentro de la tarde
tratando de expresar, con esperanza,
que existen esas brasas y ese fuego
forjando un sentimiento sin palabras.
"...Yo te pregunto a ti, si tú me quieres,
y espero la respuesta tan sagrada,
con ella saldaré tantos misterios
calmando al corazón que ya te ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/13
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