EN LA MEDIA NOCHE...



En la medianoche,
de un día cualquiera
suenan las campanas
bajo las estrellas.

Lucen los faroles,
rompen las mareas,
sueñan las cigarras,
cantan las sirenas.

Y es, entre las sombras,
de donde regresan,
tantas sensaciones
que vuelven de fiesta.

Son aquellos bailes,
bajo las palmeras,
junto al viejo parque
que aguanta mil ferias.

Sonaba la música,
estabas tan cerca,
rozaban mis dedos
tu cuerpo de seda.

Y allí, entre la gente,
supimos, de veras,
lo que es el silencio
vacío y sin fuerzas,

Pasaron las horas,
llegó la verbena,
sacaron la traca
con luces diversas.

Y así se besaron
dos labios de cera,
con besos de alivio
sin guiños ni enseñas.

Tus labios pedían
pasión y violetas,
los míos, en cambio,
tan solo dos letras.

Dos letras, dos besos,
palabras sinceras,
quizás abreviadas
cual flor de un poema.

Arriba la luna
sacaba sus prendas,
su cara en el lago
que allí se refleja.

Al lado, en el campus,
está la tristeza,
las aulas vacías
con sombras siniestras.

Y abajo, en los muelles,
cierran las tabernas,
también las ventanas
de oscuras bodegas.

Más tarde, en el parque
dos jóvenes sueñan,
se toman sus manos
que miman y besan.

Canciones sin nombre
que ofrecen y entregan,
las llaves valiosas
que libran dos puertas.

Las llaves del alma,
que ansiosas se unieran,
con lazos sublimes
y cintas traviesas.

"...En la media noche,
de un día cualquiera,
vuelven los recuerdos,
suenan panderetas.

Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/13

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