DE QUÉ PUEDO ESCRIBIRTE...
De qué puedo escribirte en esta tarde
si tengo las ventanas mal cerradas,
me azotan vendavales de los cielos
y el viejo corazón ya no me sangra.
Es fácil que me digas que no es justo,
que busque más allá de la distancia,
allí donde reposan los navíos
y duermen las sirenas en sus anclas.
Más quiero reflejarte con mis versos
el tierno escalofrío de las aguas,
el rizo del nordeste entre las olas
y el suave ronroneo que dejaban.
No es fácil describir a las mareas
y menos relatar, de las resacas,
la música que enerva los sentidos
llegando a los confines de las almas.
De qué puedo escribirte en esta tarde
me digo y me repito, mientras pasan,
las horas y minutos lentamente,
y el miedo me atenaza la garganta.
Quizás te escribiría del silencio,
quizás de amaneceres y del alba,
o puede que escribiera de unos labios
que un día me decían que me amaban.
Más todo son recuerdos ya lejanos
cargados de verdín y de nostalgia;
los sueños del candor y la utopía
quedaron en la tierra calcinada.
Mis dedos ya cansados se estremecen
y añoran a tu cuerpo de gitana,
quisieran recorrer aquellas sendas,
que un día compartimos sin palabras.
"...De qué puedo escribirte en esta tarde,
me dice nuevamente la esperanza,
quizás de tantos sueños seductores
y de otros, ya perdidos, en las llamas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/14
si tengo las ventanas mal cerradas,
me azotan vendavales de los cielos
y el viejo corazón ya no me sangra.
Es fácil que me digas que no es justo,
que busque más allá de la distancia,
allí donde reposan los navíos
y duermen las sirenas en sus anclas.
Más quiero reflejarte con mis versos
el tierno escalofrío de las aguas,
el rizo del nordeste entre las olas
y el suave ronroneo que dejaban.
No es fácil describir a las mareas
y menos relatar, de las resacas,
la música que enerva los sentidos
llegando a los confines de las almas.
De qué puedo escribirte en esta tarde
me digo y me repito, mientras pasan,
las horas y minutos lentamente,
y el miedo me atenaza la garganta.
Quizás te escribiría del silencio,
quizás de amaneceres y del alba,
o puede que escribiera de unos labios
que un día me decían que me amaban.
Más todo son recuerdos ya lejanos
cargados de verdín y de nostalgia;
los sueños del candor y la utopía
quedaron en la tierra calcinada.
Mis dedos ya cansados se estremecen
y añoran a tu cuerpo de gitana,
quisieran recorrer aquellas sendas,
que un día compartimos sin palabras.
"...De qué puedo escribirte en esta tarde,
me dice nuevamente la esperanza,
quizás de tantos sueños seductores
y de otros, ya perdidos, en las llamas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/14
QUIERO UN BESO DE TUS LABIOS...
Yo también quiero un beso de tus labios,
pero un beso diferente.
Un beso que me diga muchas cosas,
que me hable de ti,
que me cuente tus secretos,
que me diga lo que dejan tus susurros
en la noche.
Quiero un beso que emborrache mis sentidos,
que me embriague y enloquezca sin remedio,
que me haga estremecer por mucho tiempo,
que me aparte y me proteja del peligro
de la vida.
Quiero un beso que acompañe los latidos
de mi alma,
que me diga que adelante,
que la vida continúa y que en ella
están tus labios y tus brazos
y tras ellos el cariño de tu cuerpo y de tu alma
que me esperan y que ansían confundirse
en un manto irreverente de placer
y de lujuria para siempre
con el mío.
Es por eso que te pido y te suplico
ese beso que yo quiero,
que ya ansío,
que confundo en mis momentos de cordura
con el beso ilusionado de aquel niño que recuerdo,
a la vera de un camino y con ojos soñadores,
esperando el dulce beso de las hadas
en el bosque.
Quiero un beso de tus labios
como el flujo y el reflujo de las olas en la playa,
que repiten las resacas dulcemente,
en un tierno manoseo de la espuma por la arena.
Quiero un beso de tus labios porque sí,
porque te quiero,
porque sé que tú también lo necesitas y precisas
y quizás porque es la muestra más sencilla del amor
y del cariño entre dos almas.
Quiero un beso simplemente de tus labios...
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/14
JUNTAR LAS LETRAS Y CASAR PALABRAS...
Juntar las letras y casar palabras
para trazar hermosas poesías,
dejar que vuele libre el pensamiento
por todos los rincones de la vida.
Así es, como se tejen los sonetos,
como nacen romances con la brisa,
como surgen los sueños de las almas
detrás de las hermosas margaritas.
Porque quien siente así, de esta manera,
es poeta que busca en su mochila,
la pluma y el tintero simplemente
y el faro que ilumine sus pupilas.
Luego procederá a escribir largo
y tendido, esbozando una sonrisa,
y dejará sus dudas y sus miedos,
en el blanco papel de una cuartilla.
Se mezclan y confunden las palabras,
se forma un carrusel de prosa nívea
que todos la confunden con la ausente,
"la eterna poesía perseguida".
Pero es el corazón de los poetas
quien sabe distinguirla de la envidia,
quien puede rescatarla de las manos
audaces, que la roban y mancillan.
Hay falsos cirujanos de las letras
y mucho embaucador, que con la lira,
pretende confundir a los lectores
tratando de vender su mercancía.
Lo malo es, que sus versos decadentes,
no ofrecen el sabor de la sonrisa,
ni vuelan por jardines encantados
ni rozan esos versos las barbillas.
¡Ay dulce corazón, nunca te engañes
y dejes que te vendan poesías,
aquellos impostores de las letras
que alteran los procesos de la vida!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/14
para trazar hermosas poesías,
dejar que vuele libre el pensamiento
por todos los rincones de la vida.
Así es, como se tejen los sonetos,
como nacen romances con la brisa,
como surgen los sueños de las almas
detrás de las hermosas margaritas.
Porque quien siente así, de esta manera,
es poeta que busca en su mochila,
la pluma y el tintero simplemente
y el faro que ilumine sus pupilas.
Luego procederá a escribir largo
y tendido, esbozando una sonrisa,
y dejará sus dudas y sus miedos,
en el blanco papel de una cuartilla.
Se mezclan y confunden las palabras,
se forma un carrusel de prosa nívea
que todos la confunden con la ausente,
"la eterna poesía perseguida".
Pero es el corazón de los poetas
quien sabe distinguirla de la envidia,
quien puede rescatarla de las manos
audaces, que la roban y mancillan.
Hay falsos cirujanos de las letras
y mucho embaucador, que con la lira,
pretende confundir a los lectores
tratando de vender su mercancía.
Lo malo es, que sus versos decadentes,
no ofrecen el sabor de la sonrisa,
ni vuelan por jardines encantados
ni rozan esos versos las barbillas.
¡Ay dulce corazón, nunca te engañes
y dejes que te vendan poesías,
aquellos impostores de las letras
que alteran los procesos de la vida!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/14
ME ALEGRAS LA MAÑANA...
Me alegras la mañana, primavera,
e inundas el espacio con tus notas,
crisoles de abundante fantasía
que llegan confundidos con las olas.
La vida continúa más deprisa
y vuelan presurosas las gaviotas,
parece que la sangre se acelera
y exprime los segundos de las horas.
Quisiera que este tiempo no acabara,
que fuera realidad, y una victoria,
que siempre se quedara en el recuerdo
el beso insatisfecho de tu boca.
Sus labios juveniles me persiguen
y tratan de influir en mi derrota,
el rumbo de la nave y mi destino,
que sigue los perfiles de la costa.
Me alegras la mañana, primavera,
vestida de color, tan primorosa,
que pasas tan sutil e irreverente
dejando en la pradera mil aromas.
Yo quiero enamorarme vida mía,
y quiero que me quites esta losa,
que impide que me alce de la tierra
y vuele con mi sueños y la alondra.
Yo quiero conocer a quien me espera
y quiero que así mismo me conozca,
que sienta lo que siento sin palabras
y vea más allá de mi persona.
Más debo conseguir que le interese
el pétalo sagrado de esta rosa,
la suave contextura de sus versos
que dejan en mis dedos las palomas.
"...Me alegras la mañana, primavera,
y siento que mi pecho se desborda,
yo te amo, como nunca había amado,
y sueño con tu risa seductora..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/14
e inundas el espacio con tus notas,
crisoles de abundante fantasía
que llegan confundidos con las olas.
La vida continúa más deprisa
y vuelan presurosas las gaviotas,
parece que la sangre se acelera
y exprime los segundos de las horas.
Quisiera que este tiempo no acabara,
que fuera realidad, y una victoria,
que siempre se quedara en el recuerdo
el beso insatisfecho de tu boca.
Sus labios juveniles me persiguen
y tratan de influir en mi derrota,
el rumbo de la nave y mi destino,
que sigue los perfiles de la costa.
Me alegras la mañana, primavera,
vestida de color, tan primorosa,
que pasas tan sutil e irreverente
dejando en la pradera mil aromas.
Yo quiero enamorarme vida mía,
y quiero que me quites esta losa,
que impide que me alce de la tierra
y vuele con mi sueños y la alondra.
Yo quiero conocer a quien me espera
y quiero que así mismo me conozca,
que sienta lo que siento sin palabras
y vea más allá de mi persona.
Más debo conseguir que le interese
el pétalo sagrado de esta rosa,
la suave contextura de sus versos
que dejan en mis dedos las palomas.
"...Me alegras la mañana, primavera,
y siento que mi pecho se desborda,
yo te amo, como nunca había amado,
y sueño con tu risa seductora..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/14
LLEGASTE DULCE NIÑA DEL PASADO...
Llegaste dulce niña del pasado
atrapando al poeta entre tus redes,
viniste y le inundaste de dulzura
de forma muy sutil y sugerente.
No sé las añagazas que empleaste
ni el trago y la bebida que le dieres,
más sé que le hechizaron tus palabras
y el canto irreverente de tus sienes.
Es fácil, que agotados sus recuerdos,
le diera por hablar a las paredes,
y entonces tu silueta y tu figura
se hiciera realidad en su presente.
No importa lo pasado y sucedido
en tiempos anteriores y de nieve,
si acaso lo que ocurra, en adelante
que al alma y la razón no les altere.
Llegaste dulce niña de otro mundo,
de allí, donde dormitan los cipreses,
y el cielo enamorado está celoso
del mar verdeazulado y de los peces.
Más debo confesar, en su descargo,
que el cielo está celoso de su suerte,
que sueña con la noche y las estrellas
y el beso de las olas en sus sienes.
Seamos como niños, un momento,
y hagamos, sin dudar, nuestros deberes,
saquemos la alegría y la utopía
del fondo del baúl y de sus redes
Entonces soñaremos sin descanso
unidos a una música celeste,
que embote y aletargue los sentidos
dejando poesía en nuestras sienes.
"...Llegaste dulce niña, sin palabras,
y el ramo del olivo se estremece,
de nuevo renacieron las cenizas
del fuego y de un amor que ya no muere..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/14
atrapando al poeta entre tus redes,
viniste y le inundaste de dulzura
de forma muy sutil y sugerente.
No sé las añagazas que empleaste
ni el trago y la bebida que le dieres,
más sé que le hechizaron tus palabras
y el canto irreverente de tus sienes.
Es fácil, que agotados sus recuerdos,
le diera por hablar a las paredes,
y entonces tu silueta y tu figura
se hiciera realidad en su presente.
No importa lo pasado y sucedido
en tiempos anteriores y de nieve,
si acaso lo que ocurra, en adelante
que al alma y la razón no les altere.
Llegaste dulce niña de otro mundo,
de allí, donde dormitan los cipreses,
y el cielo enamorado está celoso
del mar verdeazulado y de los peces.
Más debo confesar, en su descargo,
que el cielo está celoso de su suerte,
que sueña con la noche y las estrellas
y el beso de las olas en sus sienes.
Seamos como niños, un momento,
y hagamos, sin dudar, nuestros deberes,
saquemos la alegría y la utopía
del fondo del baúl y de sus redes
Entonces soñaremos sin descanso
unidos a una música celeste,
que embote y aletargue los sentidos
dejando poesía en nuestras sienes.
"...Llegaste dulce niña, sin palabras,
y el ramo del olivo se estremece,
de nuevo renacieron las cenizas
del fuego y de un amor que ya no muere..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/14
ES POSIBLE QUE DUDES...
Es posible que dudes, si te faltan,
los claveles azules del camino,
y si ves a las nubes ondulantes
con los grises matices y sin brillo.
Pero debes saber que en la distancia
hay misterios que rondan el abismo,
y se pierden muy lejos, en los cielos,
como un triste botón del infinito.
Más prosigues tu marcha en el silencio
y a la noche reclamas tu destino,
recibiendo respuestas, sin palabras,
de ese viento que entrega mil suspiros.
Hay nostalgia de estrellas plañideras
y rumor de resacas en los ríos,
porque el mar de la playa está lejano
y te faltan los versos con sus hilos.
Es posible que dudes de la gente
y que sigas los pasos tan queridos
de la dulce silueta y la figura
que comparte contigo su cariño.
Y lo hace de forma sugerente
con sus manos, sus dedos y sus mimos,
que pacientes recorren los senderos
de ese mundo de juncos intranquilos.
Porque es fácil dudar de las personas
y también el dudar con uno mismo,
más allá de la duda razonable
que lacera las almas y el instinto.
Todo tiene su fin y trayectoria
aunque sea en invierno y con el frío,
aunque crezcan bardales, con el tiempo,
en los campos, sin nombre, de los trigos.
Es posible que dudes y te ofusques
con el alma sincera de los niños,
y no atiendas, siquiera, sus razones,
y al valor incipiente de sus gritos.
Pero piensa que llevan en el alma
esa fuente que vibra como un lirio,
ese pecho que exige que lo atiendan
con amor, con entrega en su castillo.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/14
los claveles azules del camino,
y si ves a las nubes ondulantes
con los grises matices y sin brillo.
Pero debes saber que en la distancia
hay misterios que rondan el abismo,
y se pierden muy lejos, en los cielos,
como un triste botón del infinito.
Más prosigues tu marcha en el silencio
y a la noche reclamas tu destino,
recibiendo respuestas, sin palabras,
de ese viento que entrega mil suspiros.
Hay nostalgia de estrellas plañideras
y rumor de resacas en los ríos,
porque el mar de la playa está lejano
y te faltan los versos con sus hilos.
Es posible que dudes de la gente
y que sigas los pasos tan queridos
de la dulce silueta y la figura
que comparte contigo su cariño.
Y lo hace de forma sugerente
con sus manos, sus dedos y sus mimos,
que pacientes recorren los senderos
de ese mundo de juncos intranquilos.
Porque es fácil dudar de las personas
y también el dudar con uno mismo,
más allá de la duda razonable
que lacera las almas y el instinto.
Todo tiene su fin y trayectoria
aunque sea en invierno y con el frío,
aunque crezcan bardales, con el tiempo,
en los campos, sin nombre, de los trigos.
Es posible que dudes y te ofusques
con el alma sincera de los niños,
y no atiendas, siquiera, sus razones,
y al valor incipiente de sus gritos.
Pero piensa que llevan en el alma
esa fuente que vibra como un lirio,
ese pecho que exige que lo atiendan
con amor, con entrega en su castillo.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/14
PARA OPINAR DE ALGO HAY QUE SABER...
Para opinar de algo hay que saber,
primero, de qué trata el argumento;
segundo, si es poema y no lo alcanzas
volver a releer aquellos versos.
Es fácil que los ojos se lastimen
y sufran, sin querer, por tanto ciego,
que abusan y confunden los poemas
con meras transcripciones de los lerdos.
Por eso no te importen los escritos
dejados por juglares no conversos,
que basan su escritura y fantasía
en vanas ilusiones de su adentro.
Se puede confundir una guitarra
mezclada entre el piano y el flamenco,
más nunca dejaremos una queja
al hombre que la rasga con esmero.
Hay muchos escritores que confunden
los versos y las rimas en su celo,
y más si los aplausos son constantes
de oyentes ignorantes, como el viento.
La esencia del poema está en sus letras,
los versos bien medidos con los dedos,
el ritmo tan constante de las notas
y el largo recorrido de sus besos.
Hoy vemos que la prosa se confunde
y mezcla, en los poemas sus secretos,
faltando a las raíces más profundas
de ser indivisible con su credo.
La prosa y el romance de las letras
es una maravilla que yo aprecio,
envidio a los que saben manejarse
y escriben como dioses, sin saberlo.
Prefiero los inicios infantiles
del rudo trovador, que con denuedo,
afila los rabeles en el alma
dejando sus compases a los cielos.
No quiero vanidad de nigromantes,
artistas con aplausos, que sin serlo,
confunden poesía con la prosa
y emiten hasta juicios muy severos.
Por eso yo me quedo en las montañas
y escucho de las mismas el silencio,
esencia con palabras ortodoxas,
y nunca edulcoradas por los necios.
"...Para opinar de algo hay que saber
y yo me considero ser un lego,
le dejo a los expertos, tal primicia,
y el ser los plañideros del momento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/14
primero, de qué trata el argumento;
segundo, si es poema y no lo alcanzas
volver a releer aquellos versos.
Es fácil que los ojos se lastimen
y sufran, sin querer, por tanto ciego,
que abusan y confunden los poemas
con meras transcripciones de los lerdos.
Por eso no te importen los escritos
dejados por juglares no conversos,
que basan su escritura y fantasía
en vanas ilusiones de su adentro.
Se puede confundir una guitarra
mezclada entre el piano y el flamenco,
más nunca dejaremos una queja
al hombre que la rasga con esmero.
Hay muchos escritores que confunden
los versos y las rimas en su celo,
y más si los aplausos son constantes
de oyentes ignorantes, como el viento.
La esencia del poema está en sus letras,
los versos bien medidos con los dedos,
el ritmo tan constante de las notas
y el largo recorrido de sus besos.
Hoy vemos que la prosa se confunde
y mezcla, en los poemas sus secretos,
faltando a las raíces más profundas
de ser indivisible con su credo.
La prosa y el romance de las letras
es una maravilla que yo aprecio,
envidio a los que saben manejarse
y escriben como dioses, sin saberlo.
Prefiero los inicios infantiles
del rudo trovador, que con denuedo,
afila los rabeles en el alma
dejando sus compases a los cielos.
No quiero vanidad de nigromantes,
artistas con aplausos, que sin serlo,
confunden poesía con la prosa
y emiten hasta juicios muy severos.
Por eso yo me quedo en las montañas
y escucho de las mismas el silencio,
esencia con palabras ortodoxas,
y nunca edulcoradas por los necios.
"...Para opinar de algo hay que saber
y yo me considero ser un lego,
le dejo a los expertos, tal primicia,
y el ser los plañideros del momento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/03/14
HAY MUCHAS PUERTAS CERRADAS...
Hay muchas puertas cerradas
esperando ser abiertas,
por mil manos infantiles
pero llenas de inocencia.
Nuestro signo es esperar
y lo hacemos con pereza,
soñolientos y dormidos,
confundidos como ascetas.
Así esperan nuestros ojos
la figura y la belleza,
de ese cuerpo inmaculado
con aromas de leyenda.
Es el cuerpo sugerente
de una linda cenicienta,
con su cara arrebolada
tan preciosa y tan sincera.
Hay muchas puertas cerradas
con ventanas entreabiertas,
por donde campa la brisa
del nordeste que se cuela.
Hay rompientes en la costa
de los vientos que allí llegan,
y las olas en la playa
dejan besos en la arena.
Yo preciso de tu aliento,
de esa sangre siempre fresca,
del fragor de tus pupilas
que enamoran y embelesan.
Porque espero, como un niño,
el candor de los poemas,
y los versos sugerentes
que has escrito con tu letra.
Hay muchas puertas cerradas
con cerrojo y sin cadenas
esperando que unas llaves
lleven luz a las tinieblas.
Así se pasan los días
y así viven los poetas,
entre puertas mal cerradas
y cadenas con princesas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/14
esperando ser abiertas,
por mil manos infantiles
pero llenas de inocencia.
Nuestro signo es esperar
y lo hacemos con pereza,
soñolientos y dormidos,
confundidos como ascetas.
Así esperan nuestros ojos
la figura y la belleza,
de ese cuerpo inmaculado
con aromas de leyenda.
Es el cuerpo sugerente
de una linda cenicienta,
con su cara arrebolada
tan preciosa y tan sincera.
Hay muchas puertas cerradas
con ventanas entreabiertas,
por donde campa la brisa
del nordeste que se cuela.
Hay rompientes en la costa
de los vientos que allí llegan,
y las olas en la playa
dejan besos en la arena.
Yo preciso de tu aliento,
de esa sangre siempre fresca,
del fragor de tus pupilas
que enamoran y embelesan.
Porque espero, como un niño,
el candor de los poemas,
y los versos sugerentes
que has escrito con tu letra.
Hay muchas puertas cerradas
con cerrojo y sin cadenas
esperando que unas llaves
lleven luz a las tinieblas.
Así se pasan los días
y así viven los poetas,
entre puertas mal cerradas
y cadenas con princesas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/14
CUANDO LA VIDA ES UN JUEGO...
Cuando la vida es un juego,
por mendigar que te quieran,
algo se rompe en el alma
como un cristal que se estrella.
Pero no importa la trampa,
ni que te saltes las reglas,
debes seguir lo que dicte
tu inoportuna conciencia.
Porque querer es de niños
que casi todo lo aceptan
y así reciben regalos
en sus manitas sinceras.
Por eso quiero ser niño
y conservar los cometas,
con tantos hilos brillantes
de su infantil inocencia.
Cuando la vida es un juego
llega el amor que no esperas,
y el corazón va de prisa
por la oportuna galerna.
Surgen palabras y versos
con mariposas que vuelan,
y hay un dolor en el alma
por esa eterna quimera.
Llegan las rosas de mayo
junto a las nieves eternas,
con tantas lindas palabras
que en los poemas se dejan.
Pero el volcán de pasiones
cruza nervioso las huellas,
donde el camino y la vida
trazan extrañas piruetas.
Van hacia sendas difusas
las emociones que siembran,
son como el día y la noche
en sintonía y belleza.
"...Cuando la vida es un juego
hay un amor con que juegas,
una caricia tronchada
y una ilusión que está muerta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/14
por mendigar que te quieran,
algo se rompe en el alma
como un cristal que se estrella.
Pero no importa la trampa,
ni que te saltes las reglas,
debes seguir lo que dicte
tu inoportuna conciencia.
Porque querer es de niños
que casi todo lo aceptan
y así reciben regalos
en sus manitas sinceras.
Por eso quiero ser niño
y conservar los cometas,
con tantos hilos brillantes
de su infantil inocencia.
Cuando la vida es un juego
llega el amor que no esperas,
y el corazón va de prisa
por la oportuna galerna.
Surgen palabras y versos
con mariposas que vuelan,
y hay un dolor en el alma
por esa eterna quimera.
Llegan las rosas de mayo
junto a las nieves eternas,
con tantas lindas palabras
que en los poemas se dejan.
Pero el volcán de pasiones
cruza nervioso las huellas,
donde el camino y la vida
trazan extrañas piruetas.
Van hacia sendas difusas
las emociones que siembran,
son como el día y la noche
en sintonía y belleza.
"...Cuando la vida es un juego
hay un amor con que juegas,
una caricia tronchada
y una ilusión que está muerta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/03/14
MARGARITA ROTA...
Margarita rota
de mirada enferma,
¿dónde está tu magia,
tu virtud serena?
¿Dónde tu perfume
guarda las esencias
y aquella colonia
de tardes tan frescas?
Un día una mano
rasgó tu belleza,
queriendo llevarte
muy lejos con ella.
Quizás a otras manos,
a un pelo cualquiera,
que besa la brisa
y el agua lo riega.
El agua de lluvia
que moja la tierra,
la empapa, la cala
y así la renueva.
Más tú, indiferente
buscabas las hebras,
los rizos tan lindos,
cascadas eternas.
Allí te posaron
en linda cabeza,
y tú te dormiste
de buenas maneras.
Arriba la luna
lucía con fuerza,
abajo las olas
bailaban serenas.
Más tú, en tu destino,
dormías coqueta,
ajena a los vientos
y fieras galernas.
Ausente de un mundo
con mucha violencia,
con gritos silentes,
peleas y guerras.
Margarita rota
que duermes la siesta,
no lances suspiros
la prisa no es buena.
Recuerda los besos
y el labio que tiembla,
la luz de unos ojos
que amando te sueñan.
Así están los míos,
(bendita princesa),
un tanto llorosos
por ver que te alejas.
Sabiendo que marchas,
sin luz y linterna,
a un mundo sombrío
con solo tinieblas.
"...Margarita rota,
margarita enferma,
no quiero que marches
ni dejes mi vera.
Te quiero a mi lado,
sencilla promesa,
por hoy y por siempre
hasta que me muera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/14
de mirada enferma,
¿dónde está tu magia,
tu virtud serena?
¿Dónde tu perfume
guarda las esencias
y aquella colonia
de tardes tan frescas?
Un día una mano
rasgó tu belleza,
queriendo llevarte
muy lejos con ella.
Quizás a otras manos,
a un pelo cualquiera,
que besa la brisa
y el agua lo riega.
El agua de lluvia
que moja la tierra,
la empapa, la cala
y así la renueva.
Más tú, indiferente
buscabas las hebras,
los rizos tan lindos,
cascadas eternas.
Allí te posaron
en linda cabeza,
y tú te dormiste
de buenas maneras.
Arriba la luna
lucía con fuerza,
abajo las olas
bailaban serenas.
Más tú, en tu destino,
dormías coqueta,
ajena a los vientos
y fieras galernas.
Ausente de un mundo
con mucha violencia,
con gritos silentes,
peleas y guerras.
Margarita rota
que duermes la siesta,
no lances suspiros
la prisa no es buena.
Recuerda los besos
y el labio que tiembla,
la luz de unos ojos
que amando te sueñan.
Así están los míos,
(bendita princesa),
un tanto llorosos
por ver que te alejas.
Sabiendo que marchas,
sin luz y linterna,
a un mundo sombrío
con solo tinieblas.
"...Margarita rota,
margarita enferma,
no quiero que marches
ni dejes mi vera.
Te quiero a mi lado,
sencilla promesa,
por hoy y por siempre
hasta que me muera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/14
ERA...
Era un niño jugando en una playa
una tarde preciosa de verano,
unas olas llegando hasta la orilla
y un cometa volando desgarbado.
Una brisa besaba las palmeras,
un ciprés vigilaba el camposanto,
un farol se estiraba, perezoso,
y en la acera dormían unos gatos.
Tú vivías la vida intensamente
o quizás la gozabas sin notarlo,
procurando pasar inadvertido
con el traje invisible de los hados.
Pero todo cambió, sin proponerlo,
al sentir aquel beso de unos labios,
ya que un río de fuego y aguardiente
se metió por tus venas en el acto.
Era un joven con pinta de Quijote,
un doncel con figura de escribano,
una plaza desierta en una tarde
donde el sol se alejaba en el ocaso.
Allí estaba la estatua tan señera
con la fuente a su lado goteando,
una encina servía a las ardillas
para ir correteando hasta los bancos.
Porque allí se encontraban tantas migas
que un viejito dejara con sus manos,
y también los recuerdos perezosos
de algún pecho lloroso, suspirando.
Yo sabía que estabas con nosotros,
primavera de rostro tan preclaro,
y que estaban las rosas y violetas
con el dulce perfume de los nardos.
"...Era un hombre parado ante la vida,
un reloj detenido por los años,
una luz que confunde el horizonte
y una noche que envuelve con su manto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/14
una tarde preciosa de verano,
unas olas llegando hasta la orilla
y un cometa volando desgarbado.
Una brisa besaba las palmeras,
un ciprés vigilaba el camposanto,
un farol se estiraba, perezoso,
y en la acera dormían unos gatos.
Tú vivías la vida intensamente
o quizás la gozabas sin notarlo,
procurando pasar inadvertido
con el traje invisible de los hados.
Pero todo cambió, sin proponerlo,
al sentir aquel beso de unos labios,
ya que un río de fuego y aguardiente
se metió por tus venas en el acto.
Era un joven con pinta de Quijote,
un doncel con figura de escribano,
una plaza desierta en una tarde
donde el sol se alejaba en el ocaso.
Allí estaba la estatua tan señera
con la fuente a su lado goteando,
una encina servía a las ardillas
para ir correteando hasta los bancos.
Porque allí se encontraban tantas migas
que un viejito dejara con sus manos,
y también los recuerdos perezosos
de algún pecho lloroso, suspirando.
Yo sabía que estabas con nosotros,
primavera de rostro tan preclaro,
y que estaban las rosas y violetas
con el dulce perfume de los nardos.
"...Era un hombre parado ante la vida,
un reloj detenido por los años,
una luz que confunde el horizonte
y una noche que envuelve con su manto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/14
HOY ES JUEVES...
Hoy es jueves y confundo los días,
como confundo las horas
y también a las personas.
Pero no puedo evitar tu recuerdo
y esa nariz tan graciosa,
esos dientos de niña que mostrabas
y esos ojos de miel que me enseñaste,
ni las pecas de tu cara,
(que tú decías manchas),
ni tus dedos de plata
que acaricié tantas veces con los míos.
Es por eso que hoy te dejo mis besos
para que no puedas con ellos y te desborden,
quiero que te digan muchas cosas,
te persigan sin descanso
y te roben otros besos de tu boca.
Tantos que sean capaces
de arrancar una sonrisa de tu alma
y hasta de sacarte un suspiro de tu pecho.
Porque hoy es jueves y la semana
está en su mitad casi exacta,
y tengo ganas de decírtelo
y de gritar todo esto a los cuatro vientos,
porque sí, porque me da la gana,
para calmar quizás a mi pensamiento
que sigue dando vueltas a tu cara
y la ve aquí y allá, en un pasado
y un presente ya lejano,
aunque también la ve,
con esos ojos infantiles,
en un futuro por el bosque,
junto aquella casita encantada
que tanto nos embriagó, durante un tiempo,
y en el que fuimos muy felices
y hasta tuvimos la suerte de soñar
y ser un poquito más niños todavía.
Entonces te leía poesías y me hablabas
de tus cosas,
de pequeñas nimiedades entre rimas
que surgían de un cuaderno envejecido.
Yo escuchaba tus latidos presurosos
y te amaba sin palabras, en las noches
del estío, con el fondo y el rumor
de las resacas y las olas
que llegaban a la playa bajo el manto
protector y luminoso de la luna
y las estrellas.
Hoy es jueves y recuerdo todo esto
y te recuerdo como entonces,
y te llamo y te suplico
y te digo "que te quiero",
con mi voz en la distancia.
"...Hoy es jueves, simplemente..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/14
ES LA VIDA UNA ETERNA SINFONÍA...
Es la vida una eterna sinfonía,
un balcón donde anida la esperanza,
el sedal de un cometa que se eleva
y que causa alegría entre las almas.
Y quizás, porque tiene todo aquello,
es crisol de leyendas y de magia,
es la fuente que nace en las estrellas
y la brisa que agita las fontanas.
Aunque hay vidas que nacen con la muerte
y en el filo sutil de la guadaña,
con un tiempo de corto recorrido
que el reloj lentamente ya remarca.
Pero quiero volver hacia el principio,
a ese mundo de rosas y de hadas,
donde surgen los sueños en los niños
y en los hombres recuerdos y palabras.
Es la vida una eterna sinfonía,
un violín y una mano que trabaja,
un compás en el baile, dando vueltas,
y una luz en la noche que destaca.
Porque son las estrellas silenciosas
esos dulces reflejos de las aguas,
y los ojos que ocultan sus misterios
que reparten, sin duda, entre las algas.
Es la vida la eterna campanilla
del jardín, en la plaza tan cercana,
y lo es en la bella mariposa
con sus alas tan lindas desplegadas.
Sin embargo la vida continúa
cada día, ofreciéndonos su página,
ese lienzo tan puro e inviolable
con su blanca cuartilla inmaculada.
"...Es la vida una eterna sinfonía,
unos dedos rasgando la guitarra,
una voz que suspira y que susurra,
mientras pulsa las cuerdas de su arpa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/14
un balcón donde anida la esperanza,
el sedal de un cometa que se eleva
y que causa alegría entre las almas.
Y quizás, porque tiene todo aquello,
es crisol de leyendas y de magia,
es la fuente que nace en las estrellas
y la brisa que agita las fontanas.
Aunque hay vidas que nacen con la muerte
y en el filo sutil de la guadaña,
con un tiempo de corto recorrido
que el reloj lentamente ya remarca.
Pero quiero volver hacia el principio,
a ese mundo de rosas y de hadas,
donde surgen los sueños en los niños
y en los hombres recuerdos y palabras.
Es la vida una eterna sinfonía,
un violín y una mano que trabaja,
un compás en el baile, dando vueltas,
y una luz en la noche que destaca.
Porque son las estrellas silenciosas
esos dulces reflejos de las aguas,
y los ojos que ocultan sus misterios
que reparten, sin duda, entre las algas.
Es la vida la eterna campanilla
del jardín, en la plaza tan cercana,
y lo es en la bella mariposa
con sus alas tan lindas desplegadas.
Sin embargo la vida continúa
cada día, ofreciéndonos su página,
ese lienzo tan puro e inviolable
con su blanca cuartilla inmaculada.
"...Es la vida una eterna sinfonía,
unos dedos rasgando la guitarra,
una voz que suspira y que susurra,
mientras pulsa las cuerdas de su arpa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/14
HE ROZADO LOS PLIEGUES DE TU CUERPO...
He rozado los pliegues de tu cuerpo,
con mis dedos buscando el infinito,
y encontré que tu piel se estremecía
y unos labios dejaban mil suspiros.
Una leve ternura me embargaba
y noté un pequeño escalofrío,
que dejaban tus manos en mi pecho
a la vez que aumentaban tus latidos.
Era un cuadro arrancado de una escena,
un piano vibrando como un lirio,
un cometa volando por los aires
en la mano inocente de aquel niño.
Pero pude aguantar las emociones
pilotando el timón de mi navío,
y seguí con mis dedos en tu cuerpo
desde el cuello bajando hasta el Olimpo.
He rozado los pliegues de tu cuerpo
y así puedo saber lo que he sufrido,
y sentir lo que siento tras tu ausencia,
y velar el silencio de los cirios.
Porque debes saber que yo te quiero
y que tiemblo, también, cuando lo digo,
aunque sea en lo alto de los montes
o en el parque carente de testigos.
Yo sé bien que adivinas mi presencia
y que lees estos versos mal escritos,
y también que sonríes con mi risa
a pesar de dos mundos tan distintos.
Pero nunca te olvides de mis dedos
que buscaron tu cuerpo con cariño,
ni tampoco te olvides de mis labios
y los besos de noche compartidos.
"...He rozado los pliegues de tu cuerpo
y quisiera, sin duda, repetirlo,
y dormirme en tus brazos simplemente
apagando la hoguera de mis gritos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/14
con mis dedos buscando el infinito,
y encontré que tu piel se estremecía
y unos labios dejaban mil suspiros.
Una leve ternura me embargaba
y noté un pequeño escalofrío,
que dejaban tus manos en mi pecho
a la vez que aumentaban tus latidos.
Era un cuadro arrancado de una escena,
un piano vibrando como un lirio,
un cometa volando por los aires
en la mano inocente de aquel niño.
Pero pude aguantar las emociones
pilotando el timón de mi navío,
y seguí con mis dedos en tu cuerpo
desde el cuello bajando hasta el Olimpo.
He rozado los pliegues de tu cuerpo
y así puedo saber lo que he sufrido,
y sentir lo que siento tras tu ausencia,
y velar el silencio de los cirios.
Porque debes saber que yo te quiero
y que tiemblo, también, cuando lo digo,
aunque sea en lo alto de los montes
o en el parque carente de testigos.
Yo sé bien que adivinas mi presencia
y que lees estos versos mal escritos,
y también que sonríes con mi risa
a pesar de dos mundos tan distintos.
Pero nunca te olvides de mis dedos
que buscaron tu cuerpo con cariño,
ni tampoco te olvides de mis labios
y los besos de noche compartidos.
"...He rozado los pliegues de tu cuerpo
y quisiera, sin duda, repetirlo,
y dormirme en tus brazos simplemente
apagando la hoguera de mis gritos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/03/14
HAY GALERNAS QUE NACEN SIN PENSARLO...
Hay galernas que nacen sin pensarlo,
como aquella del sábado de gloria,
que Gerardo cantara con sus versos
acallando la voz de las alondras.
Porque surge, de pronto y de repente,
ese viento de oeste, que resopla,
y que rompe ventanas y tejados
y se extiende furioso por la costa.
No se salvan chalupas y traineras
del vaivén tan furioso de las olas,
que reclaman su precio en este juego
tan macabro y sutil que las deshonra.
Se aceleran las manos a los remos
y se reza a los cielos sin demora,
porque solo será, con un milagro,
que la barca soporte su derrota.
Se entremezclan las algas con la arena
en un beso fugaz entre las sombras,
y aparece el infierno, tan temido,
con las fauces hambrientas de su boca.
Es el miedo perenne de los hombres
el que acerca su vida hasta las rocas,
a rozar los cantiles con el hielo
de esa amarga galerna peligrosa.
Porque el hielo acrecienta los cristales
de ese miedo a la parca tan ladrona,
y nos deja las playas muy sembradas
de figuras ausentes y remotas.
Allí están los marinos tan valientes,
los amantes del vino y de las bromas,
extendidos sus cuerpos, ya sin vida,
y sin ver la galerna asoladora.
Porque todo sucede en un momento
y los cielos se cubren , no de rosas,
pues lo hacen con furia contenida
con el viento que llega y les asola.
"...Hay galernas que nacen sin pensarlo
y yo sé, de las mismas, por sus obras,
y también de escuchar a mis abuelos
todo el mal que causaron las traidoras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/14
como aquella del sábado de gloria,
que Gerardo cantara con sus versos
acallando la voz de las alondras.
Porque surge, de pronto y de repente,
ese viento de oeste, que resopla,
y que rompe ventanas y tejados
y se extiende furioso por la costa.
No se salvan chalupas y traineras
del vaivén tan furioso de las olas,
que reclaman su precio en este juego
tan macabro y sutil que las deshonra.
Se aceleran las manos a los remos
y se reza a los cielos sin demora,
porque solo será, con un milagro,
que la barca soporte su derrota.
Se entremezclan las algas con la arena
en un beso fugaz entre las sombras,
y aparece el infierno, tan temido,
con las fauces hambrientas de su boca.
Es el miedo perenne de los hombres
el que acerca su vida hasta las rocas,
a rozar los cantiles con el hielo
de esa amarga galerna peligrosa.
Porque el hielo acrecienta los cristales
de ese miedo a la parca tan ladrona,
y nos deja las playas muy sembradas
de figuras ausentes y remotas.
Allí están los marinos tan valientes,
los amantes del vino y de las bromas,
extendidos sus cuerpos, ya sin vida,
y sin ver la galerna asoladora.
Porque todo sucede en un momento
y los cielos se cubren , no de rosas,
pues lo hacen con furia contenida
con el viento que llega y les asola.
"...Hay galernas que nacen sin pensarlo
y yo sé, de las mismas, por sus obras,
y también de escuchar a mis abuelos
todo el mal que causaron las traidoras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/14
ME GUSTA MI VESTIDO DE PAYASO...
Me gusta mi vestido de payaso
que oculta la figura de la tarde,
me tapa las ojeras, dulcemente,
y el modo de mis pasos vacilantes.
Resguarda mi presencia de la vida
y cambia sus ventanas por cristales,
haciendo que amortigüen los recuerdos
de viejos ventanales que allí yacen.
Los ojos no adivinan el pasado
y siguen las palabras y las frases,
cual bellas mariposas extendidas
de labios invisibles que renacen.
Yo busco, en la figura reflejada,
al hombre que me diga lo que sabe,
al alma tan inquieta de su infancia
y al niño juguetón y sin alardes.
Me gusta retozar, por los tejados,
cual gato panza arriba en los marjales,
le sigo y le sonrío, en mi utopía,
y espero que me guarde sus verdades.
Me oculto tras la máscara del tiempo
y dejo que mis lágrimas se apaguen,
no quiero que mis ojos se desborden,
ni quiero que me tachen de cobarde.
Prefiero resignarme a mi destino
y ser la marioneta de este baile,
el clown de los ojitos soñadores
y labios con sonrisa puntuales.
La vida es una caja de sorpresas
y en ella no elegimos sus mitades,
nos toca, en el reparto, cualquier cosa
incluso las mentiras más audaces.
"...Me gusta retener, entre mis labios,
el néctar de tus besos virginales,
en ellos me decías que me amabas
y yo te contestaba "que adelante"..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/14
que oculta la figura de la tarde,
me tapa las ojeras, dulcemente,
y el modo de mis pasos vacilantes.
Resguarda mi presencia de la vida
y cambia sus ventanas por cristales,
haciendo que amortigüen los recuerdos
de viejos ventanales que allí yacen.
Los ojos no adivinan el pasado
y siguen las palabras y las frases,
cual bellas mariposas extendidas
de labios invisibles que renacen.
Yo busco, en la figura reflejada,
al hombre que me diga lo que sabe,
al alma tan inquieta de su infancia
y al niño juguetón y sin alardes.
Me gusta retozar, por los tejados,
cual gato panza arriba en los marjales,
le sigo y le sonrío, en mi utopía,
y espero que me guarde sus verdades.
Me oculto tras la máscara del tiempo
y dejo que mis lágrimas se apaguen,
no quiero que mis ojos se desborden,
ni quiero que me tachen de cobarde.
Prefiero resignarme a mi destino
y ser la marioneta de este baile,
el clown de los ojitos soñadores
y labios con sonrisa puntuales.
La vida es una caja de sorpresas
y en ella no elegimos sus mitades,
nos toca, en el reparto, cualquier cosa
incluso las mentiras más audaces.
"...Me gusta retener, entre mis labios,
el néctar de tus besos virginales,
en ellos me decías que me amabas
y yo te contestaba "que adelante"..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/03/14
DE TI NO ESPERABA UN BESO...
De ti no esperaba un beso
ni tampoco una plegaria;
solamente el embeleso
de tu risa involuntaria.
Es por eso que el regreso
de mi mano, solidaria,
fue a la tuya en un proceso
de ofrecerse humanitaria.
Sin embargo rechazaste
a mi mano y su alegría
y a mis sueños los mataste...
¡Negra nube de aquel día
que en mis ojos descargaste
tanta rabia que nacía!
Rafael Sánchez Ortega ©
09/03/14
ni tampoco una plegaria;
solamente el embeleso
de tu risa involuntaria.
Es por eso que el regreso
de mi mano, solidaria,
fue a la tuya en un proceso
de ofrecerse humanitaria.
Sin embargo rechazaste
a mi mano y su alegría
y a mis sueños los mataste...
¡Negra nube de aquel día
que en mis ojos descargaste
tanta rabia que nacía!
Rafael Sánchez Ortega ©
09/03/14
RECUERDO AQUELLA NOCHE...
Recuerdo aquella noche que me diste
tu mano y me invitaste a la bolera,
bebimos y jugamos sin descanso
y luego contemplamos las estrellas.
Fue un rato divertido, no lo niego,
que luego rubricaste con tu oferta,
dijiste de ofrecerme una aventura
plagada de lascivia y de sorpresas.
Y así me condujiste hasta una sala
y allí te desnudaste con presteza,
querías entregarme tu regalo
rompiendo la virtud de mi inocencia.
No niego que fue un rato divertido
plagado de delirios y promesas,
los unos alterados por la fiebre,
las otras por palabras indiscretas.
Entonces entendí que yo te amaba
así, de esa manera y como eras,
sin ganas de cambiarte por ninguna
reliquia que alterara tu pureza.
Tú eras la princesa de los sueños,
la puta de mi lecho de violetas,
la dulce encarnación de lo creado
y el sexo en que dejaba mis ofrendas.
...Perdóname la estrofa, sin sentido,
los versos anteriores y mi ofensa,
no quiero profanar tu santuario,
ni ser el Peter Pan que te defienda.
Yo sé que tú eres libre y vuelas lejos,
que empleas el amor como una piedra,
con ella nos golpeas y castigas
y luego tras tus actos te lamentas.
Quisiera comprenderte más a fondo,
incluso penetrar en tu cabeza,
estar en los latidos de tu pecho
y así poder saber cómo te encuentras.
Más quedo silencioso entre la bruma
cuajada de recuerdos y tristezas,
te tuve o no te tuve entre los brazos,
es duda que tendré hasta que me muera.
"...Recuerdo aquella noche que me diste
la mano y me atrapaste con tu esencia,
entonces me dijiste que me amabas
o así yo lo entendí con mi torpeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/14
tu mano y me invitaste a la bolera,
bebimos y jugamos sin descanso
y luego contemplamos las estrellas.
Fue un rato divertido, no lo niego,
que luego rubricaste con tu oferta,
dijiste de ofrecerme una aventura
plagada de lascivia y de sorpresas.
Y así me condujiste hasta una sala
y allí te desnudaste con presteza,
querías entregarme tu regalo
rompiendo la virtud de mi inocencia.
No niego que fue un rato divertido
plagado de delirios y promesas,
los unos alterados por la fiebre,
las otras por palabras indiscretas.
Entonces entendí que yo te amaba
así, de esa manera y como eras,
sin ganas de cambiarte por ninguna
reliquia que alterara tu pureza.
Tú eras la princesa de los sueños,
la puta de mi lecho de violetas,
la dulce encarnación de lo creado
y el sexo en que dejaba mis ofrendas.
...Perdóname la estrofa, sin sentido,
los versos anteriores y mi ofensa,
no quiero profanar tu santuario,
ni ser el Peter Pan que te defienda.
Yo sé que tú eres libre y vuelas lejos,
que empleas el amor como una piedra,
con ella nos golpeas y castigas
y luego tras tus actos te lamentas.
Quisiera comprenderte más a fondo,
incluso penetrar en tu cabeza,
estar en los latidos de tu pecho
y así poder saber cómo te encuentras.
Más quedo silencioso entre la bruma
cuajada de recuerdos y tristezas,
te tuve o no te tuve entre los brazos,
es duda que tendré hasta que me muera.
"...Recuerdo aquella noche que me diste
la mano y me atrapaste con tu esencia,
entonces me dijiste que me amabas
o así yo lo entendí con mi torpeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/03/14
VEN...
Ven, y amansa la fiera de tu vientre,
no dejes que destrocen tus entrañas,
los odios y las hieles de la vida
y menos las pasiones de las almas.
Yo veo la pasión que te domina
y avanza la galerna por tu espalda,
recorre lentamente tus sentidos
y acaba como un leño ante las llamas.
Se pierde la razón en un momento
y empieza la locura, con la farsa,
del ser irracional que va contigo
y muestra su cordura incontrolada.
Hay una nebulosa embrutecida,
que droga que adiciona y que remata,
la eterna juventud de aquella rosa
nacida entre los pliegues de la infancia.
Por eso te conmino que regreses,
que amanses los zarpazos y las garras,
del fiero semental que va contigo
y anula sensaciones y palabras.
Quisiera que pudieras levantarte,
romper el maleficio con tu espada,
del hambre y la verdad que te corroe
tratando de enjuagar tu sed amarga.
Yo sé que la batalla no es baldía
que el sexo no precisa de bonanza,
la eterna juventud así lo dice
y siempre la pelea es necesaria.
Mas quiero que comprendas que la vida
es algo que "vivimos", y se pasa,
es una sensación y es un segundo,
de eterna soledad en la distancia.
"...Ven, y amansa la fiera de tu vientre,
repite nuevamente mi mirada,
y a ti te lo insinúa imagen mía,
la ardiente sensación que aquí me abrasa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/14
no dejes que destrocen tus entrañas,
los odios y las hieles de la vida
y menos las pasiones de las almas.
Yo veo la pasión que te domina
y avanza la galerna por tu espalda,
recorre lentamente tus sentidos
y acaba como un leño ante las llamas.
Se pierde la razón en un momento
y empieza la locura, con la farsa,
del ser irracional que va contigo
y muestra su cordura incontrolada.
Hay una nebulosa embrutecida,
que droga que adiciona y que remata,
la eterna juventud de aquella rosa
nacida entre los pliegues de la infancia.
Por eso te conmino que regreses,
que amanses los zarpazos y las garras,
del fiero semental que va contigo
y anula sensaciones y palabras.
Quisiera que pudieras levantarte,
romper el maleficio con tu espada,
del hambre y la verdad que te corroe
tratando de enjuagar tu sed amarga.
Yo sé que la batalla no es baldía
que el sexo no precisa de bonanza,
la eterna juventud así lo dice
y siempre la pelea es necesaria.
Mas quiero que comprendas que la vida
es algo que "vivimos", y se pasa,
es una sensación y es un segundo,
de eterna soledad en la distancia.
"...Ven, y amansa la fiera de tu vientre,
repite nuevamente mi mirada,
y a ti te lo insinúa imagen mía,
la ardiente sensación que aquí me abrasa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/14
ERA UN PREMIO CARGADO DE TERNURA...
Era un premio cargado de ternura,
una bella espiral, unas palabras,
una imagen de luz y colorido,
y un abrazo dejado en la distancia.
Yo lo vi con los labios temblorosos
y sentí "la galerna" de mi alma,
revolverse entre versos y poemas
y escapar con los mares y las "algas".
Recordé los umbrales del "infierno"
y las puertas ardientes traspasadas,
el calor que asfixiaba los instintos
con los leños cambiándose por llamas.
Era un fuego, quizás insoportable,
deseando volar por la ventana,
hacia el "hielo" sagrado de la tierra
y fundirse en vapor en sus entrañas.
Pero entonces estaba el fiel desierto
con su "arena" maldita hacia la nada,
y también los confines de una vida
que impaciente los ritmos me marcaba.
Más el "viento" besaba mis cabellos,
y también las mejillas tan livianas,
que sentían el premio de unos labios
con un tierno suspiro por la cara.
Yo apreciaba aquel premio tan sagrado
y lloré con mil lágrimas amargas,
como lloran así, los peregrinos,
al llegar a la meta tan ansiada.
Y dejé que volaran las gaviotas,
con un aire marcial sobre la playa,
y seguí, tras su vuelo presuroso
a la costa, que estaba muy cercana.
A lo lejos clamaba la galerna
con su voz angustiosa y demudada,
parecían que fueran letanías
los lamentos que el aire desgranaba.
"...Era un premio cargado de ternura,
un crisol de poemas y de cartas,
un conjunto de versos reunidos
con sus rimas, de amor, encadenadas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/14
una bella espiral, unas palabras,
una imagen de luz y colorido,
y un abrazo dejado en la distancia.
Yo lo vi con los labios temblorosos
y sentí "la galerna" de mi alma,
revolverse entre versos y poemas
y escapar con los mares y las "algas".
Recordé los umbrales del "infierno"
y las puertas ardientes traspasadas,
el calor que asfixiaba los instintos
con los leños cambiándose por llamas.
Era un fuego, quizás insoportable,
deseando volar por la ventana,
hacia el "hielo" sagrado de la tierra
y fundirse en vapor en sus entrañas.
Pero entonces estaba el fiel desierto
con su "arena" maldita hacia la nada,
y también los confines de una vida
que impaciente los ritmos me marcaba.
Más el "viento" besaba mis cabellos,
y también las mejillas tan livianas,
que sentían el premio de unos labios
con un tierno suspiro por la cara.
Yo apreciaba aquel premio tan sagrado
y lloré con mil lágrimas amargas,
como lloran así, los peregrinos,
al llegar a la meta tan ansiada.
Y dejé que volaran las gaviotas,
con un aire marcial sobre la playa,
y seguí, tras su vuelo presuroso
a la costa, que estaba muy cercana.
A lo lejos clamaba la galerna
con su voz angustiosa y demudada,
parecían que fueran letanías
los lamentos que el aire desgranaba.
"...Era un premio cargado de ternura,
un crisol de poemas y de cartas,
un conjunto de versos reunidos
con sus rimas, de amor, encadenadas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/14
YO PUDE DISFRUTAR DE LA FORTUNA...
Yo pude disfrutar de la fortuna
y temblar como un niño enamorado,
al leer en tus ojos y mirada
esos versos cual gotas de los lagos.
Porque fueron tus lágrimas rebeldes
el candor de un salitre muy amargo,
que tomaron mis labios una tarde
y calmaron un fuego sin dudarlo.
Tanta lluvia sutil y silenciosa
desbordaba los dedos de tu mano,
que impacientes, trataban de apartarla,
cual cortina de bruma con sus trazos.
Pero pude llegar en el momento
y trazar con mis dedos esos rasgos,
esas líneas que marcan los perfiles
de tu cuerpo precioso y delicado.
Yo gocé, como gozan los amantes,
con mi lengua en tu cuello, por un rato,
y seguí recorriendo los senderos
de tus senos y vientre, más abajo.
Proseguí con los muslos y caderas
y temblé, con el pulso acelerado,
al sentir el ardor de tus entrañas
y al volcán que rugía sin descanso.
Era fuego tu piel, en ese instante,
y yo un simple viajero del espacio,
que tenía tu cuerpo enfebrecido
entre rosas de seda suspirando.
No quería que el tiempo se parase
y romper el crisol de aquel milagro,
que las aguas del alma desbordaban
trasladando mi amor hasta tu lado.
Pero todo en la vida tiene un precio
y el mañana se queda muy cercano,
porque pasa el presente, en un segundo,
y el placer se evapora sin notarlo.
"...Yo pude disfrutar de la fortuna
de alcanzar esa cima y tu regazo,
y sentir la explosión de los sentidos
y el sabor de tus labios en mis labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/14
y temblar como un niño enamorado,
al leer en tus ojos y mirada
esos versos cual gotas de los lagos.
Porque fueron tus lágrimas rebeldes
el candor de un salitre muy amargo,
que tomaron mis labios una tarde
y calmaron un fuego sin dudarlo.
Tanta lluvia sutil y silenciosa
desbordaba los dedos de tu mano,
que impacientes, trataban de apartarla,
cual cortina de bruma con sus trazos.
Pero pude llegar en el momento
y trazar con mis dedos esos rasgos,
esas líneas que marcan los perfiles
de tu cuerpo precioso y delicado.
Yo gocé, como gozan los amantes,
con mi lengua en tu cuello, por un rato,
y seguí recorriendo los senderos
de tus senos y vientre, más abajo.
Proseguí con los muslos y caderas
y temblé, con el pulso acelerado,
al sentir el ardor de tus entrañas
y al volcán que rugía sin descanso.
Era fuego tu piel, en ese instante,
y yo un simple viajero del espacio,
que tenía tu cuerpo enfebrecido
entre rosas de seda suspirando.
No quería que el tiempo se parase
y romper el crisol de aquel milagro,
que las aguas del alma desbordaban
trasladando mi amor hasta tu lado.
Pero todo en la vida tiene un precio
y el mañana se queda muy cercano,
porque pasa el presente, en un segundo,
y el placer se evapora sin notarlo.
"...Yo pude disfrutar de la fortuna
de alcanzar esa cima y tu regazo,
y sentir la explosión de los sentidos
y el sabor de tus labios en mis labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/06/14
HOY, DE NUEVO, YO HE VISTO...
Hoy, de nuevo, yo he visto,
el temblor de tus pupilas,
la sonrisa de esos labios
y la peca en tu mejilla.
Al mirarte he comprendido
que mi amor por ti seguía,
y que estaba enamorado
de esa cara tan bonita.
De tu cuerpo primoroso,
con su boca y su sonrisa,
y los senos, sugerentes,
que bordean sus colinas.
Hay aroma de jazmines,
de lavanda y manzanilla,
hay perfumes embriagantes
que susurran y suspiran.
Y recojo en mis recuerdos
todo aquello que me excita,
lo que notan mis sentidos
con el beso de la brisa.
Ese beso que le dejas
al pasar hacia la ermita,
ese roce dulce y suave
cual pequeña margarita.
Yo te miro y me contengo
de seguirte de puntillas,
de marchar tras tus pisadas
y tus huellas infinitas.
Porque voy en tu costado
como el aire que respiras,
y en la sangre de tus venas
y en la luz que te ilumina.
Hay recuerdos imborrables
con imágenes precisas,
y hay recuerdos en las almas
con cincel de amor escritas.
Es por eso que desbordan
las esclusas tan divinas,
y las lágrimas del cielo
traen la lluvia y poesía.
Dejan cantos y añoranzas
de momentos de la vida,
del presente y del pasado
y futuros que se ansían.
Yo te miro dulcemente
y respiro si respiras,
y me fundo con tus besos
más allá de mi agonía.
"...Hoy, de nuevo, yo he visto,
a la eterna Campanilla,
con su vestido de rosa
y su carita de niña..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/03/14
el temblor de tus pupilas,
la sonrisa de esos labios
y la peca en tu mejilla.
Al mirarte he comprendido
que mi amor por ti seguía,
y que estaba enamorado
de esa cara tan bonita.
De tu cuerpo primoroso,
con su boca y su sonrisa,
y los senos, sugerentes,
que bordean sus colinas.
Hay aroma de jazmines,
de lavanda y manzanilla,
hay perfumes embriagantes
que susurran y suspiran.
Y recojo en mis recuerdos
todo aquello que me excita,
lo que notan mis sentidos
con el beso de la brisa.
Ese beso que le dejas
al pasar hacia la ermita,
ese roce dulce y suave
cual pequeña margarita.
Yo te miro y me contengo
de seguirte de puntillas,
de marchar tras tus pisadas
y tus huellas infinitas.
Porque voy en tu costado
como el aire que respiras,
y en la sangre de tus venas
y en la luz que te ilumina.
Hay recuerdos imborrables
con imágenes precisas,
y hay recuerdos en las almas
con cincel de amor escritas.
Es por eso que desbordan
las esclusas tan divinas,
y las lágrimas del cielo
traen la lluvia y poesía.
Dejan cantos y añoranzas
de momentos de la vida,
del presente y del pasado
y futuros que se ansían.
Yo te miro dulcemente
y respiro si respiras,
y me fundo con tus besos
más allá de mi agonía.
"...Hoy, de nuevo, yo he visto,
a la eterna Campanilla,
con su vestido de rosa
y su carita de niña..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/03/14
ME PIERDO ENTRE TUS OJOS...
Me pierdo entre tus ojos color de caramelo
y los miro y remiro y hasta busco sus notas.
Yo creo que mis ojos están enamorados
de esa música sorda, con su luces remotas.
Son tus ojos mi vida, que me piden silencio
y me piden la vida con la eterna alegría.
Sirenita del cuento déjame que te mire,
que le hable a tus ojos mi infeliz poesía.
Déjame que te sueñe vestidita de rosa,
con tus ojos abiertos y mirando a los cielos.
Yo sé bien que esos ojos tienen luz de tu alma,
y el color agridulce de la tierra y los suelos.
Déjame que te mire, que disfrute y suspire,
que se vuelvan helados los distantes castillos.
Yo sé bien, que las nubes, asemejan figuras,
fantasías difusas de molinos sencillos.
Pero quiero mirarte, secuestrar tus pupilas,
retenerte en mis brazos, contemplar tu relieve.
Son los ojos que ansío, susurrando mi nombre,
para en ellos dormirme como un niño en la nieve.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/14
y los miro y remiro y hasta busco sus notas.
Yo creo que mis ojos están enamorados
de esa música sorda, con su luces remotas.
Son tus ojos mi vida, que me piden silencio
y me piden la vida con la eterna alegría.
Sirenita del cuento déjame que te mire,
que le hable a tus ojos mi infeliz poesía.
Déjame que te sueñe vestidita de rosa,
con tus ojos abiertos y mirando a los cielos.
Yo sé bien que esos ojos tienen luz de tu alma,
y el color agridulce de la tierra y los suelos.
Déjame que te mire, que disfrute y suspire,
que se vuelvan helados los distantes castillos.
Yo sé bien, que las nubes, asemejan figuras,
fantasías difusas de molinos sencillos.
Pero quiero mirarte, secuestrar tus pupilas,
retenerte en mis brazos, contemplar tu relieve.
Son los ojos que ansío, susurrando mi nombre,
para en ellos dormirme como un niño en la nieve.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/14
PERSIGO MIL QUIMERAS EN LA NOCHE...
Persigo mil quimeras en la noche
y sueño con la luna y las estrellas,
respiro la ilusión envenenada
que dejan, con las olas, las mareas.
Es una sensación que no conozco
y surgen los encantos de las fiestas,
los nervios se entremezclan con suspiros
y nacen las miradas siempre tiernas.
Se mueven las banderas en las almas
y ondean sensaciones muy diversas,
parece que se agitan los pañuelos
y gritan las entrañas de la tierra.
Hay una claridad en esta noche
que invita a pasearse a los cometas,
coquetos, con su cola deslumbrante,
llevando la ilusión a muchas puertas.
Se cierran las ventanas silenciosas
y se abren corazones sin linternas,
se esconden los recuerdos en desvanes
y brotan lagrimones de las velas.
Parece que la lluvia se acentúa,
que lloran esos ojos madreselva,
los cielos ya no atienden a razones
y sueltan esas lágrimas sinceras.
Camino, por la noche, con mis sueños
y vago entre marjales y veredas,
persigo la verdad entre la bruma
y mezclo realidad con la leyenda.
A veces me pregunto si estoy cuerdo
o si una enfermedad, grave, me aqueja,
pues siento que me aplastan los pulmones
la fría soledad que así me acecha.
"...Persigo mil quimeras en la noche
y encuentro la locura del poeta,
sus versos, sus estrofas y palabras,
me abrazan y atenazan con gran fuerza.
Es esa la razón y nunca es otra,
que lleva mis latidos a las letras,
en esa comunión irreverente
del niño y el autor con sus poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/14
y sueño con la luna y las estrellas,
respiro la ilusión envenenada
que dejan, con las olas, las mareas.
Es una sensación que no conozco
y surgen los encantos de las fiestas,
los nervios se entremezclan con suspiros
y nacen las miradas siempre tiernas.
Se mueven las banderas en las almas
y ondean sensaciones muy diversas,
parece que se agitan los pañuelos
y gritan las entrañas de la tierra.
Hay una claridad en esta noche
que invita a pasearse a los cometas,
coquetos, con su cola deslumbrante,
llevando la ilusión a muchas puertas.
Se cierran las ventanas silenciosas
y se abren corazones sin linternas,
se esconden los recuerdos en desvanes
y brotan lagrimones de las velas.
Parece que la lluvia se acentúa,
que lloran esos ojos madreselva,
los cielos ya no atienden a razones
y sueltan esas lágrimas sinceras.
Camino, por la noche, con mis sueños
y vago entre marjales y veredas,
persigo la verdad entre la bruma
y mezclo realidad con la leyenda.
A veces me pregunto si estoy cuerdo
o si una enfermedad, grave, me aqueja,
pues siento que me aplastan los pulmones
la fría soledad que así me acecha.
"...Persigo mil quimeras en la noche
y encuentro la locura del poeta,
sus versos, sus estrofas y palabras,
me abrazan y atenazan con gran fuerza.
Es esa la razón y nunca es otra,
que lleva mis latidos a las letras,
en esa comunión irreverente
del niño y el autor con sus poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/14
POR LOS CAMINOS SIN NOMBRE...
Por los caminos sin nombre
he viajado en el silencio,
solitario y con mis pasos
tras las huellas de otros sueños.
Están las piedras pulidas
de los augustos senderos,
y las fincas, con sus muros,
ya se inclinan para vernos.
Nos dan sombra las encinas
y también algún hayedo,
solitario y siempre altivo
con sus ramas mira al cielo.
Una música furtiva
trae susurros y crescendos,
del meandro y la fontana
que desborda el riachuelo.
Hay la magia de los bosques
y el encanto del enebro,
salpicados de laureles
y la brisa de los vientos.
Yo quisiera ser poeta
y fundirme con los elfos
en el mundo de la vida
y dormirme con sus versos.
Poesía encantadora
de caminos encubiertos,
no te ocultes a los niños
ni a quien busca tu misterio.
Eres vida en el latido,
eres sangre en el incienso,
eres luz en la mañana
y en la tarde vas muriendo.
Y así ves, como las olas
trazan rizos y destellos,
con espumas blanquecinas
que nos dejan en sus besos.
Yo no sé si los caminos
tienen fin o son eternos,
y los cruces de las sendas
filigranas de los cuerdos.
De esos dioses del Olimpo,
tan lejanos en el tiempo,
que escribieron los poetas
para ser nuestro reflejo.
Hoy me siento ya cansado
y no sé ni lo que quiero,
por un lado las estrellas
aunque a ti, mi amor, te anhelo.
"...Por los caminos sin nombre
se perdieron los arpegios,
y el encanto de la luna,
con el sol, quedó entre ellos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/14
he viajado en el silencio,
solitario y con mis pasos
tras las huellas de otros sueños.
Están las piedras pulidas
de los augustos senderos,
y las fincas, con sus muros,
ya se inclinan para vernos.
Nos dan sombra las encinas
y también algún hayedo,
solitario y siempre altivo
con sus ramas mira al cielo.
Una música furtiva
trae susurros y crescendos,
del meandro y la fontana
que desborda el riachuelo.
Hay la magia de los bosques
y el encanto del enebro,
salpicados de laureles
y la brisa de los vientos.
Yo quisiera ser poeta
y fundirme con los elfos
en el mundo de la vida
y dormirme con sus versos.
Poesía encantadora
de caminos encubiertos,
no te ocultes a los niños
ni a quien busca tu misterio.
Eres vida en el latido,
eres sangre en el incienso,
eres luz en la mañana
y en la tarde vas muriendo.
Y así ves, como las olas
trazan rizos y destellos,
con espumas blanquecinas
que nos dejan en sus besos.
Yo no sé si los caminos
tienen fin o son eternos,
y los cruces de las sendas
filigranas de los cuerdos.
De esos dioses del Olimpo,
tan lejanos en el tiempo,
que escribieron los poetas
para ser nuestro reflejo.
Hoy me siento ya cansado
y no sé ni lo que quiero,
por un lado las estrellas
aunque a ti, mi amor, te anhelo.
"...Por los caminos sin nombre
se perdieron los arpegios,
y el encanto de la luna,
con el sol, quedó entre ellos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/14
DORMIDA LUZ...
Dormida luz despierta, con mis versos,
y surge con premura entre mis letras,
preciso que tu brillo enamorado
transforme la ilusión de mis poemas.
No vagues por regiones infinitas
cual nota de un juglar por la ribera,
ni vayas por la playa con las olas
besando sin cesar a las arenas.
Tú tienes la virtud del nigromante
que sabe adivinar lo que quisiera,
tan solo con mirar hacia los cielos
robándole su magia tan secreta.
Tú sabes discernir las emociones
y sabes separar tantas quimeras,
que vienen a los hombres más humildes
por medio de utopías y leyendas.
Yo quiero que ilumines mi camino,
que seas de mis versos la linterna,
el faro y el fanal del navegante
que marcha por el mar hacia otras tierras.
Mas quiero que tu norte sea exacto
y evite el cruce extraño de otras huellas,
no quiero que se mezclen las pasiones,
allí, donde el amor es pura esencia.
Dejemos la pasión a los amantes
que vivan y disfruten cuanto quieran,
y demos a las almas que florecen
el rayo juvenil de las promesas.
"Prometo que te quiero y que te amo..."
así proclama el niño en su inocencia
"...Y yo te querré siempre, mientras viva"
responde, como un eco, su pareja.
"...Dormida luz, que vives en la noche,
yo quiero, en tu ventana bien abierta,
que surjan carruseles divertidos
y bailes de cristal, con cenicientas.
Entonces sabré bien que tú me has dado
la calma que precede a la galerna,
y el néctar y elixir, de amor sin nombre,
que gritan y proclaman los poetas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/14
y surge con premura entre mis letras,
preciso que tu brillo enamorado
transforme la ilusión de mis poemas.
No vagues por regiones infinitas
cual nota de un juglar por la ribera,
ni vayas por la playa con las olas
besando sin cesar a las arenas.
Tú tienes la virtud del nigromante
que sabe adivinar lo que quisiera,
tan solo con mirar hacia los cielos
robándole su magia tan secreta.
Tú sabes discernir las emociones
y sabes separar tantas quimeras,
que vienen a los hombres más humildes
por medio de utopías y leyendas.
Yo quiero que ilumines mi camino,
que seas de mis versos la linterna,
el faro y el fanal del navegante
que marcha por el mar hacia otras tierras.
Mas quiero que tu norte sea exacto
y evite el cruce extraño de otras huellas,
no quiero que se mezclen las pasiones,
allí, donde el amor es pura esencia.
Dejemos la pasión a los amantes
que vivan y disfruten cuanto quieran,
y demos a las almas que florecen
el rayo juvenil de las promesas.
"Prometo que te quiero y que te amo..."
así proclama el niño en su inocencia
"...Y yo te querré siempre, mientras viva"
responde, como un eco, su pareja.
"...Dormida luz, que vives en la noche,
yo quiero, en tu ventana bien abierta,
que surjan carruseles divertidos
y bailes de cristal, con cenicientas.
Entonces sabré bien que tú me has dado
la calma que precede a la galerna,
y el néctar y elixir, de amor sin nombre,
que gritan y proclaman los poetas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/14
SE ENCADENAN LAS PALABRAS...
Se encadenan las palabras
y se forman los poemas,
en un acto sacrosanto
de bolígrafos y letras.
Así nacen los escritos
que nos dictan las estrellas,
y también las ilusiones
de juglares y sirenas.
Hay un halo de romance
en la pluma del poeta,
y un rocío entre sus dedos
de la nieve siempre eterna.
Es caricia reprimida,
es ternura verdadera,
y el incienso del sagrario
que destila mil leyendas.
Se encadenan las palabras
y se escriben teoremas,
para gloria de gentiles
y emoción de los ascetas.
Así nacen los ensayos
con las dudas tan eternas,
donde el blanco es alegría
y lo negro es la tristeza.
Hay un tinte de nostalgia
con recuerdos de riberas,
y paseos juveniles
entre besos y entre fiestas.
Es el precio del pasado
que ha marchado ya sin vuelta,
es el duro escalofrío
de la muerte que se acerca.
"...Se encadenan las palabras
con saudades y con fresas
y los labios, en silencio,
solo saben que se besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/14
y se forman los poemas,
en un acto sacrosanto
de bolígrafos y letras.
Así nacen los escritos
que nos dictan las estrellas,
y también las ilusiones
de juglares y sirenas.
Hay un halo de romance
en la pluma del poeta,
y un rocío entre sus dedos
de la nieve siempre eterna.
Es caricia reprimida,
es ternura verdadera,
y el incienso del sagrario
que destila mil leyendas.
Se encadenan las palabras
y se escriben teoremas,
para gloria de gentiles
y emoción de los ascetas.
Así nacen los ensayos
con las dudas tan eternas,
donde el blanco es alegría
y lo negro es la tristeza.
Hay un tinte de nostalgia
con recuerdos de riberas,
y paseos juveniles
entre besos y entre fiestas.
Es el precio del pasado
que ha marchado ya sin vuelta,
es el duro escalofrío
de la muerte que se acerca.
"...Se encadenan las palabras
con saudades y con fresas
y los labios, en silencio,
solo saben que se besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/02/14
BUSQUEMOS...
Busquemos esa nota del destino
que crea y purifica las palabras,
haciendo que resurjan poesías
cual signos invisibles de las arpas.
Busquemos esa música sin nombre
que llega con la brisa en la mañana,
y eleva los sentidos a los cielos
y cierra los oídos de las almas.
Busquemos esa mano que nos deje
un temblor especial, sin una causa,
y nos diga en su tacto, sin reservas,
que el amor está allí, entre su palma.
Busquemos esos labios temblorosos
que susurran un nombre en la distancia,
calmando los suspiros de su pecho
con la música dulce y sin palabras.
Busquemos la caricia de los ojos,
soñolientos y aún con las legañas,
cuando el sol amanece cada día
y saluda, temprano, en la ventana.
Busquemos la mirada del amigo,
del amante, tal vez y que la guarda,
en un cofre, sagrado, en sus pupilas,
con un bello mensaje y pentagrama.
Busquemos caracolas en los cielos
y luego regresemos a la playa,
con los sueños vagando al albedrío
por caminos y sendas ignoradas.
Busquemos las sirenas en los bosques
y también los corales y las algas,
confundiendo la magia y el encanto
de ese reino sagrado de las hadas.
Busquemos las princesas en los mares
desprovistas de falsas alharacas,
con el yodo y salitre entre sus labios
y esa trenza que baja por su espalda.
Busquemos la carita que nos busca
y al final entonemos una nana,
para hacer que se duerma sin sus miedos
y lograr su sonrisa enamorada.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/14
que crea y purifica las palabras,
haciendo que resurjan poesías
cual signos invisibles de las arpas.
Busquemos esa música sin nombre
que llega con la brisa en la mañana,
y eleva los sentidos a los cielos
y cierra los oídos de las almas.
Busquemos esa mano que nos deje
un temblor especial, sin una causa,
y nos diga en su tacto, sin reservas,
que el amor está allí, entre su palma.
Busquemos esos labios temblorosos
que susurran un nombre en la distancia,
calmando los suspiros de su pecho
con la música dulce y sin palabras.
Busquemos la caricia de los ojos,
soñolientos y aún con las legañas,
cuando el sol amanece cada día
y saluda, temprano, en la ventana.
Busquemos la mirada del amigo,
del amante, tal vez y que la guarda,
en un cofre, sagrado, en sus pupilas,
con un bello mensaje y pentagrama.
Busquemos caracolas en los cielos
y luego regresemos a la playa,
con los sueños vagando al albedrío
por caminos y sendas ignoradas.
Busquemos las sirenas en los bosques
y también los corales y las algas,
confundiendo la magia y el encanto
de ese reino sagrado de las hadas.
Busquemos las princesas en los mares
desprovistas de falsas alharacas,
con el yodo y salitre entre sus labios
y esa trenza que baja por su espalda.
Busquemos la carita que nos busca
y al final entonemos una nana,
para hacer que se duerma sin sus miedos
y lograr su sonrisa enamorada.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/14
SOY EL PRIMERO QUE BUSCA...
Soy el primero que busca
tu zapato de cristal,
y persigo la figura
que camina sin andar.
Porque vas en mi recuerdo
y en mi pecho en un tic-tac,
en el alma enamorada
que te anhela sin cesar.
Eres barro entre la arena
y en la vida la verdad,
cenicienta de mis sueños
primorosa y sin igual.
Pero el cuento no termina
aunque vuelvas al lugar,
donde vives, donde penas
y trajinas sin parar.
Yo te busco desde entonces
y pregunto ¿dónde estás?,
a los hombres y a los niños
y a mujeres del lugar.
Y a respuestas inconcretas,
doy la espalda ya sin más,
y suspiro entristecido
a otra puerta que tocar.
Hay curiosas aspirantes
al zapato y a tu faz,
por tener una diadema
y un brillante con su ajuar.
Yo rechazo presuroso
esas manos que me dan,
esos cuerpos que me ofrecen
un quebrado sin igual.
Porque aspiro a tu figura
a tu risa y a tu paz,
y lo hago y soy consciente
de este sueño singular.
Aquel baile, entre mis brazos,
fue un momento muy especial,
una noche tan hermosa
que no quiero ya olvidar.
Fue una estrofa simplemente,
una estrella muy fugaz,
una brisa que a tus senos
les rozó con suavidad.
Y yo entonces, a tu lado,
vi aquel viento tan audaz,
penetrar por tus vestidos,
por tu seda y por tu chal.
Y temblé como los cirios
ante ti y ante tu altar,
y temblamos los dos solo
y bailamos aquel vals.
"...Soy el primero que busca,
en mis sueños, claridad,
y a tus pies, hoy sin zapatos
desnuditos, como van..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/14
tu zapato de cristal,
y persigo la figura
que camina sin andar.
Porque vas en mi recuerdo
y en mi pecho en un tic-tac,
en el alma enamorada
que te anhela sin cesar.
Eres barro entre la arena
y en la vida la verdad,
cenicienta de mis sueños
primorosa y sin igual.
Pero el cuento no termina
aunque vuelvas al lugar,
donde vives, donde penas
y trajinas sin parar.
Yo te busco desde entonces
y pregunto ¿dónde estás?,
a los hombres y a los niños
y a mujeres del lugar.
Y a respuestas inconcretas,
doy la espalda ya sin más,
y suspiro entristecido
a otra puerta que tocar.
Hay curiosas aspirantes
al zapato y a tu faz,
por tener una diadema
y un brillante con su ajuar.
Yo rechazo presuroso
esas manos que me dan,
esos cuerpos que me ofrecen
un quebrado sin igual.
Porque aspiro a tu figura
a tu risa y a tu paz,
y lo hago y soy consciente
de este sueño singular.
Aquel baile, entre mis brazos,
fue un momento muy especial,
una noche tan hermosa
que no quiero ya olvidar.
Fue una estrofa simplemente,
una estrella muy fugaz,
una brisa que a tus senos
les rozó con suavidad.
Y yo entonces, a tu lado,
vi aquel viento tan audaz,
penetrar por tus vestidos,
por tu seda y por tu chal.
Y temblé como los cirios
ante ti y ante tu altar,
y temblamos los dos solo
y bailamos aquel vals.
"...Soy el primero que busca,
en mis sueños, claridad,
y a tus pies, hoy sin zapatos
desnuditos, como van..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/14
LLEGO...
Llego hasta tus letras y las miro.
Busco más allá de las palabras
la figura inabordable con tu esencia.
Luego me detengo y paladeo lo que leo.
Me gusta verte así, en esta entrega,
cuando buscas sin descanso, en tu memoria,
ese trozo de recuerdo que ahora ansías,
esa llama que se apaga lentamente,
ese tierno escalofrío que te falta,
ese beso que robaron de tus labios
y la mano temblorosa
que subía hasta tu seno.
Sin embargo llego a ti y te contemplo.
Me dedico solamente a sonreírte
y a dejar que mis pupilas se deslicen
por tu cara y por tu cuerpo.
Es así como sucede y no lo niego,
porque siento que me hablas sin palabras,
en un acto irreverente y atrevido
mientras dejas que tus manos
acaricien mis cabellos
y tus dedos, delicados,
se encadenen con los míos,
en un suave balanceo,
que es al fin una caricia.
Yo quisiera contestar a las preguntas
que se forman en tus labios
y calmar los ventarrones de tu pecho
y atajar con mano firme
la galerna de las dudas
que te acosan, sin descanso.
Más no tengo, en mi defensa,
un notario que confirme que te quiero
y un testigo que te diga que me ha visto,
paseando por la noche, y buscando
tu figura entre las aguas,
mientras dejo mil suspiros con tu nombre
a la sombra plateada de la luna
que se estira entre las olas
y que llega dulcemente hasta mi alma.
Es por eso que ahora llego hasta tus letras
y las miro,
me emborracho entre las mismas,
y hasta dejo que los sueños se deslicen
nuevamente y fabriquen ese mundo de cristal
que bien conozco.
Porque tú eres la princesa de ese mundo,
la sirena encantadora que forjaron
los poetas en sus versos,
la curtida Dulcinea de un Quijote imaginario
y yo soy, sencillamente,
ese hombre que persigue las estrofas y los versos,
en un acto irreflexivo de locura,
porque estoy enamorado y no sé cómo decirlo.
Llego a ti, querida mía,
te sonrío, sin palabras,
y no puedo retener las emociones que me embargan,
simplemente porque sí,
porque quiero transmitirte todo esto
y no sé cómo expresarlo.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/14
REGRESO...
Regreso nuevamente hasta tu lado,
cansado corazón que en mí confías,
te llevo mis palabras y poemas
y aquello que tu anhelas y suspiras.
Te llevo la promesa de quererte
y amarte mucho más y cada día,
llevarte a pasear a la alameda
y hacerte muy feliz con mi sonrisa.
Regreso confiado y complaciente
buscando ese candor de tus pupilas,
las mismas que suplican en la noche
y piden a la luna su caricia.
Por eso las estrellas se entristecen
y pasan los cometas muy deprisa,
en medio del silencio y de las sombras
llevando el corazón que allí suspira.
Regreso por caminos y riberas
y muros donde crecen las encinas,
un bosque, con su magia y con sus robles,
me dice que adelante y no desista.
Me dice que tu casa está muy cerca,
en medio de un hayedo y su colina,
con una huertecita de colores
y un prado donde crecen margaritas.
Regreso del destierro, porque quiero,
decirte que te amo todavía,
gritarte todo aquello que en el alma
yo quiero transmitirte con la brisa.
Te digo que te amo, como siempre,
y sueño con llevarte hasta la cima,
allí, de donde vengo, en las montañas,
tan llenas de hermosura y tan bonitas.
"...Regreso nuevamente hasta tu lado,
mi dulce mariposa estremecida,
regreso con mis labios a tus labios
queriéndote besar y hacerte mía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/02/14
cansado corazón que en mí confías,
te llevo mis palabras y poemas
y aquello que tu anhelas y suspiras.
Te llevo la promesa de quererte
y amarte mucho más y cada día,
llevarte a pasear a la alameda
y hacerte muy feliz con mi sonrisa.
Regreso confiado y complaciente
buscando ese candor de tus pupilas,
las mismas que suplican en la noche
y piden a la luna su caricia.
Por eso las estrellas se entristecen
y pasan los cometas muy deprisa,
en medio del silencio y de las sombras
llevando el corazón que allí suspira.
Regreso por caminos y riberas
y muros donde crecen las encinas,
un bosque, con su magia y con sus robles,
me dice que adelante y no desista.
Me dice que tu casa está muy cerca,
en medio de un hayedo y su colina,
con una huertecita de colores
y un prado donde crecen margaritas.
Regreso del destierro, porque quiero,
decirte que te amo todavía,
gritarte todo aquello que en el alma
yo quiero transmitirte con la brisa.
Te digo que te amo, como siempre,
y sueño con llevarte hasta la cima,
allí, de donde vengo, en las montañas,
tan llenas de hermosura y tan bonitas.
"...Regreso nuevamente hasta tu lado,
mi dulce mariposa estremecida,
regreso con mis labios a tus labios
queriéndote besar y hacerte mía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/02/14
Suscribirse a:
Entradas (Atom)