QUIERO UN BESO DE TUS LABIOS...



Yo también quiero un beso de tus labios,
pero un beso diferente.
Un beso que me diga muchas cosas,
que me hable de ti,
que me cuente tus secretos,
que me diga lo que dejan tus susurros
en la noche.

Quiero un beso que emborrache mis sentidos,
que me embriague y enloquezca sin remedio,
que me haga estremecer por mucho tiempo,
que me aparte y me proteja del peligro
de la vida.

Quiero un beso que acompañe los latidos
de mi alma,
que me diga que adelante,
que la vida continúa y que en ella
están tus labios y tus brazos
y tras ellos el cariño de tu cuerpo y de tu alma
que me esperan y que ansían confundirse
en un manto irreverente de placer
y de lujuria para siempre
con el mío.

Es por eso que te pido y te suplico
ese beso que yo quiero,
que ya ansío,
que confundo en mis momentos de cordura
con el beso ilusionado de aquel niño que recuerdo,
a la vera de un camino y con ojos soñadores,
esperando el dulce beso de las hadas
en el bosque.

Quiero un beso de tus labios
como el flujo y el reflujo de las olas en la playa,
que repiten las resacas dulcemente,
en un tierno manoseo de la espuma por la arena.

Quiero un beso de tus labios porque sí,
porque te quiero,
porque sé que tú también lo necesitas y precisas
y quizás porque es la muestra más sencilla del amor
y del cariño entre dos almas.

Quiero un beso simplemente de tus labios...

Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/14

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