POR LOS CAMINOS SIN NOMBRE...


Por los caminos sin nombre
he viajado en el silencio,
solitario y con mis pasos
tras las huellas de otros sueños.

Están las piedras pulidas
de los augustos senderos,
y las fincas, con sus muros,
ya se inclinan para vernos.

Nos dan sombra las encinas
y también algún hayedo,
solitario y siempre altivo
con sus ramas mira al cielo.

Una música furtiva
trae susurros y crescendos,
del meandro y la fontana
que desborda el riachuelo.

Hay la magia de los bosques
y el encanto del enebro,
salpicados de laureles
y la brisa de los vientos.

Yo quisiera ser poeta
y fundirme con los elfos
en el mundo de la vida
y dormirme con sus versos.

Poesía encantadora
de caminos encubiertos,
no te ocultes a los niños
ni a quien busca tu misterio.

Eres vida en el latido,
eres sangre en el incienso,
eres luz en la mañana
y en la tarde vas muriendo.

Y así ves, como las olas
trazan rizos y destellos,
con espumas blanquecinas
que nos dejan en sus besos.

Yo no sé si los caminos
tienen fin o son eternos,
y los cruces de las sendas
filigranas de los cuerdos.

De esos dioses del Olimpo,
tan lejanos en el tiempo,
que escribieron los poetas
para ser nuestro reflejo.

Hoy me siento ya cansado
y no sé ni lo que quiero,
por un lado las estrellas
aunque a ti, mi amor, te anhelo.

"...Por los caminos sin nombre
se perdieron los arpegios,
y el encanto de la luna,
con el sol, quedó entre ellos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/14

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