ATARÍA TUS MANOS...
Ataría tus manos a mis manos
intentando que nunca se perdiera,
ese tacto sublime de tus dedos
y, el candor que desprende tu inocencia.
Porque quiero sentir ese contacto,
el temblor de tu sangre por mis venas,
el latido, tal vez, impetuoso,
y el suspiro del labio que me besa.
Y es así, como quiero entretenerte
y también como quiero que me veas,
con un hilo sutil y entrelazado
que empareje sin más nuestras muñecas.
Buscaría los lazos invisibles
que nos unen, sin duda, a las estrellas,
para hacer de sus guiños, en la noche,
un fanal de ilusión y marionetas.
Porque quiero soñar en el presente,
caminando en la vida por la senda,
con tu mano en mi mano, ¡vida mía!,
y buscando en los cielos las promesas.
Y es así como quiero que te embriagues
y también que contemples mi presencia,
susurrando palabras incoherentes
por efecto del beso que me ofrezcas.
Cerraría las puertas y ventanas
impidiendo miradas indiscretas,
en la casa que alberga tu figura
y el rincón, donde antaño, bien nacieras.
Porque quiero que nadie nos moleste
y tampoco que suene la cancela,
de curiosos y gentes aprensivas
que confundan tus pasos en la tierra.
Y es así como quiero que el silencio
nos devuelva preguntas y respuestas,
con palabras sencillas y de niños
que en la playa soltaban sus cometas.
"...Ataría mis manos a tus manos
con el lazo invisible de la arena,
para luego cerrar esas pestañas
con mil besos precisos sobre ellas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/15
intentando que nunca se perdiera,
ese tacto sublime de tus dedos
y, el candor que desprende tu inocencia.
Porque quiero sentir ese contacto,
el temblor de tu sangre por mis venas,
el latido, tal vez, impetuoso,
y el suspiro del labio que me besa.
Y es así, como quiero entretenerte
y también como quiero que me veas,
con un hilo sutil y entrelazado
que empareje sin más nuestras muñecas.
Buscaría los lazos invisibles
que nos unen, sin duda, a las estrellas,
para hacer de sus guiños, en la noche,
un fanal de ilusión y marionetas.
Porque quiero soñar en el presente,
caminando en la vida por la senda,
con tu mano en mi mano, ¡vida mía!,
y buscando en los cielos las promesas.
Y es así como quiero que te embriagues
y también que contemples mi presencia,
susurrando palabras incoherentes
por efecto del beso que me ofrezcas.
Cerraría las puertas y ventanas
impidiendo miradas indiscretas,
en la casa que alberga tu figura
y el rincón, donde antaño, bien nacieras.
Porque quiero que nadie nos moleste
y tampoco que suene la cancela,
de curiosos y gentes aprensivas
que confundan tus pasos en la tierra.
Y es así como quiero que el silencio
nos devuelva preguntas y respuestas,
con palabras sencillas y de niños
que en la playa soltaban sus cometas.
"...Ataría mis manos a tus manos
con el lazo invisible de la arena,
para luego cerrar esas pestañas
con mil besos precisos sobre ellas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/04/15
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