PORQUE ESPERÉ...


Porque esperé, como un niño,
tus besos de Cenicienta,
hoy, siendo hombre, recuerdo
aquellos labios de fresa.

Los recuerdo en tantas tardes
y en las noches y verbenas
que buscaban a mis labios
con la luna y las estrellas.

Allí estaba aquel muchacho,
aquel niño y sus poemas,
con suspiros agridulces
de cipreses y canela.

Fueron noches imborrables
aunque ahora ya no cuentan,
pues su tiempo está pasado
como el verso de un poeta.

Porque escuché, muchas tardes,
el romper de las mareas,
hoy escucho los latidos
del corazón que protesta.

Él me dice que adelante,
que camine y que no tema,
que persiga en tus pupilas
el mensaje que allí llevan.

Unas líneas, simplemente,
un susurro en unas letras,
un suspiro vacilante
que me anuncie tu presencia.

Así entiendo lo que dicen
tus palabras incompletas,
entre sueños y entre brumas
por la nueva primavera.

"...Porque escuchó la pregunta
mi corazón es hoguera,
él sabe bien a quien amas
sin precisar la respuesta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/05/15

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