ME QUEDO...
Me quedo con tu imagen sugerente
el verde, azul turquesa y azafrán,
¡oh tarde bulliciosa de la infancia,
que llevo en mi mochila de cristal!
Espero que me sigas silenciosa
y rompas la penumbra de mi faz,
que traigas la sonrisa hasta mis labios
y pueda con tu encanto suspirar.
Me quedo contemplando tu figura
y siento los bramidos de ese mar,
las olas deslizando sus melenas
en playas soñolientas y sin sal.
Espero que te duermas en mis brazos
y sientas la canción de este juglar,
arrullos tras arrullos, vacilantes,
cargados de ilusión y de ansiedad.
Me quedo con la gracia de tus ojos
eterna princesita sin final,
la reina rescatada de los cuentos
la tierna compañera con mi paz.
Espero que prosigas tu camino
y sigas a mis huellas, sin dudar,
yo quiero tus latidos en mi pecho
y en ellos, las caricias que me dan.
Me quedo, simplemente, susurrando,
y veo las alondras al pasar,
sus alas desplegadas me subyugan
cual sombras que me envuelven como un flan.
Espero que tus brazos tan hermosos
consigan melodías que arrancar,
preciosas partituras de los cielos
que ofrece tu batuta sin igual.
"...Me quedo como un niño, sorprendido,
que expresa su pregunta ante el altar,
y entonces los colores de la vida
me muestren tu carita angelical..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/16
el verde, azul turquesa y azafrán,
¡oh tarde bulliciosa de la infancia,
que llevo en mi mochila de cristal!
Espero que me sigas silenciosa
y rompas la penumbra de mi faz,
que traigas la sonrisa hasta mis labios
y pueda con tu encanto suspirar.
Me quedo contemplando tu figura
y siento los bramidos de ese mar,
las olas deslizando sus melenas
en playas soñolientas y sin sal.
Espero que te duermas en mis brazos
y sientas la canción de este juglar,
arrullos tras arrullos, vacilantes,
cargados de ilusión y de ansiedad.
Me quedo con la gracia de tus ojos
eterna princesita sin final,
la reina rescatada de los cuentos
la tierna compañera con mi paz.
Espero que prosigas tu camino
y sigas a mis huellas, sin dudar,
yo quiero tus latidos en mi pecho
y en ellos, las caricias que me dan.
Me quedo, simplemente, susurrando,
y veo las alondras al pasar,
sus alas desplegadas me subyugan
cual sombras que me envuelven como un flan.
Espero que tus brazos tan hermosos
consigan melodías que arrancar,
preciosas partituras de los cielos
que ofrece tu batuta sin igual.
"...Me quedo como un niño, sorprendido,
que expresa su pregunta ante el altar,
y entonces los colores de la vida
me muestren tu carita angelical..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/16
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