YA VAN LLEGANDO LAS OLAS...
Ya van llegando las olas,
a la playa, en pleamar,
pero con ellas no vienen
las sonrisas de cristal.
Unas sirenas preciosas
se pusieron a nadar,
entre rocas y entre algas
con la luna de fanal.
Y en la orilla una princesa,
una niña de ciudad,
rescataba los rumores
de esta orquesta singular.
A lo lejos unas luces,
unos ojos sin edad,
unos barcos que entrecruzan
sus destinos y su sal.
Es por eso que se emplean
tantos ratos en jugar,
caracolas y grumetes
con cometas que se van.
Los recuerdos de los hombres
no se sabe dónde están,
puede ser que en la ribera
o en la plaza del lugar.
Por si acaso están atentas
las gaviotas al sedal,
que se lanzan con las cañas
y carnada de atrapar.
Rompe el cielo con suspiros,
¡la tormenta llega yá!,
un adagio de emociones
y una orquesta de verdad.
"...Ya van llegando las olas
y traineras de pescar,
las primeras muy furiosas,
las segundas sin caudal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/16
a la playa, en pleamar,
pero con ellas no vienen
las sonrisas de cristal.
Unas sirenas preciosas
se pusieron a nadar,
entre rocas y entre algas
con la luna de fanal.
Y en la orilla una princesa,
una niña de ciudad,
rescataba los rumores
de esta orquesta singular.
A lo lejos unas luces,
unos ojos sin edad,
unos barcos que entrecruzan
sus destinos y su sal.
Es por eso que se emplean
tantos ratos en jugar,
caracolas y grumetes
con cometas que se van.
Los recuerdos de los hombres
no se sabe dónde están,
puede ser que en la ribera
o en la plaza del lugar.
Por si acaso están atentas
las gaviotas al sedal,
que se lanzan con las cañas
y carnada de atrapar.
Rompe el cielo con suspiros,
¡la tormenta llega yá!,
un adagio de emociones
y una orquesta de verdad.
"...Ya van llegando las olas
y traineras de pescar,
las primeras muy furiosas,
las segundas sin caudal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/16
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