MIS SILENCIOS VAN CAMBIANDO...
Mis silencios van cambiando
como las hojas del viento,
unas veces se diluyen
como las letras de un verso.
Un poema de palabras
y en el fondo ese silencio,
es el alma que suspira
y nos deja sus lamentos.
Sin embargo las esquinas
de ese libro, más bien negro,
tienen tonos agridulces
con las huellas de tus besos.
Son los besos de la noche,
de la luna y sus reflejos,
y los besos de los lirios
inclinados sobre el lecho.
Unos hombres temblorosos
paso a paso van al puerto,
van en busca de su barca,
de la pesca y de los remos.
Yo los miro simplemente
en silencio y, desde dentro,
hago un alto en el camino
y a la Virgen mando un rezo.
Que se cambie su fortuna
y se cumplan sus deseos,
y el salitre de los mares
sea el cáliz de su cesto.
Ese cesto tan usado,
remendado y siempre viejo,
donde guardan la comida
preparada con esmero.
"...Mis silencios van cambiando
y es así como los veo,
uno a uno en sus figuras
temblorosos y sin miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/16
como las hojas del viento,
unas veces se diluyen
como las letras de un verso.
Un poema de palabras
y en el fondo ese silencio,
es el alma que suspira
y nos deja sus lamentos.
Sin embargo las esquinas
de ese libro, más bien negro,
tienen tonos agridulces
con las huellas de tus besos.
Son los besos de la noche,
de la luna y sus reflejos,
y los besos de los lirios
inclinados sobre el lecho.
Unos hombres temblorosos
paso a paso van al puerto,
van en busca de su barca,
de la pesca y de los remos.
Yo los miro simplemente
en silencio y, desde dentro,
hago un alto en el camino
y a la Virgen mando un rezo.
Que se cambie su fortuna
y se cumplan sus deseos,
y el salitre de los mares
sea el cáliz de su cesto.
Ese cesto tan usado,
remendado y siempre viejo,
donde guardan la comida
preparada con esmero.
"...Mis silencios van cambiando
y es así como los veo,
uno a uno en sus figuras
temblorosos y sin miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/16
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