FUE UNA TARDE OSCURA...


Fue una tarde oscura
con nubes y viento,
sonaban campanas,
tañendo recuerdos.

Allá por la aldea,
dormida en el tiempo,
las sombras pasaban
camino del templo.

Adentro, en el coro,
se oían lamentos,
quizás cual susurros
llegados con ecos.

Un hombre, en la entrada,
miraba hacia adentro,
al ser invisible
que estaba en el féretro.

Dos lágrimas finas
mojaron su cuello,
dejando su cara
con fino reflejo.

Un cura ya anciano
rompió el embeleso,
tal vez, la tristeza
del acto supremo.

Rezaba una salve,
también padrenuestros,
y todos los fieles
quedaban contentos.

El hombre apartado
rezaba en silencio,
quería justicia
no solo los rezos.

"...Fue una tarde oscura,
camino del pueblo,
donde los amantes
sellaron su acuerdo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/16

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