CUANDO UNA PUERTA SE CIERRA...
Cuando una puerta se cierra
atrás dejas los recuerdos,
los minutos que han pasado,
soledades y silencios.
Y se quedan detenidos
los vagones en el tiempo,
de ese tren que llega y pasa
con la vida y el aliento.
Si analizas el pasado
verás mal y también bueno,
en los días transcurridos
y en tus actos y tus gestos.
Verás rosas y amapolas
y geranios en enero,
y hasta puede que violetas
junto a lirios en invierno.
Hay promesas incumplidas,
ronroneos y mil sueños,
con mentiras manifiestas
por calmarte tus adentros.
Es que el alma es egoísta
y cultiva bien su apego,
no vacila ante la duda
y se guía por reflejos.
Pero el cáliz renovado
y el jardín de los deseos,
van al tren y esos vagones
que se escapan de tus dedos.
Han pasado por tu lado
y tú estabas soñoliento,
atendiendo a mariposas
que acudían a tus versos.
"...Cuando una puerta se cierra
atrás quedan muchos besos,
besos dulces que han amado
y otros fríos que perdieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/14
atrás dejas los recuerdos,
los minutos que han pasado,
soledades y silencios.
Y se quedan detenidos
los vagones en el tiempo,
de ese tren que llega y pasa
con la vida y el aliento.
Si analizas el pasado
verás mal y también bueno,
en los días transcurridos
y en tus actos y tus gestos.
Verás rosas y amapolas
y geranios en enero,
y hasta puede que violetas
junto a lirios en invierno.
Hay promesas incumplidas,
ronroneos y mil sueños,
con mentiras manifiestas
por calmarte tus adentros.
Es que el alma es egoísta
y cultiva bien su apego,
no vacila ante la duda
y se guía por reflejos.
Pero el cáliz renovado
y el jardín de los deseos,
van al tren y esos vagones
que se escapan de tus dedos.
Han pasado por tu lado
y tú estabas soñoliento,
atendiendo a mariposas
que acudían a tus versos.
"...Cuando una puerta se cierra
atrás quedan muchos besos,
besos dulces que han amado
y otros fríos que perdieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/14
NUNCA MIRAS LOS VERSOS...
Nunca miras los versos
de aquel hombre de antaño,
que pasó por tu vida
simplemente soñando.
Y soñaba en invierno
y también en verano,
con sus ojos preciosos
dulcemente cerrados.
Eran sueños profundos,
y pudiste probarlo,
compartir su locura
y sentirle en tus brazos.
Hasta oíste la nana,
susurrada despacio,
que cantaba en la noche
para ti, con sus labios.
Nunca miras los versos
porque vives llorando,
con la lágrima ausente
de tus ojos preciados.
Y pudiste ser nube,
cenicienta si acaso,
y sutil primavera
en su verso y la mano.
Pero no te creías
aquel cuento dorado,
ni el abrazo tan tierno
que dejaban sus brazos.
Eras solo un poema,
te decías temblando,
una letra perdida
en un verso olvidado.
Nunca miras los versos
ni las rosas que, en mayo,
se quedaron heladas
con la noche y su manto.
Y perdiste las rimas
susurradas despacio,
por el pecho que ardiente
musitaba a tu paso.
Y te hablaban de día
y de noche otro tanto,
y acunaban tu cuerpo
y te daban su abrazo.
Él te dio, cenicienta,
todo un mundo rogado,
en poemas sin nombre
para ti, con su encanto.
"...Nunca miras los versos
de aquel hombre tan raro,
era un niño, en el fondo,
y te amó sin dudarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/14
de aquel hombre de antaño,
que pasó por tu vida
simplemente soñando.
Y soñaba en invierno
y también en verano,
con sus ojos preciosos
dulcemente cerrados.
Eran sueños profundos,
y pudiste probarlo,
compartir su locura
y sentirle en tus brazos.
Hasta oíste la nana,
susurrada despacio,
que cantaba en la noche
para ti, con sus labios.
Nunca miras los versos
porque vives llorando,
con la lágrima ausente
de tus ojos preciados.
Y pudiste ser nube,
cenicienta si acaso,
y sutil primavera
en su verso y la mano.
Pero no te creías
aquel cuento dorado,
ni el abrazo tan tierno
que dejaban sus brazos.
Eras solo un poema,
te decías temblando,
una letra perdida
en un verso olvidado.
Nunca miras los versos
ni las rosas que, en mayo,
se quedaron heladas
con la noche y su manto.
Y perdiste las rimas
susurradas despacio,
por el pecho que ardiente
musitaba a tu paso.
Y te hablaban de día
y de noche otro tanto,
y acunaban tu cuerpo
y te daban su abrazo.
Él te dio, cenicienta,
todo un mundo rogado,
en poemas sin nombre
para ti, con su encanto.
"...Nunca miras los versos
de aquel hombre tan raro,
era un niño, en el fondo,
y te amó sin dudarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/14
A PESAR DE LA HERIDA...
A pesar de la herida
continuó caminando,
con la vista nublada
y sin norte sus pasos.
Una marcha sin rumbo
con mil vientos cruzados,
los cabellos, la brisa,
con candor se estiraron.
Y allí estaba el guerrero,
el valiente soldado,
con la eterna sonrisa
de un imberbe muchacho.
Caminaba sin norte,
con la sangre manando,
de una herida incruenta
por ardiente flechazo.
A pesar de la herida,
prosiguió aquel borracho,
con su copa sin vino
y cubierto de barro.
Caminaba en la vida,
vacilantes sus pasos,
a buscar a la estrella
que brillaba temblando.
Una estrella florida,
como luz de algún barco,
prometida y ansiosa
en el mar tan lejano.
Así son los cuarteles
y presidios de mármol,
con garitas altivas,
vigilantes amargos.
"...A pesar de la herida
continuaba soñando,
deliraba aquel hombre
y temblaban sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/14
continuó caminando,
con la vista nublada
y sin norte sus pasos.
Una marcha sin rumbo
con mil vientos cruzados,
los cabellos, la brisa,
con candor se estiraron.
Y allí estaba el guerrero,
el valiente soldado,
con la eterna sonrisa
de un imberbe muchacho.
Caminaba sin norte,
con la sangre manando,
de una herida incruenta
por ardiente flechazo.
A pesar de la herida,
prosiguió aquel borracho,
con su copa sin vino
y cubierto de barro.
Caminaba en la vida,
vacilantes sus pasos,
a buscar a la estrella
que brillaba temblando.
Una estrella florida,
como luz de algún barco,
prometida y ansiosa
en el mar tan lejano.
Así son los cuarteles
y presidios de mármol,
con garitas altivas,
vigilantes amargos.
"...A pesar de la herida
continuaba soñando,
deliraba aquel hombre
y temblaban sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/14
CON LA ETERNA SONRISA...
Con la eterna sonrisa
de una niña traviesa,
has llegado a mi alma
y dejado tu huella.
Has venido volando,
mariposa coqueta,
en un vuelo sin nombre
y en un año que empieza.
Has venido a mi lado
y conmigo te quedas,
a seguir mi destino
por la vida y las letras.
Yo quisiera enseñarte
la ternura que dejan,
esas luces del cielo
que llamamos estrellas.
Y quisiera, en tu mano
entregar las violetas,
y también los suspiros
que me deja la tierra.
Yo quisiera ser lirio
y trazar las diademas,
que recubran tus sienes,
mi sutil cenicienta.
Y quisiera ser rosa
y amapola sincera,
con sus pétalos tiernos
que te rocen y besan.
Y quisiera ser aire,
temporal y galerna,
y temblar con tu cuerpo
al sentirle tan cerca.
Pero debo calmarme
y volver a la senda,
al camino que un día
emprendí con presteza.
Aquí estoy, con mis sueños,
entre brumas extensas,
con los versos que ansían
convertirse en poemas.
Es por eso que siento
tu venida sincera,
y el tic-tac de otras horas
renovadas y nuevas.
Son callados suspiros
y susurros que dejan
unos labios ansiosos
al oído que tiembla.
"...Con la eterna sonrisa
has llegado a mi puerta,
año nuevo añorado,
dos mil quince que empiezas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/14
de una niña traviesa,
has llegado a mi alma
y dejado tu huella.
Has venido volando,
mariposa coqueta,
en un vuelo sin nombre
y en un año que empieza.
Has venido a mi lado
y conmigo te quedas,
a seguir mi destino
por la vida y las letras.
Yo quisiera enseñarte
la ternura que dejan,
esas luces del cielo
que llamamos estrellas.
Y quisiera, en tu mano
entregar las violetas,
y también los suspiros
que me deja la tierra.
Yo quisiera ser lirio
y trazar las diademas,
que recubran tus sienes,
mi sutil cenicienta.
Y quisiera ser rosa
y amapola sincera,
con sus pétalos tiernos
que te rocen y besan.
Y quisiera ser aire,
temporal y galerna,
y temblar con tu cuerpo
al sentirle tan cerca.
Pero debo calmarme
y volver a la senda,
al camino que un día
emprendí con presteza.
Aquí estoy, con mis sueños,
entre brumas extensas,
con los versos que ansían
convertirse en poemas.
Es por eso que siento
tu venida sincera,
y el tic-tac de otras horas
renovadas y nuevas.
Son callados suspiros
y susurros que dejan
unos labios ansiosos
al oído que tiembla.
"...Con la eterna sonrisa
has llegado a mi puerta,
año nuevo añorado,
dos mil quince que empiezas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/14
YO SÉ BIEN QUE LOS NIÑOS SON NIÑOS...
Yo sé bien que los niños son niños
y que buscan cariño y palabras,
en las fiestas del mes de diciembre,
Navidades que vienen y marchan.
Es por eso que miran al cielo,
a las nubes que surgen y pasan,
al cometa que exhibe su estela
y a la luna con cara de plata.
Yo quisiera ser hombre y ser niño,
Peter Pan en un mundo de fábula,
y volar junto a ti, Campanilla,
a un portal de Belén sin murallas.
Atrás quedan los parques sombríos,
Central Park con sus lagos y escarcha,
la encantada ciudad de las prisas
y leyendas de calles extrañas.
Yo sé bien que los niños son niños,
aprendices de duras batallas,
de una vida que empieza y comienza
cuando suena el reloj de su infancia.
Y por eso se quedan mirando
a la lluvia que llega y descarga,
las caricias sutiles, con besos
de esas gotas que rozan sus caras.
Yo quisiera ser niño y ser hombre,
un Quijote, quizás, en la Mancha,
embistiendo a molinos altivos
y bebiendo en oscuras posadas.
Pero soy el que soy, y lo siento,
un poeta sin pluma y aldaba,
el que sigue a los Reyes furtivos
que a Belén llegarán con su magia.
"...Yo sé bien que los niños son niños,
y yo quiero el regalo y la gracia,
de poder recibir en mi pecho
el Amor, que en Belén llega al alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/14
y que buscan cariño y palabras,
en las fiestas del mes de diciembre,
Navidades que vienen y marchan.
Es por eso que miran al cielo,
a las nubes que surgen y pasan,
al cometa que exhibe su estela
y a la luna con cara de plata.
Yo quisiera ser hombre y ser niño,
Peter Pan en un mundo de fábula,
y volar junto a ti, Campanilla,
a un portal de Belén sin murallas.
Atrás quedan los parques sombríos,
Central Park con sus lagos y escarcha,
la encantada ciudad de las prisas
y leyendas de calles extrañas.
Yo sé bien que los niños son niños,
aprendices de duras batallas,
de una vida que empieza y comienza
cuando suena el reloj de su infancia.
Y por eso se quedan mirando
a la lluvia que llega y descarga,
las caricias sutiles, con besos
de esas gotas que rozan sus caras.
Yo quisiera ser niño y ser hombre,
un Quijote, quizás, en la Mancha,
embistiendo a molinos altivos
y bebiendo en oscuras posadas.
Pero soy el que soy, y lo siento,
un poeta sin pluma y aldaba,
el que sigue a los Reyes furtivos
que a Belén llegarán con su magia.
"...Yo sé bien que los niños son niños,
y yo quiero el regalo y la gracia,
de poder recibir en mi pecho
el Amor, que en Belén llega al alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/14
POETA DE ROMPE Y RASGA...
Poeta de rompe y rasga
que miras a las estrellas,
¿dónde quedaron tus sueños
si perdiste la cabeza?
¿No ves que estás medio loco
porque el amor está cerca,
y lo tienes en tus brazos
y en los labios que te besan?
...Sigue poeta en tu fiebre
y delira cuanto quieras,
mientras los dedos de plata
acarician sin reservas.
Y se meten en tu pelo,
en tu cuello y en tus cejas,
y van rimando y contando
cada una de tus pecas.
Poeta de rompe y rasga
detén tus pasos y piensa,
aunque la fiebre, en tus sienes,
hoy alteren tu chaveta.
¿No sientes hoy esos brazos
que te rozan y te aprietan,
y hasta excitan tu locura
cuando bajan a tus piernas?
Ya sé que son esos dedos,
sin pinceles y paleta,
que dibujan mil diabluras
y hasta excitan a tu lengua.
Dedos de seda, sin duda,
escribiéndote un poema,
a lo largo de tu cuerpo
como estela de un cometa.
"...Poeta de rompe y rasga
tu calentura se aleja,
cuando sientes a los labios
que te buscan y se entregan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/14
que miras a las estrellas,
¿dónde quedaron tus sueños
si perdiste la cabeza?
¿No ves que estás medio loco
porque el amor está cerca,
y lo tienes en tus brazos
y en los labios que te besan?
...Sigue poeta en tu fiebre
y delira cuanto quieras,
mientras los dedos de plata
acarician sin reservas.
Y se meten en tu pelo,
en tu cuello y en tus cejas,
y van rimando y contando
cada una de tus pecas.
Poeta de rompe y rasga
detén tus pasos y piensa,
aunque la fiebre, en tus sienes,
hoy alteren tu chaveta.
¿No sientes hoy esos brazos
que te rozan y te aprietan,
y hasta excitan tu locura
cuando bajan a tus piernas?
Ya sé que son esos dedos,
sin pinceles y paleta,
que dibujan mil diabluras
y hasta excitan a tu lengua.
Dedos de seda, sin duda,
escribiéndote un poema,
a lo largo de tu cuerpo
como estela de un cometa.
"...Poeta de rompe y rasga
tu calentura se aleja,
cuando sientes a los labios
que te buscan y se entregan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/14
DICEN QUE SUEÑAN LOS NIÑOS...
Dicen que sueñan los niños,
pero no importe el "qué sueñen",
ya que la dulce figura
con su mirada enternece.
Y ha sido así desde tiempos,
aunque diría "de siempre",
ya que los niños son niños
con ese encanto que tienen.
Muchos queremos los sueños
de esas figuras endebles,
con sus caritas preciosas
y esos suspiros de nieve.
Pero los hombres que sueñan
son los que van y que vienen
por este mundo y la vida
como preciados juguetes.
Son barcarolas sin nombre
en una mar con nordeste,
con el velamen partido
y la mesana sin fuelle.
Dicen que sueñan los niños
mientras se encoge diciembre,
en un invierno que empieza
tras un otoño paciente.
Es Navidad todo el día,
horas de risas alegres,
turno de paz y sosiego
y de quietud los cipreses.
Pero volviendo a los sueños,
es que los niños los quieren,
duermen despiertos, soñando,
sueñan y son inocentes.
Quiero esos sueños de niño,
quiero aspirar los claveles,
quiero sentir en el alma
esa caricia tan breve.
Pero tan breve y profunda
es la caricia siguiente,
donde los sueños del niño
rozan al hombre y sus sienes.
"...Dicen que sueñan los niños
y yo los pido que sueñen,
sueños de amor y esperanza,
sueños de amor para siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/14
pero no importe el "qué sueñen",
ya que la dulce figura
con su mirada enternece.
Y ha sido así desde tiempos,
aunque diría "de siempre",
ya que los niños son niños
con ese encanto que tienen.
Muchos queremos los sueños
de esas figuras endebles,
con sus caritas preciosas
y esos suspiros de nieve.
Pero los hombres que sueñan
son los que van y que vienen
por este mundo y la vida
como preciados juguetes.
Son barcarolas sin nombre
en una mar con nordeste,
con el velamen partido
y la mesana sin fuelle.
Dicen que sueñan los niños
mientras se encoge diciembre,
en un invierno que empieza
tras un otoño paciente.
Es Navidad todo el día,
horas de risas alegres,
turno de paz y sosiego
y de quietud los cipreses.
Pero volviendo a los sueños,
es que los niños los quieren,
duermen despiertos, soñando,
sueñan y son inocentes.
Quiero esos sueños de niño,
quiero aspirar los claveles,
quiero sentir en el alma
esa caricia tan breve.
Pero tan breve y profunda
es la caricia siguiente,
donde los sueños del niño
rozan al hombre y sus sienes.
"...Dicen que sueñan los niños
y yo los pido que sueñen,
sueños de amor y esperanza,
sueños de amor para siempre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/14
YA CANTAN LOS PASTORES...
Ya cantan los pastores,
caminan campo abajo,
y buscan un portal
con luces alumbrado.
Hoy pienso en esos niños,
quizás tan pequeñajos,
que esperan las caricias,
palabras y regalos.
Y pienso en muchos hombres,
tal vez desesperados,
carentes de recursos
y frío entre sus manos.
No es justa la alegría
que rompe y traza llantos,
ni es justa la tristeza
a costa de un hermano.
Ya tocan los pastores
zambombas a destajo,
y llenan los rincones
de músicas y saltos.
Afuera, entre las sombras,
hay niños refugiados,
con falta de alimentos,
vestidos con dos trapos.
Seguro tienen frío,
seguro están helados,
y puede que precisen
el beso de unos labios.
Un beso generoso,
comida sin reparos,
y ropa de abrigarse,
así como calzado.
Se alejan los pastores
y marchan caminando,
se van hacia sus casas
sus lechos y descanso.
Los niños bajo el frío
se quedan cabizbajos,
y miran a los cielos,
quizás como buscando.
No saben la respuesta
del Niño que es su hermano,
ni saben el mensaje
de Amor tan esperado.
Seamos como niños,
juguemos todo el rato,
la vida es alegría
y Dios está mirando.
Se fueron los pastores
y quedan los encargos,
los niños ya se duermen
y sueñan con los Magos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/14
caminan campo abajo,
y buscan un portal
con luces alumbrado.
Hoy pienso en esos niños,
quizás tan pequeñajos,
que esperan las caricias,
palabras y regalos.
Y pienso en muchos hombres,
tal vez desesperados,
carentes de recursos
y frío entre sus manos.
No es justa la alegría
que rompe y traza llantos,
ni es justa la tristeza
a costa de un hermano.
Ya tocan los pastores
zambombas a destajo,
y llenan los rincones
de músicas y saltos.
Afuera, entre las sombras,
hay niños refugiados,
con falta de alimentos,
vestidos con dos trapos.
Seguro tienen frío,
seguro están helados,
y puede que precisen
el beso de unos labios.
Un beso generoso,
comida sin reparos,
y ropa de abrigarse,
así como calzado.
Se alejan los pastores
y marchan caminando,
se van hacia sus casas
sus lechos y descanso.
Los niños bajo el frío
se quedan cabizbajos,
y miran a los cielos,
quizás como buscando.
No saben la respuesta
del Niño que es su hermano,
ni saben el mensaje
de Amor tan esperado.
Seamos como niños,
juguemos todo el rato,
la vida es alegría
y Dios está mirando.
Se fueron los pastores
y quedan los encargos,
los niños ya se duermen
y sueñan con los Magos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/14
ESCUCHA SILENCIO...
Escucha silencio,
te sigo esperando,
por calles y plazas
por parques sin bancos.
Escucha te digo
y no sientas tanto,
la voz de las sombras
que bailan un tango.
Escucha a los niños
que ríen descalzos,
y buscan sus ojos
quizás un regalo.
Escucha las almas
de hombres cansados,
con pechos heridos
por flechas sin arcos.
Escucha silencio,
no soy un lagarto,
tampoco una alondra
ni un verso lejano.
Escucha el poema
que sale temblando,
y llega a mis dedos
con signos extraños.
Escucha a los Reyes
que dicen son Magos,
y buscan a un Niño
con ojos muy claros.
Escucha y no temas
el beso del labio,
que llega a la tierra
un tanto apagado.
Escucha silencio
la voz en lo alto,
que baja a los hombres,
a madres y ancianos.
Escucha en los ríos
los cantos rodados,
la eterna dulzura
del ruido y el salto.
Escucha, sin prisas,
el son de los pasos,
que pisan y cruzan
las calles y charcos.
Escucha mi amigo
al pecho encantado,
que grita y suplica
amores borrachos.
"...Escucha silencio
y acepta esa mano,
Belén está cerca
y un Niño ha llegado..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/12/14
te sigo esperando,
por calles y plazas
por parques sin bancos.
Escucha te digo
y no sientas tanto,
la voz de las sombras
que bailan un tango.
Escucha a los niños
que ríen descalzos,
y buscan sus ojos
quizás un regalo.
Escucha las almas
de hombres cansados,
con pechos heridos
por flechas sin arcos.
Escucha silencio,
no soy un lagarto,
tampoco una alondra
ni un verso lejano.
Escucha el poema
que sale temblando,
y llega a mis dedos
con signos extraños.
Escucha a los Reyes
que dicen son Magos,
y buscan a un Niño
con ojos muy claros.
Escucha y no temas
el beso del labio,
que llega a la tierra
un tanto apagado.
Escucha silencio
la voz en lo alto,
que baja a los hombres,
a madres y ancianos.
Escucha en los ríos
los cantos rodados,
la eterna dulzura
del ruido y el salto.
Escucha, sin prisas,
el son de los pasos,
que pisan y cruzan
las calles y charcos.
Escucha mi amigo
al pecho encantado,
que grita y suplica
amores borrachos.
"...Escucha silencio
y acepta esa mano,
Belén está cerca
y un Niño ha llegado..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/12/14
RECOJO, EN ESTOS DÍAS...
Recojo, en estos días, la ternura
y trato de sentir mil emociones,
las fechas son alegres y emotivas
y esconden el tic-tac de los relojes.
Las horas se columpian lentamente,
y llegan sentimientos monocordes,
nos hablan de la paz y de la vida,
de niños que han nacido para hombres.
Nos cuentan de las guerras extranjeras,
de hambres en países y regiones,
de ojos que nos miran y no encuentran,
las manos que quisieran que las tomen.
En estos sentimientos encontrados
existen marejadas y razones,
las unas estremecen la conciencia,
las otras bien nos sacan los colores.
Se escucha tanta súplica en las calles
que incluso se congelan otras voces,
aquellas que cansadas de gritarlo,
suplican por el pan de muchos pobres.
Hay niños que quisieran un juguete
y hay otros que quisiera ser mayores,
correr en libertad, sin ataduras,
buscando su destino entre los hombres.
Yo siento que se ahoga en el poema
los sueños de estos niños y las flores,
las lágrimas tan tiernas de la infancia
por versos que no saben lo que esconden.
Por eso miro arriba, hacia los cielos,
y busco en las estrellas de la noche,
quizás la que señala hacia el oriente
y guía hasta un portal los corazones.
Más quedo pensativo y en silencio;
los hombres buscan Paz y son Quijotes,
los niños solamente las caricias
y un trozo del Amor, sin condiciones.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/14
y trato de sentir mil emociones,
las fechas son alegres y emotivas
y esconden el tic-tac de los relojes.
Las horas se columpian lentamente,
y llegan sentimientos monocordes,
nos hablan de la paz y de la vida,
de niños que han nacido para hombres.
Nos cuentan de las guerras extranjeras,
de hambres en países y regiones,
de ojos que nos miran y no encuentran,
las manos que quisieran que las tomen.
En estos sentimientos encontrados
existen marejadas y razones,
las unas estremecen la conciencia,
las otras bien nos sacan los colores.
Se escucha tanta súplica en las calles
que incluso se congelan otras voces,
aquellas que cansadas de gritarlo,
suplican por el pan de muchos pobres.
Hay niños que quisieran un juguete
y hay otros que quisiera ser mayores,
correr en libertad, sin ataduras,
buscando su destino entre los hombres.
Yo siento que se ahoga en el poema
los sueños de estos niños y las flores,
las lágrimas tan tiernas de la infancia
por versos que no saben lo que esconden.
Por eso miro arriba, hacia los cielos,
y busco en las estrellas de la noche,
quizás la que señala hacia el oriente
y guía hasta un portal los corazones.
Más quedo pensativo y en silencio;
los hombres buscan Paz y son Quijotes,
los niños solamente las caricias
y un trozo del Amor, sin condiciones.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/14
CUANDO APURE MI COPA ESTE NOCHE...
Cuando apure mi copa esta noche
sentiré que se escapa una lágrima,
con la nota sutil de la vida
que desgrana una mano del arpa.
Beberé de ese néctar sagrado,
la bebida de reyes sin tacha,
los que fueron antaño a las guerras
y volvieron vacíos, sin nada.
Beberé por los niños sin nombre
con sus ojos brillantes de plata,
y la fiebre, quizás, en sus venas,
por el hambre y el pan que les falta.
Beberé por los hombres sencillos
que suplican un techo y la casa,
para así proteger su familia
de la lluvia, la nieve y la rabia.
Cuando apure mi copa esta noche
quiero ser ese hombre que alcanza,
en sus sueños la dulce quimera,
al cometa que llega y que pasa.
Beberé por los seres sedientos
que suplican la fuente y el agua,
en países remotos del mundo
que suplican con fe y esperanza.
Beberé por los hombres que rezan,
los que encienden las velas y palmas,
los que dictan sermones altivos
y se olvidan del hambre y la causa.
Beberé por los ricos del mundo
y por otros que rigen y mandan,
aplicando doctrinas sin credos
y mintiendo y riendo sus farsas.
"...Cuando apure mi copa esta noche
sentiré que me quema la entraña,
las mentiras del líquido amargo
de una vida ficticia y sin causa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/14
sentiré que se escapa una lágrima,
con la nota sutil de la vida
que desgrana una mano del arpa.
Beberé de ese néctar sagrado,
la bebida de reyes sin tacha,
los que fueron antaño a las guerras
y volvieron vacíos, sin nada.
Beberé por los niños sin nombre
con sus ojos brillantes de plata,
y la fiebre, quizás, en sus venas,
por el hambre y el pan que les falta.
Beberé por los hombres sencillos
que suplican un techo y la casa,
para así proteger su familia
de la lluvia, la nieve y la rabia.
Cuando apure mi copa esta noche
quiero ser ese hombre que alcanza,
en sus sueños la dulce quimera,
al cometa que llega y que pasa.
Beberé por los seres sedientos
que suplican la fuente y el agua,
en países remotos del mundo
que suplican con fe y esperanza.
Beberé por los hombres que rezan,
los que encienden las velas y palmas,
los que dictan sermones altivos
y se olvidan del hambre y la causa.
Beberé por los ricos del mundo
y por otros que rigen y mandan,
aplicando doctrinas sin credos
y mintiendo y riendo sus farsas.
"...Cuando apure mi copa esta noche
sentiré que me quema la entraña,
las mentiras del líquido amargo
de una vida ficticia y sin causa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/14
UNA EXTRAÑA ALEGRÍA...
Una extraña alegría
me dejaron los trinos,
de la alondra cantora
y también de los mirlos.
Era un canto precioso,
yo diría divino,
melodía sublime
que llegaba al oído.
Penetraba en el alma
con candor exquisito,
recorriendo las venas
y arrancando suspiros.
Yo pensé, que los hombres,
son así, como niños,
y sus pechos susurran
con caricias de lirios.
Hay pasión en las rosas
que destilan cariño,
y hasta sangre que escapa
al herir el espino.
Más son brumas fugaces,
temporales sin brillo,
ruiseñores que miran
mientras cuidan sus nidos.
Yo sé bien que las aves
hacen muecas y giros,
y hasta bailan y trazan
arabescos furtivos.
Y lo hacen y juegan
para pobres y ricos,
para ancianos y adultos
en jardines distintos.
Una extraña alegría
recorrió mis sentidos,
al pensar todo esto
y dejarlo aquí escrito.
Porque sé, que en los versos,
va quizás, algo mío,
un suspiro sin nombre
y un aliento infinito.
Lo que guardan las almas
es apenas un signo,
hay tristeza y sonrisas
con fugaces delirios.
Temblorosas estrellas
con reflejos divinos,
hay pasión y esperanza
y no sé definirlo.
"...Una extraña alegría
han dejado los cirios,
con los cantos de alondras
y sus trinos sencillos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/14
me dejaron los trinos,
de la alondra cantora
y también de los mirlos.
Era un canto precioso,
yo diría divino,
melodía sublime
que llegaba al oído.
Penetraba en el alma
con candor exquisito,
recorriendo las venas
y arrancando suspiros.
Yo pensé, que los hombres,
son así, como niños,
y sus pechos susurran
con caricias de lirios.
Hay pasión en las rosas
que destilan cariño,
y hasta sangre que escapa
al herir el espino.
Más son brumas fugaces,
temporales sin brillo,
ruiseñores que miran
mientras cuidan sus nidos.
Yo sé bien que las aves
hacen muecas y giros,
y hasta bailan y trazan
arabescos furtivos.
Y lo hacen y juegan
para pobres y ricos,
para ancianos y adultos
en jardines distintos.
Una extraña alegría
recorrió mis sentidos,
al pensar todo esto
y dejarlo aquí escrito.
Porque sé, que en los versos,
va quizás, algo mío,
un suspiro sin nombre
y un aliento infinito.
Lo que guardan las almas
es apenas un signo,
hay tristeza y sonrisas
con fugaces delirios.
Temblorosas estrellas
con reflejos divinos,
hay pasión y esperanza
y no sé definirlo.
"...Una extraña alegría
han dejado los cirios,
con los cantos de alondras
y sus trinos sencillos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/14
NO ROMPAS LA QUIETUD...
No rompas la quietud de este momento
ni borres la sonrisa de unos labios.
espera que se apague ese lamento
que llega desde el reino de los sabios.
Escucha la canción que el dulce viento
ofrece a los oídos, sin agravios,
y escapa de las dudas y el tormento
del ciego capitán, sin astrolabios
La nave de la vida va tranquila,
camina hacia su puerto en la ensenada.
Su proa marca el norte y no vacila
igual que la nostalgia con la nada.
No dejes que te tiemble la pupila
y encuentra la caricia tan ansiada.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/12/14
ni borres la sonrisa de unos labios.
espera que se apague ese lamento
que llega desde el reino de los sabios.
Escucha la canción que el dulce viento
ofrece a los oídos, sin agravios,
y escapa de las dudas y el tormento
del ciego capitán, sin astrolabios
La nave de la vida va tranquila,
camina hacia su puerto en la ensenada.
Su proa marca el norte y no vacila
igual que la nostalgia con la nada.
No dejes que te tiemble la pupila
y encuentra la caricia tan ansiada.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/12/14
HE OLVIDADO, EN LA NOCHE, TU NOMBRE...
He olvidado, en la noche, tu nombre
y he buscado en los cielos la estrella,
la que alumbra el camino a los niños
y convierte recuerdos en niebla.
Ya se acercan los días de magia
y con ellos ya vienen las fiestas,
los colores, la paz y alegría
y la nieve de invierno se acerca.
A lo lejos se escuchan campanas,
remolinos de mar y sal muera,
con la música sorda y sublime
de ese viento de oeste que llega.
Hoy no tiemblan los labios ansiosos,
ni los besos hoy temen la espera,
porque saben captar, los secretos,
de aquel beso dejado a la tierra.
He olvidado, en la noche, tu nombre
porque quiero buscar lo que anhelan,
esos ojos cansados del hombre
en el niño, de antaño, que fuera.
Yo sé bien que los ojos dormidos
lloraran al sentir la presencia
de otros ojos, quizás ambiciosos,
que quisieran dejarles sus penas.
Pero sé que estará la alegría
y esa Paz tan sencilla y sincera,
en el pecho del niño que duerme
con susurros de nanas eternas.
¡Cuánto Amor se adivina en la estampa
soñador que ahora escribes poemas!,
¡cuánta nota te llega temblando
a esa pluma que traza las letras...!
"...He olvidado, en la noche tu nombre,
y no quiero recuerdos que vuelvan,
a turbar a ese hombre que escribe
con un niño en el pecho que lleva..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/12/14
y he buscado en los cielos la estrella,
la que alumbra el camino a los niños
y convierte recuerdos en niebla.
Ya se acercan los días de magia
y con ellos ya vienen las fiestas,
los colores, la paz y alegría
y la nieve de invierno se acerca.
A lo lejos se escuchan campanas,
remolinos de mar y sal muera,
con la música sorda y sublime
de ese viento de oeste que llega.
Hoy no tiemblan los labios ansiosos,
ni los besos hoy temen la espera,
porque saben captar, los secretos,
de aquel beso dejado a la tierra.
He olvidado, en la noche, tu nombre
porque quiero buscar lo que anhelan,
esos ojos cansados del hombre
en el niño, de antaño, que fuera.
Yo sé bien que los ojos dormidos
lloraran al sentir la presencia
de otros ojos, quizás ambiciosos,
que quisieran dejarles sus penas.
Pero sé que estará la alegría
y esa Paz tan sencilla y sincera,
en el pecho del niño que duerme
con susurros de nanas eternas.
¡Cuánto Amor se adivina en la estampa
soñador que ahora escribes poemas!,
¡cuánta nota te llega temblando
a esa pluma que traza las letras...!
"...He olvidado, en la noche tu nombre,
y no quiero recuerdos que vuelvan,
a turbar a ese hombre que escribe
con un niño en el pecho que lleva..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/12/14
ME ARAÑASTE, GATITA TRAVIESA...
Me arañaste, gatita traviesa,
y clavaste tu garra en mi mano,
una gota de sangre muy roja
se extendió, por mi dedo, temblando.
Yo sentí que quemaba, sin fuego,
una llama de besos y labios,
y mi sangre manaba de prisa
y el dolor parecía el de un dardo.
Una flecha clavada en mi dedo,
una garra inocente y con garbo,
una dulce, quizás carantoña
que cambió tu bigote tan blanco.
Yo juré, como juran los hombres,
y temblé, como un niño asustado,
y corrí a lavar esta herida
con el agua que deja el lavabo.
Me arañaste, gatita traviesa,
y sentí el dolor de tus garfios,
esas garras, quizás diminutas
y que usaste, sin duda, jugando.
Yo caí en tus garras, "michina",
por jugar a ese juego tan largo,
de esconderte mi mano y la pluma
y trazar en el aire un reclamo.
Pero tú que sabías mis juegos,
arañaste la piel sin dudarlo,
y corriste, después, asustada
hasta el viejo sofá de aquel cuarto.
¡Cuánto miedo llevaban tus ojos
a los míos que estaban rezando!,
¡cuánta nota de luz y alegría
se murió, sin dudar, en el acto!
"...Me arañaste, gatita traviesa
y yo sé que el dolor no es en vano,
porque tú te acercaste hasta el niño
con dolor y cariño mezclados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/14
y clavaste tu garra en mi mano,
una gota de sangre muy roja
se extendió, por mi dedo, temblando.
Yo sentí que quemaba, sin fuego,
una llama de besos y labios,
y mi sangre manaba de prisa
y el dolor parecía el de un dardo.
Una flecha clavada en mi dedo,
una garra inocente y con garbo,
una dulce, quizás carantoña
que cambió tu bigote tan blanco.
Yo juré, como juran los hombres,
y temblé, como un niño asustado,
y corrí a lavar esta herida
con el agua que deja el lavabo.
Me arañaste, gatita traviesa,
y sentí el dolor de tus garfios,
esas garras, quizás diminutas
y que usaste, sin duda, jugando.
Yo caí en tus garras, "michina",
por jugar a ese juego tan largo,
de esconderte mi mano y la pluma
y trazar en el aire un reclamo.
Pero tú que sabías mis juegos,
arañaste la piel sin dudarlo,
y corriste, después, asustada
hasta el viejo sofá de aquel cuarto.
¡Cuánto miedo llevaban tus ojos
a los míos que estaban rezando!,
¡cuánta nota de luz y alegría
se murió, sin dudar, en el acto!
"...Me arañaste, gatita traviesa
y yo sé que el dolor no es en vano,
porque tú te acercaste hasta el niño
con dolor y cariño mezclados..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/14
CON SU EXTRAÑA FIGURA...
Con su extraña figura
y la voz apagada,
recitaba sus versos
una luna de plata.
Una cara de niña
con pasión susurraba,
el poema sin nombre
que salía del alma.
Y yo allí, silencioso,
escuchaba la charla,
el sonido uniforme
de los labios de grana.
Y escuchaba paciente
el murmullo del agua,
aquel flujo y reflujo
de la dulce resaca.
Con su extraña figura
el marino fumaba,
y buscaba en los cielos
la canción del pirata.
La canción de los niños
que era siempre una nana,
un conjunto de sueños
y un cometa sin alas.
Y buscaba muy lejos
la trainera y la calma,
de aquel mar tan bravío
de su eterna Cantabria.
Marinero fumando,
¡qué belleza de estampa!,
con su boina de siempre
en la frente calada.
Con su extraña figura
una rosa temprana
alegraba el invierno
con su rojo escarlata.
Y dejaban ternura
la manita tan larga,
de aquel niño invisible
que quería tomarla.
Unos dedos divinos
arrancaban del arpa,
melodías y versos
con azul pentagrama.
Pentagrama con rosas,
¡qué bonita palabra!,
qué hermosura de imagen
con su música sacra.
"...Con su extraña figura
una luna miraba,
el pasar de los días
y las noches tan largas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/14
y la voz apagada,
recitaba sus versos
una luna de plata.
Una cara de niña
con pasión susurraba,
el poema sin nombre
que salía del alma.
Y yo allí, silencioso,
escuchaba la charla,
el sonido uniforme
de los labios de grana.
Y escuchaba paciente
el murmullo del agua,
aquel flujo y reflujo
de la dulce resaca.
Con su extraña figura
el marino fumaba,
y buscaba en los cielos
la canción del pirata.
La canción de los niños
que era siempre una nana,
un conjunto de sueños
y un cometa sin alas.
Y buscaba muy lejos
la trainera y la calma,
de aquel mar tan bravío
de su eterna Cantabria.
Marinero fumando,
¡qué belleza de estampa!,
con su boina de siempre
en la frente calada.
Con su extraña figura
una rosa temprana
alegraba el invierno
con su rojo escarlata.
Y dejaban ternura
la manita tan larga,
de aquel niño invisible
que quería tomarla.
Unos dedos divinos
arrancaban del arpa,
melodías y versos
con azul pentagrama.
Pentagrama con rosas,
¡qué bonita palabra!,
qué hermosura de imagen
con su música sacra.
"...Con su extraña figura
una luna miraba,
el pasar de los días
y las noches tan largas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/14
TAMPOCO PASA NADA SI NO ESCRIBO...
Tampoco pasa nada si no escribo,
si miro más allá de la ventana,
si busco entre los brazos de la luna
la risa de la noche que me falta.
El frío y el invierno son culpables
que estire perezoso las pestañas,
que nade entre los brazos de Morfeo
y sueñe con un viaje hacia la nada.
Los sueños de los hombres son profundos,
espacios donde duermen las palabras,
parecen esos versos sin sentido
surgidos de una pluma muy cansada.
Pequeñas marionetas rimbombantes
que trazan mariposas con sus alas,
cometas con deseos inconclusos
que llegan, que enamoran y se marchan.
Tampoco pasa nada si no canto
le dijo el ruiseñor a la calandria,
y entonces, el silbido melodioso,
cambió la sinfonía por la escarcha.
Quedaron por el suelo los sonidos
cubiertos de rocío y de las ramas,
tapados por los ecos misteriosos
de huellas que dejaron mil pisadas.
La alfombra de la vida es un recuerdo
que esconde misteriosos pentagramas,
adagios de una música sin nombre
y versos de poemas para el arpa.
Los dioses del Olimpo se sonríen
y ofrecen, con sus manos, esa calma,
la paz que tanto ansían y precisan
los jóvenes amantes en su marcha.
"...Tampoco pasa nada si descanso,
le dijo el arcoíris a la playa,
las olas seguirán hasta la arena
y un niño soñará con alcanzarlas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/12/14
si miro más allá de la ventana,
si busco entre los brazos de la luna
la risa de la noche que me falta.
El frío y el invierno son culpables
que estire perezoso las pestañas,
que nade entre los brazos de Morfeo
y sueñe con un viaje hacia la nada.
Los sueños de los hombres son profundos,
espacios donde duermen las palabras,
parecen esos versos sin sentido
surgidos de una pluma muy cansada.
Pequeñas marionetas rimbombantes
que trazan mariposas con sus alas,
cometas con deseos inconclusos
que llegan, que enamoran y se marchan.
Tampoco pasa nada si no canto
le dijo el ruiseñor a la calandria,
y entonces, el silbido melodioso,
cambió la sinfonía por la escarcha.
Quedaron por el suelo los sonidos
cubiertos de rocío y de las ramas,
tapados por los ecos misteriosos
de huellas que dejaron mil pisadas.
La alfombra de la vida es un recuerdo
que esconde misteriosos pentagramas,
adagios de una música sin nombre
y versos de poemas para el arpa.
Los dioses del Olimpo se sonríen
y ofrecen, con sus manos, esa calma,
la paz que tanto ansían y precisan
los jóvenes amantes en su marcha.
"...Tampoco pasa nada si descanso,
le dijo el arcoíris a la playa,
las olas seguirán hasta la arena
y un niño soñará con alcanzarlas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/12/14
VEN AQUÍ, MARIPOSA SIN NOMBRE...
Ven aquí, mariposa sin nombre,
que en el aire paseas inquieta,
deja el dulce candor de tus alas,
y ese aroma que atrapa y que besa.
No nos dejes, aún, todavía
precisamos tu imagen señera,
y ese bello plañir de tus alas
que desprenden retazos de cera.
Una magia sutil va contigo
y en el vuelo desprendes cadencias,
mil reflejos de luz y de sombras
es el premio y la paz que nos dejas.
Hay pasión en el vuelo sencillo,
un encanto sin más que embelesa,
son los guiños de eternos colores,
los que inundan la estancia y la llenan.
Ven aquí, mariposa sin nombre,
y en mis ojos rescata la niebla,
esa bruma tan densa y oscura,
que entorpece la marcha serena.
Y si quieres partir de mi lado
dejaré que una noche cualquiera,
cuando cierre los ojos el niño,
aquel hombre te escriba un poema.
Y te deje partir presurosa
y te deje volar a otras tierras,
con las alas mojadas de lluvia
y el rocío que impregna sus letras.
Yo sé bien que has llegado de paso
y que vuelas buscando la puerta,
la ventana que oculta la vida,
y el camino real, con las huellas.
"...Ven aquí, mariposa sin nombre,
y refresca las sienes eternas,
de los niños que siguen soñando
con tus alas, tal vez, tan inquietas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/14
que en el aire paseas inquieta,
deja el dulce candor de tus alas,
y ese aroma que atrapa y que besa.
No nos dejes, aún, todavía
precisamos tu imagen señera,
y ese bello plañir de tus alas
que desprenden retazos de cera.
Una magia sutil va contigo
y en el vuelo desprendes cadencias,
mil reflejos de luz y de sombras
es el premio y la paz que nos dejas.
Hay pasión en el vuelo sencillo,
un encanto sin más que embelesa,
son los guiños de eternos colores,
los que inundan la estancia y la llenan.
Ven aquí, mariposa sin nombre,
y en mis ojos rescata la niebla,
esa bruma tan densa y oscura,
que entorpece la marcha serena.
Y si quieres partir de mi lado
dejaré que una noche cualquiera,
cuando cierre los ojos el niño,
aquel hombre te escriba un poema.
Y te deje partir presurosa
y te deje volar a otras tierras,
con las alas mojadas de lluvia
y el rocío que impregna sus letras.
Yo sé bien que has llegado de paso
y que vuelas buscando la puerta,
la ventana que oculta la vida,
y el camino real, con las huellas.
"...Ven aquí, mariposa sin nombre,
y refresca las sienes eternas,
de los niños que siguen soñando
con tus alas, tal vez, tan inquietas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/14
NO SÉ CÓMO PASÓ...
No sé cómo pasó
pero perdí el poema,
un baile misterioso
sin luna y sin estrellas.
Perdí la dulce imagen
de un baile en la ribera,
quizás en una playa
con olas muy coquetas.
Yo iba tras los pasos,
dejados por las huellas,
de un cuerpo muy bonito
con aires de violeta.
El cuerpo de una chica
marchando por la arena,
ajena al nerviosismo
nacido de mis letras.
De pronto, su figura,
voló como un cometa,
dejándome una rosa
con pétalos de cera.
¡Cuán grande fue aquel cambio,
pensé con gran tristeza,
la rosa por la chica
y el baile sin princesa!
Más debo continuar,
seguir con la tarea,
buscar entre las olas
la música sincera.
El baile de los niños
y el canto de sirenas,
la eterna melodía
que envuelve y que refresca.
El baile continúa,
ausente de mi pena,
las rimas y gorriones
huyeron a otras tierras.
Volaron a otros mares
con playas soñolientas,
quizás con una luna
y estrellas bien despiertas.
Yo quedo ensimismado
mirando mi libreta,
ahora tan vacía
de sueños y poemas.
Los versos que volaron
están en mi cabeza,
allí quedó aquel baile
perdido entre la niebla.
Las olas cantarinas
ya llegan y lamentan,
la ausencia tan ingrata
del baile sin estrellas.
No sé cómo pasó,
pero voló un poema,
se fue sin despedirse
llevándose mis letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/14
pero perdí el poema,
un baile misterioso
sin luna y sin estrellas.
Perdí la dulce imagen
de un baile en la ribera,
quizás en una playa
con olas muy coquetas.
Yo iba tras los pasos,
dejados por las huellas,
de un cuerpo muy bonito
con aires de violeta.
El cuerpo de una chica
marchando por la arena,
ajena al nerviosismo
nacido de mis letras.
De pronto, su figura,
voló como un cometa,
dejándome una rosa
con pétalos de cera.
¡Cuán grande fue aquel cambio,
pensé con gran tristeza,
la rosa por la chica
y el baile sin princesa!
Más debo continuar,
seguir con la tarea,
buscar entre las olas
la música sincera.
El baile de los niños
y el canto de sirenas,
la eterna melodía
que envuelve y que refresca.
El baile continúa,
ausente de mi pena,
las rimas y gorriones
huyeron a otras tierras.
Volaron a otros mares
con playas soñolientas,
quizás con una luna
y estrellas bien despiertas.
Yo quedo ensimismado
mirando mi libreta,
ahora tan vacía
de sueños y poemas.
Los versos que volaron
están en mi cabeza,
allí quedó aquel baile
perdido entre la niebla.
Las olas cantarinas
ya llegan y lamentan,
la ausencia tan ingrata
del baile sin estrellas.
No sé cómo pasó,
pero voló un poema,
se fue sin despedirse
llevándose mis letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/14
¡QUÉ LENTO SE PASA EL TIEMPO...
¡Qué lento se pasa el tiempo
cuando te escuece la herida,
esa que anida en el alma
y echa de ti la alegría!
Pero mantén la esperanza
y nunca olvides la orilla,
donde se juntan las olas
con una débil sonrisa.
Olas de sal y blancura
llenas de amor y alegría,
olas que van y que vienen
con su melena extendida
Deja que lloren tus ojos
y que se apague la risa,
otra vendrá hasta tus labios
con una rosa prendida.
¡Qué lento se pasa el tiempo
y ese tic-tac no termina,
suena que suena la aguja
de este reloj que es la vida!
Pero no tiembles y siente
como una mano sencilla,
toma a tus manos despacio
para besarlas sin prisa.
Ondas de paz por los aires,
lazos de azul con sus cintas,
ojos que esperan palabras
en las miradas sencillas.
Deja de un lado los miedos
y que los cubra la brisa,
esa que llega despacio
con esa niebla infinita.
¡Qué lento se pasa el tiempo
y cuánto pesan los días,
en este otoño que acaba
mientras el alma suspira...!
Rafael Sánchez Ortega ©
11/12/14
cuando te escuece la herida,
esa que anida en el alma
y echa de ti la alegría!
Pero mantén la esperanza
y nunca olvides la orilla,
donde se juntan las olas
con una débil sonrisa.
Olas de sal y blancura
llenas de amor y alegría,
olas que van y que vienen
con su melena extendida
Deja que lloren tus ojos
y que se apague la risa,
otra vendrá hasta tus labios
con una rosa prendida.
¡Qué lento se pasa el tiempo
y ese tic-tac no termina,
suena que suena la aguja
de este reloj que es la vida!
Pero no tiembles y siente
como una mano sencilla,
toma a tus manos despacio
para besarlas sin prisa.
Ondas de paz por los aires,
lazos de azul con sus cintas,
ojos que esperan palabras
en las miradas sencillas.
Deja de un lado los miedos
y que los cubra la brisa,
esa que llega despacio
con esa niebla infinita.
¡Qué lento se pasa el tiempo
y cuánto pesan los días,
en este otoño que acaba
mientras el alma suspira...!
Rafael Sánchez Ortega ©
11/12/14
ES DE DÍA...
Es de día y me pregunto
¿dónde está la poesía?,
¿dónde fueron los gorriones
y posaron con sus rimas?
...No lo sé, pues no los veo,
hay rescoldos y cenizas,
hay palabras malsonantes
y otras menos, mal escritas.
Hay personas que se encumbran
de aureolas y de cimas,
sin saber si son montañas
o son montes lo que pisan.
Hay halagos con aplausos
que se dicen y se dictan,
por un plato de lentejas
que le dejan al "artista"
Somos pobres peregrinos,
marionetas de la vida,
los payasos sin frontera
que caminan con su risa.
Y los versos son las flores,
como blancas margaritas,
que temblando en las praderas
se adormecen y se inclinan.
Hay personas sin sentido
que hacen daño en cada esquina,
y hasta escriben mil poemas
sin saber que ya es de día.
Yo abomino de estas gentes,
los juglares de levita,
los que buscan los aplausos
con sus letras retorcidas.
Hay mecenas y hay pasantes
con la pluma boca arriba
y hay personas sin escrúpulos
que se creen sus tonterías.
Y aquí estamos los poetas,
suplicando una sonrisa,
ensayando mil susurros
y encendiendo una cerilla.
...Una llama de ilusiones,
un nordeste con la brisa,
la manita de unos niños
que nos dejen sus caricias.
Porque a nada ya aspiramos,
ni a laureles ni a premisas,
a concursos manirrotos
que se dan como rosquillas.
"...Es de día y me pregunto:
¿Qué te hicieron, poesía?,
¿dónde están aquellos versos
del amor y de la vida?..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/12/14
¿dónde está la poesía?,
¿dónde fueron los gorriones
y posaron con sus rimas?
...No lo sé, pues no los veo,
hay rescoldos y cenizas,
hay palabras malsonantes
y otras menos, mal escritas.
Hay personas que se encumbran
de aureolas y de cimas,
sin saber si son montañas
o son montes lo que pisan.
Hay halagos con aplausos
que se dicen y se dictan,
por un plato de lentejas
que le dejan al "artista"
Somos pobres peregrinos,
marionetas de la vida,
los payasos sin frontera
que caminan con su risa.
Y los versos son las flores,
como blancas margaritas,
que temblando en las praderas
se adormecen y se inclinan.
Hay personas sin sentido
que hacen daño en cada esquina,
y hasta escriben mil poemas
sin saber que ya es de día.
Yo abomino de estas gentes,
los juglares de levita,
los que buscan los aplausos
con sus letras retorcidas.
Hay mecenas y hay pasantes
con la pluma boca arriba
y hay personas sin escrúpulos
que se creen sus tonterías.
Y aquí estamos los poetas,
suplicando una sonrisa,
ensayando mil susurros
y encendiendo una cerilla.
...Una llama de ilusiones,
un nordeste con la brisa,
la manita de unos niños
que nos dejen sus caricias.
Porque a nada ya aspiramos,
ni a laureles ni a premisas,
a concursos manirrotos
que se dan como rosquillas.
"...Es de día y me pregunto:
¿Qué te hicieron, poesía?,
¿dónde están aquellos versos
del amor y de la vida?..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/12/14
COMIENZA LA HORA BRUJA...
Comienza la hora bruja de los niños
que sueñan con un mundo de colores,
un mundo de ilusión y fantasías
en medio del barullo y el desorden.
Comienza el recorrido de la luna
y el canto de las olas con sus sones,
las playas son las pistas de ese baile
que pisan las estrellas a las doce.
Comienza el sinsentido de las horas
y paran sus latidos los relojes,
se quedan extasiados contemplando
la noche inmaculada de los dioses.
Comienzan las farolas con sus luces
dejando iluminados los balcones,
las calles ya vacías, permanecen,
ausentes, con las sombras de los pobres.
Comienza un nuevo año para muchos
que entonan misereres por los montes,
por contra, peregrinos muy sedientos,
acuden a las fuentes de los monjes.
Comienza el corazón a dar suspiros
y brotan margaritas en sus bordes,
pequeñas añoranzas del pasado,
reflejo de un futuro sin reproches.
Comienza la estación, a ver los trenes,
que pasan con carbón, no sé ni a dónde,
quizás al infinito de la vida
o tal vez, más allá del horizonte.
Comienzan los marinos su aventura
en busca de la pesca y de la noche,
yo tiemblo en esta lucha tan diversa
cual simple espectador con ilusiones.
"...Comienza la hora bruja de los niños
y un niño se estremece porque es hombre,
un hombre de los pies a la cabeza
y un niño soñador, como el Quijote..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/12/14
que sueñan con un mundo de colores,
un mundo de ilusión y fantasías
en medio del barullo y el desorden.
Comienza el recorrido de la luna
y el canto de las olas con sus sones,
las playas son las pistas de ese baile
que pisan las estrellas a las doce.
Comienza el sinsentido de las horas
y paran sus latidos los relojes,
se quedan extasiados contemplando
la noche inmaculada de los dioses.
Comienzan las farolas con sus luces
dejando iluminados los balcones,
las calles ya vacías, permanecen,
ausentes, con las sombras de los pobres.
Comienza un nuevo año para muchos
que entonan misereres por los montes,
por contra, peregrinos muy sedientos,
acuden a las fuentes de los monjes.
Comienza el corazón a dar suspiros
y brotan margaritas en sus bordes,
pequeñas añoranzas del pasado,
reflejo de un futuro sin reproches.
Comienza la estación, a ver los trenes,
que pasan con carbón, no sé ni a dónde,
quizás al infinito de la vida
o tal vez, más allá del horizonte.
Comienzan los marinos su aventura
en busca de la pesca y de la noche,
yo tiemblo en esta lucha tan diversa
cual simple espectador con ilusiones.
"...Comienza la hora bruja de los niños
y un niño se estremece porque es hombre,
un hombre de los pies a la cabeza
y un niño soñador, como el Quijote..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/12/14
HE BUSCADO A LA LUNA DE PLATA...
He buscado a la luna de plata
que en el cielo brillaba coqueta,
y sus labios dijeron tu nombre
mi pequeña y sutil cenicienta.
Fue un momento sublime, sin duda,
un cometa fugaz sin estela,
una lágrima simple y perdida
como un verso buscando el poema.
Y sus ojos decían: "te quiere",
no lo dudes, juglar que la esperas,
y no temas que deje de amarte
porque es grande la llama que alberga.
Yo sentí, como sienten los niños,
un abrazo de amor y de seda,
a pesar de saberme desnudo
en un mundo de risas y penas.
He mirado a la luna de plata
y al oído me ha dicho que fuera,
a buscarte y llevarte del brazo
a ese baile del mar y la arena.
Un suspiro salió de mi pecho
y con él la resaca tremenda
que anidaba en el alma cautiva
por nostalgias de atrás muy diversas.
Los recuerdos quedaron anclados
y las sombras con luz se desvelan,
ante el firme fulgor de la luna
y el mensaje de amor que me dejan.
Un candor ha llegado hasta el alma,
una rosa temblando y coqueta,
un perfume sutil y embriagante
y una rosa que sueña despierta.
"...He buscado a la luna de plata
y yo quiero, a mi lado, que duerma,
que descanse en mi pecho de niño
y que, en él, cobren vida sus letras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/14
que en el cielo brillaba coqueta,
y sus labios dijeron tu nombre
mi pequeña y sutil cenicienta.
Fue un momento sublime, sin duda,
un cometa fugaz sin estela,
una lágrima simple y perdida
como un verso buscando el poema.
Y sus ojos decían: "te quiere",
no lo dudes, juglar que la esperas,
y no temas que deje de amarte
porque es grande la llama que alberga.
Yo sentí, como sienten los niños,
un abrazo de amor y de seda,
a pesar de saberme desnudo
en un mundo de risas y penas.
He mirado a la luna de plata
y al oído me ha dicho que fuera,
a buscarte y llevarte del brazo
a ese baile del mar y la arena.
Un suspiro salió de mi pecho
y con él la resaca tremenda
que anidaba en el alma cautiva
por nostalgias de atrás muy diversas.
Los recuerdos quedaron anclados
y las sombras con luz se desvelan,
ante el firme fulgor de la luna
y el mensaje de amor que me dejan.
Un candor ha llegado hasta el alma,
una rosa temblando y coqueta,
un perfume sutil y embriagante
y una rosa que sueña despierta.
"...He buscado a la luna de plata
y yo quiero, a mi lado, que duerma,
que descanse en mi pecho de niño
y que, en él, cobren vida sus letras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/14
PORQUE AMARTE...
Porque amarte fue lo más hermoso
de la vida, y tú lo sabes,
y ese amarte es realidad
y está presente en mis sentidos,
porque amo tu figura tan sencilla,
tu mirada de cristal,
tras esos ojos tan azules,
la sonrisa de tus labios infantiles,
el suspiro que se escapa de tu boca,
el galope impetuoso de tu pecho
cuando siente mi presencia
tan cercana,
y a tus manos impacientes de las mías,
que suplican que las tome,
que les hable con caricias
y las diga que te quiero
con mis besos.
Y si amarte es algo hermoso,
nada digo de mirarte y escucharte
en el silencio,
en los ratos compartidos los dos solos,
en la música sin nombre que desgranan
los oídos,
en los cientos de susurros
que se escapan de los labios
y que llevan un mensaje a las estrellas,
en los besos que recorren tu figura singular
y que dibujan arabescos por tu cuerpo,
en la luz parpadeante de tus ojos,
en el verso que se escapa de tus manos
y que dejas en mi pecho
tembloroso...
Porque amarte es algo más que todo esto;
es estar y compartir un sentimiento
más allá de las palabras tan bonitas,
es mirar con esos ojos que tú miras,
es beber el mismo agua de la fuente
cristalina que tú bebes,
es buscar esa caricia de tus manos
y tus labios
y es sentir como tú llegas y recibes
todo eso que yo guardo en mi costado
y en mi alma.
Y si amar es algo más que un vendaval
y un remolino de pasiones desatadas,
yo lo asumo y hago mío
y eso quiero,
pues le pido al fiel nordeste que me ayude
en esta empresa
y me preste los favores de la brisa
para ser ese suspiro que desnude
los vestidos de tu cuerpo
y te haga estremecer, en un segundo,
como un lirio entre mis brazos,
mientras oyes mis palabras
que te dicen al oído que te quiero
y que te amo...
Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/14
DEJA QUE BESE TUS OJOS...
Deja que bese tus ojos
y que beba en tus pupilas
ese néctar de los dioses
que de ellas se desliza.
Porque tienes esa fuerza
en la luz y la alegría,
que desprende tu mirada
y en los versos que destilan.
Es fontana inagotable,
y alimento de sonrisas,
que tú ofreces a los niños
que se acercan y visitan.
Porque son esos poetas,
soñadores y altruistas,
los que vuelan a tus brazos
y te entregan unas rimas.
Rimas tristes, con nostalgia,
que recuerdan muchos días,
de esperanza, en otras veces,
de ilusiones y de brisas.
Pero son los corazones
los que riman y palpitan,
los que buscan la mirada
que se ofrece en tus esquinas.
Unas veces los recuerdos
dejan lágrimas muy finas
y otras veces, las palabras,
no se dicen y se esquivan.
Mas la nube de tristeza
es jirón entre cortinas,
un suspiro de los cielos
y el susurro de la brisa.
"...Deja que bese tus ojos
mi preciosa poesía,
la princesa de los sueños,
de los niños y las niñas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/14
y que beba en tus pupilas
ese néctar de los dioses
que de ellas se desliza.
Porque tienes esa fuerza
en la luz y la alegría,
que desprende tu mirada
y en los versos que destilan.
Es fontana inagotable,
y alimento de sonrisas,
que tú ofreces a los niños
que se acercan y visitan.
Porque son esos poetas,
soñadores y altruistas,
los que vuelan a tus brazos
y te entregan unas rimas.
Rimas tristes, con nostalgia,
que recuerdan muchos días,
de esperanza, en otras veces,
de ilusiones y de brisas.
Pero son los corazones
los que riman y palpitan,
los que buscan la mirada
que se ofrece en tus esquinas.
Unas veces los recuerdos
dejan lágrimas muy finas
y otras veces, las palabras,
no se dicen y se esquivan.
Mas la nube de tristeza
es jirón entre cortinas,
un suspiro de los cielos
y el susurro de la brisa.
"...Deja que bese tus ojos
mi preciosa poesía,
la princesa de los sueños,
de los niños y las niñas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/12/14
SÉ QUE ME TENGO QUE IR...
Sé que me tengo que ir
hacia las tierras sin nombre,
tengo que hacer las maletas
entre este caos y desorden.
Voy para sitios lejanos
donde la luz es el norte,
donde se esconden las brumas
y donde el cielo es enorme.
En esas tierras que busco
hay praderías y bosques,
con los venados pastando
y con las hadas y robles.
Pero las prisas son malas
y los suspiros se rompen,
contra la costa bravía
del malecón sin relojes.
Sé que me tengo que ir
y no sé cómo ni a donde,
aunque prepare las prendas
para cubrir mis temores.
Hay una eterna esperanza
como un verdor de los montes,
y allí se extiende la vida
por la campiña y las flores.
Pero amenazan las nubes
que ya se acercan veloces,
con tanta lágrima amarga
en forma de goterones.
Y no me quiero mojar
ni quiero sentirme pobre,
quiero partir, simplemente,
en ese tren de las doce.
Sé que me tengo que ir
aunque mi mano sea torpe,
y aunque me pesen los años
de este vivir al galope.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/14
hacia las tierras sin nombre,
tengo que hacer las maletas
entre este caos y desorden.
Voy para sitios lejanos
donde la luz es el norte,
donde se esconden las brumas
y donde el cielo es enorme.
En esas tierras que busco
hay praderías y bosques,
con los venados pastando
y con las hadas y robles.
Pero las prisas son malas
y los suspiros se rompen,
contra la costa bravía
del malecón sin relojes.
Sé que me tengo que ir
y no sé cómo ni a donde,
aunque prepare las prendas
para cubrir mis temores.
Hay una eterna esperanza
como un verdor de los montes,
y allí se extiende la vida
por la campiña y las flores.
Pero amenazan las nubes
que ya se acercan veloces,
con tanta lágrima amarga
en forma de goterones.
Y no me quiero mojar
ni quiero sentirme pobre,
quiero partir, simplemente,
en ese tren de las doce.
Sé que me tengo que ir
aunque mi mano sea torpe,
y aunque me pesen los años
de este vivir al galope.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/14
DULCE AMOR...
Dulce amor que renace y se sostiene
como un junco temblando en la ribera,
para luego extraer, lo que contiene
y entregarlo a ese alma que lo espera.
Porque el néctar preciado que contiene
es licor de una nueva primavera,
es la sabia preciosa, que entretiene,
y el candor que a la pluma estremeciera.
Yo quisiera escuchar esas canciones
que desgranan tan bellas melodías.
Y quisiera ser labio, que temblando,
cautivara los duros corazones.
Y ese niño quisiera, que en sus días,
se quedara, tu cara, contemplando.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/12/14
como un junco temblando en la ribera,
para luego extraer, lo que contiene
y entregarlo a ese alma que lo espera.
Porque el néctar preciado que contiene
es licor de una nueva primavera,
es la sabia preciosa, que entretiene,
y el candor que a la pluma estremeciera.
Yo quisiera escuchar esas canciones
que desgranan tan bellas melodías.
Y quisiera ser labio, que temblando,
cautivara los duros corazones.
Y ese niño quisiera, que en sus días,
se quedara, tu cara, contemplando.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/12/14
HOY LLORA EL CORAZÓN...
Hoy llora el corazón y llora el cielo,
los ángeles esconden su tristeza,
no saben que las nubes tan plomizas
esconden tras las mismas gran belleza.
Ignoran que las lágrimas saladas
son fruto del amor y de la tierra,
del beso inmaculado, que unos niños,
envían por la noche a las estrellas.
Entonces ellas velan esos sueños,
y apagan cada una sus linternas,
se funden mariposas de colores
con sombras que quisieran ser eternas.
Hoy llora el corazón y es de alegría,
y besa a las floridas madreselvas,
las cubre con las gotas milagrosas
que llevan a su lado la belleza.
Es una sensación inenarrable
el ver como resbalan esas perlas,
las gotas transparentes de la vida
besando las caritas soñolientas.
Las nubes amenazan con más lluvia
y pasan con el gris tan cenicienta,
oscuros nubarrones que presagian
amagos de celliscas y galernas.
Hoy llora el corazón tan dulcemente
que incluso hasta las olas se despiertan,
y suenan cantarinas por las playas
dejando melodías de sirenas.
Nos hablan de la luna y de los astros,
revelan los misterios de la pesca,
renuevan los rumores de la brisa
y encienden las pupilas tan hambrientas.
Me quedo contemplando este prodigio
y pienso en estas lágrimas tan tiernas,
las gotas de rocío, que de los dioses,
ofrecen sin dudar a quien las quiera.
"...Hoy llora el corazón y llora el niño,
que escribe en un cuaderno sus poemas,
y llora con sonrisas de alegría
dejando en esa lluvia su inocencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/12/14
los ángeles esconden su tristeza,
no saben que las nubes tan plomizas
esconden tras las mismas gran belleza.
Ignoran que las lágrimas saladas
son fruto del amor y de la tierra,
del beso inmaculado, que unos niños,
envían por la noche a las estrellas.
Entonces ellas velan esos sueños,
y apagan cada una sus linternas,
se funden mariposas de colores
con sombras que quisieran ser eternas.
Hoy llora el corazón y es de alegría,
y besa a las floridas madreselvas,
las cubre con las gotas milagrosas
que llevan a su lado la belleza.
Es una sensación inenarrable
el ver como resbalan esas perlas,
las gotas transparentes de la vida
besando las caritas soñolientas.
Las nubes amenazan con más lluvia
y pasan con el gris tan cenicienta,
oscuros nubarrones que presagian
amagos de celliscas y galernas.
Hoy llora el corazón tan dulcemente
que incluso hasta las olas se despiertan,
y suenan cantarinas por las playas
dejando melodías de sirenas.
Nos hablan de la luna y de los astros,
revelan los misterios de la pesca,
renuevan los rumores de la brisa
y encienden las pupilas tan hambrientas.
Me quedo contemplando este prodigio
y pienso en estas lágrimas tan tiernas,
las gotas de rocío, que de los dioses,
ofrecen sin dudar a quien las quiera.
"...Hoy llora el corazón y llora el niño,
que escribe en un cuaderno sus poemas,
y llora con sonrisas de alegría
dejando en esa lluvia su inocencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/12/14
FANTASÍAS...
Una casa que duerme en silencio
y unos hombres que pasan despacio.
Es un niño que duerme en la cuna
con la luna aneando su cuarto.
Es un muelle sin peces ni redes,
una barca sin remos ni palos,
una puerta cerrada con hilos
y unas sombras cosidas con lazos.
Un borrón de la pluma se escapa
y un gorrión sale presto a tomarlo,
y llevarlo a las rimas difusas
de un poema que entona el rosario.
Porque el canto y la voz melodiosa
son misterios que dejan los santos,
es la magia sutil de los cielos
con cadencias de un nuevo sagrario.
Yo quisiera temblar de alegría,
y bailar con la luna ese tango,
y reír y llorar brevemente,
y soñar con los cuentos de antaño.
Pero tengo que ser consecuente
y vivir y hasta hablar con cuidado,
para ser esa nota del arpa
y el arcón del desván de los magos.
¡Cuánta vida se esconde en las rimas
y también en la copa del árbol,
como aquellas, nacidas del alma
de un poeta andaluz, sevillano...!
Más quisiera acabar el poema
con un verso que llegue a tus labios,
y le sientas allí, cada día,
como un dulce susurro, temblando.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/14
y unos hombres que pasan despacio.
Es un niño que duerme en la cuna
con la luna aneando su cuarto.
Es un muelle sin peces ni redes,
una barca sin remos ni palos,
una puerta cerrada con hilos
y unas sombras cosidas con lazos.
Un borrón de la pluma se escapa
y un gorrión sale presto a tomarlo,
y llevarlo a las rimas difusas
de un poema que entona el rosario.
Porque el canto y la voz melodiosa
son misterios que dejan los santos,
es la magia sutil de los cielos
con cadencias de un nuevo sagrario.
Yo quisiera temblar de alegría,
y bailar con la luna ese tango,
y reír y llorar brevemente,
y soñar con los cuentos de antaño.
Pero tengo que ser consecuente
y vivir y hasta hablar con cuidado,
para ser esa nota del arpa
y el arcón del desván de los magos.
¡Cuánta vida se esconde en las rimas
y también en la copa del árbol,
como aquellas, nacidas del alma
de un poeta andaluz, sevillano...!
Más quisiera acabar el poema
con un verso que llegue a tus labios,
y le sientas allí, cada día,
como un dulce susurro, temblando.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/14
YA SÉ QUE FALTAN MIS VERSOS...
Ya sé que faltan mis versos,
en celebrar la jornada,
por este nuevo diciembre
que a nuestras puertas nos llama.
Pero aunque tarde lo intento
en esta tarde que acaba,
para decir que adelante
a tantos días que faltan.
Que pase lento el otoño,
que, a fin de mes, nos aguarda
el padre invierno y la nieve,
con su blancura y bufanda.
Será diciembre, sin duda,
un crudo mes, en su marcha,
donde se juntan las fiestas
y las sonrisas amargas.
Mezcla de amor y tristezas
con alegría y jaranas,
desembocando en mil sueños
donde se pierden las almas.
Hay, con tristezas sin nombre,
muchos cometas que pasan,
y hasta los niños sonríen
porque así viven su infancia.
Llega diciembre a la puerta
con un silencio que clama,
cual peregrino que llega
de recorrer mil distancias.
Pero nosotros, los hombres,
hemos de ver esa estampa,
donde se cambia el otoño
por un inverno de magia.
Quedan marchitos colores
con polvorientas nostalgias,
mientras trapitos de nieve
cubren las calles y plazas.
"...Y es que el tic-tac de diciembre
tiene un sinfín de palabras,
para decir las respuestas
del corazón que les habla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/12/14
en celebrar la jornada,
por este nuevo diciembre
que a nuestras puertas nos llama.
Pero aunque tarde lo intento
en esta tarde que acaba,
para decir que adelante
a tantos días que faltan.
Que pase lento el otoño,
que, a fin de mes, nos aguarda
el padre invierno y la nieve,
con su blancura y bufanda.
Será diciembre, sin duda,
un crudo mes, en su marcha,
donde se juntan las fiestas
y las sonrisas amargas.
Mezcla de amor y tristezas
con alegría y jaranas,
desembocando en mil sueños
donde se pierden las almas.
Hay, con tristezas sin nombre,
muchos cometas que pasan,
y hasta los niños sonríen
porque así viven su infancia.
Llega diciembre a la puerta
con un silencio que clama,
cual peregrino que llega
de recorrer mil distancias.
Pero nosotros, los hombres,
hemos de ver esa estampa,
donde se cambia el otoño
por un inverno de magia.
Quedan marchitos colores
con polvorientas nostalgias,
mientras trapitos de nieve
cubren las calles y plazas.
"...Y es que el tic-tac de diciembre
tiene un sinfín de palabras,
para decir las respuestas
del corazón que les habla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/12/14
TENGO UN VOLCÁN EN EL ALMA...
Tengo un volcán en el alma
que va engendrando deseo,
pero ya ruge y se excita
y hasta reclama tu aliento.
Por la ventana penetra
ese suspiro sin freno,
ese mensaje que invita
a que despierte mi cuerpo.
Pero hoy estoy perezoso
y apuro el calor del lecho,
aunque dejo entre las sábanas
los rescoldos de mi sexo.
Cierro los ojos entonces,
y te recorren mis dedos,
por los senderos que llevan
a tus pezones y senos.
Y allí se quedan jugando
entre risas y arabescos,
mientras tus labios suspiran
y te acaricio sin freno.
Mi boca baja despacio
para excitar a tu pecho,
"sabes a miel", yo te digo,
mientras te beso y te muerdo.
¡Qué despertar tan hermoso
es el que ahora me encuentro,
ya están los cuerpos a punto
de comenzar su trasiego!
Son los rescoldos de noches
y es la pasión y el secreto,
con las caricias y llamas
en un adagio perfecto.
Es el mirarse a los ojos
y es el abrazo sin freno,
mientras los sexos se buscan
para fundirse en silencio.
Es expresar el "te amo"
y es el decir "yo te quiero",
mientras arriba, la luna
mira, sin más, sonriendo.
Llega el volcán a su punto,
sale la lava y el fuego,
para juntar a las almas
con sus gemidos eternos.
Allí se quedan cansados
dos ruiseñores sin versos,
tras compartirse sus rimas
entre pasión y jadeos.
"...Tengo un volcán en el alma
que yo de día te ofrezco,
para fundirse contigo
y ser la brisa en tus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/14
que va engendrando deseo,
pero ya ruge y se excita
y hasta reclama tu aliento.
Por la ventana penetra
ese suspiro sin freno,
ese mensaje que invita
a que despierte mi cuerpo.
Pero hoy estoy perezoso
y apuro el calor del lecho,
aunque dejo entre las sábanas
los rescoldos de mi sexo.
Cierro los ojos entonces,
y te recorren mis dedos,
por los senderos que llevan
a tus pezones y senos.
Y allí se quedan jugando
entre risas y arabescos,
mientras tus labios suspiran
y te acaricio sin freno.
Mi boca baja despacio
para excitar a tu pecho,
"sabes a miel", yo te digo,
mientras te beso y te muerdo.
¡Qué despertar tan hermoso
es el que ahora me encuentro,
ya están los cuerpos a punto
de comenzar su trasiego!
Son los rescoldos de noches
y es la pasión y el secreto,
con las caricias y llamas
en un adagio perfecto.
Es el mirarse a los ojos
y es el abrazo sin freno,
mientras los sexos se buscan
para fundirse en silencio.
Es expresar el "te amo"
y es el decir "yo te quiero",
mientras arriba, la luna
mira, sin más, sonriendo.
Llega el volcán a su punto,
sale la lava y el fuego,
para juntar a las almas
con sus gemidos eternos.
Allí se quedan cansados
dos ruiseñores sin versos,
tras compartirse sus rimas
entre pasión y jadeos.
"...Tengo un volcán en el alma
que yo de día te ofrezco,
para fundirse contigo
y ser la brisa en tus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/14
ME ABANDONO A LOS BRAZOS DE MORFEO...
Me abandono en los brazos de Morfeo
y, dormido, me quedo en la distancia,
quizás huyo del mundo, como un reo,
intentando embriagarme en su fragancia.
No sé bien las razones y el deseo
que me llevan sin más, a esta vagancia,
esta falta de fuerzas, cual goteo,
que me vuelven al mundo de la infancia.
Yo quisiera ser una mariposa
y volar por los campos siderales.
Y quisiera ser trigo, en los trigales,
y hasta el cáliz sin nombre de una rosa.
Pero soy el que soy, con esta prosa,
de locuras, poemas e ideales.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/11/14
VALE LA PENA LLORAR...
Vale la pena llorar
por una causa sensata,
cuando destroza en el pecho
lo que desgarra tu alma.
Pero si lloras, amigo,
haz que no salga esa lágrima,
que no se ofrezca a este mundo
donde la envidia se ensaña.
Porque dirán que eres tonto
y reirán tus palabras,
ya que la vida es un juego
donde se pierde y se gana.
Pero quien siente la espina
sabe el dolor que esta causa,
suelta suspiros y un nombre
por el amor que le falta.
Vale la pena llorar,
aunque te queme la rabia,
por esos labios heridos
con tanta lágrima amarga.
Sabes que no te comprenden,
y la verdad es tan clara,
que hasta maldices al cielo
y a ese guardián de su casa.
Hablan de amores diversos,
de doble juego y parrandas,
de coqueteos y escritos
para personas extrañas.
Pero no quieres luchar
porque el recuerdo te atrapa,
en tantas sombras y brumas
como sutil telaraña.
.¿Vale la pena llorar?,
hoy te preguntas y callas,
porque llorar es de niños,
"...mientras los hombres aguantan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/14
por una causa sensata,
cuando destroza en el pecho
lo que desgarra tu alma.
Pero si lloras, amigo,
haz que no salga esa lágrima,
que no se ofrezca a este mundo
donde la envidia se ensaña.
Porque dirán que eres tonto
y reirán tus palabras,
ya que la vida es un juego
donde se pierde y se gana.
Pero quien siente la espina
sabe el dolor que esta causa,
suelta suspiros y un nombre
por el amor que le falta.
Vale la pena llorar,
aunque te queme la rabia,
por esos labios heridos
con tanta lágrima amarga.
Sabes que no te comprenden,
y la verdad es tan clara,
que hasta maldices al cielo
y a ese guardián de su casa.
Hablan de amores diversos,
de doble juego y parrandas,
de coqueteos y escritos
para personas extrañas.
Pero no quieres luchar
porque el recuerdo te atrapa,
en tantas sombras y brumas
como sutil telaraña.
.¿Vale la pena llorar?,
hoy te preguntas y callas,
porque llorar es de niños,
"...mientras los hombres aguantan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/14
EN UNA PLAZA DESIERTA...
En una plaza desierta
el sol llega muy despacio,
son los rayos incipientes
tras la noche que ha pasado.
Es la luz de la mañana
tras el gallo muy gallardo,
con el alba de colores
que en el cielo deja abrazos.
Son jirones y caricias
como besos y retazos,
de los labios temblorosos
de un pintor imaginario.
Ya se abren las ventanas
y saludan los geranios,
se descorren las cortinas
y los ojos miran alto.
Poco a poco, en nuestra plaza,
van y vienen muchos pasos,
ya la cruzan y descruzan
las playeras y zapatos.
Hay sonrisas infantiles
de los niños encantados,
caminando a los colegios
con los sueños en sus manos.
Hay miradas taciturnas
de los hombres descansados,
que ahora pasan muy tranquilos
y se van hacia el trabajo.
Pero el sol, tan incipiente,
poco a poco ha despertado,
y calienta bien la plaza,
los paseos y los bancos.
Ya es escuchan los gorriones,
revoltosos con su canto,
y también nacen las rimas
y los versos del piano.
Todo es luz y chirimías
en el día que ha empezado,
y se cierran las pestañas
de una noche sin redaños.
¡Adiós sombras tenebrosas!,
¡adiós sueños mal aciagos!,
¡adiós cantos de sirenas
tenebrosos y encantados!
Todo queda en el recuerdo
con galopes de caballos,
y también con pesadillas
de momentos y de halagos.
"...Por una plaza desierta
el sol llega y va descalzo,
yo le miro y me despierto
y me visto muy despacio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/14
el sol llega muy despacio,
son los rayos incipientes
tras la noche que ha pasado.
Es la luz de la mañana
tras el gallo muy gallardo,
con el alba de colores
que en el cielo deja abrazos.
Son jirones y caricias
como besos y retazos,
de los labios temblorosos
de un pintor imaginario.
Ya se abren las ventanas
y saludan los geranios,
se descorren las cortinas
y los ojos miran alto.
Poco a poco, en nuestra plaza,
van y vienen muchos pasos,
ya la cruzan y descruzan
las playeras y zapatos.
Hay sonrisas infantiles
de los niños encantados,
caminando a los colegios
con los sueños en sus manos.
Hay miradas taciturnas
de los hombres descansados,
que ahora pasan muy tranquilos
y se van hacia el trabajo.
Pero el sol, tan incipiente,
poco a poco ha despertado,
y calienta bien la plaza,
los paseos y los bancos.
Ya es escuchan los gorriones,
revoltosos con su canto,
y también nacen las rimas
y los versos del piano.
Todo es luz y chirimías
en el día que ha empezado,
y se cierran las pestañas
de una noche sin redaños.
¡Adiós sombras tenebrosas!,
¡adiós sueños mal aciagos!,
¡adiós cantos de sirenas
tenebrosos y encantados!
Todo queda en el recuerdo
con galopes de caballos,
y también con pesadillas
de momentos y de halagos.
"...Por una plaza desierta
el sol llega y va descalzo,
yo le miro y me despierto
y me visto muy despacio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/14
HE BUSCADO LA MANO DE NIEVE...
He buscado la mano de nieve
que arrancaba la nota al piano,
y encontrado unos dedos divinos
que mis labios nerviosos besaron.
Yo sentí, como el fuego divino
inflamaba mi sangre despacio,
y los sueños de lirios y rosas
se quedaban conmigo, flotando.
Allí estaba la garza sin nombre,
la paloma que roza mi mano,
y una rima surcaba los cielos
rescatada por versos extraños.
¡Cuánta gracia sutil y envolvente
me dejaban los dedos que hablo,
y también cuánta paz y alegría
derramaban, arriba, los astros!
Pero todo quedaba en silencio
al volver esos dedos tan largos,
a pulsar a las teclas de nácar
y sacarles su risa y su llanto.
Allí estaba la flor marchitada,
el paciente y sesudo geranio,
y las hojas doradas de otoño
de los robles, las hayas y álamos.
Pero surgen girones de brisa
con el viento de otoño tan bravo,
y una vela fugaz, parpadea,
y las sombras nos dejan su adagio.
Yo quisiera atrapar una estrella
y volar hacia Dios en el acto,
y dormirme en un sueño profundo
y sentirme arropar por sus brazos.
"...He buscado la mano de nieve
y encontré a unos dedos temblando,
unos dedos buscando mi alma
y que llevo, despacio, a mis labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/14
que arrancaba la nota al piano,
y encontrado unos dedos divinos
que mis labios nerviosos besaron.
Yo sentí, como el fuego divino
inflamaba mi sangre despacio,
y los sueños de lirios y rosas
se quedaban conmigo, flotando.
Allí estaba la garza sin nombre,
la paloma que roza mi mano,
y una rima surcaba los cielos
rescatada por versos extraños.
¡Cuánta gracia sutil y envolvente
me dejaban los dedos que hablo,
y también cuánta paz y alegría
derramaban, arriba, los astros!
Pero todo quedaba en silencio
al volver esos dedos tan largos,
a pulsar a las teclas de nácar
y sacarles su risa y su llanto.
Allí estaba la flor marchitada,
el paciente y sesudo geranio,
y las hojas doradas de otoño
de los robles, las hayas y álamos.
Pero surgen girones de brisa
con el viento de otoño tan bravo,
y una vela fugaz, parpadea,
y las sombras nos dejan su adagio.
Yo quisiera atrapar una estrella
y volar hacia Dios en el acto,
y dormirme en un sueño profundo
y sentirme arropar por sus brazos.
"...He buscado la mano de nieve
y encontré a unos dedos temblando,
unos dedos buscando mi alma
y que llevo, despacio, a mis labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/14
QUIZÁS LOS CAMPANARIOS...
Quizás los campanarios
se llenen de palomas
y puede que las plazas
se vistan con las hojas,
alfombras placenteras,
campanas primorosas,
que alegran los sentidos
al paso de las horas.
Las nubes soñolientas
se mezclan con las olas,
formando un horizonte
de mitos que transforman,
los días y las noches,
los sueños y las formas,
las risas placenteras
con llantos de la alondra.
Es fruto del otoño,
la música y la nota,
que escapa de los ojos
y labios que se rozan,
se besan y se buscan,
traspasan esa boca,
de labios infantiles
y muecas muy redondas.
Los barcas ya descansan
y apoyan bien su proa,
calientan las cubiertas,
dilatan las estopas,
las brumas se diluyen
y quedan por la popa,
los miedos y galernas
aceptan la derrota.
El cuadro es sugerente,
la vida es lo que importa,
un día y otro día
se pasan y deshojan,
se pliegan al destino,
se marcan y se cortan
y así se va el otoño
con grises y con sombras.
Atrás, los campanarios,
altivos bien se mojan,
con lluvias de los cielos
cual besos y sin rosas,
el campo soñoliento
se encoge entre sus formas,
"la tierra de los niños
que quieren ser palomas".
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/14
se llenen de palomas
y puede que las plazas
se vistan con las hojas,
alfombras placenteras,
campanas primorosas,
que alegran los sentidos
al paso de las horas.
Las nubes soñolientas
se mezclan con las olas,
formando un horizonte
de mitos que transforman,
los días y las noches,
los sueños y las formas,
las risas placenteras
con llantos de la alondra.
Es fruto del otoño,
la música y la nota,
que escapa de los ojos
y labios que se rozan,
se besan y se buscan,
traspasan esa boca,
de labios infantiles
y muecas muy redondas.
Los barcas ya descansan
y apoyan bien su proa,
calientan las cubiertas,
dilatan las estopas,
las brumas se diluyen
y quedan por la popa,
los miedos y galernas
aceptan la derrota.
El cuadro es sugerente,
la vida es lo que importa,
un día y otro día
se pasan y deshojan,
se pliegan al destino,
se marcan y se cortan
y así se va el otoño
con grises y con sombras.
Atrás, los campanarios,
altivos bien se mojan,
con lluvias de los cielos
cual besos y sin rosas,
el campo soñoliento
se encoge entre sus formas,
"la tierra de los niños
que quieren ser palomas".
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/14
HA LLEGADO EL OTOÑO...
Ha llegado el otoño
y se encoge la tierra,
con la lluvia del cielo
y jirones de niebla.
Es así, cada año,
y comienza la vuelta,
de los días sin nombre
que la mente recuerda.
Y es allí, junto al fuego,
donde prende la yesca,
donde avivan las llamas
y se estiran sus lenguas.
Porque entonces, las manos,
temblorosas que esperan,
se abrirán a ese fuego
y al calor de la hoguera.
Ha llegado el otoño
con la bruma y la niebla,
y la suave llovizna
que no acaba ni cesa.
Son los meses sombríos
de profundas tristezas,
de nostalgias que surgen
y recuerdos que llegan.
Porque un manto de sombras
oscurece con fuerza,
este mundo de sueños
y de risas traviesas.
Ya se encienden las luces
y se ven las estrellas,
más allá de los cielos
que suspiran y besan.
"...Ha llegado el otoño
y preciso que vengas,
con tu voz y sonrisa
primavera traviesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/14
y se encoge la tierra,
con la lluvia del cielo
y jirones de niebla.
Es así, cada año,
y comienza la vuelta,
de los días sin nombre
que la mente recuerda.
Y es allí, junto al fuego,
donde prende la yesca,
donde avivan las llamas
y se estiran sus lenguas.
Porque entonces, las manos,
temblorosas que esperan,
se abrirán a ese fuego
y al calor de la hoguera.
Ha llegado el otoño
con la bruma y la niebla,
y la suave llovizna
que no acaba ni cesa.
Son los meses sombríos
de profundas tristezas,
de nostalgias que surgen
y recuerdos que llegan.
Porque un manto de sombras
oscurece con fuerza,
este mundo de sueños
y de risas traviesas.
Ya se encienden las luces
y se ven las estrellas,
más allá de los cielos
que suspiran y besan.
"...Ha llegado el otoño
y preciso que vengas,
con tu voz y sonrisa
primavera traviesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/14
CUANDO FALTEN SONRISAS...
Cuando falten sonrisas en el mundo
buscaré por la noche a las estrellas,
y tendré la sonrisa de los cielos
y la brisa que llegue y me estremezca.
Supliré las canciones de unos labios
por el dulce rumor de las mareas,
y tendré el aroma inconfundible
del salitre que moja las arenas.
Cuando sienta sonrisas apagadas
y murmullos de gritos y peleas,
trataré de encontrar las ilusiones
de aquel niño elevando su cometa.
Lloraré, como lloran los cobardes,
restañando las lágrimas traviesas,
para ir hasta el mundo de los sueños
donde el niño y el hombre van de fiesta.
Cuando vea sonrisas agridulces
en los labios temblando de miseria,
trataré de llevarles mi palabra
con la paz y esperanza que desean.
Porque son esas manos temblorosas
las que piden limosna por las puertas,
las que buscan las rosas sin espinos
y también la caricia verdadera.
Cuando sienta sonrisas sin preguntas
sentiré que está cerca la respuesta,
el camino que lleva hasta los cielos
a través de los versos y poemas.
Es posible que llore nuevamente,
y mis ojos se cierren por la pena,
y hasta escuche canciones en las ramas
de gorriones y rimas que se alejan.
Porque es fácil perder las ilusiones
y también la sonrisa más sincera,
pero nunca abandones la alegría,
soñador de otros mundos, con tus letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/14
buscaré por la noche a las estrellas,
y tendré la sonrisa de los cielos
y la brisa que llegue y me estremezca.
Supliré las canciones de unos labios
por el dulce rumor de las mareas,
y tendré el aroma inconfundible
del salitre que moja las arenas.
Cuando sienta sonrisas apagadas
y murmullos de gritos y peleas,
trataré de encontrar las ilusiones
de aquel niño elevando su cometa.
Lloraré, como lloran los cobardes,
restañando las lágrimas traviesas,
para ir hasta el mundo de los sueños
donde el niño y el hombre van de fiesta.
Cuando vea sonrisas agridulces
en los labios temblando de miseria,
trataré de llevarles mi palabra
con la paz y esperanza que desean.
Porque son esas manos temblorosas
las que piden limosna por las puertas,
las que buscan las rosas sin espinos
y también la caricia verdadera.
Cuando sienta sonrisas sin preguntas
sentiré que está cerca la respuesta,
el camino que lleva hasta los cielos
a través de los versos y poemas.
Es posible que llore nuevamente,
y mis ojos se cierren por la pena,
y hasta escuche canciones en las ramas
de gorriones y rimas que se alejan.
Porque es fácil perder las ilusiones
y también la sonrisa más sincera,
pero nunca abandones la alegría,
soñador de otros mundos, con tus letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/14
SUPERO LAS BARRERAS Y EL DESTINO...
Supero las barreras y el destino
que impiden que me acerque hasta tu lado,
conservo tanto polvo del camino
que llego soñoliento y muy cansado.
Deseo que el nordeste vespertino
alivie los recuerdos y el pasado,
separe los rosales del espino
y entienda este presente comenzado.
"...Los sueños de una nueva primavera,
la página feliz de un nuevo día,
la copa que yo bebo lentamente..."
(Ya sé que la locura y la quimera,
desbordan la ilusión y la alegría,
y dejan calenturas en la mente)
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/14
que impiden que me acerque hasta tu lado,
conservo tanto polvo del camino
que llego soñoliento y muy cansado.
Deseo que el nordeste vespertino
alivie los recuerdos y el pasado,
separe los rosales del espino
y entienda este presente comenzado.
"...Los sueños de una nueva primavera,
la página feliz de un nuevo día,
la copa que yo bebo lentamente..."
(Ya sé que la locura y la quimera,
desbordan la ilusión y la alegría,
y dejan calenturas en la mente)
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/14
QUIZÁS...
Quizás, por eso mismo que ahora piensas
sonrío y me estremezco dulcemente.
Es fácil que hasta sobren las palabras
y basta con el soplo del nordeste.
Quizás la quintaesencia de la vida
ahogue las plegarias de los fieles,
y puede que los rezos tan queridos
se queden a los pies de los cipreses.
Es fácil que perduren los pecados
nacidos en el alba, desde oriente,
y sigan enraizados en los hombres,
surgiendo día a día, como siempre.
Ignoro los designios de los dioses
y busco mi destino entre la gente,
la tierra con el lodo y la ceniza
cubierta por el manto de la nieve.
Allí se manifiestan realidades
que surgen de una forma diferente,
las horas de los días y las noches
nos dejan malheridos y con fiebres.
Existe una esperanza colectiva
que alberga la cordura del demente,
un rayo de ilusión entre los cardos,
corona de utopía a tantas sienes.
Quizás por eso mismo me rebelo
y nacen estos versos en mi frente,
producto de una extraña calentura
preludio del tormento y de la muerte.
La muerte del espíritu sin nombre,
que escapa de las almas más alegres,
y vaga por senderos y cañadas
que llevan a los túneles y andenes.
Es fácil recurrir a los recuerdos
tratando de excusarse, en los vaivenes,
que surgen a lo largo de la vida
y amargan nuestra risa brevemente.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/14
sonrío y me estremezco dulcemente.
Es fácil que hasta sobren las palabras
y basta con el soplo del nordeste.
Quizás la quintaesencia de la vida
ahogue las plegarias de los fieles,
y puede que los rezos tan queridos
se queden a los pies de los cipreses.
Es fácil que perduren los pecados
nacidos en el alba, desde oriente,
y sigan enraizados en los hombres,
surgiendo día a día, como siempre.
Ignoro los designios de los dioses
y busco mi destino entre la gente,
la tierra con el lodo y la ceniza
cubierta por el manto de la nieve.
Allí se manifiestan realidades
que surgen de una forma diferente,
las horas de los días y las noches
nos dejan malheridos y con fiebres.
Existe una esperanza colectiva
que alberga la cordura del demente,
un rayo de ilusión entre los cardos,
corona de utopía a tantas sienes.
Quizás por eso mismo me rebelo
y nacen estos versos en mi frente,
producto de una extraña calentura
preludio del tormento y de la muerte.
La muerte del espíritu sin nombre,
que escapa de las almas más alegres,
y vaga por senderos y cañadas
que llevan a los túneles y andenes.
Es fácil recurrir a los recuerdos
tratando de excusarse, en los vaivenes,
que surgen a lo largo de la vida
y amargan nuestra risa brevemente.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/14
YO SÉ BIEN...
Yo sé bien que los árboles hablan
y susurran palabras de noche,
y hasta emiten suspiros velados
más allá, de las diez y las doce.
Y las sombras extienden su manto,
y susurran con ellas las voces,
de ese tul que oscurece los cielos
y que luego una estrella lo rompe.
Yo quisiera tener la batuta
del artista genial y de bronce,
con los astros arriba cantando,
y las olas del mar al redoble.
Bella orquesta de luz y gemidos,
con violines que sacan acordes,
y pianos sutiles de seda
que hasta Dios, y sus sueños, esconden.
Yo percibo la gracia sublime
de la magia que sale del bosque,
y se eleva a los cielos inmensos
con la brisa que llega del norte.
Es un rezo de amor a la vida
y es un canto de paz a los hombres,
una dulce plegaria a los muertos
de las ramas y troncos tan nobles.
Yo persigo la risa en tus labios,
cenicienta de lindos colores,
la que habitas en mí, y en mi pecho,
conduciendo estos pasos tan torpes.
Sin tu ayuda mis versos humildes
no tendrían sentido ni flores,
ni esa gracia sutil de tus ojos
trazarían mis manos veloces.
"...Es por eso que siento el susurro
y el candor de los árboles nobles,
esas voces que dicen "te quiero"
y en silencio musitan tu nombre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/14
y susurran palabras de noche,
y hasta emiten suspiros velados
más allá, de las diez y las doce.
Y las sombras extienden su manto,
y susurran con ellas las voces,
de ese tul que oscurece los cielos
y que luego una estrella lo rompe.
Yo quisiera tener la batuta
del artista genial y de bronce,
con los astros arriba cantando,
y las olas del mar al redoble.
Bella orquesta de luz y gemidos,
con violines que sacan acordes,
y pianos sutiles de seda
que hasta Dios, y sus sueños, esconden.
Yo percibo la gracia sublime
de la magia que sale del bosque,
y se eleva a los cielos inmensos
con la brisa que llega del norte.
Es un rezo de amor a la vida
y es un canto de paz a los hombres,
una dulce plegaria a los muertos
de las ramas y troncos tan nobles.
Yo persigo la risa en tus labios,
cenicienta de lindos colores,
la que habitas en mí, y en mi pecho,
conduciendo estos pasos tan torpes.
Sin tu ayuda mis versos humildes
no tendrían sentido ni flores,
ni esa gracia sutil de tus ojos
trazarían mis manos veloces.
"...Es por eso que siento el susurro
y el candor de los árboles nobles,
esas voces que dicen "te quiero"
y en silencio musitan tu nombre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/14
QUIERO...
Quiero contar los lunares
que tienes en tus espaldas,
y acariciarte los brazos,
las mejillas y tu cara.
Quiero sentir a tus dedos
recorrerme, sin palabras,
desde mi cuello a mis manos,
y mis caderas y nalgas.
Quiero llevarte al Olimpo
y traspasar las entradas,
que dan lugar a tus senos
y que palpitan y claman.
Quiero escuchar tus latidos
mientras paciente me abrazas,
y vas trazando senderos
por los canales del alma.
Quiero que grites conmigo,
y de mis manos no salgas,
cuando separe los muslos
para saciarte tus ansias.
Quiero que muerdas mis labios
y que me queme la lava,
de ese volcán que, en tus manos,
nace, palpita y estalla.
Quiero que sientas la gloria
y que no pienses en nada,
cuando te embriaguen mis besos
hasta alcanzar tus entrañas.
Quiero escalar las colinas
y coronar la batalla,
de la pasión y el deseo
que de los cuerpos emana.
"...Quiero mirarte a los ojos
y contemplar tu mirada,
para dormirme contigo
y despertarnos al alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/14
que tienes en tus espaldas,
y acariciarte los brazos,
las mejillas y tu cara.
Quiero sentir a tus dedos
recorrerme, sin palabras,
desde mi cuello a mis manos,
y mis caderas y nalgas.
Quiero llevarte al Olimpo
y traspasar las entradas,
que dan lugar a tus senos
y que palpitan y claman.
Quiero escuchar tus latidos
mientras paciente me abrazas,
y vas trazando senderos
por los canales del alma.
Quiero que grites conmigo,
y de mis manos no salgas,
cuando separe los muslos
para saciarte tus ansias.
Quiero que muerdas mis labios
y que me queme la lava,
de ese volcán que, en tus manos,
nace, palpita y estalla.
Quiero que sientas la gloria
y que no pienses en nada,
cuando te embriaguen mis besos
hasta alcanzar tus entrañas.
Quiero escalar las colinas
y coronar la batalla,
de la pasión y el deseo
que de los cuerpos emana.
"...Quiero mirarte a los ojos
y contemplar tu mirada,
para dormirme contigo
y despertarnos al alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/14
RECUERDO QUE HACE TIEMPO...
Recuerdo, que hace tiempo,
yo pude disfrutar de un viejo acordeón,
que con su música, y la paz, tan relajante,
que emitía, me embriagaba.
La música sonaba en el pasillo y el andén
que llevaba a la parada de los metros,
y lo hacía con pasión y sin descanso,
dejando melodías quinceañeras
y un dulce bamboleo de la mente
en la distancia.
De pronto distinguí, porque escuché,
que otro violín le acompañaba
dejando suaves notas en el aire
que llegaban al oído.
Era un dúo incomparable el que formaban
y trazaban en la mente y en los sueños,
con relieves y arabescos,
de una música sin nombre,
los perfectos instrumentos,
y unas manos que arrancaban de los mismos
mil suspiros y gemidos, entregándome sus sueños
y caricias.
No podía resistirme a tanto encanto
y temblaron mis pupilas complacidas.
Soñé con pajaritas de cristal
que creaban unas manos inocentes,
con preciosas mariposas de colores
que volaban sin descanso por mi vientre,
con las rimas y gorriones de la infancia
que escapaban de unos versos y un poema,
con resacas de una playa solitaria
que aguantaba los envites de las olas muy furiosas,
con las fuentes cantarinas de la aldea
que tomaban, sin descanso, unas lágrimas del cielo,
con el bosque solitario de los robles
y los elfos y las hadas que pisaban sus alfombras tan doradas,
con el tierno amanecer de las mañanas en el monte
y ese manto de rocío que cubría las praderas,
con la nieve que adornaba los tejados
y la forma caprichosa de la luz y del carámbano de hielo,
con la mano que pedía una limosna
en la puerta de una iglesia,
con el barco que rompía el horizonte
y lo hacía estremecerse en un segundo,
con el beso que se daban las estrellas
mientras yo las contemplaba con envidia,
con el junco tembloroso de la orilla
que vibraba como un niño abandonado,
con las olas que llegaban a la playa
y que, en ella, se estiraban y dormían,
con la calma y el susurro de la tierra
y el silencio sepulcral del campo santo,
con tus ojos y mis ojos que miraban a lo lejos
y buscaban ese mundo de ilusión y de utopía,
con tus manos y mis manos que se hacían mil novillos
y trazaban lo imposible,
con tus labios y mis labios, temblorosos e impacientes,
que jugaban a ser niños,
con tu abrazo y con mi abrazo, irreverente y tan nervioso,
siempre lleno de pasión y sentimientos
que querían ser eternos...
Y te amé, mi corazón, amé a ese mar
y a su tic-tac,
a ese latir apresurado que venía con las olas y resacas,
a ese mundo de emociones contrapuestas,
a ese encanto tan sublime de una música olvidada
y perdida en los andenes y pasillos.
Y perdí, sin darme cuenta, aquel vagón
del viejo metro que debía trasladarme
a la rutina del trabajo y de mi vida
para ir hasta tus brazos.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/14
MARIPOSA ERRANTE...
Mariposa errante
que pasas y llegas,
batiendo tus alas
cual linda princesa.
No sabes de envidias,
tal vez de quimeras,
si acaso de sueños
y niñas traviesas.
Tú buscas las flores,
las dulces violetas,
las rosas tempranas
y el lirio que tiembla.
Y bailan tus alas
el vals que deseas,
la brisa te ayuda
con música eterna.
Mariposa errante
no seas coqueta,
ni seas liviana
llamando a la puerta.
Recorre despacio
el mundo y la tierra,
dejando sonrisas
por calles y sendas.
Embriaga a los hombres
y a niños acecha,
llevando con gracia
tu hermosa presencia.
No atrapes de día
la luz de la estrella,
ni vayas a bosque
buscando sirenas.
Mariposa errante
que vienes y dejas
la gracia divina
de tus alas tiernas.
Yo quiero el encanto,
y el embrujo que llevas,
y quiero tus besos
sutiles, de cerca.
Y quiero ir contigo
muy lejos, sin velas,
por mares bravíos
y verdes praderas.
Quizás algún día
yo alcance la estrella,
y lleve mis versos
a un nuevo poema.
"...Mariposa errante
que llegas y aneas,
mis sueños de plata
por toda respuesta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/14
que pasas y llegas,
batiendo tus alas
cual linda princesa.
No sabes de envidias,
tal vez de quimeras,
si acaso de sueños
y niñas traviesas.
Tú buscas las flores,
las dulces violetas,
las rosas tempranas
y el lirio que tiembla.
Y bailan tus alas
el vals que deseas,
la brisa te ayuda
con música eterna.
Mariposa errante
no seas coqueta,
ni seas liviana
llamando a la puerta.
Recorre despacio
el mundo y la tierra,
dejando sonrisas
por calles y sendas.
Embriaga a los hombres
y a niños acecha,
llevando con gracia
tu hermosa presencia.
No atrapes de día
la luz de la estrella,
ni vayas a bosque
buscando sirenas.
Mariposa errante
que vienes y dejas
la gracia divina
de tus alas tiernas.
Yo quiero el encanto,
y el embrujo que llevas,
y quiero tus besos
sutiles, de cerca.
Y quiero ir contigo
muy lejos, sin velas,
por mares bravíos
y verdes praderas.
Quizás algún día
yo alcance la estrella,
y lleve mis versos
a un nuevo poema.
"...Mariposa errante
que llegas y aneas,
mis sueños de plata
por toda respuesta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/14
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