ESCRÍBEME EN LA ESPALDA...
Escríbeme en la espalda,
-dijiste en un suspiro,
no olvides que tus versos
irán siempre conmigo.
Vendrán en sus corceles
surcando los caminos,
cañadas y callejas,
desiertos infinitos.
Vendrán como la brisa
que aturde los sentidos,
dejando al fiel nordeste
quizás como testigo.
Tus dedos, tan inquietos,
harán de monaguillos,
tocando las campanas,
bajándome el vestido.
Escríbeme en la espalda,
-dijiste tú, a aquel niño,
de mano temblorosa,
pintando junto al río.
Pintaba los meandros
del cuello hasta el tobillo,
bajando por la espalda
su largo recorrido.
Los dedos tan ansiosos
pulsaban esos gritos,
nacidos de unos labios
con fiebre y con delirio.
Los versos proseguían,
dejando en el escrito,
canciones y alabanzas
del cuerpo tan sencillo.
"...Escríbeme en la espalda,
poeta de mi sino,
escríbeme sin miedo,
mi Amor, te necesito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/15
-dijiste en un suspiro,
no olvides que tus versos
irán siempre conmigo.
Vendrán en sus corceles
surcando los caminos,
cañadas y callejas,
desiertos infinitos.
Vendrán como la brisa
que aturde los sentidos,
dejando al fiel nordeste
quizás como testigo.
Tus dedos, tan inquietos,
harán de monaguillos,
tocando las campanas,
bajándome el vestido.
Escríbeme en la espalda,
-dijiste tú, a aquel niño,
de mano temblorosa,
pintando junto al río.
Pintaba los meandros
del cuello hasta el tobillo,
bajando por la espalda
su largo recorrido.
Los dedos tan ansiosos
pulsaban esos gritos,
nacidos de unos labios
con fiebre y con delirio.
Los versos proseguían,
dejando en el escrito,
canciones y alabanzas
del cuerpo tan sencillo.
"...Escríbeme en la espalda,
poeta de mi sino,
escríbeme sin miedo,
mi Amor, te necesito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/05/15
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