A VECES ME PREGUNTAN...
A veces me preguntan
si escribo poesías,
o bajo a los marjales
huyendo de la vida.
Si tengo mariposas
y guardo golondrinas,
si voy a los jardines
buscando margaritas.
...No sé lo que pretenden
preguntas tan sencillas,
si acaso ver el alma
o tal vez la pupila.
Respondo, sin embargo,
no importa lo que digan,
escribo cuando quiero
y lo hago día a día.
Escribo en el teclado
que me hace de cuartilla,
rozando con mis sueños
la pluma con la tinta.
Escribo sin cadenas,
sin áncoras divinas,
no busco los aplausos
ni el oro que mancilla.
Escribo lo que veo,
los llantos y las risas,
y luego pongo un grano
de eterna fantasía.
También, entre mis letras,
hay tierna manzanilla,
licores que son agrios
que llegan y que excitan.
Ya sé que a nadie importan
los flecos de una herida,
por eso las oculto
con gracia y simpatía.
Escribo, porque quiero,
repito, sin mentira,
y escribo de mil cosas
reales y ficticias
Hay unas vacilantes
que llegan de rodillas,
y hay otras más osadas
que quieren ser altivas.
A todas las emplazo
en versos con sus rimas,
y dejo a los lectores
sorbiendo su bebida.
A veces me preguntan
si voy entre mis líneas,
respondo "sin palabras",
besando unas mejillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/15
si escribo poesías,
o bajo a los marjales
huyendo de la vida.
Si tengo mariposas
y guardo golondrinas,
si voy a los jardines
buscando margaritas.
...No sé lo que pretenden
preguntas tan sencillas,
si acaso ver el alma
o tal vez la pupila.
Respondo, sin embargo,
no importa lo que digan,
escribo cuando quiero
y lo hago día a día.
Escribo en el teclado
que me hace de cuartilla,
rozando con mis sueños
la pluma con la tinta.
Escribo sin cadenas,
sin áncoras divinas,
no busco los aplausos
ni el oro que mancilla.
Escribo lo que veo,
los llantos y las risas,
y luego pongo un grano
de eterna fantasía.
También, entre mis letras,
hay tierna manzanilla,
licores que son agrios
que llegan y que excitan.
Ya sé que a nadie importan
los flecos de una herida,
por eso las oculto
con gracia y simpatía.
Escribo, porque quiero,
repito, sin mentira,
y escribo de mil cosas
reales y ficticias
Hay unas vacilantes
que llegan de rodillas,
y hay otras más osadas
que quieren ser altivas.
A todas las emplazo
en versos con sus rimas,
y dejo a los lectores
sorbiendo su bebida.
A veces me preguntan
si voy entre mis líneas,
respondo "sin palabras",
besando unas mejillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/15
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