RESBALAN GOTERONES DE LOS CIELOS...
Resbalan goterones de los cielos
y llegan como gotas de rocío,
al hombre que pasea por la vida
ajeno a singladuras y destinos.
Le alcanzan con su zarpa poderosa
igual que los meandros en los ríos,
a veces con fiereza desgarrada,
y en otras tenuemente, cual suspiros.
La vida se compone de figuras,
instantes de recuerdos infinitos,
un puzle variopinto de colores
que deja emocionados los sentidos.
La vida es esa eterna interrogante,
un cruce indefinido de caminos,
la duda de seguir o de pararnos
la meta material de los vencidos.
Por eso el caminante sin fronteras,
el alma singular del peregrino,
no sabe de distancias y dolores
llevando con candor ese suplicio.
Camina con sus pasos por la tierra,
avanza solitario y no vencido,
saluda a las retamas y a las rosas
y sueña con dormir junto a los lirios.
Él lleva poesía en sus entrañas,
un verso con las notas del vinilo,
aquellas que besaron, en su infancia,
los labios maternales hoy dormidos.
¡Despierta corazón, no te detengas!,
-le grita la premura de su sino-,
la lluvia que resbala de los cielos
es brisa irreverente del delirio.
"...Hoy bajan los mensajes de los cielos
en forma de susurros y prodigios,
por eso el caminante aviva el paso
y asume, con su amor, tal sacrificio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/15
y llegan como gotas de rocío,
al hombre que pasea por la vida
ajeno a singladuras y destinos.
Le alcanzan con su zarpa poderosa
igual que los meandros en los ríos,
a veces con fiereza desgarrada,
y en otras tenuemente, cual suspiros.
La vida se compone de figuras,
instantes de recuerdos infinitos,
un puzle variopinto de colores
que deja emocionados los sentidos.
La vida es esa eterna interrogante,
un cruce indefinido de caminos,
la duda de seguir o de pararnos
la meta material de los vencidos.
Por eso el caminante sin fronteras,
el alma singular del peregrino,
no sabe de distancias y dolores
llevando con candor ese suplicio.
Camina con sus pasos por la tierra,
avanza solitario y no vencido,
saluda a las retamas y a las rosas
y sueña con dormir junto a los lirios.
Él lleva poesía en sus entrañas,
un verso con las notas del vinilo,
aquellas que besaron, en su infancia,
los labios maternales hoy dormidos.
¡Despierta corazón, no te detengas!,
-le grita la premura de su sino-,
la lluvia que resbala de los cielos
es brisa irreverente del delirio.
"...Hoy bajan los mensajes de los cielos
en forma de susurros y prodigios,
por eso el caminante aviva el paso
y asume, con su amor, tal sacrificio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/15
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