EN LA NOCHE...


En la noche, la niebla se entristece
y apaga las linternas de la vida,
la bruma va calando en los cristales
y oculta la precisa melodía.

Me quedo silencioso, sin dudarlo,
después de retirar una colilla,
la duerme mi playera, contra el suelo,
tratando de cumplir con cortesía.

Avanzan las personas, en la tarde,
quizás como en platós y bambalinas,
trazando mil figuras monocordes
que esperan el milagro de la brisa.

Se ahogan pensamientos y saudades,
no saben que la tabla, salvavidas,
se encuentra muy cerquita, y a su lado,
con ojos de arrebol y fantasía.

En la noche, se duermen las gaviotas,
están sobre la arena entretenidas,
parece que las hojas del otoño
a un niño vacilante le iluminan.

Es alguien, portador de mil cadenas,
que guarda muy celoso en su mochila,
no quiere que le suman en la niebla,
de tiempos ya pasados y de días.

Él quiere compartir esos colores,
vibrar con su cromado y su sonrisa,
beber esos momentos importantes
saciando tanta angustia retenida.

Por eso se enternece, con la niebla,
y busca la mirada en tu pupila,
la eterna sinfonía que has bordado
dejando tanto amor en tus caricias.

"...En la noche, un hombre se detiene,
un niño con mejillas encendidas,
el mismo que te dice que te ama
y escribe, para ti, esta poesía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/15

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