UNOS OJOS CANSADOS...


Unos ojos cansados
han temblado al mirarte,
y a pesar del silencio
han buscado tu talle.

Eran tiernas pupilas
con sonrisas amables,
y dos gotas del cielo
intentando agradarte.

Como puntos difusos
señalaban la calle,
y el rocío, en sus alas,
tembloroso se abate.

No querían prebendas,
ni tambores que ladren,
solo el dulce suspiro
de la brisa agradable.

Unos ojos cansados,
singulares y graves,
han venido a tu encuentro
suplicando que hables.

Que les cuentes mil cosas,
aunque sean detalles,
de leyendas y cuentos
y poemas y frases.

No rechazan susurros,
ni tampoco retales,
sortilegios de lunas
o en los robles tatuajes.

Porque son, simplemente,
dos traviesos truhanes,
dos relojes con vida
en pupilas radiantes.

"...Unos ojos cansados
han venido a quedarse,
en tus labios de plata,
a esperar que los ames..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/10/15

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