SOY...
Soy caricia permanente
que precisa de tu aliento,
y la rosa enamorada
que percibe tu aleteo.
Soy el pecho que palpita
y que grita en el silencio,
cuando siente la presencia
y las sombras de tus sueños.
Soy el niño enamorado,
con el chiste y el tebeo
rescatando entre las letras
la princesa de sus versos.
Soy el hombre vagabundo,
con aspecto soñoliento,
que te busca y no te encuentra
a pesar de sus deseos.
Soy aquel que tú imaginas
aunque dudes en creerlo,
y te frotes bien los ojos
con la punta de los dedos.
Soy la flor en la ventana
de un poema que has abierto,
y soy letra de una mano
y la tinta de un tintero.
Soy la brisa que en tus labios
pasa y roza con esmero,
y te besa y acaricia
casi, casi, sin esfuerzo.
Soy la voz que en la mañana
te susurra junto al lecho,
y desnuda tu figura
y te viste y da su aliento.
Soy amor, si lo deseas,
el volcán que tienes dentro,
y la lava de tu sangre
derramada en el desierto.
Soy también una amapola,
un ciprés bajo los cielos,
y la barca y la trainera
que dormitan en el puerto.
Soy la lumbre que palpita,
una astilla bajo el fuego,
y ceniza derramada
que se duerme por el suelo.
Soy el roble enamorado
y el guardián de los secretos,
en un bosque de ficciones
con las hadas y los elfos.
"...Soy quizás la poesía,
la que ríe en el lamento,
la que llora y se estremece
desnudada por mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/13
que precisa de tu aliento,
y la rosa enamorada
que percibe tu aleteo.
Soy el pecho que palpita
y que grita en el silencio,
cuando siente la presencia
y las sombras de tus sueños.
Soy el niño enamorado,
con el chiste y el tebeo
rescatando entre las letras
la princesa de sus versos.
Soy el hombre vagabundo,
con aspecto soñoliento,
que te busca y no te encuentra
a pesar de sus deseos.
Soy aquel que tú imaginas
aunque dudes en creerlo,
y te frotes bien los ojos
con la punta de los dedos.
Soy la flor en la ventana
de un poema que has abierto,
y soy letra de una mano
y la tinta de un tintero.
Soy la brisa que en tus labios
pasa y roza con esmero,
y te besa y acaricia
casi, casi, sin esfuerzo.
Soy la voz que en la mañana
te susurra junto al lecho,
y desnuda tu figura
y te viste y da su aliento.
Soy amor, si lo deseas,
el volcán que tienes dentro,
y la lava de tu sangre
derramada en el desierto.
Soy también una amapola,
un ciprés bajo los cielos,
y la barca y la trainera
que dormitan en el puerto.
Soy la lumbre que palpita,
una astilla bajo el fuego,
y ceniza derramada
que se duerme por el suelo.
Soy el roble enamorado
y el guardián de los secretos,
en un bosque de ficciones
con las hadas y los elfos.
"...Soy quizás la poesía,
la que ríe en el lamento,
la que llora y se estremece
desnudada por mis besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/13
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