REMINISCENCIAS V
V
Me estremezco, porque pienso
que he amado con la fuerza
desbocada que despliegan
las galernas,
y he sentido que así fue
al volver a los recuerdos
y al pasado, y al traer a mis pupilas
la figura tan amada.
Ahora pienso que la amé,
como dice Benedetti,
desde el alba hasta el ocaso.
Desde un tiempo ya lejano
hasta hoy, en el presente.
Desde aquella desnudez
que me embriagaba en sus palabras
hasta luego, en el silencio misterioso
y embrujado de la noche que nublaba
mis sentidos.
Desde el humo del tabaco que aspiraba
con sus versos,
hasta el último mensaje que dejaba
con sus labios.
Desde el pelo revoltoso y tan rebelde
que caía por su cara,
hasta el dedo juvenil en que portaba
una alianza.
...Y la amé con la guitarra imaginaria
entre sus manos, que sonaba en la distancia,
con un lápiz de carmín sobre sus labios,
con las suaves zapatillas del invierno
que calzaban y abrigaban unos pies
tan delicados,
con la fina camiseta de tirantes,
que cubría sus espaldas,
hasta hacerla apetecible ante mis ojos
con sus senos sugerentes...
Y ahora pienso que la amo en el silencio
y que al mismo me contestan sus latidos,
"sin palabras".
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
ME HE QUEDADO ESTA NOCHE DESPIERTO...
Me he quedado esta noche despierto
esperando llegara la aurora
con su luz y claveles tan finos
que sorprenden incluso a las olas.
Y soñé, como sueñan los niños,
con llevarte de nuevo mil rosas,
aunque fueran en versos muy simples
y dejaran la miel en sus notas.
¡Cuántas cosas quisiera contarte
y alejar de tu lado a las sombras,
rebañar las legañas cautivas
que tus ojos resecos alojan!
Porque quiero tenerte en mis brazos
corazón que en silencio ya lloras,
y suplicas la lluvia del cielo
y hasta buscas migajas idiotas.
Me he quedado esta noche despierto
esperando que tú me respondas,
pero sé que estarás concentrada
en tareas un tanto afanosas.
Una luna se muestra en el cielo
y a sus pies se desliza la alfombra,
es la senda que marca mi rumbo
y a la misma me voy sin demora.
Yo sé bien que los sueños son sueños,
y los hombres ni sueñan ni lloran,
aunque tengan el alma quebrada
y su lágrima empape la ropa.
Porque así, debe ser, (eso dicen)
y será, sin dudar, la victoria,
de los hombres valientes que sufren
y que guardan celosos las formas.
"...Me he quedado esta noche despierto
a escuchar el cantar de la alondra.
ignorando que solo en el día
ella canta y alegra las horas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/14
esperando llegara la aurora
con su luz y claveles tan finos
que sorprenden incluso a las olas.
Y soñé, como sueñan los niños,
con llevarte de nuevo mil rosas,
aunque fueran en versos muy simples
y dejaran la miel en sus notas.
¡Cuántas cosas quisiera contarte
y alejar de tu lado a las sombras,
rebañar las legañas cautivas
que tus ojos resecos alojan!
Porque quiero tenerte en mis brazos
corazón que en silencio ya lloras,
y suplicas la lluvia del cielo
y hasta buscas migajas idiotas.
Me he quedado esta noche despierto
esperando que tú me respondas,
pero sé que estarás concentrada
en tareas un tanto afanosas.
Una luna se muestra en el cielo
y a sus pies se desliza la alfombra,
es la senda que marca mi rumbo
y a la misma me voy sin demora.
Yo sé bien que los sueños son sueños,
y los hombres ni sueñan ni lloran,
aunque tengan el alma quebrada
y su lágrima empape la ropa.
Porque así, debe ser, (eso dicen)
y será, sin dudar, la victoria,
de los hombres valientes que sufren
y que guardan celosos las formas.
"...Me he quedado esta noche despierto
a escuchar el cantar de la alondra.
ignorando que solo en el día
ella canta y alegra las horas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/14
REMINISCENCIAS IV
IV
De momento contengo los sollozos
y trato de evadirme en la montaña
de mi vida,
aunque sé que acabaré cerrando
las pupilas abrasadas por la brisa.
Hay un mundo anterior con unas cumbres.
Es una especie de paréntesis
que marca y delimita el porvenir
y la esperanza.
Porque hubo un tiempo diferente
en que buscaba la silueta definida,
por el día,
y la sombra irreverente,
por la noche,
con la cara de cristal de aquella Ninfa
que guiaba mi destino.
Y en estas cumbres yo me encuentro,
deshojando margaritas,
mientras el reloj sigue su marcha
y otro mundo real, en el que vivo,
trata de reanimarme en sus latidos,
de llevarme a tierra firme
y acercarme hasta la playa,
donde un día se durmieron
tantos sueños infantiles,
acunados por las olas.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/14
RECONOZCO MI IGNORANCIA...
Reconozco mi ignorancia
en materia de escritura;
(En poemas, ¡qué mangancia!
y en relatos, ¡qué locura!)
Pero admiro la constancia
del amigo, en su aventura,
ante premios por vagancia
a su excelsa criatura.
Ha parido un mamotreto
que no duerme ni de día
ni soporta estarse quieto.
(Si es así la poesía,
no la quiero y la receto,
aunque pierda mi alegría).
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/14
NO TE DEJES EMBRUJAR...
No te dejes embrujar
por la música sin nombre,
que sublime se te acerca
y te deja sus acordes.
Es el canto de los mares,
de los barcos ya sin norte,
de rocíos y nevadas
en los pechos de los hombres.
Es acaso la tormenta
que no atiende a las razones,
y desgarra las entrañas
de los seres más bien nobles.
No le cedas a la luna
el encanto de los robles,
ni le restes a las rosas
la hermosura de sus flores.
Porque son tan sugerentes
y tan recios en los bosques,
al igual que los rosales
con sus pétalos enormes.
Es por eso que los cielos
han parado los relojes,
y se duermen muy tranquilos
tantos ángeles cantores.
No te achiques a las sombras
ni a los vientos tan feroces,
ni conviertas en sonrisas
unos labios uniformes.
Porque puede que otras veces
esos labios digan voces
anunciando que te aman
en los días y las noches.
En los días con alondras
y en las noches con gorriones,
y en los versos del poeta
que te saca los colores.
"...No te dejes embrujar
y medita lo que pones,
piensa bien si yo te quiero
y si acaso correspondes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/14
por la música sin nombre,
que sublime se te acerca
y te deja sus acordes.
Es el canto de los mares,
de los barcos ya sin norte,
de rocíos y nevadas
en los pechos de los hombres.
Es acaso la tormenta
que no atiende a las razones,
y desgarra las entrañas
de los seres más bien nobles.
No le cedas a la luna
el encanto de los robles,
ni le restes a las rosas
la hermosura de sus flores.
Porque son tan sugerentes
y tan recios en los bosques,
al igual que los rosales
con sus pétalos enormes.
Es por eso que los cielos
han parado los relojes,
y se duermen muy tranquilos
tantos ángeles cantores.
No te achiques a las sombras
ni a los vientos tan feroces,
ni conviertas en sonrisas
unos labios uniformes.
Porque puede que otras veces
esos labios digan voces
anunciando que te aman
en los días y las noches.
En los días con alondras
y en las noches con gorriones,
y en los versos del poeta
que te saca los colores.
"...No te dejes embrujar
y medita lo que pones,
piensa bien si yo te quiero
y si acaso correspondes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/14
REMINISCENCIAS III
III
Pero debo continuar con mi paseo
en la búsqueda febril de tu figura,
con el flujo y el reflujo de la sangre
de mi pecho que me dice "que adelante",
ya que así conseguiré aplacar
a los demonios de mi alma.
Porque el mar y la razón
están unidos, sin remedio,
por el lazo de la noche,
por el dulce escalofrío de una piel
que no ha llegado hasta mis dedos,
por el vuelo tan sutil de la gaviota
que me deja mil caricias a su paso.
"...Y aunque apenas te perciba
ya adivino tu figura soñadora
y la pliego y la despliego,
con mis manos,
en el cuadro sugerente
del cuaderno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
DE NOCHE LOS NIÑOS...
De noche los niños
se duermen sin más,
de día ya juegan
y son Peter Pan.
Es largo el camino
que deben tomar,
si juegan no estudian
y lo hacen fatal.
Sus madres les sirven
comida y un flan,
pues deben ser fuertes
con tanto estudiar.
Los días de escuela
se pasan muy mal,
se cuentan las horas,
se mira el wassap.
Ya suena un pitido
que avisa y se van,
allá por los aires
cruzando la mar.
Atrás queda el cole,
la clase infernal,
aquellos maestros
seriotes de faz.
También los amigos
se quedan acá,
y tú, con tus sueños
te vas a volar.
Te vas a tu mundo
de luz y cristal,
no hay sumas ni restas
y es bello el lugar.
Un sitio tranquilo
sin tele ni chat,
mirando a la vida
de "alante y de atrás"·
Abajo los niños
ya rompen la paz,
también con sus risas
pues quieren jugar.
Y quieren ser niños
por siempre jamás,
en bosques con Hadas
y hayedos de sal.
De día los niños
no quieren cantar,
de noche reciben
amor maternal.
Los besos y abrazos
se ofrecen y dan,
y así se reciben
y son de verdad.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/14
se duermen sin más,
de día ya juegan
y son Peter Pan.
Es largo el camino
que deben tomar,
si juegan no estudian
y lo hacen fatal.
Sus madres les sirven
comida y un flan,
pues deben ser fuertes
con tanto estudiar.
Los días de escuela
se pasan muy mal,
se cuentan las horas,
se mira el wassap.
Ya suena un pitido
que avisa y se van,
allá por los aires
cruzando la mar.
Atrás queda el cole,
la clase infernal,
aquellos maestros
seriotes de faz.
También los amigos
se quedan acá,
y tú, con tus sueños
te vas a volar.
Te vas a tu mundo
de luz y cristal,
no hay sumas ni restas
y es bello el lugar.
Un sitio tranquilo
sin tele ni chat,
mirando a la vida
de "alante y de atrás"·
Abajo los niños
ya rompen la paz,
también con sus risas
pues quieren jugar.
Y quieren ser niños
por siempre jamás,
en bosques con Hadas
y hayedos de sal.
De día los niños
no quieren cantar,
de noche reciben
amor maternal.
Los besos y abrazos
se ofrecen y dan,
y así se reciben
y son de verdad.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/14
ESTABA EL SEÑOR ALCALDE...
Estaba el señor alcalde
de un buen pueblo de castilla,
sentadito allí en su silla,
comiendo pastel de hojalde. (*)
De pronto pensó, y no en balde,
en la historia y la Bastilla,
transformada en pesadilla
sin causa que lo respalde.
Porque dejar a la gente
sin pan y especulación
ya es motivo suficiente.
¡Ay qué triste es la ración
que empacha certeramente
por dineros y ambición!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
(*) Hojalde = Hojaldre, ver RAE.
de un buen pueblo de castilla,
sentadito allí en su silla,
comiendo pastel de hojalde. (*)
De pronto pensó, y no en balde,
en la historia y la Bastilla,
transformada en pesadilla
sin causa que lo respalde.
Porque dejar a la gente
sin pan y especulación
ya es motivo suficiente.
¡Ay qué triste es la ración
que empacha certeramente
por dineros y ambición!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
(*) Hojalde = Hojaldre, ver RAE.
REMINISCENCIAS II
II
Espero, como siempre, la luz
que me ilumine entre la niebla,
el faro con sus rayos parpadeantes
rompiendo las oscuras telarañas
y la voz de la campana de su torre
haciendo que palpite mi esperanza.
Pero sé que son los restos
de un naufragio,
las carencias y cadenas
que me arrastran al abismo,
al infierno en que mi alma se debate
entre la duda y la pasión
por ver la vida.
"...Es por eso que suspiro brevemente
y saboreo tu recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
¿DE QUÉ VALE LLAMAR A TANTAS PUERTAS...
¿De qué vale llamar a tantas puertas
si las mismas responden con silencios
y si el canto del cuco no se escucha,
en la noche, dejando sus arpegios?
¿De qué sirve la música latente
que anuncia las cadenas y el infierno,
si ya sabes y tienes la condena
que te aplican, acaso, como premio?
Es muy triste llamar sin ser oído
y más triste saber que sí te oyeron;
que taparon los polos auditivos
confundiendo tus gritos con el viento.
Pero puedes sentirte renovado
tras llamar y llorar con tanto ruego,
confiabas sin duda en los amigos,
y en sus brazos, palabras y sus besos.
Se quedaron los mares sin las olas
y también sin arena los desiertos,
y hasta el ave que vuela por las cumbres
se quedó planeando por el suelo.
Hay escenas que son irrepetibles
y lugares que esconden mil secretos,
pero tú, corazón enamorado,
sabes bien lo que gritan los deseos.
Y por eso te vuelves a la infancia
a ese hermoso rincón del pensamiento,
donde todo era blanco y reluciente
y el abrazo surgía tan sincero.
Y hasta allí te deslizas con tus lágrimas,
esas perlas de lluvia que son versos,
y transformas sus gotas en mil letras
y en poemas que ahogan sentimientos.
"...¿De qué vale llamar a tantas puertas
si no hay nadie que atienda tus anhelos?
(te decías con voz entrecortada
entre llantos, susurros y te quieros)..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
si las mismas responden con silencios
y si el canto del cuco no se escucha,
en la noche, dejando sus arpegios?
¿De qué sirve la música latente
que anuncia las cadenas y el infierno,
si ya sabes y tienes la condena
que te aplican, acaso, como premio?
Es muy triste llamar sin ser oído
y más triste saber que sí te oyeron;
que taparon los polos auditivos
confundiendo tus gritos con el viento.
Pero puedes sentirte renovado
tras llamar y llorar con tanto ruego,
confiabas sin duda en los amigos,
y en sus brazos, palabras y sus besos.
Se quedaron los mares sin las olas
y también sin arena los desiertos,
y hasta el ave que vuela por las cumbres
se quedó planeando por el suelo.
Hay escenas que son irrepetibles
y lugares que esconden mil secretos,
pero tú, corazón enamorado,
sabes bien lo que gritan los deseos.
Y por eso te vuelves a la infancia
a ese hermoso rincón del pensamiento,
donde todo era blanco y reluciente
y el abrazo surgía tan sincero.
Y hasta allí te deslizas con tus lágrimas,
esas perlas de lluvia que son versos,
y transformas sus gotas en mil letras
y en poemas que ahogan sentimientos.
"...¿De qué vale llamar a tantas puertas
si no hay nadie que atienda tus anhelos?
(te decías con voz entrecortada
entre llantos, susurros y te quieros)..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
REMINISCENCIAS I
I
Esta noche te buscaré de nuevo,
como siempre,
y encontraré el vacío de tus pasos
y la huella perenne en mi recuerdo.
Esta noche me enfrentaré de nuevo
a mis demonios,
y trataré de aplacar los infiernos
que azotan en mi alma
dejando esquirlas de soledad
y de nostalgia.
Esta noche me asomaré de nuevo
a la ventana
y miraré a la luna nuevamente
para ver abajo, y en el mar,
mi cobardía reflejada entre sus olas.
"...Es posible que no vengas,
como siempre,
y de nuevo sentiré la muerte lenta
y la agonía que me invade..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
HACE TIEMPO QUE NACÍ...
Hace tiempo que nací,
tanto ya que no recuerdo,
fue en verano y en septiembre
con olores marineros.
El salitre de los mares
penetraba por el puerto,
y llegaba hasta mi casa
a mi cuna y a mi lecho.
Y allí estaba el bien nacido
con sus ojos soñolientos
despertando del letargo
de aquel vientre tan materno.
Y como esto no lo vi
es por eso que lo invento,
y lo dejo en mis poemas
y en las letras de sus versos.
Desnudito yo nací
entre rosas y entre besos,
y aunque sea mal decirlo
tomé leche de aquel pecho.
Era el seno de mi madre,
que me daba el alimento,
ese fruto y gran tesoro
de unos labios muy resecos.
Como estaba tan cansado
me durmieron los luceros,
y cantaron una nana
que me hablaba de los cielos.
Era entonces mi inocencia,
fruta dulce y sin deseos,
sin envidias ni ambiciones
de tesoros encubiertos.
"...Hace años que nací
y ha pasado mucho tiempo,
tanto ya que, se prolonga,
a lo largo de mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/14
tanto ya que no recuerdo,
fue en verano y en septiembre
con olores marineros.
El salitre de los mares
penetraba por el puerto,
y llegaba hasta mi casa
a mi cuna y a mi lecho.
Y allí estaba el bien nacido
con sus ojos soñolientos
despertando del letargo
de aquel vientre tan materno.
Y como esto no lo vi
es por eso que lo invento,
y lo dejo en mis poemas
y en las letras de sus versos.
Desnudito yo nací
entre rosas y entre besos,
y aunque sea mal decirlo
tomé leche de aquel pecho.
Era el seno de mi madre,
que me daba el alimento,
ese fruto y gran tesoro
de unos labios muy resecos.
Como estaba tan cansado
me durmieron los luceros,
y cantaron una nana
que me hablaba de los cielos.
Era entonces mi inocencia,
fruta dulce y sin deseos,
sin envidias ni ambiciones
de tesoros encubiertos.
"...Hace años que nací
y ha pasado mucho tiempo,
tanto ya que, se prolonga,
a lo largo de mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/14
YO QUISIERA CAMBIAR EL UNIVERSO...
Yo quisiera cambiar el universo
por un campo sembrado de sonrisas,
que tuvieran la gracia y el embrujo
de ofrecernos leyendas infinitas.
Una de ellas sería de sirenas
cabalgando en las olas, por la orilla,
de una playa de dunas y arenales
a las puertas del mar y las marismas.
Otra más contaría los suspiros,
el dolor de las almas malheridas,
describiendo con pelos y señales
a los locos que escriben poesías.
Y yo aquí cernedor, con estos versos,
solo intento romper tanta rutina,
arrancar la sonrisa de las almas
y coser las cenefas de la vida.
Yo quisiera cambiar el universo
y segar tanta mata y tanta ortiga,
para ver más allá de las estrellas
la materia que nace y se origina.
Pero vuelvo al cuaderno y al relato,
a la tierna leyenda que palpita,
la que nace en la mente de los cuerdos
y sus dedos escriben cada día.
Y es allí, donde veo el resultado,
en el bello crisol que, con su tinta,
nos ofrece el más bello pentagrama
que ha trazado la mano del artista.
Pero quiero saciar tantos silencios
y cerrar cicatrices con la brisa,
la que dejan los besos del nordeste
y este mar que me abraza y acaricia.
"...Yo quisiera cambiar el universo
y ofrecerte mil rosas, vida mía,
y soñar, como sueñan los poetas,
con un mundo de amor y sin espinas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
por un campo sembrado de sonrisas,
que tuvieran la gracia y el embrujo
de ofrecernos leyendas infinitas.
Una de ellas sería de sirenas
cabalgando en las olas, por la orilla,
de una playa de dunas y arenales
a las puertas del mar y las marismas.
Otra más contaría los suspiros,
el dolor de las almas malheridas,
describiendo con pelos y señales
a los locos que escriben poesías.
Y yo aquí cernedor, con estos versos,
solo intento romper tanta rutina,
arrancar la sonrisa de las almas
y coser las cenefas de la vida.
Yo quisiera cambiar el universo
y segar tanta mata y tanta ortiga,
para ver más allá de las estrellas
la materia que nace y se origina.
Pero vuelvo al cuaderno y al relato,
a la tierna leyenda que palpita,
la que nace en la mente de los cuerdos
y sus dedos escriben cada día.
Y es allí, donde veo el resultado,
en el bello crisol que, con su tinta,
nos ofrece el más bello pentagrama
que ha trazado la mano del artista.
Pero quiero saciar tantos silencios
y cerrar cicatrices con la brisa,
la que dejan los besos del nordeste
y este mar que me abraza y acaricia.
"...Yo quisiera cambiar el universo
y ofrecerte mil rosas, vida mía,
y soñar, como sueñan los poetas,
con un mundo de amor y sin espinas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
ESPERABA...
Esperaba tu presunta
pregunta
y la misma no llegaba,
negaba,
el encanto de la vida
vivida.
Corre sangre por tu herida,
late presto el corazón,
y se pierde la razón
por la vida no vivida.
Fuimos dos gotas de vino
divino,
dos fraternales amantes
constantes,
dos corazones latiendo,
sintiendo
Por eso te estoy queriendo
y evoco esta devoción,
que sumada a la pasión
te digan que estoy sintiendo.
Porque el placer de adorarte,
amarte,
no es un afán ni un revés,
ya ves,
es infinita ternura,
cordura.
Es abordar la locura
con infinito placer,
es revivir el ayer
y rescatar la cordura.
Porque calmar al sediento,
con viento,
no es solución ni mantilla,
sencilla,
ya que precisa la fuente
corriente.
Para el amor tan ardiente
es necesario el valor
y hasta sufrir con dolor
por el amor más corriente.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/14
pregunta
y la misma no llegaba,
negaba,
el encanto de la vida
vivida.
Corre sangre por tu herida,
late presto el corazón,
y se pierde la razón
por la vida no vivida.
Fuimos dos gotas de vino
divino,
dos fraternales amantes
constantes,
dos corazones latiendo,
sintiendo
Por eso te estoy queriendo
y evoco esta devoción,
que sumada a la pasión
te digan que estoy sintiendo.
Porque el placer de adorarte,
amarte,
no es un afán ni un revés,
ya ves,
es infinita ternura,
cordura.
Es abordar la locura
con infinito placer,
es revivir el ayer
y rescatar la cordura.
Porque calmar al sediento,
con viento,
no es solución ni mantilla,
sencilla,
ya que precisa la fuente
corriente.
Para el amor tan ardiente
es necesario el valor
y hasta sufrir con dolor
por el amor más corriente.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/14
ANOCHE ME SENTÍ MAL...
Anoche me sentí mal al notar
que no andabas bien anímicamente
y no me valió de nada el que lo maquillaras
con esos retales, tan tuyos,
cubiertos de ironía.
Pero es que anoche ni siquiera te salieron,
y lo único que me llegaron fueron pequeños
pétalos marchitos de tus labios.
Me hubiera gustado tenerte cerca,
estar a tu lado en ese instante
para tomarte las manos y mirarte a los ojos,
para acercarte en un abrazo y,
"sin palabras" intentar sacar esa sonrisa congelada
que tienes celosamente guardada
y que no es capaz de romper los moldes
y barreras de un "sinsentido"
a lo que aboca una "sinrazón",
desde hace tiempo.
Quizás porque te conozco un poco
te digo esto, y no para reprocharte nada,
sino para que enjuagues de una vez esas lágrimas
y no las guardes,
para que digas lo que tengas que decir,
para que grites donde debas hacerlo,
para que te enfrentes a tus miedos
y venzas en esa dura y cruel batalla
que vienes librando desde hace años
contra ti misma y todo lo que te rodea.
Anoche pensé en lo absurdo de la vida
y en que tú, una vez,
fuiste el motivo y el corazón
que me hizo despertar y revivir,
para darme cuenta de que la vida,
"mi propia vida", sí tenía sentido
a pesar de mi ceguera,
a pesar del sufrimiento
y de no ver más allá de mis narices.
Es posible que no consiga nunca el mundo ideal
ni el paraíso Orwelliano
y soy consciente de que ese mundo utópico,
en el que creo, no lo tocaré nunca con mis dedos,
pero tú hiciste posible el milagro
de que la sonrisa volviera a mi alma
y que tuviera fe en la vida, en ti y en mí.
Sabes perfectamente donde estoy, quien soy
y lo que pienso y siento,
como también sabes, y sabemos, nuestras limitaciones
humanas y espirituales.
Por eso precisamente te escribo así,
para darte un abrazo especial y exclusivo,
para insistir en que debes luchar
y no desanimarte,
incluso para decirte que no hagas ni puñetero caso
a estas letras de alguien que te escribe
y te quiere,
mientras se enjuaga una lágrima.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
HAY UNA BARCA CON REMOS...
Hay una barca con remos
y un patrón sin tripulantes,
en el puerto está la barca
sin marinos y sin nadie.
Es por eso que, el patrón,
mira en tascas, por si salen,
marineros voluntarios
a los remos de este viaje.
Es un viaje, como tantos,
a la pesca y por los mares,
tras la fiesta y la resaca
con la traca en los marjales.
Corrió el vino y la bebida
entre risas y saudades,
recordando viejos tiempos
de inocencia sin maldades.
Las marismas se desnudan
en completas bajamares,
y ya asoman los vestidos
de vistosos arenales.
Hay un algo de tristeza
en el alba que renace,
y que anima a los marinos
y les dice "que adelante".
Que no teman a los remos
ni al bogar entre cantares,
con la música de fondo
de toletes especiales.
Porque un premio, entre las aguas,
les aguarda con su sangre,
el perfecto escalofrío
del salitre de sus padres.
"...Hay una barca sin remos
y un patrón que es un gigante,
la primera está tranquila
y el segundo es un carácter..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/14
y un patrón sin tripulantes,
en el puerto está la barca
sin marinos y sin nadie.
Es por eso que, el patrón,
mira en tascas, por si salen,
marineros voluntarios
a los remos de este viaje.
Es un viaje, como tantos,
a la pesca y por los mares,
tras la fiesta y la resaca
con la traca en los marjales.
Corrió el vino y la bebida
entre risas y saudades,
recordando viejos tiempos
de inocencia sin maldades.
Las marismas se desnudan
en completas bajamares,
y ya asoman los vestidos
de vistosos arenales.
Hay un algo de tristeza
en el alba que renace,
y que anima a los marinos
y les dice "que adelante".
Que no teman a los remos
ni al bogar entre cantares,
con la música de fondo
de toletes especiales.
Porque un premio, entre las aguas,
les aguarda con su sangre,
el perfecto escalofrío
del salitre de sus padres.
"...Hay una barca sin remos
y un patrón que es un gigante,
la primera está tranquila
y el segundo es un carácter..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/14
VESTIRÉ COMO ANTAÑO...
Vestiré como antaño
con mi seda y franela,
y en los días de invierno
llevaré pana vieja.
Pero luego, más tarde,
llegará primavera,
con los cielos azules
y las nubes traviesas.
Y en las noches de mayo
buscaré las estrellas,
con mi mano y tus dedos
juguetones y alertas.
Buscaré para ti
los brillantes cometas,
cuya luz nos deslumbra,
nos subyuga y nos ciega.
Vestiré para ti,
gitanita traviesa,
con tus ojos de miel
y tu cara tan tierna.
Porque quiero decirte
y leerte el poema,
que salió de mi alma
juvenil y sincera.
Y en sus versos de plata
te dirá lo que piensa,
el poeta que escribe
del amor que lo ciega.
Porque son mil suspiros,
los que allí se reflejan,
entre versos sagrados
que te abrazan y besan.
Vestiré en el verano
con mi traje de fiesta,
y zapatos brillantes
con betún y bayeta.
Y estaré muy cerquita
esperando me veas,
y te animes al baile
y quizás la verbena.
Si te animas entonces,
te diré la promesa
que me hiciste aquel día
de bailar unas piezas.
Y seguro que, entonces,
bailaremos sin cuenta,
sin pensar en la vida
y en sus dudas eternas.
"...Vestiré como antaño,
no lo dudes, princesa,
para ti con cariño
gitanita tan bella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/14
con mi seda y franela,
y en los días de invierno
llevaré pana vieja.
Pero luego, más tarde,
llegará primavera,
con los cielos azules
y las nubes traviesas.
Y en las noches de mayo
buscaré las estrellas,
con mi mano y tus dedos
juguetones y alertas.
Buscaré para ti
los brillantes cometas,
cuya luz nos deslumbra,
nos subyuga y nos ciega.
Vestiré para ti,
gitanita traviesa,
con tus ojos de miel
y tu cara tan tierna.
Porque quiero decirte
y leerte el poema,
que salió de mi alma
juvenil y sincera.
Y en sus versos de plata
te dirá lo que piensa,
el poeta que escribe
del amor que lo ciega.
Porque son mil suspiros,
los que allí se reflejan,
entre versos sagrados
que te abrazan y besan.
Vestiré en el verano
con mi traje de fiesta,
y zapatos brillantes
con betún y bayeta.
Y estaré muy cerquita
esperando me veas,
y te animes al baile
y quizás la verbena.
Si te animas entonces,
te diré la promesa
que me hiciste aquel día
de bailar unas piezas.
Y seguro que, entonces,
bailaremos sin cuenta,
sin pensar en la vida
y en sus dudas eternas.
"...Vestiré como antaño,
no lo dudes, princesa,
para ti con cariño
gitanita tan bella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/14
SERÍA BONITO...
Sería bonito ser una hoja,
una mariposa, un papel,
un beso que el viento lleva
y recorrer los caminos
y pasear por el mundo.
Sería bonito ser aire
con espíritu invisible,
y ver pasar a las gentes
y besarse y abrazarse,
poder sentir los suspiros
de sus labios temblorosos,
los susurros impacientes,
las palabras pronunciadas
con el miedo a las respuestas.
Sería bonito ser esa rosa
en que los ojos se fijan,
donde las manos de seda
buscan su tacto febriles
para sentir los latidos
que se esconden tras sus hojas.
Sería bonito amar y soñar
y hasta robar las sonrisas
de las caras inocentes
de esos niños que se esconden
y que juegan en el patio,
porque son la primavera
de una vida renovada,
la colonia y el aroma
de un perfume sugerente
que emborracha y da nostalgia.
Sería bonito ver y crear
a la figura soñada,
con sus cabellos al viento,
mientras la brisa marina
hace temblar sus pestañas,
porque la abraza y la besa,
luego la quita la ropa
para rozar a su cuerpo
y en ese estado tan puro
saborear sus secretos.
Sería bonito ser el Amor
para robarle su alma
y hasta decirle "te quiero",
y tras mirar en sus ojos,
poder cerrarlos sin prisa,
para dormirse a su lado
y compartir sus silencios.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/14
HOY HE VUELTO A PISAR EL CAMINO...
Hoy he vuelto a pisar el camino
tan sagrado que tú me enseñaste
y sentí revivir el pasado
con momentos dorados y tardes.
¡Cuántos besos de nácar nos dimos
que alteraron la paz de la sangre
y hasta hicieron unir a dos manos
en un lazo sutil y muy grande!
Yo seguía tu linda figura
y escuchaba tu voz, como un ángel,
extasiado en la bella campiña
y en el bosque vestido de encaje.
Son recuerdos que hoy he vivido,
meditando en aquellos instantes,
porque quiero que vuelvan de nuevo
ya que ansío en el bosque besarte.
Yo deseo llevarte a ese sitio,
compartir los minutos fugaces,
escuchar a las aves que cantan
y hasta el río que baja a los valles.
Hoy estaban ausentes las flores
en la gran variedad que allí nace,
y pensé que esperaban tu vuelta
y tu paso sutil y adorable.
Pero solo rompía el silencio
el rumor de la brisa y el aire,
que rozaban con mano de seda
a las hayas y robles sin nadie.
¡Cuánta magia se esconde en sus ramas,
con leyendas de acaso verdades!
¡cuántos lindos suspiros se emiten
admirando preciosas imágenes!
"...Hoy he vuelto a pisar el camino
tan hermoso que tú me donaste,
y al volver a ese sitio sagrado
quise darte mil besos reales..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/14
tan sagrado que tú me enseñaste
y sentí revivir el pasado
con momentos dorados y tardes.
¡Cuántos besos de nácar nos dimos
que alteraron la paz de la sangre
y hasta hicieron unir a dos manos
en un lazo sutil y muy grande!
Yo seguía tu linda figura
y escuchaba tu voz, como un ángel,
extasiado en la bella campiña
y en el bosque vestido de encaje.
Son recuerdos que hoy he vivido,
meditando en aquellos instantes,
porque quiero que vuelvan de nuevo
ya que ansío en el bosque besarte.
Yo deseo llevarte a ese sitio,
compartir los minutos fugaces,
escuchar a las aves que cantan
y hasta el río que baja a los valles.
Hoy estaban ausentes las flores
en la gran variedad que allí nace,
y pensé que esperaban tu vuelta
y tu paso sutil y adorable.
Pero solo rompía el silencio
el rumor de la brisa y el aire,
que rozaban con mano de seda
a las hayas y robles sin nadie.
¡Cuánta magia se esconde en sus ramas,
con leyendas de acaso verdades!
¡cuántos lindos suspiros se emiten
admirando preciosas imágenes!
"...Hoy he vuelto a pisar el camino
tan hermoso que tú me donaste,
y al volver a ese sitio sagrado
quise darte mil besos reales..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/14
AQUÍ ESTOY...
Aquí estoy, despierto,
esperándote en la noche,
en este lecho gris y solitario,
con la ventana abierta
y escuchando la lluvia que baña
de humedad, y con sus aguas, las aceras.
Y lo hago mientras pienso
en tu escote singular que me enseñabas,
en las piernas bien formadas
que mis ojos perseguían, dulcemente,
tantas veces,
y en el cuerpo desnudado que he tenido
entre mis brazos, suspirando...
Y quizás por eso mismo,
me desnudo en el silencio de la noche,
para esperarte sin palabras y vestidos
y hacer más corta esta soledad
que me abraza sin remedio,
porque quiero que me veas como soy,
sin disfraz y sin careta,
sin la ropa que deforme la figura
que en tu alma te has formado
y escuchando esa música sin nombre
de la lluvia en su caída hacia la calle...
Yo ya sé que llegarás hasta mi lado
y asombrada quedarás, mirándome,
y hasta puede que te hagas mil preguntas;
y pensarás si no estoy loco
y buscando el equilibro,
en esa lucha desigual contra el deseo
y la pasión mal contenidas.
Y es por eso que me quedo, en este cuarto,
y te espero despierto sobre el lecho
y más tarde me despojo de mis ropas,
porque pienso que mientras tú estés aquí,
yo estaré siempre contigo,
aunque no me veas,
aunque no me escuches,
aunque no me sientas.
Y estaré solo para ti,
como tú estarás para mí,
en este mundo de inocencia,
donde la embriaguez de los sentidos
nos conducirá hacia lo eterno,
en la simple desnudez de nuestros cuerpos,
en la dulce claridad que nos deslumbre
sin pedirlo,
y en los labios temblorosos
que pronuncien nuestro nombre.
"...Aquí estoy, despierto y para ti..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/14
PARA QUE LUEGO NO DIGAN...
Para que luego no digan
los curiosos de mi pueblo,
yo confieso aquí el cariño
por mi Villa en estos versos.
Barquereño ya nací,
de mis padres sin remedio,
y en sus calles me crie
entre juegos y el colegio.
Aún recuerdo las marismas
en la zona del relleno,
y aquel Tenis agridulce
con talleres descubiertos.
En el fondo estaba el Pardo
con lagunas en el suelo
y una larga carretera
le cruzaba sin remedio.
Poco a poco las basuras
remendaron todo aquello,
convirtiéndose en solares
que llegaban al Convento.
Más arriba, la Barrera,
señorial y en esqueleto,
presentaba sus fachadas
con escudos de abolengo.
Cuatro casas pervivían
del desastre de los fuegos,
que asolaron San Vicente
hace años sin remedio.
En la plaza yo corrí
y en la fuente bebí fresco,
aquel agua de Juan Reina
que calmaba mis deseos.
Unos viejos soportales,
con sus calles y paseos,
la casona la Amparanza
con sus muros más bien negros.
Son retales que me vienen
con fragmentos de recuerdos,
cuando miro hacia el pasado
de esta Villa y de mi tiempo.
Pero sigo en mi relato
de esos años tan inciertos
y me subo hasta el Castillo
y a la Iglesia sin remedio.
Hay callejas que aún existen,
callejones del Acuerdo,
de las Huertas, de las Monjas
y también del Carbonero.
Yo no sé si tales nombres
son historias o camelos,
pero sé que las pisamos
muchas veces sin saberlo.
De la iglesia y del Castillo,
¿qué os digo y qué os cuento?,
si sabéis toda su historia,
sus leyendas y secretos.
La primera está galana
y el segundo está durmiendo;
ella cuida el altozano
la bahía y hasta el puerto.
A sus lados las Marismas
la custodian con esmero,
y tras ellas las Calzadas
se deslizan por el suelo.
El Castillo está dormido,
eso dije y es bien cierto,
porque sufre la añoranza
de otros siglos ya muy lejos.
Ahora sueña, delirando,
con sus muros muy rehechos,
y se quita las legañas
de salitres y de miedos.
Porque abajo, una capilla,
ya no existe, y esto es cierto,
que al patrón de San Vicente
recordaba con afecto.
Yo recuerdo su semblante,
sus paredes y su cuerpo,
y mirar en una esquina
al barómetro del tiempo.
A lo lejos, tras el puente,
la Barquera está al acecho,
con sus "casas tan baratas"
y sus Páramos resecos.
Porque todo está cambiado
y ese sitio más que bello,
ha perdido la frescura
de aquel verde tan longevo.
Ya no hay huertas ni manzanos,
ni pululan los viñedos,
ni se escancian chacolíes
entre risas y entre versos.
Y quedaron solitarias
las encinas con sus besos
que albergaban la Capilla
de ese sitio tan añejo.
Porque solo la Capilla
es el sitio que venero
y la Virgen la Barquera
hace guardia sin desvelo.
Y lo hace en su barquía,
sin velamen y sin remos,
con el Niño entre sus brazos
que ella saca de paseo.
Y aquí termina el romance
de mis amores ya viejos,
porque Pejín yo nací
y Barquereño me siento.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/04/14
los curiosos de mi pueblo,
yo confieso aquí el cariño
por mi Villa en estos versos.
Barquereño ya nací,
de mis padres sin remedio,
y en sus calles me crie
entre juegos y el colegio.
Aún recuerdo las marismas
en la zona del relleno,
y aquel Tenis agridulce
con talleres descubiertos.
En el fondo estaba el Pardo
con lagunas en el suelo
y una larga carretera
le cruzaba sin remedio.
Poco a poco las basuras
remendaron todo aquello,
convirtiéndose en solares
que llegaban al Convento.
Más arriba, la Barrera,
señorial y en esqueleto,
presentaba sus fachadas
con escudos de abolengo.
Cuatro casas pervivían
del desastre de los fuegos,
que asolaron San Vicente
hace años sin remedio.
En la plaza yo corrí
y en la fuente bebí fresco,
aquel agua de Juan Reina
que calmaba mis deseos.
Unos viejos soportales,
con sus calles y paseos,
la casona la Amparanza
con sus muros más bien negros.
Son retales que me vienen
con fragmentos de recuerdos,
cuando miro hacia el pasado
de esta Villa y de mi tiempo.
Pero sigo en mi relato
de esos años tan inciertos
y me subo hasta el Castillo
y a la Iglesia sin remedio.
Hay callejas que aún existen,
callejones del Acuerdo,
de las Huertas, de las Monjas
y también del Carbonero.
Yo no sé si tales nombres
son historias o camelos,
pero sé que las pisamos
muchas veces sin saberlo.
De la iglesia y del Castillo,
¿qué os digo y qué os cuento?,
si sabéis toda su historia,
sus leyendas y secretos.
La primera está galana
y el segundo está durmiendo;
ella cuida el altozano
la bahía y hasta el puerto.
A sus lados las Marismas
la custodian con esmero,
y tras ellas las Calzadas
se deslizan por el suelo.
El Castillo está dormido,
eso dije y es bien cierto,
porque sufre la añoranza
de otros siglos ya muy lejos.
Ahora sueña, delirando,
con sus muros muy rehechos,
y se quita las legañas
de salitres y de miedos.
Porque abajo, una capilla,
ya no existe, y esto es cierto,
que al patrón de San Vicente
recordaba con afecto.
Yo recuerdo su semblante,
sus paredes y su cuerpo,
y mirar en una esquina
al barómetro del tiempo.
A lo lejos, tras el puente,
la Barquera está al acecho,
con sus "casas tan baratas"
y sus Páramos resecos.
Porque todo está cambiado
y ese sitio más que bello,
ha perdido la frescura
de aquel verde tan longevo.
Ya no hay huertas ni manzanos,
ni pululan los viñedos,
ni se escancian chacolíes
entre risas y entre versos.
Y quedaron solitarias
las encinas con sus besos
que albergaban la Capilla
de ese sitio tan añejo.
Porque solo la Capilla
es el sitio que venero
y la Virgen la Barquera
hace guardia sin desvelo.
Y lo hace en su barquía,
sin velamen y sin remos,
con el Niño entre sus brazos
que ella saca de paseo.
Y aquí termina el romance
de mis amores ya viejos,
porque Pejín yo nací
y Barquereño me siento.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/04/14
ME GUSTAN LAS FLORIDAS MADRESELVAS...
Me gustan las floridas madreselvas
igual que los cipreses encantados,
las unas tienen gracia y simpatía,
los otros seriedad de campo santo.
No quiero discurrir por los caminos
que emplean la metáfora y el arco,
ni quiero sensaciones agridulces
en esta primavera en que me hallo.
Por eso escribiré de las estrellas,
en versos imperfectos y rayados,
y luego subiré hasta la atalaya
a ver el horizonte tan lejano.
Abajo dejo el "páramo" que, un día,
regara el "chacolí" de tantos vasos,
en ellos los viñedos eran parte
de un tierno florecer en los veranos.
***
No puedo sustraerme a la belleza
del mar verdeazulado y de su forma,
con olas bien rizadas y elegantes
que llegan muy tranquilas a la costa.
Parece que una pluma, desde el cielo,
dibuja estos bocetos, en la sombra,
susurra tan ardiente maravilla
de labios invisibles de una boca.
Confieso mi sorpresa, ante el misterio,
del cuadro y de la imagen asombrosa,
en medio de la paz de la campiña
que puedo disfrutar en estas horas.
Recuerdo a los viajeros de otros tiempos,
poetas y escritores con sus notas,
quedando ensimismados con sus letras
que luego transformaban en palomas.
Confieso que yo estoy enamorado
y es de San Vicente esta victoria,
su puebla centenaria me estremece
dejando en La Barquera miel y rosas.
Aspiro, sin rubor, en la capilla
el fresco irreverente de sus sombras,
y rezo, como rezan los marinos,
la salve marinera y salvadora.
Le pido a La Barquera nos proteja,
nos tome en su barquía tan hermosa,
nos lleve por los mares tan celestes
a un mundo diferente y sin derrotas.
"...Me gustan las floridas madreselvas
y quiero que se queden orgullosas,
la Virgen las contempla sonriente
y yo me quedó allí, junto a las olas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/14
igual que los cipreses encantados,
las unas tienen gracia y simpatía,
los otros seriedad de campo santo.
No quiero discurrir por los caminos
que emplean la metáfora y el arco,
ni quiero sensaciones agridulces
en esta primavera en que me hallo.
Por eso escribiré de las estrellas,
en versos imperfectos y rayados,
y luego subiré hasta la atalaya
a ver el horizonte tan lejano.
Abajo dejo el "páramo" que, un día,
regara el "chacolí" de tantos vasos,
en ellos los viñedos eran parte
de un tierno florecer en los veranos.
***
No puedo sustraerme a la belleza
del mar verdeazulado y de su forma,
con olas bien rizadas y elegantes
que llegan muy tranquilas a la costa.
Parece que una pluma, desde el cielo,
dibuja estos bocetos, en la sombra,
susurra tan ardiente maravilla
de labios invisibles de una boca.
Confieso mi sorpresa, ante el misterio,
del cuadro y de la imagen asombrosa,
en medio de la paz de la campiña
que puedo disfrutar en estas horas.
Recuerdo a los viajeros de otros tiempos,
poetas y escritores con sus notas,
quedando ensimismados con sus letras
que luego transformaban en palomas.
Confieso que yo estoy enamorado
y es de San Vicente esta victoria,
su puebla centenaria me estremece
dejando en La Barquera miel y rosas.
Aspiro, sin rubor, en la capilla
el fresco irreverente de sus sombras,
y rezo, como rezan los marinos,
la salve marinera y salvadora.
Le pido a La Barquera nos proteja,
nos tome en su barquía tan hermosa,
nos lleve por los mares tan celestes
a un mundo diferente y sin derrotas.
"...Me gustan las floridas madreselvas
y quiero que se queden orgullosas,
la Virgen las contempla sonriente
y yo me quedó allí, junto a las olas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/14
LA CASA VACÍA...
La casa vacía,
los perros ladrando,
y tú, por la acera,
buscando mi mano.
Buscabas la vida,
quizás un ocaso,
un beso furtivo
pedían tus labios.
Y allí, de repente,
te tuve en mis brazos,
tan tierna, tan linda
y casi llorando.
Sentías nostalgia
de mares y barcos,
de playas sin nombre
con piedras y cantos.
Tenías morriña
de bosques y prados,
de trenes sin rumbo
marchando lejanos.
Muy cerca, la sombra,
tranquila de un árbol,
atenta extendía
su alfombra en el acto.
Y allí nos unimos,
y allí nos besamos,
sellando en un beso
los sueños dorados.
La paz de las almas,
los guiños tan claros,
la voz de los ángeles
vestidos de blanco.
Dejaban sonrisas
los labios temblando,
y en ellos nacían
dos rosas de mayo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/14
los perros ladrando,
y tú, por la acera,
buscando mi mano.
Buscabas la vida,
quizás un ocaso,
un beso furtivo
pedían tus labios.
Y allí, de repente,
te tuve en mis brazos,
tan tierna, tan linda
y casi llorando.
Sentías nostalgia
de mares y barcos,
de playas sin nombre
con piedras y cantos.
Tenías morriña
de bosques y prados,
de trenes sin rumbo
marchando lejanos.
Muy cerca, la sombra,
tranquila de un árbol,
atenta extendía
su alfombra en el acto.
Y allí nos unimos,
y allí nos besamos,
sellando en un beso
los sueños dorados.
La paz de las almas,
los guiños tan claros,
la voz de los ángeles
vestidos de blanco.
Dejaban sonrisas
los labios temblando,
y en ellos nacían
dos rosas de mayo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/14
AZULES SON LOS CANDADOS...
Azules son los candados,
y los miran con asombro
porque inundan de dulzura,
las pupilas y los ojos.
Azules son las praderas
de los mares en sus tonos
con el sol brillando fuerte
a las aguas con sus cromos.
Azules son los salitres
que se mezclan con el yodo,
y el aroma sugerente
que es el néctar de los locos.
Azules son los mensajes
y las flores del gladiolo,
que transforman los poetas
desde el barro y con el lodo.
Azules son los marjales
en las tardes del otoño,
cuando llegan las traineras
a vararse entre sus troncos.
Azules son las pupilas
de los ojos que yo adoro,
con el labio estremecido
al que beso tembloroso.
Azules son esos dedos
bien manchados, como todos,
que enarbolan la batuta
de una orquesta con arrojo.
Azules son los latidos
que se escapan de tu bolso,
desde el seno soñoliento
y tan fresco del arroyo.
"...Azules los sentimientos,
bien guardados, como el oro,
que tú llevas en el alma
y yo voy y te los robo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/14
y los miran con asombro
porque inundan de dulzura,
las pupilas y los ojos.
Azules son las praderas
de los mares en sus tonos
con el sol brillando fuerte
a las aguas con sus cromos.
Azules son los salitres
que se mezclan con el yodo,
y el aroma sugerente
que es el néctar de los locos.
Azules son los mensajes
y las flores del gladiolo,
que transforman los poetas
desde el barro y con el lodo.
Azules son los marjales
en las tardes del otoño,
cuando llegan las traineras
a vararse entre sus troncos.
Azules son las pupilas
de los ojos que yo adoro,
con el labio estremecido
al que beso tembloroso.
Azules son esos dedos
bien manchados, como todos,
que enarbolan la batuta
de una orquesta con arrojo.
Azules son los latidos
que se escapan de tu bolso,
desde el seno soñoliento
y tan fresco del arroyo.
"...Azules los sentimientos,
bien guardados, como el oro,
que tú llevas en el alma
y yo voy y te los robo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/14
SE HAN QUEDADO LAS FRASES EN PALABRAS...
Se han quedado las frases en palabras
y en el fondo del lago las promesas,
parecían cohetes de colores
que en la noche surgían de una fiesta.
Sin embargo, el rumor de las palabras,
mitigaba el candor de las estrellas,
con el duro cincel, que a martillazos,
modelaba la historia y los cometas.
Las cigarras, testigos presenciales,
silenciosas miraban esta escena,
y escuchaban la voz y las palabras
que dejaban sus ecos en la arena.
¡Cuánta nota venía de las aguas,
cuánta playa y palabras soñolientas!;
y al final, se perdían a lo lejos
las pisadas del hombre con sus huellas.
Pero surge la duda razonable
al cubrir las palabras una niebla,
un silencio de brumas tenebrosas
que no rompe la luz de la linterna.
Y allí va, el peregrino de la vida,
el actor de este drama y el poeta,
persiguiendo preguntas y palabras
que carecen de juncos y riberas.
Porque el lago está ausente de palabras
y también de esperanzas y poemas,
aunque sirvan de espejos a los cielos
unas aguas tranquilas y serenas.
Hay palabras que llegan con el aire
y estremece el legado que nos dejan,
y palabras que vibran todavía
y que ofrecen amor en esa entrega.
"...Se han quedado las frases en palabras
y en el fondo del alma las esencias,
porque tienen la fuerza irresistible
del amor que las une y encadena..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/14
y en el fondo del lago las promesas,
parecían cohetes de colores
que en la noche surgían de una fiesta.
Sin embargo, el rumor de las palabras,
mitigaba el candor de las estrellas,
con el duro cincel, que a martillazos,
modelaba la historia y los cometas.
Las cigarras, testigos presenciales,
silenciosas miraban esta escena,
y escuchaban la voz y las palabras
que dejaban sus ecos en la arena.
¡Cuánta nota venía de las aguas,
cuánta playa y palabras soñolientas!;
y al final, se perdían a lo lejos
las pisadas del hombre con sus huellas.
Pero surge la duda razonable
al cubrir las palabras una niebla,
un silencio de brumas tenebrosas
que no rompe la luz de la linterna.
Y allí va, el peregrino de la vida,
el actor de este drama y el poeta,
persiguiendo preguntas y palabras
que carecen de juncos y riberas.
Porque el lago está ausente de palabras
y también de esperanzas y poemas,
aunque sirvan de espejos a los cielos
unas aguas tranquilas y serenas.
Hay palabras que llegan con el aire
y estremece el legado que nos dejan,
y palabras que vibran todavía
y que ofrecen amor en esa entrega.
"...Se han quedado las frases en palabras
y en el fondo del alma las esencias,
porque tienen la fuerza irresistible
del amor que las une y encadena..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/14
NO ME DIGAS ADIÓS...
No me digas adiós, dime hasta siempre
y serás la princesa afortunada,
que en la noche miraba las estrellas
y a la luna colgando en su ventana.
Porque quiero llevar en mi costado
a tu nombre, con letras cinceladas,
y que sea el aroma de tu cuerpo
el que venga y me dicte tus palabras.
Y así es y lo será, si tú bien quieres,
aunque vengan galernas de las malas,
y se lleven arenas y las dunas
levantando las piedras de las almas.
Es posible que pronto las mareas,
en un lento proceso, y las resacas,
restituyan los sueños y el sosiego
a estos lindos rincones de las playas.
Pero tú, caprichosa y consentida,
margarita con hojas de nostalgia,
tal vez quieras buscar otros cipreses
y hasta ocultos senderos y cañadas.
Si es así, no te paro y te detengo,
y prefiero que sigas con tu marcha,
porque debes saber que, tu destino,
eres tú quien decide y quien lo marca.
A lo lejos se elevan las gaviotas
y un suspiro se queda en la garganta;
puede ser una lágrima furtiva
y una gota del agua tan salada.
Puede ser que me olvides y no vuelvas
y sabré comprenderte si eso pasa,
pero debes saber que yo te espero
con un rayo de luz y de esperanza.
"...No me digas adiós, dime hasta siempre,
y estaré con mis sueños en la nada,
en el mundo feliz, donde los niños,
cada día musitan sus plegarias..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/14
y serás la princesa afortunada,
que en la noche miraba las estrellas
y a la luna colgando en su ventana.
Porque quiero llevar en mi costado
a tu nombre, con letras cinceladas,
y que sea el aroma de tu cuerpo
el que venga y me dicte tus palabras.
Y así es y lo será, si tú bien quieres,
aunque vengan galernas de las malas,
y se lleven arenas y las dunas
levantando las piedras de las almas.
Es posible que pronto las mareas,
en un lento proceso, y las resacas,
restituyan los sueños y el sosiego
a estos lindos rincones de las playas.
Pero tú, caprichosa y consentida,
margarita con hojas de nostalgia,
tal vez quieras buscar otros cipreses
y hasta ocultos senderos y cañadas.
Si es así, no te paro y te detengo,
y prefiero que sigas con tu marcha,
porque debes saber que, tu destino,
eres tú quien decide y quien lo marca.
A lo lejos se elevan las gaviotas
y un suspiro se queda en la garganta;
puede ser una lágrima furtiva
y una gota del agua tan salada.
Puede ser que me olvides y no vuelvas
y sabré comprenderte si eso pasa,
pero debes saber que yo te espero
con un rayo de luz y de esperanza.
"...No me digas adiós, dime hasta siempre,
y estaré con mis sueños en la nada,
en el mundo feliz, donde los niños,
cada día musitan sus plegarias..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/14
HOY HE VISTO A MI AMIGO...
Hoy he visto a mi amigo, que silente,
dormitaba quizás, bajo aquel árbol,
esperando llegara una promesa
y un suspiro del cielo renovado.
Pero solo escuchaba los chasquidos
de unas ramas sonando en el verano,
y los robles miraban con tristeza
esa escena tan digna de algún cuadro.
Yo entendía su estado tan nervioso
y el sopor sugerente de sus párpados,
porque todo al amigo se perdona
y disculpan errores y los fallos.
Sin embargo quería que vibrara
aquel pecho del hombre enamorado,
que surgiera, de nuevo, la alegría
y miraran sus ojos a los campos.
Hoy he visto a mi amigo, que soñaba,
y pensé que debía despertarlo,
sacudir a su alma adormecida
y limpiar sus heridas con mis manos.
Porque el hombre dormía, sin saberlo,
en el fondo profundo de un barranco,
mientras dentro, gemía en sus entrañas,
aquel niño y amigo de otros años.
Yo quería que el hombre despertara,
que viviera a la vida sin reparo,
que se uniera a ese niño tan hermoso
que a los cielos mandaba tanto llanto.
No sé bien el final de aquella escena,
(una bruma me impide relatarlo),
más de pronto cesaron los lamentos
y hasta el hombre volvió de su letargo.
"...Hoy he visto a mi amigo, que dormía,
con el niño invisible, entre sus brazos,
y una dulce sonrisa le embargaba
y llenaba los pliegues de sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/14
dormitaba quizás, bajo aquel árbol,
esperando llegara una promesa
y un suspiro del cielo renovado.
Pero solo escuchaba los chasquidos
de unas ramas sonando en el verano,
y los robles miraban con tristeza
esa escena tan digna de algún cuadro.
Yo entendía su estado tan nervioso
y el sopor sugerente de sus párpados,
porque todo al amigo se perdona
y disculpan errores y los fallos.
Sin embargo quería que vibrara
aquel pecho del hombre enamorado,
que surgiera, de nuevo, la alegría
y miraran sus ojos a los campos.
Hoy he visto a mi amigo, que soñaba,
y pensé que debía despertarlo,
sacudir a su alma adormecida
y limpiar sus heridas con mis manos.
Porque el hombre dormía, sin saberlo,
en el fondo profundo de un barranco,
mientras dentro, gemía en sus entrañas,
aquel niño y amigo de otros años.
Yo quería que el hombre despertara,
que viviera a la vida sin reparo,
que se uniera a ese niño tan hermoso
que a los cielos mandaba tanto llanto.
No sé bien el final de aquella escena,
(una bruma me impide relatarlo),
más de pronto cesaron los lamentos
y hasta el hombre volvió de su letargo.
"...Hoy he visto a mi amigo, que dormía,
con el niño invisible, entre sus brazos,
y una dulce sonrisa le embargaba
y llenaba los pliegues de sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/14
EN ESTA TIERRA QUEMADA...
En esta tierra quemada,
donde nací y he crecido
crecen las zarzas difusas
con abundantes bandidos.
A cada vuelta que doy
siento dolor y gran pena
al escuchar pareceres
de la verdad que se estrena,
No quiero ser agorero
al proclamar la receta
ante lo absurdo del mundo
que vende a Dios por su jeta.
Y con los ojos cerrados
siento dolor y hasta rabia,
siento pasión con gran frío
y se congela mi labia.
Por tanto pienso y me digo:
"que mal lo estamos pasando,
por contener la verdad
y en la amenaza callando".
Así se mata el valor
y hasta se pierde el aliento
al percibir la apatía
de los cobardes sedientos.
Así se pierde la historia
y hasta la fe tan ansiada
por culpa de la ambición
de cuatro perras de nada.
¡Qué fácil tener valor
aunque te angustien los miedos
con la razón que se nuble
por decisiones a dedo!
Porque la tierra nos pide
hoy como nunca la hazaña
de trabajar sin descanso
y no sembrar la cizaña.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/14
donde nací y he crecido
crecen las zarzas difusas
con abundantes bandidos.
A cada vuelta que doy
siento dolor y gran pena
al escuchar pareceres
de la verdad que se estrena,
No quiero ser agorero
al proclamar la receta
ante lo absurdo del mundo
que vende a Dios por su jeta.
Y con los ojos cerrados
siento dolor y hasta rabia,
siento pasión con gran frío
y se congela mi labia.
Por tanto pienso y me digo:
"que mal lo estamos pasando,
por contener la verdad
y en la amenaza callando".
Así se mata el valor
y hasta se pierde el aliento
al percibir la apatía
de los cobardes sedientos.
Así se pierde la historia
y hasta la fe tan ansiada
por culpa de la ambición
de cuatro perras de nada.
¡Qué fácil tener valor
aunque te angustien los miedos
con la razón que se nuble
por decisiones a dedo!
Porque la tierra nos pide
hoy como nunca la hazaña
de trabajar sin descanso
y no sembrar la cizaña.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/14
UNAS MANOS INVISIBLES...
Unas manos invisibles me decían
que adelante,
que siguiera mi camino,
que rompiera las cadenas del pasado
que me ataban a ese tiempo,
ya marchito y caducado,
de una antigua primavera.
Otras manos invisibles me empujaban
y animaban hacia el alba,
a una larga caminata por la vida,
sorteando mil senderos por caminos tortuosos.
Yo llevaba un equipaje muy liviano,
con la ropa y los enseres, en un bolso,
con el alma dolorida por el llanto
y las manos temblorosas
al faltarles la caricia de otras manos.
Yo también me despedía de un pasado,
con los globos de colores que colgaban
a mi espalda, en un acto de repulsa
hacia un tiempo que moría,
y también con la esperanza renovada
de llegar hasta un destino
donde viera mariposas en los campos,
y también donde otros niños se miraran
a los ojos
y jugaran en los parques.
Porque todo renacía con la "luz difuminada"
de mis ojos,
que vagaban por la vida tras la luz
que se iniciaba con el alba,
en un rumbo paralelo, al de la vía
de los trenes
y a los postes del telégrafo
que corrían junto a ella.
Yo quería que esa luz no se escapara
y se marchara,
y quería su calor y la alegría luminosa
que dejaban,
y quería los colores, que se funden,
y se pierden más allá del horizonte.
Porque esa luz, tan especial y diferente,
es la que quiero para ti,
(vida querida)
para entregártela en mis labios,
y que a través de ellos te emborraches
y te embriagues
y te quedes soñolienta
entre sus brazos.
Y es que, la luz, es el preludio
de los sueños
y también de la locura que me embarga,
y quisiera que la misma nos cubriera
con su manto,
nos dejara el dulce aroma de los besos,
y también ese temblor, irreverente,
con que envuelve los sentidos
cuando llega hasta su ocaso
la preciosa poesía.
"...Unas manos invisibles me decían
que adelante,
que la vida continúa y no se para,
que si acaso los cometas vagan solos
en la noche,
y saludan a su paso a las estrellas,
porque son como esas lágrimas rebeldes
que nacieron de la vida y de los hombres,
que surgieron de sus versos
y buscaban las respuestas y la luz
que no existía,
y que al fin, allí quedaron,
en un verso inmaculado,
esperando que una mano los recoja
y los dé vida,
con un beso de sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/14
RECUERDO AQUELLA TARDE...
Recuerdo aquella tarde
que guardo en un pañuelo,
tus manos en mis manos,
mis dedos en tus senos,
Suspiros vacilantes
saliendo de tu pecho,
susurros de mi boca
diciendo "que te quiero".
Y todo en un abrazo
muy cerca de los cielos,
mimados por la brisa
paciente de los vientos.
Muy cerca, las montañas,
miraban todo aquello,
un tanto sorprendidas
saciando sus deseos.
Y mientras, nuestras manos,
seguían en silencio,
las rutas misteriosas
y sendas de los cuerpos.
Brillaban las pupilas
mostrando con recelo,
las lágrimas furtivas
producto de los besos.
Los labios se buscaban
temblando y ya resecos,
y un néctar se pedían
acaso sin saberlo.
Querían la ternura
la paz y el embeleso,
querían simplemente
amarse en ese verso.
Un verso de ternura
surgido de dos sueños,
que amaban y querían
un mundo más bien nuevo.
Un mundo diferente,
un mundo sin recelos,
la tierra de los niños,
los hombres y los juegos.
En ella entraban todos
seglares y maestros,
ancianos y ciclistas
con madres al acecho.
...Entonces nuestras manos
volvían del recreo,
tomaban la cuartilla,
la pluma y el tintero.
Y allí dejaban letras,
sembrando en el cuaderno,
la tierna fantasía
del mundo de los cuerdos.
"...Recuerdo aquella tarde
con cielo tan sereno,
tus labios soñadores
mis besos recibieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/14
que guardo en un pañuelo,
tus manos en mis manos,
mis dedos en tus senos,
Suspiros vacilantes
saliendo de tu pecho,
susurros de mi boca
diciendo "que te quiero".
Y todo en un abrazo
muy cerca de los cielos,
mimados por la brisa
paciente de los vientos.
Muy cerca, las montañas,
miraban todo aquello,
un tanto sorprendidas
saciando sus deseos.
Y mientras, nuestras manos,
seguían en silencio,
las rutas misteriosas
y sendas de los cuerpos.
Brillaban las pupilas
mostrando con recelo,
las lágrimas furtivas
producto de los besos.
Los labios se buscaban
temblando y ya resecos,
y un néctar se pedían
acaso sin saberlo.
Querían la ternura
la paz y el embeleso,
querían simplemente
amarse en ese verso.
Un verso de ternura
surgido de dos sueños,
que amaban y querían
un mundo más bien nuevo.
Un mundo diferente,
un mundo sin recelos,
la tierra de los niños,
los hombres y los juegos.
En ella entraban todos
seglares y maestros,
ancianos y ciclistas
con madres al acecho.
...Entonces nuestras manos
volvían del recreo,
tomaban la cuartilla,
la pluma y el tintero.
Y allí dejaban letras,
sembrando en el cuaderno,
la tierna fantasía
del mundo de los cuerdos.
"...Recuerdo aquella tarde
con cielo tan sereno,
tus labios soñadores
mis besos recibieron..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/14
LA ESENCIA DE TU CUERPO...
La esencia de tu cuerpo es seductora,
me dije aquella tarde sin pensarlo,
estábamos los dos en el paseo
cogidos dulcemente de la mano.
Las yemas de tus dedos eran suaves,
sedosas e impacientes como el nardo,
que cerca se movía con la brisa
y el viento del nordeste tan airado.
Tus pies, que caminaban lentamente,
andaban el sendero paso a paso,
seguían a los míos en su ritmo,
sin pausas e impulsando los zapatos.
Sentía tu mirada tan ardiente
y el brillo de tus ojos sin recato,
buscando en mi pupila la respuesta,
la frase que dijera "yo te amo".
La esencia de tu cuerpo es seductora,
decía silencioso con mis labios,
los mismos que besaban a los tuyos
después de acariciarlos largo rato.
Quería que sintieras mis latidos
y luego retenerte en un abrazo,
saciarme de tus senos sugerentes
y luego descansar en aquel banco.
Un banco que se hallaba en la ribera
quizás a las parejas esperando,
un nido en que escaparse de la vida
y hacer de esos minutos un regalo.
Por eso nos amamos largamente,
así como vibraron nuestras manos,
buscando los rincones más ocultos
sin margen de elección en el espacio.
"...La esencia de tu cuerpo es seductora,
te dije en aquel acto y ya temblando,
te amo vida mía, no lo niego,
y espero que me creas sin dudarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/14
me dije aquella tarde sin pensarlo,
estábamos los dos en el paseo
cogidos dulcemente de la mano.
Las yemas de tus dedos eran suaves,
sedosas e impacientes como el nardo,
que cerca se movía con la brisa
y el viento del nordeste tan airado.
Tus pies, que caminaban lentamente,
andaban el sendero paso a paso,
seguían a los míos en su ritmo,
sin pausas e impulsando los zapatos.
Sentía tu mirada tan ardiente
y el brillo de tus ojos sin recato,
buscando en mi pupila la respuesta,
la frase que dijera "yo te amo".
La esencia de tu cuerpo es seductora,
decía silencioso con mis labios,
los mismos que besaban a los tuyos
después de acariciarlos largo rato.
Quería que sintieras mis latidos
y luego retenerte en un abrazo,
saciarme de tus senos sugerentes
y luego descansar en aquel banco.
Un banco que se hallaba en la ribera
quizás a las parejas esperando,
un nido en que escaparse de la vida
y hacer de esos minutos un regalo.
Por eso nos amamos largamente,
así como vibraron nuestras manos,
buscando los rincones más ocultos
sin margen de elección en el espacio.
"...La esencia de tu cuerpo es seductora,
te dije en aquel acto y ya temblando,
te amo vida mía, no lo niego,
y espero que me creas sin dudarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/14
UN NIÑO ME PREGUNTA...
Un niño me pregunta, entre suspiros,
el precio de una linda mariposa;
le miro y no me vienen las palabras,
y siento su mirada seductora.
Me mira con sus ojos soñadores,
azules y carentes de las sombras,
tan solo con legañas infantiles,
que esperan impacientes unas notas.
Más solo le contesta mi silencio,
la nota discordante con la forma,
al dulce escalofrío de su mano
que eleva los cometas tras las rocas.
Quisiera contestar certeramente,
decirle el fiel valor de tantas cosas,
hablarle de jardines encantados,
de lirios y violetas en la ronda.
Sus labios infantiles son hermosos
y quieren la respuesta en esta hora,
desean desprenderse de esta duda
y acaso traspasar la niebla sorda.
Si acaso le diría que la vida
es algo que se vive y no se compra,
por eso nos inundan de colores
las lindas mariposas de la aurora.
Repican las campanas en la iglesia,
resuenan las resacas con voz ronca,
se aviva la marea en un instante
y vuelan a sus nidos las gaviotas.
Es una sensación, que yo quisiera,
narrar y contestar a esta persona,
al niño que me mira fijamente,
y al dueño de este alma tan hermosa.
"...Un niño me pregunta, entre suspiros,
el precio de la estampa de las olas;
le miro y le remiro lentamente
y luego me sonrío con sus bromas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/14
el precio de una linda mariposa;
le miro y no me vienen las palabras,
y siento su mirada seductora.
Me mira con sus ojos soñadores,
azules y carentes de las sombras,
tan solo con legañas infantiles,
que esperan impacientes unas notas.
Más solo le contesta mi silencio,
la nota discordante con la forma,
al dulce escalofrío de su mano
que eleva los cometas tras las rocas.
Quisiera contestar certeramente,
decirle el fiel valor de tantas cosas,
hablarle de jardines encantados,
de lirios y violetas en la ronda.
Sus labios infantiles son hermosos
y quieren la respuesta en esta hora,
desean desprenderse de esta duda
y acaso traspasar la niebla sorda.
Si acaso le diría que la vida
es algo que se vive y no se compra,
por eso nos inundan de colores
las lindas mariposas de la aurora.
Repican las campanas en la iglesia,
resuenan las resacas con voz ronca,
se aviva la marea en un instante
y vuelan a sus nidos las gaviotas.
Es una sensación, que yo quisiera,
narrar y contestar a esta persona,
al niño que me mira fijamente,
y al dueño de este alma tan hermosa.
"...Un niño me pregunta, entre suspiros,
el precio de la estampa de las olas;
le miro y le remiro lentamente
y luego me sonrío con sus bromas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/14
ME DUELE EL CORAZÓN EN ESTA NOCHE...
Me duele el corazón, en esta noche,
y siento que me falta la esperanza,
hay una realidad que no controlo
y sufro, en mi delirio, de nostalgia.
Se puede estar herido por la guerra
librada por los campos de batalla,
más puede que la herida sea otra
causada por espinas en el alma.
No atiende la razón a los suspiros
y espera la respuesta, sin palabras,
que baje de los cielos simplemente
y cure las heridas y las llagas.
Pero esa "sinrazón", que tanto anhelo,
traspasa como un fuego las entrañas,
es una sensación muy dolorosa
que acerca las cenizas a las llamas.
Me duele el corazón, en esta noche,
tan linda y luminosa, que da rabia,
que existan sensaciones tan extremas
y roben de los ojos tantas lágrimas.
Si pienso en el pasado, está pasado,
cubierto de promesas olvidadas,
ocultos y enterrados ya los besos
cambiados los suspiros por mesanas.
Hoy marcho con mi nave por los mares,
en busca de otro puerto y otras aguas,
es fácil que no encuentre lo que quiero
y menos las caricias tan ansiadas.
Más debo continuar con mi camino
y ser el peregrino, que en la playa,
buscaba las respuestas a su vida
llevando su linterna hacia la nada.
"...Me duele el corazón, en esta noche,
y grito con el niño que se escapa,
no quiero que te marches de mi lado,
amigo inseparable de mi infancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/14
y siento que me falta la esperanza,
hay una realidad que no controlo
y sufro, en mi delirio, de nostalgia.
Se puede estar herido por la guerra
librada por los campos de batalla,
más puede que la herida sea otra
causada por espinas en el alma.
No atiende la razón a los suspiros
y espera la respuesta, sin palabras,
que baje de los cielos simplemente
y cure las heridas y las llagas.
Pero esa "sinrazón", que tanto anhelo,
traspasa como un fuego las entrañas,
es una sensación muy dolorosa
que acerca las cenizas a las llamas.
Me duele el corazón, en esta noche,
tan linda y luminosa, que da rabia,
que existan sensaciones tan extremas
y roben de los ojos tantas lágrimas.
Si pienso en el pasado, está pasado,
cubierto de promesas olvidadas,
ocultos y enterrados ya los besos
cambiados los suspiros por mesanas.
Hoy marcho con mi nave por los mares,
en busca de otro puerto y otras aguas,
es fácil que no encuentre lo que quiero
y menos las caricias tan ansiadas.
Más debo continuar con mi camino
y ser el peregrino, que en la playa,
buscaba las respuestas a su vida
llevando su linterna hacia la nada.
"...Me duele el corazón, en esta noche,
y grito con el niño que se escapa,
no quiero que te marches de mi lado,
amigo inseparable de mi infancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/14
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