REMINISCENCIAS III
III
Pero debo continuar con mi paseo
en la búsqueda febril de tu figura,
con el flujo y el reflujo de la sangre
de mi pecho que me dice "que adelante",
ya que así conseguiré aplacar
a los demonios de mi alma.
Porque el mar y la razón
están unidos, sin remedio,
por el lazo de la noche,
por el dulce escalofrío de una piel
que no ha llegado hasta mis dedos,
por el vuelo tan sutil de la gaviota
que me deja mil caricias a su paso.
"...Y aunque apenas te perciba
ya adivino tu figura soñadora
y la pliego y la despliego,
con mis manos,
en el cuadro sugerente
del cuaderno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/14
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