ME DUELE EL CORAZÓN EN ESTA NOCHE...
Me duele el corazón, en esta noche,
y siento que me falta la esperanza,
hay una realidad que no controlo
y sufro, en mi delirio, de nostalgia.
Se puede estar herido por la guerra
librada por los campos de batalla,
más puede que la herida sea otra
causada por espinas en el alma.
No atiende la razón a los suspiros
y espera la respuesta, sin palabras,
que baje de los cielos simplemente
y cure las heridas y las llagas.
Pero esa "sinrazón", que tanto anhelo,
traspasa como un fuego las entrañas,
es una sensación muy dolorosa
que acerca las cenizas a las llamas.
Me duele el corazón, en esta noche,
tan linda y luminosa, que da rabia,
que existan sensaciones tan extremas
y roben de los ojos tantas lágrimas.
Si pienso en el pasado, está pasado,
cubierto de promesas olvidadas,
ocultos y enterrados ya los besos
cambiados los suspiros por mesanas.
Hoy marcho con mi nave por los mares,
en busca de otro puerto y otras aguas,
es fácil que no encuentre lo que quiero
y menos las caricias tan ansiadas.
Más debo continuar con mi camino
y ser el peregrino, que en la playa,
buscaba las respuestas a su vida
llevando su linterna hacia la nada.
"...Me duele el corazón, en esta noche,
y grito con el niño que se escapa,
no quiero que te marches de mi lado,
amigo inseparable de mi infancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/14
y siento que me falta la esperanza,
hay una realidad que no controlo
y sufro, en mi delirio, de nostalgia.
Se puede estar herido por la guerra
librada por los campos de batalla,
más puede que la herida sea otra
causada por espinas en el alma.
No atiende la razón a los suspiros
y espera la respuesta, sin palabras,
que baje de los cielos simplemente
y cure las heridas y las llagas.
Pero esa "sinrazón", que tanto anhelo,
traspasa como un fuego las entrañas,
es una sensación muy dolorosa
que acerca las cenizas a las llamas.
Me duele el corazón, en esta noche,
tan linda y luminosa, que da rabia,
que existan sensaciones tan extremas
y roben de los ojos tantas lágrimas.
Si pienso en el pasado, está pasado,
cubierto de promesas olvidadas,
ocultos y enterrados ya los besos
cambiados los suspiros por mesanas.
Hoy marcho con mi nave por los mares,
en busca de otro puerto y otras aguas,
es fácil que no encuentre lo que quiero
y menos las caricias tan ansiadas.
Más debo continuar con mi camino
y ser el peregrino, que en la playa,
buscaba las respuestas a su vida
llevando su linterna hacia la nada.
"...Me duele el corazón, en esta noche,
y grito con el niño que se escapa,
no quiero que te marches de mi lado,
amigo inseparable de mi infancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/14
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