SE INTENTA CONQUISTAR EL INFINITO...

Se intenta conquistar el infinito
y pierdes, sin remedio, la batalla,
los niños y los sueños se alimentan
de sueños encantados hasta el alba.

Libramos una eterna rebeldía,
luchamos, sin saber, por una causa,
y pronto perseguimos los cometas
que besan a la luna encandilada.

Se encienden las eternas mariposas,
estrellas con sus luces y sus galas,
que mandan sus mensajes temblorosos
ajenas al nordeste y la distancia.

Resuenan los arpegios de las olas
que besan las arenas de la playa
y nacen esas manos infantiles
con música sublime y tan sagrada.

Entonces nuestro hombre se detiene
y vuelve su carita con nostalgia,
no sabe discernir entre las sendas
aquella que le guíe hacia la nada.

Suplica por la estrella de los cielos,
la rosa tan ardiente de la infancia,
la mano timonel, de su trainera,
la nota encantadora de aquel arpa.

Más cierra sus deditos a la brisa
y aspira la sal muera de su alma,
quizás por el silencio de la noche,
y el manto que la cubre con nostalgia.

No sabe que las rosas y la luna
se miran, se sonríen y se hablan,
quizás en una extraña algarabía
producto de misterios y la magia.

"...Se intenta conquistar el infinito
amando por amor, y sin palabras,
y queda el corazón, con los cometas,
tratando de robarles su mirada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/14

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