NO SE PRECISA MECÁNICO...
No se precisa mecánico
ni tampoco un fontanero,
para arreglar estas letras
y convertirlas en versos.
Sí, acaso sí, la paciencia,
de los poetas aquellos,
los que inundaron las plazas
con su ilusión, hace tiempo.
Aquel saber de memoria,
tantos pronombres y verbos,
tanta metáfora sabia
y el colofón de sus besos.
Porque tenían mesura
y hasta el candor de los cielos,
para llegar a su lado
y estimular a los dedos.
Y fabricaban aviones
en su taller de los sueños,
para volar por los mares
como pequeños veleros.
Y construían castillos
en recipientes y cuentos,
con las princesas azules
y su perfil quijotesco.
Y el escritor de palabras
solo dejaba silencios,
entre sus telas marinas
como incipientes bocetos.
Porque, al final, sus poemas
eran aromas e inciensos,
que desprendían sus labios
y hasta el rumor de su pecho.
"...No se precisa mecánico
ni tampoco un ingeniero,
para escribir un poema
y en él plasmar lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/06/14
ni tampoco un fontanero,
para arreglar estas letras
y convertirlas en versos.
Sí, acaso sí, la paciencia,
de los poetas aquellos,
los que inundaron las plazas
con su ilusión, hace tiempo.
Aquel saber de memoria,
tantos pronombres y verbos,
tanta metáfora sabia
y el colofón de sus besos.
Porque tenían mesura
y hasta el candor de los cielos,
para llegar a su lado
y estimular a los dedos.
Y fabricaban aviones
en su taller de los sueños,
para volar por los mares
como pequeños veleros.
Y construían castillos
en recipientes y cuentos,
con las princesas azules
y su perfil quijotesco.
Y el escritor de palabras
solo dejaba silencios,
entre sus telas marinas
como incipientes bocetos.
Porque, al final, sus poemas
eran aromas e inciensos,
que desprendían sus labios
y hasta el rumor de su pecho.
"...No se precisa mecánico
ni tampoco un ingeniero,
para escribir un poema
y en él plasmar lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/06/14
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