VENDRÁS CONMIGO, AMOR...
Vendrás conmigo, amor, en mi trainera,
con el rumor del mar y con la estrella,
por laberintos de pasión y besos
donde el candor navega a barlovento,
las aguas ya destilan su ternura,
con la atenta mirada de la luna,
y escapan las sirenas con su lira
para cantar al mar que las cobija.
Vendrás conmigo amor, en mi navío,
para sentir la paz de tus latidos,
el renacer del fuego de tus labios,
y hasta el temblor ardiente de tus brazos,
en una comunión casi perfecta
donde uniré el salitre y la galerna
a la sangre de espuma idolatrada
que me lleve a la arena de tu playa.
Vendrás conmigo amor, hasta mi muerte,
cuando el nordeste abrace los cipreses,
y la luz de ese cielo se diluya
en un ocaso tierno y sin fisuras,
donde sin prisas, yo diré tu nombre,
y bajaré la tela de tu escote,
robando de tus labios la sonrisa
para dejar la mía en tus pupilas.
Vendrás conmigo amor, no tengas miedo,
y sentirás lo mismo que yo siento,
la luz de la pasión y la galerna
guiando nuestros pasos con su estela,
a sitios y rincones ignorados,
allí donde reposen nuestras manos,
temblando de emoción y de alegría
y oyendo el palpitar de nuestras vidas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/14
con el rumor del mar y con la estrella,
por laberintos de pasión y besos
donde el candor navega a barlovento,
las aguas ya destilan su ternura,
con la atenta mirada de la luna,
y escapan las sirenas con su lira
para cantar al mar que las cobija.
Vendrás conmigo amor, en mi navío,
para sentir la paz de tus latidos,
el renacer del fuego de tus labios,
y hasta el temblor ardiente de tus brazos,
en una comunión casi perfecta
donde uniré el salitre y la galerna
a la sangre de espuma idolatrada
que me lleve a la arena de tu playa.
Vendrás conmigo amor, hasta mi muerte,
cuando el nordeste abrace los cipreses,
y la luz de ese cielo se diluya
en un ocaso tierno y sin fisuras,
donde sin prisas, yo diré tu nombre,
y bajaré la tela de tu escote,
robando de tus labios la sonrisa
para dejar la mía en tus pupilas.
Vendrás conmigo amor, no tengas miedo,
y sentirás lo mismo que yo siento,
la luz de la pasión y la galerna
guiando nuestros pasos con su estela,
a sitios y rincones ignorados,
allí donde reposen nuestras manos,
temblando de emoción y de alegría
y oyendo el palpitar de nuestras vidas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/14
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