UNA GOTA DE AGUA...
Una gota de agua
se quedó en tu sonrisa
para hacerla más franca
y a la vez más bonita.
Fue un regalo del cielo
que bajó muy deprisa,
un suspiro sin nombre
de las nubes tan lindas.
Pero tú la tomaste
con tus labios de niña,
y tus ojos divinos
para sí la querían.
Porque fue como rosa
y una suave caricia,
de un jardín encantado
con su paz y alegría.
Una gota de agua
se prendió en tu barbilla,
y lo hizo temblando
con pasión desmedida.
Fue una gota de lluvia,
una perla sencilla,
un rubí cristalino
que añoraba la vida.
Pero tú la animaste
a seguir por la orilla,
a bajar por tu pecho
y a vivir día a día.
Porque era tu rosa
suturando una herida,
de un amor y un pasado
en la infancia tardía.
"...Una gota de agua
vino a mí, con tu risa,
con tus ojos azules
y tu voz tan tranquila..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/15
se quedó en tu sonrisa
para hacerla más franca
y a la vez más bonita.
Fue un regalo del cielo
que bajó muy deprisa,
un suspiro sin nombre
de las nubes tan lindas.
Pero tú la tomaste
con tus labios de niña,
y tus ojos divinos
para sí la querían.
Porque fue como rosa
y una suave caricia,
de un jardín encantado
con su paz y alegría.
Una gota de agua
se prendió en tu barbilla,
y lo hizo temblando
con pasión desmedida.
Fue una gota de lluvia,
una perla sencilla,
un rubí cristalino
que añoraba la vida.
Pero tú la animaste
a seguir por la orilla,
a bajar por tu pecho
y a vivir día a día.
Porque era tu rosa
suturando una herida,
de un amor y un pasado
en la infancia tardía.
"...Una gota de agua
vino a mí, con tu risa,
con tus ojos azules
y tu voz tan tranquila..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/15
YA CRUJE FUERTE EL INVIERNO...
Ya cruje fuerte el inverno
y el poema ¿dónde está?,
porque sus versos se extrañan
aunque sople el vendaval.
Así pensaba y rumiaba
el poeta del lugar,
aquel joven bien despierto
y con ojos de cristal.
Sus pupilas tan inquietas
no dejaban de brillar,
era fiebre contenida
y era miel de algún panal.
Suspiraba sin descanso,
musitando sin cesar:
-Madre mía, madre mía
dame un poco de tu sal.
-Dame gracia marinera
y salitre de altamar,
aunque tengas que mentirme
y ocultarme la verdad.
-Porque el cielo nos envía
la galerna con el mal,
y debemos prepararnos
y pedir en el rezar.
-Una Salve a la barquera
por la pesca y por el pan,
y que ayude a los marinos
que no cesen de bogar.
-Boga boga, marinero,
que la barra cerca está,
y el peligro que amenaza
sopla en popa y queda atrás.
"...Ya cruje fuerte el invierno
y las nubes corren ya,
y el poema así lo escribe
aquel hombre singular.
Aquel niño tan sencillo
con un alma de cristal,
que llevaba entre sus dedos
muchos versos que forjar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/15
y el poema ¿dónde está?,
porque sus versos se extrañan
aunque sople el vendaval.
Así pensaba y rumiaba
el poeta del lugar,
aquel joven bien despierto
y con ojos de cristal.
Sus pupilas tan inquietas
no dejaban de brillar,
era fiebre contenida
y era miel de algún panal.
Suspiraba sin descanso,
musitando sin cesar:
-Madre mía, madre mía
dame un poco de tu sal.
-Dame gracia marinera
y salitre de altamar,
aunque tengas que mentirme
y ocultarme la verdad.
-Porque el cielo nos envía
la galerna con el mal,
y debemos prepararnos
y pedir en el rezar.
-Una Salve a la barquera
por la pesca y por el pan,
y que ayude a los marinos
que no cesen de bogar.
-Boga boga, marinero,
que la barra cerca está,
y el peligro que amenaza
sopla en popa y queda atrás.
"...Ya cruje fuerte el invierno
y las nubes corren ya,
y el poema así lo escribe
aquel hombre singular.
Aquel niño tan sencillo
con un alma de cristal,
que llevaba entre sus dedos
muchos versos que forjar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/15
SE PERDIERON LOS VELOS...
Se perdieron los velos
y perdí la inocencia
y salieron con prisas
las caretas al sol.
Pero fueron tus manos,
dibujando serenas,
las que hicieron milagros
sin causarme rubor.
Eran noches distintas
de una edad soñolienta,
era un circo sin carpa
y payasos sin rol.
Porque todo en la vida
tiene un poco de crema,
y una nata difusa
de agradable sabor.
Se pasaron los años
y también la conciencia,
se perdió entre las nubes
y quizás se durmió.
Pero arriba, en lo alto,
titilaban estrellas,
y una luna dormida
se asomaba al balcón.
En el muelle los hombres,
arrimaban traineras,
y sacando sus remos
entonaban canción.
Eran sones divinos,
de un bogar a la pesca,
donde el remo y tolete
chirriaban los dos.
Se durmieron las ranas
en la eterna ribera
de aquel río sin nombre
y el verano pasó.
Y de pronto un muchacho,
aprendiz de poeta,
con sus ojos tan lindos
nos dejó su candor.
Eran versos de antaño
a preciosas princesas,
a piratas ceñudos
y a tabernas con ron.
Y la luna de invierno,
como era coqueta,
al oír estos versos
sin quererlo lloró.
"...Se perdieron los miedos
y también las tristezas
porque a un niño, la luna,
sus ojitos besó..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/15
y perdí la inocencia
y salieron con prisas
las caretas al sol.
Pero fueron tus manos,
dibujando serenas,
las que hicieron milagros
sin causarme rubor.
Eran noches distintas
de una edad soñolienta,
era un circo sin carpa
y payasos sin rol.
Porque todo en la vida
tiene un poco de crema,
y una nata difusa
de agradable sabor.
Se pasaron los años
y también la conciencia,
se perdió entre las nubes
y quizás se durmió.
Pero arriba, en lo alto,
titilaban estrellas,
y una luna dormida
se asomaba al balcón.
En el muelle los hombres,
arrimaban traineras,
y sacando sus remos
entonaban canción.
Eran sones divinos,
de un bogar a la pesca,
donde el remo y tolete
chirriaban los dos.
Se durmieron las ranas
en la eterna ribera
de aquel río sin nombre
y el verano pasó.
Y de pronto un muchacho,
aprendiz de poeta,
con sus ojos tan lindos
nos dejó su candor.
Eran versos de antaño
a preciosas princesas,
a piratas ceñudos
y a tabernas con ron.
Y la luna de invierno,
como era coqueta,
al oír estos versos
sin quererlo lloró.
"...Se perdieron los miedos
y también las tristezas
porque a un niño, la luna,
sus ojitos besó..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/15
EN EL TREN DE LOS SUEÑOS...
En el tren de los sueños
yo perdí la razón,
y también la sonrisa,
hacia un mundo mejor.
En sus viejos vagones,
con hollín y carbón,
se apagaron los leños
de aquel fuego traidor.
Esa llama brillante
que el nordeste fundió,
y quedaron sus brasas
suplicando un adiós.
Una eterna plegaria
y el tic-tac de un reloj,
una iglesia vacía
sin candor ni oración.
En el tren de los sueños
yo te vi, dulce amor,
con tu cara tan linda
disfrutando del sol.
Fue una tierna mirada
y una gran sensación,
yo buscaba tus ojos
tú soñabas por dos.
En tu barca de seda
perseguías a dios,
sin velamen ni remos
y también sin timón.
Perseguías un mundo
de distinto color,
donde vida y semilla
fueran frutos de unión.
"...En el tren de los sueños
se avivó mi candor,
al mirarte y besarte
con ardiente pasión..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/15
yo perdí la razón,
y también la sonrisa,
hacia un mundo mejor.
En sus viejos vagones,
con hollín y carbón,
se apagaron los leños
de aquel fuego traidor.
Esa llama brillante
que el nordeste fundió,
y quedaron sus brasas
suplicando un adiós.
Una eterna plegaria
y el tic-tac de un reloj,
una iglesia vacía
sin candor ni oración.
En el tren de los sueños
yo te vi, dulce amor,
con tu cara tan linda
disfrutando del sol.
Fue una tierna mirada
y una gran sensación,
yo buscaba tus ojos
tú soñabas por dos.
En tu barca de seda
perseguías a dios,
sin velamen ni remos
y también sin timón.
Perseguías un mundo
de distinto color,
donde vida y semilla
fueran frutos de unión.
"...En el tren de los sueños
se avivó mi candor,
al mirarte y besarte
con ardiente pasión..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/15
ABRIRÉ LA VENTANA...
Abriré la ventana
para ver tras, de ella,
a la vida que late
con el día que empieza.
Y quizás tenga suerte
y hasta atrape una estrella,
de la noche que acaba
y del alba que reza.
Si es así, y lo consigo,
le daré mis poemas,
y mis versos humildes
con un lazo de seda.
Limpiaré los cristales
del rocío y la niebla,
empañados un tanto
sin saberlo siquiera.
Será un trapo amarillo,
una humilde bayeta,
el gentil instrumento
de esta linda tarea.
Porque quiero que brillen
esos rayos que llegan,
y el calor de los cielos
haga mella en mis venas.
Volaré por los aires
y seré cual cometa,
mariposa sin nombre
con sus alas de adelfa.
No sé cómo ni cuándo
lograré que, esta gesta,
sea más que palabras
y algo más que unas letras.
Yo sé bien de castillos
y jugar en la arena,
soy consciente, por ello,
de este vuelo y mi empresa.
Marcharé con mis sueños
a trazar un poema,
en un mundo invisible
donde todos se quieran.
Ese mundo encantado,
donde risas y penas,
se transforman de pronto
en miradas sinceras.
Soy quizás un iluso
en un mundo que medra,
donde niños y sueños
agonizan y tiemblan.
"...Abriré la ventana
para ver que, en la tierra,
hay amor y cariño
y mil versos que esperan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/15
para ver tras, de ella,
a la vida que late
con el día que empieza.
Y quizás tenga suerte
y hasta atrape una estrella,
de la noche que acaba
y del alba que reza.
Si es así, y lo consigo,
le daré mis poemas,
y mis versos humildes
con un lazo de seda.
Limpiaré los cristales
del rocío y la niebla,
empañados un tanto
sin saberlo siquiera.
Será un trapo amarillo,
una humilde bayeta,
el gentil instrumento
de esta linda tarea.
Porque quiero que brillen
esos rayos que llegan,
y el calor de los cielos
haga mella en mis venas.
Volaré por los aires
y seré cual cometa,
mariposa sin nombre
con sus alas de adelfa.
No sé cómo ni cuándo
lograré que, esta gesta,
sea más que palabras
y algo más que unas letras.
Yo sé bien de castillos
y jugar en la arena,
soy consciente, por ello,
de este vuelo y mi empresa.
Marcharé con mis sueños
a trazar un poema,
en un mundo invisible
donde todos se quieran.
Ese mundo encantado,
donde risas y penas,
se transforman de pronto
en miradas sinceras.
Soy quizás un iluso
en un mundo que medra,
donde niños y sueños
agonizan y tiemblan.
"...Abriré la ventana
para ver que, en la tierra,
hay amor y cariño
y mil versos que esperan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/15
YO QUISE ESTAR UNA TARDE...
Yo quise estar, una tarde,
a tu lado como el viento,
para besarte la cara
y acariciar a tu pelo.
Y aquella tarde que evoco
no fue, sin más, el momento,
de una pasión imprevista
que culminaron dos cuerpos.
Fue un gran preludio, sin duda,
y un recital en el tiempo,
algo incapaz de narrarse
con unas letras y versos.
Porque escribir del cariño
es detallar el reflejo,
de esos minutos robados
y esos instantes eternos.
Yo quise estar, una tarde,
a tu lado y en tu lecho,
para sentir los latidos
que me dejaba tu seno.
Quise sentir esa mano
y ese rozar de tus dedos,
cuando buscaban la nota
de aquel violín indiscreto.
Porque con gracia gitana
tú me alterabas los nervios,
mientras besabas mis labios
y me robabas mil besos.
Eras limón y naranja
con la pasión y el deseo,
en una tarde de lluvia
de un arrogante febrero.
"...Yo quise estar una tarde,
a tu lado, con mis sueños,
para ofrecerte la luna
y decirte que te quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/15
a tu lado como el viento,
para besarte la cara
y acariciar a tu pelo.
Y aquella tarde que evoco
no fue, sin más, el momento,
de una pasión imprevista
que culminaron dos cuerpos.
Fue un gran preludio, sin duda,
y un recital en el tiempo,
algo incapaz de narrarse
con unas letras y versos.
Porque escribir del cariño
es detallar el reflejo,
de esos minutos robados
y esos instantes eternos.
Yo quise estar, una tarde,
a tu lado y en tu lecho,
para sentir los latidos
que me dejaba tu seno.
Quise sentir esa mano
y ese rozar de tus dedos,
cuando buscaban la nota
de aquel violín indiscreto.
Porque con gracia gitana
tú me alterabas los nervios,
mientras besabas mis labios
y me robabas mil besos.
Eras limón y naranja
con la pasión y el deseo,
en una tarde de lluvia
de un arrogante febrero.
"...Yo quise estar una tarde,
a tu lado, con mis sueños,
para ofrecerte la luna
y decirte que te quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/15
A VECES PIENSO...
A veces pienso, y no es bueno,
en alcanzar las estrellas,
en perseguir las palomas
como si fueran promesas.
A veces me paro, un poco,
en el umbral de la puerta.
para mirar a lo lejos
a las campiñas desiertas.
A veces rezo, en la tarde,
mientras el sol ya se aleja,
para decirle que luego,
tras esta noche que vuelva.
A veces busco tu cara
que en las mañanas despierta,
y voy besando tus ojos
y tu nariz tan inquieta.
A veces pienso, y no es bueno,
cómo abordar la tarea,
cómo escribir de tus labios
y esa sonrisa traviesa.
A veces siento en el pecho,
unos latidos con fuerza
que van gritando tu nombre
y hacen sudar a mis venas.
A veces quiero seguirte
por esas viejas traviesas,
donde mi tren no te alcanza
aunque me ofrecen quimeras.
A veces hay un suspiro
que busca el labio que tiembla,
y de mis dedos se escapan
cantos de amor en sus letras.
"...A veces pienso, y no es bueno,
que hay que vivir los poemas,
y estremecerse en tus versos
que tantos besos me dejan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/15
en alcanzar las estrellas,
en perseguir las palomas
como si fueran promesas.
A veces me paro, un poco,
en el umbral de la puerta.
para mirar a lo lejos
a las campiñas desiertas.
A veces rezo, en la tarde,
mientras el sol ya se aleja,
para decirle que luego,
tras esta noche que vuelva.
A veces busco tu cara
que en las mañanas despierta,
y voy besando tus ojos
y tu nariz tan inquieta.
A veces pienso, y no es bueno,
cómo abordar la tarea,
cómo escribir de tus labios
y esa sonrisa traviesa.
A veces siento en el pecho,
unos latidos con fuerza
que van gritando tu nombre
y hacen sudar a mis venas.
A veces quiero seguirte
por esas viejas traviesas,
donde mi tren no te alcanza
aunque me ofrecen quimeras.
A veces hay un suspiro
que busca el labio que tiembla,
y de mis dedos se escapan
cantos de amor en sus letras.
"...A veces pienso, y no es bueno,
que hay que vivir los poemas,
y estremecerse en tus versos
que tantos besos me dejan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/15
PERSEGUÍA MARIPOSAS...
Perseguía mariposas en la playa
y sirenas de aguadulce en los jardines,
eran sueños sin sentido de un pasado
y un futuro juvenil en sus abriles.
Primavera muy fogosa que, en las venas,
saturaba los estudios y latines,
apagando la llamada de los libros
por los besos y el amor en sus raíces.
Eran horas de quietud y esparcimiento,
escuchando los gorriones con su timbre,
esa voz tan persistente y tan canora
que elevaba los sentidos más humildes.
Él sentía todo aquello en sus entrañas,
disfrutaba con las bromas y los chistes,
con el cielo juguetón y con sus nubes
y el abrazo de los mares tan sensible.
Perseguía mariposas con sus canas,
en un mundo del invierno y sin violines,
era un hombre con su pelo encanecido
que arrastraba los achaques de los buitres.
Esos años y el pasado no perdonan,
son eternas sensaciones y rubíes,
melodías que desgranan las estrellas,
ante el tiempo que nos hace más ruines.
Paradojas de una vida que se acaba,
sensaciones agridulces muy febriles,
el recuento de los días y el pasado
de vivencias en recreos y pupitres.
Es el tiempo que consume sus minutos,
las tremendas marejadas con sus crines,
los azotes de los vientos del oeste
y la nieve con sus copos tan sublimes.
"...Perseguía mariposas en el alma,
con los sueños caducados e infantiles,
aquel viejo luchador de mil poemas
con sus versos de cartón y sin hollines..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/15
y sirenas de aguadulce en los jardines,
eran sueños sin sentido de un pasado
y un futuro juvenil en sus abriles.
Primavera muy fogosa que, en las venas,
saturaba los estudios y latines,
apagando la llamada de los libros
por los besos y el amor en sus raíces.
Eran horas de quietud y esparcimiento,
escuchando los gorriones con su timbre,
esa voz tan persistente y tan canora
que elevaba los sentidos más humildes.
Él sentía todo aquello en sus entrañas,
disfrutaba con las bromas y los chistes,
con el cielo juguetón y con sus nubes
y el abrazo de los mares tan sensible.
Perseguía mariposas con sus canas,
en un mundo del invierno y sin violines,
era un hombre con su pelo encanecido
que arrastraba los achaques de los buitres.
Esos años y el pasado no perdonan,
son eternas sensaciones y rubíes,
melodías que desgranan las estrellas,
ante el tiempo que nos hace más ruines.
Paradojas de una vida que se acaba,
sensaciones agridulces muy febriles,
el recuento de los días y el pasado
de vivencias en recreos y pupitres.
Es el tiempo que consume sus minutos,
las tremendas marejadas con sus crines,
los azotes de los vientos del oeste
y la nieve con sus copos tan sublimes.
"...Perseguía mariposas en el alma,
con los sueños caducados e infantiles,
aquel viejo luchador de mil poemas
con sus versos de cartón y sin hollines..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/15
HAY NOCHES...
Hay noches en que doy vueltas
y vueltas en la cama
y el sueño no acude,
aunque le busco intensamente.
Tengo el cuerpo inundado de pasión y de deseo
y mi sexo confundido en la memoria
y el recuerdo.
Estás, sin tú saber, entre mis brazos.
Tus ojos me persiguen igual que mis pupilas
a tu sombra..
Tus labios saborean ese néctar que se escapà
de los míos.
Tu lengua tiene sed y se contenta con beber
el agua helada de la fuente
que has tomado de una jarra.
Me miras y te miro
y pienso que el invierno se eterniza
y se hace largo.
Ahora puedo hablarte de mis sueños y volar
hasta las nubes y los cielos de tu mano
y puedo caminar por las praderas,
igual que detenerme y repasar
esa figura que conozco de tu cuerpo.
Tú me enseñaste a andar
y caminar por los senderos
y también a correr, y a detenerme,
en esa sinfonía inacabable
que desgranan las mareas.
Hay cierta soledad y mil gemidos
que se emiten y se ahogan en el pecho.
El viento nos revuelve los cabellos.
La lluvia nos los moja y nos acerca mucho más,
sin darnos cuenta.
Encuentro en esa lluvia mil motivos
para ir a dibujarte con mis dedos y así buscar
esa tupida enredadera de tu sexo
y también las margaritas que floren en tus muslos
y por fin esa ternura que destilas en mi nombre.
Si los dioses del Olimpo percibieran que no duermo...
Si supieran que eres tú, con tu existencia,
la causante de mi insomnio...
Es posible que me ataran y atacaran
intentando sonsacarme ese sitio donde vives,
ese número privado del teléfono
y hasta el alma robarían, si pudieran,
intentando suplantarme
y llegar hasta tu puerta a rezar en tu presencia.
Hay noches en que doy vueltas
y vueltas en la cama
y el sueño no acude, como ahora,
porque tú sigues presente en mi recuerdo
y no te sueltas de mi abrazo.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/15
ESCRIBO AUNQUE NO DEBIERA...
Escribo, aunque no debiera,
para evitar el silencio,
la soledad de las almas
y así alejar los recuerdos.
No sé que son estas letras
que forman signos diversos,
ni sé que dicen y gritan
tantos demonios que llevo.
Sé que una pena muy honda
ya cristaliza en el pecho,
y sus profundas raíces
hacen que muera mi tiempo.
Porque vivir sin sentido
es entender que estás muerto,
es avanzar a la nada
por tantos campos hambrientos.
Escribo, aunque no debiera,
yo bien lo sé y lo comprendo,
pero escribir es mi vida
y en ello dejo mi aliento.
Debo escribir del pasado
con emoción y sin miedo,
y recordar la figura
de aquel marino sincero.
Debo escribir del presente
y comprender lo que tengo,
ese vacío infinito
con mil palomas y sueños.
Y hasta escribir de un futuro
que no ha llegado y le siento,
mientras le pide a mi alma
frases de amor en sus versos.
"...Escribo, aunque no debiera,
con estos labios resecos,
labios que están agrietados
por el nordeste y sin besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
para evitar el silencio,
la soledad de las almas
y así alejar los recuerdos.
No sé que son estas letras
que forman signos diversos,
ni sé que dicen y gritan
tantos demonios que llevo.
Sé que una pena muy honda
ya cristaliza en el pecho,
y sus profundas raíces
hacen que muera mi tiempo.
Porque vivir sin sentido
es entender que estás muerto,
es avanzar a la nada
por tantos campos hambrientos.
Escribo, aunque no debiera,
yo bien lo sé y lo comprendo,
pero escribir es mi vida
y en ello dejo mi aliento.
Debo escribir del pasado
con emoción y sin miedo,
y recordar la figura
de aquel marino sincero.
Debo escribir del presente
y comprender lo que tengo,
ese vacío infinito
con mil palomas y sueños.
Y hasta escribir de un futuro
que no ha llegado y le siento,
mientras le pide a mi alma
frases de amor en sus versos.
"...Escribo, aunque no debiera,
con estos labios resecos,
labios que están agrietados
por el nordeste y sin besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
ENTIÉNDEME MUJER...
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa que el destino es algo incierto,
no somos compañeros de galeras
ni vamos al compás de nuestros remos.
Si acaso somos simples camaradas
y puede que hasta tal vez compañeros,
aquellos que soñaban por las noches
cambiar la sociedad de tantos pueblos.
Teníamos un mundo por delante,
la eterna juventud con tantos sueños,
que juntos compartimos la aventura
de hablar y estimular a los obreros.
Decíamos palabras tan bonitas
que incluso las creíamos con ellos,
los hombres sindicados del trabajo,
creyentes y paganos tras un premio.
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en la locura de los cuerdos,
aquellos que ofrecían paraísos
y un mundo de ilusión con tanto nuevo.
Luchamos a destajo en las trincheras
hablando y explicando mil proyectos,
pedimos la igualdad de los humildes
en lonjas y asambleas de los puertos.
Más nadie contestó a nuestra llamada
y vimos la respuesta en el silencio,
aplausos y sonrisas en presente
y luego ingratitud y hasta desprecio.
Por eso la batalla está perdida
y digo con tristeza lo que pienso,
el hombre está vencido por el hombre
y el hambre y la miseria son un hecho.
"...Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en las palabras y consejos,
aquellos que dejamos para tantos
quizás, hasta olvidar, que eran los nuestros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
y piensa que el destino es algo incierto,
no somos compañeros de galeras
ni vamos al compás de nuestros remos.
Si acaso somos simples camaradas
y puede que hasta tal vez compañeros,
aquellos que soñaban por las noches
cambiar la sociedad de tantos pueblos.
Teníamos un mundo por delante,
la eterna juventud con tantos sueños,
que juntos compartimos la aventura
de hablar y estimular a los obreros.
Decíamos palabras tan bonitas
que incluso las creíamos con ellos,
los hombres sindicados del trabajo,
creyentes y paganos tras un premio.
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en la locura de los cuerdos,
aquellos que ofrecían paraísos
y un mundo de ilusión con tanto nuevo.
Luchamos a destajo en las trincheras
hablando y explicando mil proyectos,
pedimos la igualdad de los humildes
en lonjas y asambleas de los puertos.
Más nadie contestó a nuestra llamada
y vimos la respuesta en el silencio,
aplausos y sonrisas en presente
y luego ingratitud y hasta desprecio.
Por eso la batalla está perdida
y digo con tristeza lo que pienso,
el hombre está vencido por el hombre
y el hambre y la miseria son un hecho.
"...Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en las palabras y consejos,
aquellos que dejamos para tantos
quizás, hasta olvidar, que eran los nuestros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
NO PUEDO PASAR DE LARGO...
No puedo pasar de largo,
sin decirte en esta fecha,
eso mismo que repito
cada noche a las estrellas.
Que soy libre como el viento
y que sigo los cometas,
pronunciando bien tu nombre
y pidiendo mil promesas.
Que se acerquen nuestros lazos
y que tiemblen nuestras venas,
para saciar las pupilas
de caricias siempre tiernas.
Y le digo que te amo
a la luna, que despierta,
me contempla desde el cielo
con su cara soñolienta.
Una rosa va a tu lado
con mis versos y estas letras,
una rosa con un beso
a los labios que me esperan.
Porque la fecha que importa
es la verdad sin reservas,
y el día a día llevado
con alegría y sin penas.
Es compartir el camino,
como así dice el poema,
mirando siempre adelante
con ilusiones sinceras.
Sé que te llevo en el alma,
sé que yo estoy en tus venas,
y que el amor y el cariño
es el destino y la meta.
"...No puedo pasar de largo
y no decirte que vengas,
que te subas a mis sueños
y me robes la cabeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
sin decirte en esta fecha,
eso mismo que repito
cada noche a las estrellas.
Que soy libre como el viento
y que sigo los cometas,
pronunciando bien tu nombre
y pidiendo mil promesas.
Que se acerquen nuestros lazos
y que tiemblen nuestras venas,
para saciar las pupilas
de caricias siempre tiernas.
Y le digo que te amo
a la luna, que despierta,
me contempla desde el cielo
con su cara soñolienta.
Una rosa va a tu lado
con mis versos y estas letras,
una rosa con un beso
a los labios que me esperan.
Porque la fecha que importa
es la verdad sin reservas,
y el día a día llevado
con alegría y sin penas.
Es compartir el camino,
como así dice el poema,
mirando siempre adelante
con ilusiones sinceras.
Sé que te llevo en el alma,
sé que yo estoy en tus venas,
y que el amor y el cariño
es el destino y la meta.
"...No puedo pasar de largo
y no decirte que vengas,
que te subas a mis sueños
y me robes la cabeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
BORDARÉ TUS PUPILAS...
Bordaré tus pupilas
con preciosas cenefas
para hacer que tus ojos
a los míos los vean.
Ataré con pañuelos
tus preciosas muñecas,
y tus dedos inquietos
sentirán a mi lengua.
Besaré tus ojitos
de ese azul que marea,
navegando en las aguas
que me acunan y anean.
Sentiré las resacas
y pasiones diversas
del volcán de tu pecho
y tu alma traviesa.
Llamaré, por tu nombre,
una a una a las puertas,
para ver si tus ojos
con el alba despiertan.
Buscaré la sonrisa
en tus labios de adelfa,
para así contagiarme
de ese amor que me dejas.
Saciaré tus suspiros
con la miel y con fresas,
de unos dedos temblando
recogiendo su néctar.
Libaré tus pezones
con mi lengua indiscreta,
para hacer que te eleves
al altar de la ofrenda.
...Y alcanzada la cima,
con las nieves eternas,
buscaré entre tu pelo
el aroma que llevas.
Ese dulce perfume
de tomillo y canela,
que se escancia y destila
y me embriaga y marea.
Y por fin, a tu cuerpo,
que nervioso me espera,
le daré, sin palabras,
una a una respuestas.
Le diré que eres mía
sin cordel ni cadenas,
y que un lazo invisible
nos ató a las estrellas.
"...Porque así, tus pupilas,
dormirán cenicienta,
y lo harán con mis labios
que te aman y besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
con preciosas cenefas
para hacer que tus ojos
a los míos los vean.
Ataré con pañuelos
tus preciosas muñecas,
y tus dedos inquietos
sentirán a mi lengua.
Besaré tus ojitos
de ese azul que marea,
navegando en las aguas
que me acunan y anean.
Sentiré las resacas
y pasiones diversas
del volcán de tu pecho
y tu alma traviesa.
Llamaré, por tu nombre,
una a una a las puertas,
para ver si tus ojos
con el alba despiertan.
Buscaré la sonrisa
en tus labios de adelfa,
para así contagiarme
de ese amor que me dejas.
Saciaré tus suspiros
con la miel y con fresas,
de unos dedos temblando
recogiendo su néctar.
Libaré tus pezones
con mi lengua indiscreta,
para hacer que te eleves
al altar de la ofrenda.
...Y alcanzada la cima,
con las nieves eternas,
buscaré entre tu pelo
el aroma que llevas.
Ese dulce perfume
de tomillo y canela,
que se escancia y destila
y me embriaga y marea.
Y por fin, a tu cuerpo,
que nervioso me espera,
le daré, sin palabras,
una a una respuestas.
Le diré que eres mía
sin cordel ni cadenas,
y que un lazo invisible
nos ató a las estrellas.
"...Porque así, tus pupilas,
dormirán cenicienta,
y lo harán con mis labios
que te aman y besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
SE PUEDE ESCRIBIR...
Se puede escribir desnudo,
se puede vivir despierto,
pero prefiero la brisa
que llega a mí, con un beso.
Unos escriben vestidos,
otros ni saben hacerlo,
aunque sus blancas cuartillas
llenen, al fin, de panfletos.
Hay quien la vida la vive,
despierto siempre, y viviendo,
en paraísos lejanos
aunque su fin sea incierto.
Pero la brisa temprana,
la del nordeste sincero,
es como un verso que llega
y que recorre mi cuerpo.
Es realidad y nostalgia,
es fantasía en los dedos,
es ilusión en los niños
y hasta pasión en los necios.
Porque la brisa que hablo
es tentación y deseo,
que eleva pronto las almas
hasta llegar a los cielos.
Hace que fluya la risa
y que se duerman los cuerdos,
y hace también el milagro
de alborotar sentimientos.
Yo la preciso, sin duda,
y humildemente la acepto
para que tome mi mano
en este mes de febrero.
"...Se puede escribir sin brisa,
se puede escribir sin viento,
pero escribir sin sus labios
es renunciar a sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/15
se puede vivir despierto,
pero prefiero la brisa
que llega a mí, con un beso.
Unos escriben vestidos,
otros ni saben hacerlo,
aunque sus blancas cuartillas
llenen, al fin, de panfletos.
Hay quien la vida la vive,
despierto siempre, y viviendo,
en paraísos lejanos
aunque su fin sea incierto.
Pero la brisa temprana,
la del nordeste sincero,
es como un verso que llega
y que recorre mi cuerpo.
Es realidad y nostalgia,
es fantasía en los dedos,
es ilusión en los niños
y hasta pasión en los necios.
Porque la brisa que hablo
es tentación y deseo,
que eleva pronto las almas
hasta llegar a los cielos.
Hace que fluya la risa
y que se duerman los cuerdos,
y hace también el milagro
de alborotar sentimientos.
Yo la preciso, sin duda,
y humildemente la acepto
para que tome mi mano
en este mes de febrero.
"...Se puede escribir sin brisa,
se puede escribir sin viento,
pero escribir sin sus labios
es renunciar a sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/15
BENDITA LOCURA AQUELLA...
Bendita locura aquella
la del amor sin sentido,
por una figura hermosa
y un corazón tan sencillo.
Yo me declaro demente
al escuchar sus latidos,
y al perseguir la silueta
con esos pasos bonitos.
Loco de amor, sin remedio,
quiero ser siempre aquel niño,
el que miraba a los ojos
con otros ojos sencillos.
Ojos de brisa serena
y de un azul infinito,
como escapados del cielo
para dejarnos su brillo.
Bendita locura aquella,
digo otra vez y repito,
que me entregó los susurros
de los meandros y el río.
Río que riega mi sangre,
venas que sienten sus brincos,
y hasta las dulces riberas
hacen temblar a los lirios.
Porque si amarte es locura
quiero beber tus suspiros,
y hasta fundirme en tus besos
llenos de amor y cariño.
Siento pasión en el alma
por confundirme contigo,
y enloquecer a tu lado
por los siglos de los siglos.
"...Bendita locura aquella
que concedió este prodigio,
el de querer y el de amarnos
con todos nuestros sentidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/15
la del amor sin sentido,
por una figura hermosa
y un corazón tan sencillo.
Yo me declaro demente
al escuchar sus latidos,
y al perseguir la silueta
con esos pasos bonitos.
Loco de amor, sin remedio,
quiero ser siempre aquel niño,
el que miraba a los ojos
con otros ojos sencillos.
Ojos de brisa serena
y de un azul infinito,
como escapados del cielo
para dejarnos su brillo.
Bendita locura aquella,
digo otra vez y repito,
que me entregó los susurros
de los meandros y el río.
Río que riega mi sangre,
venas que sienten sus brincos,
y hasta las dulces riberas
hacen temblar a los lirios.
Porque si amarte es locura
quiero beber tus suspiros,
y hasta fundirme en tus besos
llenos de amor y cariño.
Siento pasión en el alma
por confundirme contigo,
y enloquecer a tu lado
por los siglos de los siglos.
"...Bendita locura aquella
que concedió este prodigio,
el de querer y el de amarnos
con todos nuestros sentidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/15
QUIERO APRENDER DE LAS AVES...
Quiero aprender de las aves
a ser libre, como el viento,
a saltar de rama en rama
y a pasear por los cielos.
Quiero dormir con su canto
y ese sencillo embeleso,
el que dejan sus tonadas
en mis oídos inquietos.
Quiero seguir con mis ojos
ese volar con denuedo,
por los balcones y plazas,
por los jardines y aleros.
Quiero buscar sus colores
y sonsacar sus misterios,
de ese baúl tan profundo
donde se hacinan recuerdos.
Quiero aprender de las aves
eso que guardan muy dentro,
ese tesoro sublime
de sencillez y respeto.
Quiero copiar su mirada
sin que me tiemblen los dedos,
y aunque mi cuerpo se agote
por la ansiedad y el deseo.
Quiero curar las heridas
de ese volar en el tiempo,
y procurarles reposo
en un rincón de mi lecho.
Quiero mirar en el parque
como realizan sus juegos,
como fabrican sus nidos
con humildad y desvelo.
"...Quiero aprender de las aves
eso que sueño y que siento,
y eso que ansía mi alma
para volar a tu encuentro..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/15
a ser libre, como el viento,
a saltar de rama en rama
y a pasear por los cielos.
Quiero dormir con su canto
y ese sencillo embeleso,
el que dejan sus tonadas
en mis oídos inquietos.
Quiero seguir con mis ojos
ese volar con denuedo,
por los balcones y plazas,
por los jardines y aleros.
Quiero buscar sus colores
y sonsacar sus misterios,
de ese baúl tan profundo
donde se hacinan recuerdos.
Quiero aprender de las aves
eso que guardan muy dentro,
ese tesoro sublime
de sencillez y respeto.
Quiero copiar su mirada
sin que me tiemblen los dedos,
y aunque mi cuerpo se agote
por la ansiedad y el deseo.
Quiero curar las heridas
de ese volar en el tiempo,
y procurarles reposo
en un rincón de mi lecho.
Quiero mirar en el parque
como realizan sus juegos,
como fabrican sus nidos
con humildad y desvelo.
"...Quiero aprender de las aves
eso que sueño y que siento,
y eso que ansía mi alma
para volar a tu encuentro..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/15
HOY HE VISTO COPIADA ESTA IMAGEN...
Hoy he visto copiada esta imagen
y he sentido un placer al mirarla,
una rosa y un barco en el cuadro,
que rompían la paz de las aguas.
Ese mar que es la vida sencilla,
donde van los gorriones sin casa,
donde acuden las almas inquietas
a encontrar ese amor que les falta.
Más la rosa no sabe de amores
ni la barca de cosas extrañas,
la primera amanece temblando,
la segunda navega hacia el alba.
Hay rocío en los pétalos tristes,
hay candor en la rosa que habla,
y suspiros arrancan las velas
de ese barco con velas que avanza.
Me parece escuchar a los dioses
y cantar a los elfos y hadas,
no sé bien donde está mi locura
o si son nada más las resacas.
Pero hay que mirar sin sorpresas
estos rayos de luz y esperanza,
que nos deja la imagen que he visto
y quedó muy prendida a esta carta.
Unos versos que son un poema,
unas letras que viven y claman,
sensaciones diversas, sin duda,
en un mar verde azul y de plata.
A este mar yo le canto y le escribo
y le digo que sí, que me encanta,
que quisiera dormirme en su lecho
con la rosa y la barca que pasa.
"...Hoy he visto copiada esta imagen
y he sentido placer al mirarla,
recordé tantas tardes felices
de mirar y soñar esta estampa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/15
y he sentido un placer al mirarla,
una rosa y un barco en el cuadro,
que rompían la paz de las aguas.
Ese mar que es la vida sencilla,
donde van los gorriones sin casa,
donde acuden las almas inquietas
a encontrar ese amor que les falta.
Más la rosa no sabe de amores
ni la barca de cosas extrañas,
la primera amanece temblando,
la segunda navega hacia el alba.
Hay rocío en los pétalos tristes,
hay candor en la rosa que habla,
y suspiros arrancan las velas
de ese barco con velas que avanza.
Me parece escuchar a los dioses
y cantar a los elfos y hadas,
no sé bien donde está mi locura
o si son nada más las resacas.
Pero hay que mirar sin sorpresas
estos rayos de luz y esperanza,
que nos deja la imagen que he visto
y quedó muy prendida a esta carta.
Unos versos que son un poema,
unas letras que viven y claman,
sensaciones diversas, sin duda,
en un mar verde azul y de plata.
A este mar yo le canto y le escribo
y le digo que sí, que me encanta,
que quisiera dormirme en su lecho
con la rosa y la barca que pasa.
"...Hoy he visto copiada esta imagen
y he sentido placer al mirarla,
recordé tantas tardes felices
de mirar y soñar esta estampa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/15
ACASO SE CONGELEN LAS PALABRAS...
Acaso se congelen las palabras
y broten solamente los gemidos,
en esos labios tristes y llorosos
que es la quintaesencia de los niños.
Es fácil que vacilen las miradas
y busquen los remansos de los ríos,
tratando de encontrar la paz serena
que dejan en la orilla tantos lirios.
Más sufre el corazón, tan fuertemente,
que suenan temblorosos sus latidos,
los sueños que desean esperanzas
y acaso la leyenda de los libros.
Al niño no le hablemos de fronteras,
tampoco de rosales con espinos,
si acaso de cometas en la playa
y arenas para hacer lindos castillos.
Nos duele el corazón y duele el alma
tratando de encontrar frases de alivio,
miradas que trasladen la respuesta
y manos con promesas del amigo.
Es duro transitar por el desierto
ausente de senderos y caminos,
en medio de sirocos sofocantes
que ahogan con sus brazos exquisitos.
Se busca la migaja y la limosna
que cubra la ansiedad del peregrino,
dejando en el olvido tantas cosas
quizás por ese miedo que sentimos.
Entonces se agudiza la miseria
y somos esos seres pequeñitos,
los hombres convertidos en fantasmas
que andamos como zombis sin pedirlo.
"...Acaso se congelen las palabras
y lleguen a los cielos los suspiros,
aquellos de los niños y mayores
que llevan tantos sueños retenidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/15
y broten solamente los gemidos,
en esos labios tristes y llorosos
que es la quintaesencia de los niños.
Es fácil que vacilen las miradas
y busquen los remansos de los ríos,
tratando de encontrar la paz serena
que dejan en la orilla tantos lirios.
Más sufre el corazón, tan fuertemente,
que suenan temblorosos sus latidos,
los sueños que desean esperanzas
y acaso la leyenda de los libros.
Al niño no le hablemos de fronteras,
tampoco de rosales con espinos,
si acaso de cometas en la playa
y arenas para hacer lindos castillos.
Nos duele el corazón y duele el alma
tratando de encontrar frases de alivio,
miradas que trasladen la respuesta
y manos con promesas del amigo.
Es duro transitar por el desierto
ausente de senderos y caminos,
en medio de sirocos sofocantes
que ahogan con sus brazos exquisitos.
Se busca la migaja y la limosna
que cubra la ansiedad del peregrino,
dejando en el olvido tantas cosas
quizás por ese miedo que sentimos.
Entonces se agudiza la miseria
y somos esos seres pequeñitos,
los hombres convertidos en fantasmas
que andamos como zombis sin pedirlo.
"...Acaso se congelen las palabras
y lleguen a los cielos los suspiros,
aquellos de los niños y mayores
que llevan tantos sueños retenidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/15
SUCEDIÓ...
Sucedió que te vi por la plaza
una tarde del mes de febrero,
con tu encanto especial de princesa
y aquel aire marcial que recuerdo.
Saludé tu figura divina
pero apenas tus labios se abrieron,
no sabía de ti ni tu sombra
ni tampoco de amores eternos.
Conocí tus pisadas menudas
al pisar la baldosa en el suelo,
sin saber que esas piernas hermosas
marcarían de nuevo mis miedos.
Sonreí cuando tú me cruzaste
y mirabas al fondo, a lo lejos,
sin saber que era yo, quien reía
a tus labios hermosos y tiernos.
Murmuré dos palabras tan solo
suspirando y diciendo "te quiero",
pero tú no escuchaste la frase
y el mensaje de amor de ese verso.
Te adoré, como adoran los Magos,
a la imagen sutil de tu cuerpo,
más no quise siquiera tocarte
y lloré como lloran los ciegos.
No sabía que existen los cruces,
los ramales con dudas de acero,
las preguntas que van a la nada
y respuestas que dejan los vientos.
Y te fuiste, fugaz, mariposa,
con tu dulce candor en un vuelo,
a ese mundo de encanto sublime
con colores y aspectos diversos.
Te extrañé por un tiempo muy largo,
porque estabas conmigo y muy dentro,
y arrancabas mi lágrima fácil
con volver hacia atrás en mis sueños.
Y por fin te olvidé, en otra tarde,
cuando andaban nerviosos mis dedos,
al saber que ignoraba tu nombre
y el sabor de tus labios y besos.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/02/15
una tarde del mes de febrero,
con tu encanto especial de princesa
y aquel aire marcial que recuerdo.
Saludé tu figura divina
pero apenas tus labios se abrieron,
no sabía de ti ni tu sombra
ni tampoco de amores eternos.
Conocí tus pisadas menudas
al pisar la baldosa en el suelo,
sin saber que esas piernas hermosas
marcarían de nuevo mis miedos.
Sonreí cuando tú me cruzaste
y mirabas al fondo, a lo lejos,
sin saber que era yo, quien reía
a tus labios hermosos y tiernos.
Murmuré dos palabras tan solo
suspirando y diciendo "te quiero",
pero tú no escuchaste la frase
y el mensaje de amor de ese verso.
Te adoré, como adoran los Magos,
a la imagen sutil de tu cuerpo,
más no quise siquiera tocarte
y lloré como lloran los ciegos.
No sabía que existen los cruces,
los ramales con dudas de acero,
las preguntas que van a la nada
y respuestas que dejan los vientos.
Y te fuiste, fugaz, mariposa,
con tu dulce candor en un vuelo,
a ese mundo de encanto sublime
con colores y aspectos diversos.
Te extrañé por un tiempo muy largo,
porque estabas conmigo y muy dentro,
y arrancabas mi lágrima fácil
con volver hacia atrás en mis sueños.
Y por fin te olvidé, en otra tarde,
cuando andaban nerviosos mis dedos,
al saber que ignoraba tu nombre
y el sabor de tus labios y besos.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/02/15
TENGO UN CANSANCIO MUY FUERTE...
Tengo un cansancio muy fuerte
que me doblega la espalda,
es un cansancio del cuerpo
y otro cansancio del alma.
Pero la edad no perdona
y es como brisa mal sana,
que en primavera refresca
aunque en invierno te mata.
Pero volviendo al cansancio
y a mi inicial perorata,
pienso que es bueno pararse
y contemplar lo que pasa.
Ver a la vida sin prisas,
ver a las nubes tan blancas,
ver las ciudades tan grises
con sus pasiones lejanas.
Siento el abrazo que llega
de ese cansancio sin pausa,
que ahora te da sus favores
aunque te clave una daga.
Son los misterios del hombre
por esta tierra quemada,
entre zarzales y espinos
por conseguir su esperanza.
Sueños de libros de niños
donde se juntan las hadas,
donde florecen las rosas
y margaritas tempranas.
Hay telarañas sin nombre
donde los pechos se empapan,
y mil susurros que salen
de las lejanas guitarras.
"...Tengo un cansancio muy fuerte
y espero ya la mañana,
para encontrar ese beso
del nuevo sol con el alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/15
que me doblega la espalda,
es un cansancio del cuerpo
y otro cansancio del alma.
Pero la edad no perdona
y es como brisa mal sana,
que en primavera refresca
aunque en invierno te mata.
Pero volviendo al cansancio
y a mi inicial perorata,
pienso que es bueno pararse
y contemplar lo que pasa.
Ver a la vida sin prisas,
ver a las nubes tan blancas,
ver las ciudades tan grises
con sus pasiones lejanas.
Siento el abrazo que llega
de ese cansancio sin pausa,
que ahora te da sus favores
aunque te clave una daga.
Son los misterios del hombre
por esta tierra quemada,
entre zarzales y espinos
por conseguir su esperanza.
Sueños de libros de niños
donde se juntan las hadas,
donde florecen las rosas
y margaritas tempranas.
Hay telarañas sin nombre
donde los pechos se empapan,
y mil susurros que salen
de las lejanas guitarras.
"...Tengo un cansancio muy fuerte
y espero ya la mañana,
para encontrar ese beso
del nuevo sol con el alba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/15
TRASTEO EN LA MAÑANA...
Trasteo en la mañana, en estas teclas,
mientras miro la ventana y más allá,
donde las nubes hoy descargan
la cellisca con la nieve.
Es a ti a quien escribo,
a quien mando estas palabras silenciosas,
a quien digo estos susurros inaudibles
y que llevan mi cariño y mis caricias.
Eres mía y yo soy tuyo
y es así como te veo y me veo en esta escena,
abrazando tu figura y reclinando
tu cabeza entre mis brazos
con tus ojos que me miran e insinúan mil escenas
y me piden que los bese y que los hable,
que les cuente mil historias de piratas y marinos
o si acaso aquellas otras que se inventa mi cabeza.
Sin embargo yo también pido una tregua
y me entrego a ese sueño irrenunciable
que ya sienten las pestañas.
Me acurruco en tu regazo
y hasta busco ese abrazo cariñoso de tus manos,
esa dulce melodía que me dejan esos dedos
que me alcanzan y recorren,
que me buscan y me llaman sin descanso,
que me excitan y me hablan sin palabras
y me dicen que adelante,
que prosiga con mis sueños,
que no ceje en mis poemas y mis versos
y que cubra con mis sueños a los tuyos
y que juntos los transporte a ese bosque
de las hadas y los elfos,
donde todo es poesía y la nieve está presente
con los niños y mayores.
Una dulce chimenea nos espera en la cabaña
y allí vamos.
Nuestras manos van unidas y no quieren separarse.
Nuestros pechos unifican sus latidos,
nuestros ojos ya se buscan nuevamente,
nuestros labios paladean ese beso
que bien sabe les espera
y desean como nada.
Hay amor en nuestras almas,
hay cariño y hay ternura
y una bella melodía nos abraza
y adormece sin remedio.
Es por eso que te digo que te quiero
y que te amo,
y lo hago con un beso y un abrazo en este día
en que quiero que me digas eso mismo
para hacer que tu sonrisa se diluya con la mía
y se junten nuestros labios en un beso inacabable,
hasta amarnos tiernamente,
deteniendo los relojes de la vida
y de los sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/15
UNOS MOLINOS DE VIENTO...
Unos molinos de viento.
una tranquila llanura
y en el cielo las estrellas
acompañando la luna.
Unos chopos junto al río
le inundaban de ternura,
y en la orilla muchas garzas
que buscaban la laguna.
Unas nubes juguetonas
estiraban su blancura
y cubrían con su encanto
los caminos y las rutas.
Unas sombras sinuosas
por cunetas y por dunas,
escribían sin saberlo
unos versos con su pluma.
Unos bancos en el parque
con palomas que se juntan,
a los pies de los ancianos
por las migas sin preguntas.
Unos niños van a clase
con sus caras tan menudas,
de ese sueño que les cierra
las pestañas diminutas.
Unas lanchas en la ría
con sus velas hoy desnudas,
y aquel halo de tristeza
que destila su figura.
Unas caras sonrientes,
unas rosas en la blusa,
unos labios temblorosos
y otros labios que no dudan...
...Y allí en medio está el poeta
con su frente tan ceñuda,
observando aquel poema
que renace de sus brumas.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/15
una tranquila llanura
y en el cielo las estrellas
acompañando la luna.
Unos chopos junto al río
le inundaban de ternura,
y en la orilla muchas garzas
que buscaban la laguna.
Unas nubes juguetonas
estiraban su blancura
y cubrían con su encanto
los caminos y las rutas.
Unas sombras sinuosas
por cunetas y por dunas,
escribían sin saberlo
unos versos con su pluma.
Unos bancos en el parque
con palomas que se juntan,
a los pies de los ancianos
por las migas sin preguntas.
Unos niños van a clase
con sus caras tan menudas,
de ese sueño que les cierra
las pestañas diminutas.
Unas lanchas en la ría
con sus velas hoy desnudas,
y aquel halo de tristeza
que destila su figura.
Unas caras sonrientes,
unas rosas en la blusa,
unos labios temblorosos
y otros labios que no dudan...
...Y allí en medio está el poeta
con su frente tan ceñuda,
observando aquel poema
que renace de sus brumas.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/15
EN TIEMPOS DE MISERIA Y DE DERROTAS...
En tiempos de miseria y de derrotas
es fácil confundir la fantasía,
mezclarla con los sueños e ilusiones
que marcan el compás de nuestras vidas.
Queremos escapar de las palabras
que ofrecen solución al día a día,
y ansiamos simplemente, a nuestro lado,
la paz en los hogares y familias.
Queremos que los niños sean libres,
que busquen por el parque las ardillas,
que suban a las ramas de los robles
y enlacen sus cometas con la tiza.
Queremos que nos hablen las pizarras,
que vuelvan tantas hadas ya marchitas,
que suenen las campanas de la iglesia
y dicten con su son el mediodía.
En medio de miserias y derrotas
es fácil confundirse con la brisa,
mezclarse con los vientos del nordeste
ansiando mariposas coloridas.
Queremos que se llenen nuestros ojos,
que broten las promesas imprecisas,
que cesen los dolores y los llantos
y vuelvan a surgir las margaritas.
Queremos y creemos a los hombres
que anuncias mil mañanas muy distintas,
aquellas en que el néctar nos embriaga
y aleja el vendaval de las pupilas.
Queremos otro mundo más perfecto,
quizás por tantas voces que suspiran,
las unas que se olvidan de la historia
y en otras por pasiones reprimidas.
"...En medio de miserias y derrotas
es fácil olvidar la poesía,
mezclar la libertad con el suicidio
y hacer de la conciencia una mentira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/15
es fácil confundir la fantasía,
mezclarla con los sueños e ilusiones
que marcan el compás de nuestras vidas.
Queremos escapar de las palabras
que ofrecen solución al día a día,
y ansiamos simplemente, a nuestro lado,
la paz en los hogares y familias.
Queremos que los niños sean libres,
que busquen por el parque las ardillas,
que suban a las ramas de los robles
y enlacen sus cometas con la tiza.
Queremos que nos hablen las pizarras,
que vuelvan tantas hadas ya marchitas,
que suenen las campanas de la iglesia
y dicten con su son el mediodía.
En medio de miserias y derrotas
es fácil confundirse con la brisa,
mezclarse con los vientos del nordeste
ansiando mariposas coloridas.
Queremos que se llenen nuestros ojos,
que broten las promesas imprecisas,
que cesen los dolores y los llantos
y vuelvan a surgir las margaritas.
Queremos y creemos a los hombres
que anuncias mil mañanas muy distintas,
aquellas en que el néctar nos embriaga
y aleja el vendaval de las pupilas.
Queremos otro mundo más perfecto,
quizás por tantas voces que suspiran,
las unas que se olvidan de la historia
y en otras por pasiones reprimidas.
"...En medio de miserias y derrotas
es fácil olvidar la poesía,
mezclar la libertad con el suicidio
y hacer de la conciencia una mentira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/15
HOY YA PUEDO ESCRIBIR DE LA NIEVE...
Hoy ya puedo escribir de la nieve
pues sus copos contemplo al caer,
son gotitas heladas que llegan
como flores buscando su hotel.
Bella estampa de arbustos y ramas,
de un febrero lluvioso y cortés,
que comienza sus días nevando
y quién sabe qué más a la vez.
El paisaje contemplo en silencio
y susurro palabras de bien,
es la nieve que dejan los cielos,
con los versos que van al papel.
Fantasías de niños sin nombre,
carantoñas de azul y placer,
todo llega y se aspira en el pecho
mientras tomo, sin prisa, el café.
Hoy ya puedo escribir de la nieve
pues la veo con sumo placer,
como bajan sus trapos divinos,
cual suspiros de rosas con sed.
He salido a la calle un instante
y en el suelo tu nombre gravé,
he querido que tú lo supieras
y sintieras mis sueños de ayer.
Me parece que vuelo en el tiempo
y que vuelvo a la infancia sin hiel
a sentir ese abrazo infinito,
de la nieve besando mis pies.
Una infancia tan blanca y tan pura,
de una alfombra cubriendo la piel,
que hasta el alma tapaban los sueños
y las sombras al verde ciprés.
"...Hoy ya puedo escribir de la nieve
y mis versos son blancos también,
unas letras de rasgos sencillos
como besos a un labio con sed..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/02/15
pues sus copos contemplo al caer,
son gotitas heladas que llegan
como flores buscando su hotel.
Bella estampa de arbustos y ramas,
de un febrero lluvioso y cortés,
que comienza sus días nevando
y quién sabe qué más a la vez.
El paisaje contemplo en silencio
y susurro palabras de bien,
es la nieve que dejan los cielos,
con los versos que van al papel.
Fantasías de niños sin nombre,
carantoñas de azul y placer,
todo llega y se aspira en el pecho
mientras tomo, sin prisa, el café.
Hoy ya puedo escribir de la nieve
pues la veo con sumo placer,
como bajan sus trapos divinos,
cual suspiros de rosas con sed.
He salido a la calle un instante
y en el suelo tu nombre gravé,
he querido que tú lo supieras
y sintieras mis sueños de ayer.
Me parece que vuelo en el tiempo
y que vuelvo a la infancia sin hiel
a sentir ese abrazo infinito,
de la nieve besando mis pies.
Una infancia tan blanca y tan pura,
de una alfombra cubriendo la piel,
que hasta el alma tapaban los sueños
y las sombras al verde ciprés.
"...Hoy ya puedo escribir de la nieve
y mis versos son blancos también,
unas letras de rasgos sencillos
como besos a un labio con sed..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/02/15
HOY ESCRIBO DOS VERSOS...
Hoy escribo dos versos en tus senos,
te digo que te quiero y que te amo,
lo dicen estos dedos revoltosos
que luego se deslizan por tus labios.
Te miro con mis ojos infantiles,
te veo caminando por los campos,
persigues a la dicha y la fortuna
y luego te recuestas bajo un árbol.
Descansas en la tarde soleada
y sientes a tu pecho alborozado,
quizás por esos versos que allí llevan
la sangre y los latidos de mis manos.
Tus ojos tan preciosos no deliran
y sientes la caricia con mi abrazo,
la suave melodía de la urraca
y el río, en su caída, en el meandro.
Hoy escribo dos versos simplemente
y tus senos aceptan el regalo,
las letras escapadas de mis dedos,
con tinta inmaculada a tu costado.
Parece que las nubes oscurecen
la tierra singular con tanto encanto,
la misma que miraron nuestros ojos,
aquella que pisamos paso a paso.
Tus ojos me decían tantas cosas,
en medio del trajín, y de soslayo,
hablaban sin decir una palabra
dejando mil suspiros deseados.
Tenías esa gracia seductora
que hacía que quererte fuera en vano,
te amaba y te quería como eras
y estabas en mi boca y a mi lado.
"...Hoy escribo dos versos en tus senos
y desnudo mi alma al realizarlo,
te digo tantas cosas en sus letras
que espero la respuesta de tus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/15
te digo que te quiero y que te amo,
lo dicen estos dedos revoltosos
que luego se deslizan por tus labios.
Te miro con mis ojos infantiles,
te veo caminando por los campos,
persigues a la dicha y la fortuna
y luego te recuestas bajo un árbol.
Descansas en la tarde soleada
y sientes a tu pecho alborozado,
quizás por esos versos que allí llevan
la sangre y los latidos de mis manos.
Tus ojos tan preciosos no deliran
y sientes la caricia con mi abrazo,
la suave melodía de la urraca
y el río, en su caída, en el meandro.
Hoy escribo dos versos simplemente
y tus senos aceptan el regalo,
las letras escapadas de mis dedos,
con tinta inmaculada a tu costado.
Parece que las nubes oscurecen
la tierra singular con tanto encanto,
la misma que miraron nuestros ojos,
aquella que pisamos paso a paso.
Tus ojos me decían tantas cosas,
en medio del trajín, y de soslayo,
hablaban sin decir una palabra
dejando mil suspiros deseados.
Tenías esa gracia seductora
que hacía que quererte fuera en vano,
te amaba y te quería como eras
y estabas en mi boca y a mi lado.
"...Hoy escribo dos versos en tus senos
y desnudo mi alma al realizarlo,
te digo tantas cosas en sus letras
que espero la respuesta de tus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/15
SIENTO UNA PENA MUY HONDA...
Siento una pena muy honda
en lo profundo del alma,
por esa rosa que he visto
y de textura tan blanca.
Rosa silvestre, sin duda,
en un rosal solitaria,
y en un invierno muy duro
de temporal y nevadas.
Dicen que lloran las rosas
y que nos dejan sus lágrimas,
cuando sus pétalos tiernos
sueltan las gotas amargas.
Hay sensación y vacío,
algo que inunda la entraña,
porque los cielos son grises
y no se ve la esperanza.
Siento una pena muy grande
por esa rosa temprana,
rosa sencilla y preciosa
que me cautiva y desarma.
Sé que los niños las miran,
que los mayores las hablan,
que los amantes las buscan
y a los difuntos dan calma.
Pero la rosa que digo,
esa que pende en la rama,
es una rosa sencilla,
blanca y carente de falta.
Quiero mirar esa rosa,
quiero escuchar sus palabras,
quiero en sus pétalos blancos
dejar mi beso y mi infancia.
"...Siento una pena profunda
por esa rosa citada,
ya que nació en el invierno
para alegrar mis pestañas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/02/15
en lo profundo del alma,
por esa rosa que he visto
y de textura tan blanca.
Rosa silvestre, sin duda,
en un rosal solitaria,
y en un invierno muy duro
de temporal y nevadas.
Dicen que lloran las rosas
y que nos dejan sus lágrimas,
cuando sus pétalos tiernos
sueltan las gotas amargas.
Hay sensación y vacío,
algo que inunda la entraña,
porque los cielos son grises
y no se ve la esperanza.
Siento una pena muy grande
por esa rosa temprana,
rosa sencilla y preciosa
que me cautiva y desarma.
Sé que los niños las miran,
que los mayores las hablan,
que los amantes las buscan
y a los difuntos dan calma.
Pero la rosa que digo,
esa que pende en la rama,
es una rosa sencilla,
blanca y carente de falta.
Quiero mirar esa rosa,
quiero escuchar sus palabras,
quiero en sus pétalos blancos
dejar mi beso y mi infancia.
"...Siento una pena profunda
por esa rosa citada,
ya que nació en el invierno
para alegrar mis pestañas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/02/15
SOMOS PARTE DEL PUZLE DE LA VIDA...
Somos parte del puzle de la vida
y por eso queremos las respuestas,
el sentido que dicte lo que hacemos
y esa fuerza que quieren nuestras venas.
Es el hombre y su eterna encrucijada
que pregunta y vacila mientras piensa,
a la vez que se empañan sus pupilas
cuando mira curioso a las estrellas.
Hay un cruce de ramas y de olivos,
un guiñol de ninots y marionetas,
una gota que rueda por el cielo
como un barco a merced de las mareas.
Y es así sin siquiera proponerlo,
como fuerza matriz de una galerna,
como hoja varada de un otoño
que en el bosque se estira y serpentea.
Pero el puzle plagado de misterios,
donde el hombre se siente cual miseria,
el que asigna lugares sin sentido
es igual que los versos de un poema.
Todos somos la pieza necesaria,
la que une recuerdos y promesas,
la que junta ilusiones del pasado,
con proyectos futuros que se acuerdan.
Pero el juez, que decide los destinos,
es el tiempo que llega y que progresa.
ese tiempo, maldito relicario,
que subyuga a las almas más sinceras.
Es entonces que sobran las palabras
y se busca la nota en la floresta,
esa pieza dejada por los dioses
y que embriaga a los hombres con su néctar.
"...Somos parte de un puzle de la vida,
el latido y la paz de algún cometa,
ese arco de un puente, entre los tiempos,
y la voz de una infancia en su inocencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/15
y por eso queremos las respuestas,
el sentido que dicte lo que hacemos
y esa fuerza que quieren nuestras venas.
Es el hombre y su eterna encrucijada
que pregunta y vacila mientras piensa,
a la vez que se empañan sus pupilas
cuando mira curioso a las estrellas.
Hay un cruce de ramas y de olivos,
un guiñol de ninots y marionetas,
una gota que rueda por el cielo
como un barco a merced de las mareas.
Y es así sin siquiera proponerlo,
como fuerza matriz de una galerna,
como hoja varada de un otoño
que en el bosque se estira y serpentea.
Pero el puzle plagado de misterios,
donde el hombre se siente cual miseria,
el que asigna lugares sin sentido
es igual que los versos de un poema.
Todos somos la pieza necesaria,
la que une recuerdos y promesas,
la que junta ilusiones del pasado,
con proyectos futuros que se acuerdan.
Pero el juez, que decide los destinos,
es el tiempo que llega y que progresa.
ese tiempo, maldito relicario,
que subyuga a las almas más sinceras.
Es entonces que sobran las palabras
y se busca la nota en la floresta,
esa pieza dejada por los dioses
y que embriaga a los hombres con su néctar.
"...Somos parte de un puzle de la vida,
el latido y la paz de algún cometa,
ese arco de un puente, entre los tiempos,
y la voz de una infancia en su inocencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/15
ES UN SOPOR...
Es un sopor que invade y que te atrapa,
es una bruma densa en las pupilas
es un rumor que avanza en el cerebro
y apaga los resquicios y las risas.
Eterna soledad del navegante
que marcha por el mar en su barquía,
remando en un compás desordenado
en medio de la bruma y de la vida.
Ya llega el cormorán hasta la playa,
se acerca al arenal con ala altiva,
mojado su plumaje por la lluvia
y en busca de la paz que necesita.
Un hombre les contempla en el silencio,
hay surcos de la edad en sus mejillas,
palabras que han quedado entre sus labios
y arrugas en su frente bien curtida.
Se acercan las gaviotas seductoras
e intentan contagiar, su gris ceniza,
al blanco inmaculado de su cuello,
y al vuelo singular que realizan.
Pretenden conseguir que sus vecinos
acepten su amistad y compañía,
en ese breve instante, en que sus alas,
se extienden a secarse con el día.
La lluvia sigue terca en su descenso,
abiertas las exclusas infinitas,
prosigue en sus caricias seductoras
en medio de las brumas y neblinas.
Se nota la humedad en el ambiente.
la lluvia, en buena lid de alcantarillas,
desborda previsiones y razones
y busca libertad sin homilías.
Y este sopor que invade nos secuestra,
se mezcla con salitres y calimas,
con algas que se escapan perezosas
de un mundo de ilusión y fantasías.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/15
es una bruma densa en las pupilas
es un rumor que avanza en el cerebro
y apaga los resquicios y las risas.
Eterna soledad del navegante
que marcha por el mar en su barquía,
remando en un compás desordenado
en medio de la bruma y de la vida.
Ya llega el cormorán hasta la playa,
se acerca al arenal con ala altiva,
mojado su plumaje por la lluvia
y en busca de la paz que necesita.
Un hombre les contempla en el silencio,
hay surcos de la edad en sus mejillas,
palabras que han quedado entre sus labios
y arrugas en su frente bien curtida.
Se acercan las gaviotas seductoras
e intentan contagiar, su gris ceniza,
al blanco inmaculado de su cuello,
y al vuelo singular que realizan.
Pretenden conseguir que sus vecinos
acepten su amistad y compañía,
en ese breve instante, en que sus alas,
se extienden a secarse con el día.
La lluvia sigue terca en su descenso,
abiertas las exclusas infinitas,
prosigue en sus caricias seductoras
en medio de las brumas y neblinas.
Se nota la humedad en el ambiente.
la lluvia, en buena lid de alcantarillas,
desborda previsiones y razones
y busca libertad sin homilías.
Y este sopor que invade nos secuestra,
se mezcla con salitres y calimas,
con algas que se escapan perezosas
de un mundo de ilusión y fantasías.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/15
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