HOY ESCRIBO DOS VERSOS...
Hoy escribo dos versos en tus senos,
te digo que te quiero y que te amo,
lo dicen estos dedos revoltosos
que luego se deslizan por tus labios.
Te miro con mis ojos infantiles,
te veo caminando por los campos,
persigues a la dicha y la fortuna
y luego te recuestas bajo un árbol.
Descansas en la tarde soleada
y sientes a tu pecho alborozado,
quizás por esos versos que allí llevan
la sangre y los latidos de mis manos.
Tus ojos tan preciosos no deliran
y sientes la caricia con mi abrazo,
la suave melodía de la urraca
y el río, en su caída, en el meandro.
Hoy escribo dos versos simplemente
y tus senos aceptan el regalo,
las letras escapadas de mis dedos,
con tinta inmaculada a tu costado.
Parece que las nubes oscurecen
la tierra singular con tanto encanto,
la misma que miraron nuestros ojos,
aquella que pisamos paso a paso.
Tus ojos me decían tantas cosas,
en medio del trajín, y de soslayo,
hablaban sin decir una palabra
dejando mil suspiros deseados.
Tenías esa gracia seductora
que hacía que quererte fuera en vano,
te amaba y te quería como eras
y estabas en mi boca y a mi lado.
"...Hoy escribo dos versos en tus senos
y desnudo mi alma al realizarlo,
te digo tantas cosas en sus letras
que espero la respuesta de tus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/15
te digo que te quiero y que te amo,
lo dicen estos dedos revoltosos
que luego se deslizan por tus labios.
Te miro con mis ojos infantiles,
te veo caminando por los campos,
persigues a la dicha y la fortuna
y luego te recuestas bajo un árbol.
Descansas en la tarde soleada
y sientes a tu pecho alborozado,
quizás por esos versos que allí llevan
la sangre y los latidos de mis manos.
Tus ojos tan preciosos no deliran
y sientes la caricia con mi abrazo,
la suave melodía de la urraca
y el río, en su caída, en el meandro.
Hoy escribo dos versos simplemente
y tus senos aceptan el regalo,
las letras escapadas de mis dedos,
con tinta inmaculada a tu costado.
Parece que las nubes oscurecen
la tierra singular con tanto encanto,
la misma que miraron nuestros ojos,
aquella que pisamos paso a paso.
Tus ojos me decían tantas cosas,
en medio del trajín, y de soslayo,
hablaban sin decir una palabra
dejando mil suspiros deseados.
Tenías esa gracia seductora
que hacía que quererte fuera en vano,
te amaba y te quería como eras
y estabas en mi boca y a mi lado.
"...Hoy escribo dos versos en tus senos
y desnudo mi alma al realizarlo,
te digo tantas cosas en sus letras
que espero la respuesta de tus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/15
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