BORDARÉ TUS PUPILAS...
Bordaré tus pupilas
con preciosas cenefas
para hacer que tus ojos
a los míos los vean.
Ataré con pañuelos
tus preciosas muñecas,
y tus dedos inquietos
sentirán a mi lengua.
Besaré tus ojitos
de ese azul que marea,
navegando en las aguas
que me acunan y anean.
Sentiré las resacas
y pasiones diversas
del volcán de tu pecho
y tu alma traviesa.
Llamaré, por tu nombre,
una a una a las puertas,
para ver si tus ojos
con el alba despiertan.
Buscaré la sonrisa
en tus labios de adelfa,
para así contagiarme
de ese amor que me dejas.
Saciaré tus suspiros
con la miel y con fresas,
de unos dedos temblando
recogiendo su néctar.
Libaré tus pezones
con mi lengua indiscreta,
para hacer que te eleves
al altar de la ofrenda.
...Y alcanzada la cima,
con las nieves eternas,
buscaré entre tu pelo
el aroma que llevas.
Ese dulce perfume
de tomillo y canela,
que se escancia y destila
y me embriaga y marea.
Y por fin, a tu cuerpo,
que nervioso me espera,
le daré, sin palabras,
una a una respuestas.
Le diré que eres mía
sin cordel ni cadenas,
y que un lazo invisible
nos ató a las estrellas.
"...Porque así, tus pupilas,
dormirán cenicienta,
y lo harán con mis labios
que te aman y besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
con preciosas cenefas
para hacer que tus ojos
a los míos los vean.
Ataré con pañuelos
tus preciosas muñecas,
y tus dedos inquietos
sentirán a mi lengua.
Besaré tus ojitos
de ese azul que marea,
navegando en las aguas
que me acunan y anean.
Sentiré las resacas
y pasiones diversas
del volcán de tu pecho
y tu alma traviesa.
Llamaré, por tu nombre,
una a una a las puertas,
para ver si tus ojos
con el alba despiertan.
Buscaré la sonrisa
en tus labios de adelfa,
para así contagiarme
de ese amor que me dejas.
Saciaré tus suspiros
con la miel y con fresas,
de unos dedos temblando
recogiendo su néctar.
Libaré tus pezones
con mi lengua indiscreta,
para hacer que te eleves
al altar de la ofrenda.
...Y alcanzada la cima,
con las nieves eternas,
buscaré entre tu pelo
el aroma que llevas.
Ese dulce perfume
de tomillo y canela,
que se escancia y destila
y me embriaga y marea.
Y por fin, a tu cuerpo,
que nervioso me espera,
le daré, sin palabras,
una a una respuestas.
Le diré que eres mía
sin cordel ni cadenas,
y que un lazo invisible
nos ató a las estrellas.
"...Porque así, tus pupilas,
dormirán cenicienta,
y lo harán con mis labios
que te aman y besan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/15
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