ENTIÉNDEME MUJER...
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa que el destino es algo incierto,
no somos compañeros de galeras
ni vamos al compás de nuestros remos.
Si acaso somos simples camaradas
y puede que hasta tal vez compañeros,
aquellos que soñaban por las noches
cambiar la sociedad de tantos pueblos.
Teníamos un mundo por delante,
la eterna juventud con tantos sueños,
que juntos compartimos la aventura
de hablar y estimular a los obreros.
Decíamos palabras tan bonitas
que incluso las creíamos con ellos,
los hombres sindicados del trabajo,
creyentes y paganos tras un premio.
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en la locura de los cuerdos,
aquellos que ofrecían paraísos
y un mundo de ilusión con tanto nuevo.
Luchamos a destajo en las trincheras
hablando y explicando mil proyectos,
pedimos la igualdad de los humildes
en lonjas y asambleas de los puertos.
Más nadie contestó a nuestra llamada
y vimos la respuesta en el silencio,
aplausos y sonrisas en presente
y luego ingratitud y hasta desprecio.
Por eso la batalla está perdida
y digo con tristeza lo que pienso,
el hombre está vencido por el hombre
y el hambre y la miseria son un hecho.
"...Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en las palabras y consejos,
aquellos que dejamos para tantos
quizás, hasta olvidar, que eran los nuestros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
y piensa que el destino es algo incierto,
no somos compañeros de galeras
ni vamos al compás de nuestros remos.
Si acaso somos simples camaradas
y puede que hasta tal vez compañeros,
aquellos que soñaban por las noches
cambiar la sociedad de tantos pueblos.
Teníamos un mundo por delante,
la eterna juventud con tantos sueños,
que juntos compartimos la aventura
de hablar y estimular a los obreros.
Decíamos palabras tan bonitas
que incluso las creíamos con ellos,
los hombres sindicados del trabajo,
creyentes y paganos tras un premio.
Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en la locura de los cuerdos,
aquellos que ofrecían paraísos
y un mundo de ilusión con tanto nuevo.
Luchamos a destajo en las trincheras
hablando y explicando mil proyectos,
pedimos la igualdad de los humildes
en lonjas y asambleas de los puertos.
Más nadie contestó a nuestra llamada
y vimos la respuesta en el silencio,
aplausos y sonrisas en presente
y luego ingratitud y hasta desprecio.
Por eso la batalla está perdida
y digo con tristeza lo que pienso,
el hombre está vencido por el hombre
y el hambre y la miseria son un hecho.
"...Entiéndeme mujer, en tu batalla,
y piensa en las palabras y consejos,
aquellos que dejamos para tantos
quizás, hasta olvidar, que eran los nuestros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/15
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