EN TIEMPOS DE MISERIA Y DE DERROTAS...
En tiempos de miseria y de derrotas
es fácil confundir la fantasía,
mezclarla con los sueños e ilusiones
que marcan el compás de nuestras vidas.
Queremos escapar de las palabras
que ofrecen solución al día a día,
y ansiamos simplemente, a nuestro lado,
la paz en los hogares y familias.
Queremos que los niños sean libres,
que busquen por el parque las ardillas,
que suban a las ramas de los robles
y enlacen sus cometas con la tiza.
Queremos que nos hablen las pizarras,
que vuelvan tantas hadas ya marchitas,
que suenen las campanas de la iglesia
y dicten con su son el mediodía.
En medio de miserias y derrotas
es fácil confundirse con la brisa,
mezclarse con los vientos del nordeste
ansiando mariposas coloridas.
Queremos que se llenen nuestros ojos,
que broten las promesas imprecisas,
que cesen los dolores y los llantos
y vuelvan a surgir las margaritas.
Queremos y creemos a los hombres
que anuncias mil mañanas muy distintas,
aquellas en que el néctar nos embriaga
y aleja el vendaval de las pupilas.
Queremos otro mundo más perfecto,
quizás por tantas voces que suspiran,
las unas que se olvidan de la historia
y en otras por pasiones reprimidas.
"...En medio de miserias y derrotas
es fácil olvidar la poesía,
mezclar la libertad con el suicidio
y hacer de la conciencia una mentira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/15
es fácil confundir la fantasía,
mezclarla con los sueños e ilusiones
que marcan el compás de nuestras vidas.
Queremos escapar de las palabras
que ofrecen solución al día a día,
y ansiamos simplemente, a nuestro lado,
la paz en los hogares y familias.
Queremos que los niños sean libres,
que busquen por el parque las ardillas,
que suban a las ramas de los robles
y enlacen sus cometas con la tiza.
Queremos que nos hablen las pizarras,
que vuelvan tantas hadas ya marchitas,
que suenen las campanas de la iglesia
y dicten con su son el mediodía.
En medio de miserias y derrotas
es fácil confundirse con la brisa,
mezclarse con los vientos del nordeste
ansiando mariposas coloridas.
Queremos que se llenen nuestros ojos,
que broten las promesas imprecisas,
que cesen los dolores y los llantos
y vuelvan a surgir las margaritas.
Queremos y creemos a los hombres
que anuncias mil mañanas muy distintas,
aquellas en que el néctar nos embriaga
y aleja el vendaval de las pupilas.
Queremos otro mundo más perfecto,
quizás por tantas voces que suspiran,
las unas que se olvidan de la historia
y en otras por pasiones reprimidas.
"...En medio de miserias y derrotas
es fácil olvidar la poesía,
mezclar la libertad con el suicidio
y hacer de la conciencia una mentira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/15
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