PASA EL TIEMPO...
Pasa el tiempo, despacio, no lo niego
y ya quiero tenerte entre mis brazos,
rodear tus caderas dulcemente
y sentir la caricia de tus labios.
Porque soy un amante compulsivo
y mi pecho anda loco, acelerado,
y te llama y te grita a todas horas
como rezo sublime de un rosario.
No sé bien describir estos momentos
ni tampoco contar sobre este caso,
pero soy un juguete del destino
que va loco y a lomos de un caballo.
Es así como surgen los poemas
con sus versos unidos y estirados,
donde fluyen deseos inconfesos
y también sentimientos todo el año.
Pasa el tiempo, lo sé, y no me conformo,
porque quiero llevarte de la mano,
a ese dulce paseo de la tarde
y la noche que llega con su manto.
Miraremos, sin duda, a las estrellas,
y también a la luna que, en lo alto,
no saluda y nos dice que adelante,
que avancemos, amándonos, despacio.
Y eso haremos, Amor, te lo prometo,
y seremos felices, mientras tanto,
contemplando a la luna y las estrellas
bajo un cielo de brumas plateado.
Cubriremos de besos nuestros cuerpos
y serán precursores de este acto,
donde puedan fundirse las dos almas
y seguir su camino suspirando.
"...Pasa el tiempo, despacio y, más bien lento
y te espero, mi Amor, en este claro,
donde solo la luna nos contempla
para así, retenerte, en un abrazo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/15
y ya quiero tenerte entre mis brazos,
rodear tus caderas dulcemente
y sentir la caricia de tus labios.
Porque soy un amante compulsivo
y mi pecho anda loco, acelerado,
y te llama y te grita a todas horas
como rezo sublime de un rosario.
No sé bien describir estos momentos
ni tampoco contar sobre este caso,
pero soy un juguete del destino
que va loco y a lomos de un caballo.
Es así como surgen los poemas
con sus versos unidos y estirados,
donde fluyen deseos inconfesos
y también sentimientos todo el año.
Pasa el tiempo, lo sé, y no me conformo,
porque quiero llevarte de la mano,
a ese dulce paseo de la tarde
y la noche que llega con su manto.
Miraremos, sin duda, a las estrellas,
y también a la luna que, en lo alto,
no saluda y nos dice que adelante,
que avancemos, amándonos, despacio.
Y eso haremos, Amor, te lo prometo,
y seremos felices, mientras tanto,
contemplando a la luna y las estrellas
bajo un cielo de brumas plateado.
Cubriremos de besos nuestros cuerpos
y serán precursores de este acto,
donde puedan fundirse las dos almas
y seguir su camino suspirando.
"...Pasa el tiempo, despacio y, más bien lento
y te espero, mi Amor, en este claro,
donde solo la luna nos contempla
para así, retenerte, en un abrazo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/15
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