VENGO A BUSCAR...
Vengo a buscar, en tus brazos,
esa paz y esa alegría,
la que me ofrecen tus ojos
y tu mirada de niña.
Porque sé que tú la tienes
encerrada y escondida,
en el pecho y en el alma
y también en tus pupilas.
Son tus labios dos guirnaldas,
como fresas ofrecidas,
y tu lengua es una fuente
refrescante, en la sequía.
Hoy mis labios están secos
y sin duda te precisan,
y requieren esos besos
y también de tus caricias.
A la vez, me comprometo,
a llevarte por la orilla,
navegando en la trainera,
singular, de mi bahía.
Hay más barcas que pasean
y que avanzan, con sus quillas,
por las olas perezosas
de una cala muy tranquila.
Un suspiro cae del cielo,
como lágrima furtiva,
es la estela de un cometa
con su raya blanquecina.
Tú me miras y te miro,
mientras ves la poesía,
la que escriben ya mis ojos
y recibes con la brisa.
"...Vengo a buscar, a tus brazos,
un helado de vainilla,
un latido de tu pecho
y el amor que me ofrecías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/15
esa paz y esa alegría,
la que me ofrecen tus ojos
y tu mirada de niña.
Porque sé que tú la tienes
encerrada y escondida,
en el pecho y en el alma
y también en tus pupilas.
Son tus labios dos guirnaldas,
como fresas ofrecidas,
y tu lengua es una fuente
refrescante, en la sequía.
Hoy mis labios están secos
y sin duda te precisan,
y requieren esos besos
y también de tus caricias.
A la vez, me comprometo,
a llevarte por la orilla,
navegando en la trainera,
singular, de mi bahía.
Hay más barcas que pasean
y que avanzan, con sus quillas,
por las olas perezosas
de una cala muy tranquila.
Un suspiro cae del cielo,
como lágrima furtiva,
es la estela de un cometa
con su raya blanquecina.
Tú me miras y te miro,
mientras ves la poesía,
la que escriben ya mis ojos
y recibes con la brisa.
"...Vengo a buscar, a tus brazos,
un helado de vainilla,
un latido de tu pecho
y el amor que me ofrecías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/15
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