PERDÓNAME SEÑOR...
Perdóname Señor que, en mi ignorancia,
no entienda los dictados de la vida,
y sienta que hasta el alma se deshace
por culpa del dolor y de la ira.
Entiendo que hay misterios insondables
que abarcan una extensa geografía,
y puede que mi mente, tan pequeña,
ignore los senderos de la misma.
Por eso yo te pido que me ayudes,
que alientes a mis ojos con la brisa,
que vibre el corazón con la esperanza
de ver y comprender lo que tu dictas.
La vida es un conjunto de misterios
y Tú nos los ofreces día a día,
nos pones estas pruebas tan constantes
que sangra el corazón, con tanta herida.
Y Tú, que eres Amor, y estás al tanto,
seguro que comprendes mi agonía,
el cáliz tan amargo que me ofreces
con tanta incomprensión en la partida.
Arrancas amistades y cariños
dejando corazones sin derivas,
te llevas a los buenos y mejores
y siguen las cloacas con semillas.
Por eso, en este instante, no te entiendo,
ni sé por qué la muerte es lo que prima,
dejando corazones tan helados
así, como en suspenso, las sonrisas.
Ya sé que mis palabras son palabras,
producto irreflexivo, en la neblina,
con algo que Tú sabes y conoces
y está con mi conciencia en rebeldía
"...Perdóname Señor, lo reconozco,
no sé de tus designios y cuartillas,
ni sé como Tú escribes el poema
del hombre que hacia Ti, marcha y camina...·
Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/15
no entienda los dictados de la vida,
y sienta que hasta el alma se deshace
por culpa del dolor y de la ira.
Entiendo que hay misterios insondables
que abarcan una extensa geografía,
y puede que mi mente, tan pequeña,
ignore los senderos de la misma.
Por eso yo te pido que me ayudes,
que alientes a mis ojos con la brisa,
que vibre el corazón con la esperanza
de ver y comprender lo que tu dictas.
La vida es un conjunto de misterios
y Tú nos los ofreces día a día,
nos pones estas pruebas tan constantes
que sangra el corazón, con tanta herida.
Y Tú, que eres Amor, y estás al tanto,
seguro que comprendes mi agonía,
el cáliz tan amargo que me ofreces
con tanta incomprensión en la partida.
Arrancas amistades y cariños
dejando corazones sin derivas,
te llevas a los buenos y mejores
y siguen las cloacas con semillas.
Por eso, en este instante, no te entiendo,
ni sé por qué la muerte es lo que prima,
dejando corazones tan helados
así, como en suspenso, las sonrisas.
Ya sé que mis palabras son palabras,
producto irreflexivo, en la neblina,
con algo que Tú sabes y conoces
y está con mi conciencia en rebeldía
"...Perdóname Señor, lo reconozco,
no sé de tus designios y cuartillas,
ni sé como Tú escribes el poema
del hombre que hacia Ti, marcha y camina...·
Rafael Sánchez Ortega ©
17/07/15
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