ME GUSTA MIRAR LAS OLAS...
Me gusta mirar las olas
y contemplar como bailan,
luego se estiran con garbo
por las arenas doradas.
Es un ritual envolvente
lleno de sal y de gracia,
el de las olas danzando
y doblegando resacas.
Hay una música sorda,
como profana y muy sacra,
el de las olas rumiando
y acariciando la playa.
Porque es así como llegan,
bellas, altivas y blancas,
con los crespones saltando
en sus gotitas de agua.
Si eres poeta suspira,
busca a la musa en la barca;
si no está allí, en las olas
sube a tu luna de plata.
Pero si evitas la pluma
y el escribir no te cuadra,
vete a mirar a las olas
junto al castillo, en la barra.
Porque verás como llegan,
como salpican y saltan,
como recorren el muro
y sin querer te amenazan.
Es un compendio de historia
la tan sutil filigrana,
de nuestras olas coquetas
que han conquistado las almas.
"...Me gusta mirar las olas
y hasta soñar que me alcanzan,
para dormir dulcemente
mientras me cantan su nana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/16
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