TE FUISTE...
Te fuiste con los rayos del verano
dejando en mi recuerdo mariposas,
había tantos besos y sonrisas
que un ave proseguía tu derrota.
Volabas por los campos y sembrados,
con alas y con pétalos de rosas,
llevabas en tu vuelo tantos versos
formados por suspiros de amapolas.
En ellos se mezclaban esperanzas,
sonrisas y promesas de palomas,
susurros de los vientos del nordeste
y el dulce atardecer junto a las olas.
Había un mundo fiel que se marchaba,
incluso, si me apuras, con sus notas,
adagios y crescendos singulares
salidos de tus labios y tu boca.
Marchaban a otros sitios diferentes
llevados por tus alas tan hermosas,
seguros de encontrar tiernos oídos
que fueran receptores de tu viola.
La orquesta de tu alma te llevabas,
la misma que dejabas gota a gota,
prendida del rocío y de la luna
tratando de ofrecernos una copa.
La copa del amor y de las hadas,
los cuentos de los bosques y las hojas,
el néctar de los gnomos y los elfos
y el bello despertar junto a la aurora...
No sé si he sido cruel con tu partida,
quedé como la noche con las sombras,
cubierto de cipreses y laureles
y ansiando tu venida en otras horas.
"...Te fuiste con los rayos del verano
dejando tu silueta tan preciosa,
llevabas en los labios unos besos
de un labio tembloroso que te llora..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/16
dejando en mi recuerdo mariposas,
había tantos besos y sonrisas
que un ave proseguía tu derrota.
Volabas por los campos y sembrados,
con alas y con pétalos de rosas,
llevabas en tu vuelo tantos versos
formados por suspiros de amapolas.
En ellos se mezclaban esperanzas,
sonrisas y promesas de palomas,
susurros de los vientos del nordeste
y el dulce atardecer junto a las olas.
Había un mundo fiel que se marchaba,
incluso, si me apuras, con sus notas,
adagios y crescendos singulares
salidos de tus labios y tu boca.
Marchaban a otros sitios diferentes
llevados por tus alas tan hermosas,
seguros de encontrar tiernos oídos
que fueran receptores de tu viola.
La orquesta de tu alma te llevabas,
la misma que dejabas gota a gota,
prendida del rocío y de la luna
tratando de ofrecernos una copa.
La copa del amor y de las hadas,
los cuentos de los bosques y las hojas,
el néctar de los gnomos y los elfos
y el bello despertar junto a la aurora...
No sé si he sido cruel con tu partida,
quedé como la noche con las sombras,
cubierto de cipreses y laureles
y ansiando tu venida en otras horas.
"...Te fuiste con los rayos del verano
dejando tu silueta tan preciosa,
llevabas en los labios unos besos
de un labio tembloroso que te llora..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/16
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