LA MUJER...
Era un mundo plagado de misterios,
un edén, mal llamado, paraíso,
donde un hombre, dispuso la escritura,
pasa a ser de esa tierra su testigo.
Pero el hombre feliz y solitario
no sabía cual era su destino,
y los ojos cerraba con nostalgia
y tenía su pecho entristecido.
Es entonces, que dice la escritura,
que pensó el creador en darle asilo,
y tomando del hombre una costilla
"la mujer" le entregó sin más aviso.
Y así nace, de pronto una leyenda,
y quizás una herencia con castigo,
ya que surge furiosa la avaricia
y el deseo de ser como el Altísimo.
Ahora toma del árbol la manzana,
la mujer con astucia y con sigilo,
para dar a probar al compañero
ese premio con visos de prohibido.
Y se juntan manzana con serpiente,
la mujer se da cuenta en su tobillo,
comprendiendo ese precio que ha pagado
y el pecado surgido por el mismo.
La mujer que vivía con el hombre
y mostraba su cuerpo tan sencillo,
ha vibrado al mostrarle sus pupilas,
con pasión de su entorno femenino.
Desnudada, en su alma, frente al mundo,
como el hombre cubierto por los lirios,
es consciente del daño ocasionado
y que debe algún día redimirlo.
"...Hoy por eso resurge la esperanza,
la ilusión no carente de suspiros,
la mujer se ha volcado hacia los hombres
que serán, de su encargo, desde niños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/16
un edén, mal llamado, paraíso,
donde un hombre, dispuso la escritura,
pasa a ser de esa tierra su testigo.
Pero el hombre feliz y solitario
no sabía cual era su destino,
y los ojos cerraba con nostalgia
y tenía su pecho entristecido.
Es entonces, que dice la escritura,
que pensó el creador en darle asilo,
y tomando del hombre una costilla
"la mujer" le entregó sin más aviso.
Y así nace, de pronto una leyenda,
y quizás una herencia con castigo,
ya que surge furiosa la avaricia
y el deseo de ser como el Altísimo.
Ahora toma del árbol la manzana,
la mujer con astucia y con sigilo,
para dar a probar al compañero
ese premio con visos de prohibido.
Y se juntan manzana con serpiente,
la mujer se da cuenta en su tobillo,
comprendiendo ese precio que ha pagado
y el pecado surgido por el mismo.
La mujer que vivía con el hombre
y mostraba su cuerpo tan sencillo,
ha vibrado al mostrarle sus pupilas,
con pasión de su entorno femenino.
Desnudada, en su alma, frente al mundo,
como el hombre cubierto por los lirios,
es consciente del daño ocasionado
y que debe algún día redimirlo.
"...Hoy por eso resurge la esperanza,
la ilusión no carente de suspiros,
la mujer se ha volcado hacia los hombres
que serán, de su encargo, desde niños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/11/16
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