UN DÍA DE NOVIEMBRE...
Un día de noviembre,
aún en pleno otoño,
temblaban las palomas
y no por los palomos.
Llovía dulcemente
mojándonos los hombros,
y el cielo gris dejaba
noticias en los ojos.
La nieve estaba cerca,
quizás en los madroños,
puede que en las montañas
la vieran ya los potros.
Aviso del invierno
llegando presuroso,
sin nadie que le llame
ni quiera en su recodo.
Un día de noviembre,
quizás igual que otros,
buscaba tu pupila
y el labio en que me asomo.
El labio en el que beso
un ósculo de loto,
cargado de ternura
y néctar delicioso.
La lluvia, en los cristales,
venía por nosotros,
con ganas de mojarnos
haciéndonos más locos.
Afuera, en la campiña,
las aves, que yo adoro,
jugaban en los charcos
volando poco a poco.
"...Un día de noviembre
te vi con gran asombro,
dijiste que me amabas
y a mí me dio el siroco..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/16
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