TE IMAGINO...
Te imagino vagando por el muelle
con tu altiva cabeza vigilante;
eres tierna y voluble con las olas
y en el puerto orgullosa hasta el detalle.
Pero eres, de siempre, mi gaviota,
capitana y proel de tanta nave,
que ya sueñan contigo los marinos
cuando salen al mar, de cabotaje.
Es igual que el nordeste se despierte
y que soplen galernas y huracanes;
que su brisa y tu risa se contagian
y no alteran, en nada, tu plumaje.
Porque tienes relatos y leyendas
de los dedos de heraldos imborrables
y también las perfectas poesías
que adornaron las almas de los pajes.
Es por eso que sigues descorriendo,
con tus alas, las olas y el velamen,
de ese cuadro del mar y las traineras
como danza infantil de cierto baile.
Y tú vuelas, sin rumbo, por las olas,
por el mar, por el cielo y arenales,
y reposas muy quieta, por la playa
en la pose de diva muy galante.
Hay en ti una esencia que supura
y que llega al poeta, que en su hambre,
te compara a la musa de sus sueños
y te hace princesa de la tarde.
Yo no sé, mi gaviota, si mereces
adjetivos y nombres para darte,
ya que muchos seguimos a tu vuelo
y crecimos, contigo, por las calles.
". Te imagino vagando por el muelle
y, a mi vez, esperar para mirarte,
para ver ese pico y tus pupilas,
y en tus alas dormir y enamorarme..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/16/16
con tu altiva cabeza vigilante;
eres tierna y voluble con las olas
y en el puerto orgullosa hasta el detalle.
Pero eres, de siempre, mi gaviota,
capitana y proel de tanta nave,
que ya sueñan contigo los marinos
cuando salen al mar, de cabotaje.
Es igual que el nordeste se despierte
y que soplen galernas y huracanes;
que su brisa y tu risa se contagian
y no alteran, en nada, tu plumaje.
Porque tienes relatos y leyendas
de los dedos de heraldos imborrables
y también las perfectas poesías
que adornaron las almas de los pajes.
Es por eso que sigues descorriendo,
con tus alas, las olas y el velamen,
de ese cuadro del mar y las traineras
como danza infantil de cierto baile.
Y tú vuelas, sin rumbo, por las olas,
por el mar, por el cielo y arenales,
y reposas muy quieta, por la playa
en la pose de diva muy galante.
Hay en ti una esencia que supura
y que llega al poeta, que en su hambre,
te compara a la musa de sus sueños
y te hace princesa de la tarde.
Yo no sé, mi gaviota, si mereces
adjetivos y nombres para darte,
ya que muchos seguimos a tu vuelo
y crecimos, contigo, por las calles.
". Te imagino vagando por el muelle
y, a mi vez, esperar para mirarte,
para ver ese pico y tus pupilas,
y en tus alas dormir y enamorarme..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/16/16
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