Me gusta cuando lloran
las nubes de los cielos,
son gotas saludables
que mojan el cabello.
Pequeñas filigranas
nos dejan en sus besos,
que miman y acarician
temblando nuestros cuerpos.
La magia nos alcanza
y lleva a nuevo vuelo,
por eso en tantos labios
afloran los deseos.
Pasiones que despiertan
galernas en los dedos,
y cientos de caricias
se ofrecen de trofeo.
Me gusta cuando sale
la flor en los almendros,
sembrando de emociones
los campos y senderos.
Son gotas de la lluvia
posadas como un velo,
en ramas primorosas
de frutos y de huertos.
Pequeñas lagrimillas
que vienen a los versos,
cuajadas de suspiros
y ansiosas de los sueños.
Es agua, simplemente,
rocío con el hielo,
cellisca en el otoño
y nieve en el invierno.
"...Me gusta ver la lluvia,
sentir su roce tierno,
y luego desnudarme
y darme un beso eterno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/17
las nubes de los cielos,
son gotas saludables
que mojan el cabello.
Pequeñas filigranas
nos dejan en sus besos,
que miman y acarician
temblando nuestros cuerpos.
La magia nos alcanza
y lleva a nuevo vuelo,
por eso en tantos labios
afloran los deseos.
Pasiones que despiertan
galernas en los dedos,
y cientos de caricias
se ofrecen de trofeo.
Me gusta cuando sale
la flor en los almendros,
sembrando de emociones
los campos y senderos.
Son gotas de la lluvia
posadas como un velo,
en ramas primorosas
de frutos y de huertos.
Pequeñas lagrimillas
que vienen a los versos,
cuajadas de suspiros
y ansiosas de los sueños.
Es agua, simplemente,
rocío con el hielo,
cellisca en el otoño
y nieve en el invierno.
"...Me gusta ver la lluvia,
sentir su roce tierno,
y luego desnudarme
y darme un beso eterno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/17
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