YA PUEDE OSCURECERSE EL UNIVERSO...
Ya puede oscurecerse el firmamento
durmiendo en su burbuja de cristal,
y pueden las estrellas y la luna
salir de su escondite a pasear.
Es fácil que me duerma yo, de paso,
si bebo las delicias del champán,
pero es la condición de los poetas:
"soñar para encontrar su realidad".
Si un día las cigarras silenciaran
el canto que nos brindan con su paz,
entonces las sirenas llorarían
mil gotas de sus ojos con la sal.
¡Bendita Cenicienta, la del cuento,
que pierde su zapato y nada más,
por culpa de las doce de la noche
y un baile interrumpido a su pesar!
Espero que repiquen las campanas
y baje la escalera el sacristán,
que vuelen las gaviotas por el puerto
y remen los marinos por el mar.
En esta encrucijada de la vida
el junco ya se dobla al vendabal,
los pinos, centenarios, de la costa
doblegan, su melena, al huracán.
No busques compasión en el cuaderno,
si acaso la armadura contra el mal,
los versos van saliendo letra a letra
y escriben sus poemas al azar.
Por eso vuelve pronto para casa,
separa la invención de lo real,
comprende que la vida es importante
y entrégate, por siempre, y de verdad.
"...Ya puede oscurecerse el firmamento
robándome la luz de este fanal,
me queda un corazón enamorado
que ansía tus latidos secundar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/17
durmiendo en su burbuja de cristal,
y pueden las estrellas y la luna
salir de su escondite a pasear.
Es fácil que me duerma yo, de paso,
si bebo las delicias del champán,
pero es la condición de los poetas:
"soñar para encontrar su realidad".
Si un día las cigarras silenciaran
el canto que nos brindan con su paz,
entonces las sirenas llorarían
mil gotas de sus ojos con la sal.
¡Bendita Cenicienta, la del cuento,
que pierde su zapato y nada más,
por culpa de las doce de la noche
y un baile interrumpido a su pesar!
Espero que repiquen las campanas
y baje la escalera el sacristán,
que vuelen las gaviotas por el puerto
y remen los marinos por el mar.
En esta encrucijada de la vida
el junco ya se dobla al vendabal,
los pinos, centenarios, de la costa
doblegan, su melena, al huracán.
No busques compasión en el cuaderno,
si acaso la armadura contra el mal,
los versos van saliendo letra a letra
y escriben sus poemas al azar.
Por eso vuelve pronto para casa,
separa la invención de lo real,
comprende que la vida es importante
y entrégate, por siempre, y de verdad.
"...Ya puede oscurecerse el firmamento
robándome la luz de este fanal,
me queda un corazón enamorado
que ansía tus latidos secundar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/17
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