EMPECÉ A ESCRIBIR Y ME DETUVE...


Empecé a escribir y me detuve,
no había inspiración entre mis dedos,
tampoco mi cabeza andaba fina,
así que me quedé con mi silencio.

"Soñar es gratis y no cuesta nada",
me dijo mi cerebro soñoliento,
"sólo cerrar los ojos un instante
y volar, ¡volar muy alto por el cielo!"

Así me acercaría a las estrellas,
cual ave peregrina y sin aliento
volando sin descanso por la noche
para evitar al sol que está durmiendo.

Me pesa la cabeza y tengo frío,
intento de aclararme con mis versos,
tratando de elevar a lo más alto
la letra y el susurro de mi pecho.

No tengo inspiración, en esta noche,
me digo y me repito como un eco,
me falta la ilusión de los amantes,
que claman y suspiran por un beso.

Me falta claridad en las ideas
que danzan como grillos en un cesto,
sin orden ni concierto todavía
sumidas entre dudas y recuerdos.

Y sueño con un manto de juguetes,
con lindas mariposas por el huerto,
con  colas de cometas hacia el alto
y versos rematados por el tiempo.

Con barcas de marinos silenciosas
que vuelven de regreso para el puerto,
con luces caprichosas que se  animan
también, con los rumores y los rezos.

...Más falta consistencia en el poema,
no tiene claridad en lo concreto,
le falta la alegría de otros días,
la chispa y la pasión con el deseo.

Le falta esa caricia de tus ojos,
la brisa y el aroma de tu pelo,
la gracia tan sutil de tu sonrisa
y el labio singular por el que muero.

Perdóname, te pido en esta noche,
la falta de finura de mis dedos,
no tengo explicación, no sé que pasa,
si acaso que no hay musa ni cuaderno.

Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/12

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