MIRO LA MESA REPLETA DE OBJETOS...
Miro la mesa repleta de objetos
intentando encontrarte allí,
entre los papeles escritos,
entre los libros comenzados y amontonados
en desorden.
Tomo los lápices y bolígrafos
que tantas veces desgranaron tu nombre en el cuaderno
y les pido una respuesta por tu ausencia.
Porque lo que busco es a ti, a tu presencia
y no a tu recuerdo.
Busco a tu voz tan delicada,
la que hacía que mis sentidos afloraran
en nuevo amanecer sin fronteras,
busco tu mirada y ese libro
donde tenían respuestas las preguntas de mi alma,
busco tu figura alegre y juvenil
que tanto me decía al acercarse,
busco tus labios temblorosos
y el beso de ellos recibido,
busco tu mano con el calor que en la mía
dejaste en una tarde,
busco tus palabras en medio
del desorden que me cerca
y el otoño me devuelve tu recuerdo.
Pero te quiero a ti, no a tu recuerdo.
Y quiero tu pasión y tu cariño
para juntarlo con mis versos,
para sentirlo en la cintura en un profundo escalofrío,
para escuchar que la campana del otoño sigue viva
en esa feria de sonidos y lamentos,
mientras las hojas de la vida se desgranan
y se marchan a los suelos
y se pierden con los sueños de los niños.
Pero te quiero a ti y a tu presencia embriagadora,
con los dedos recorriendo por mi cuerpo,
arañándome la espalda,
haciéndome soltar el último suspiro de mi pecho,
mientras yo te abrazo y te deseo
y voy bajando lentamente la cremallera de tu vestido,
en esa comunión de nuestras almas
y en esa sensación insuperable de gemidos
sofocados por los besos.
...Miro la mesa repleta de objetos,
intentando encontrarte allí
y sólo veo tus recuerdos y mis sueños...
Rafael Sánchez Ortega ©
10/06/12
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