HAY UN QUEJIDO EN EL ALMA...
Hay un quejido en el alma que brota y se apaga,
una luz parpadeante que llama y devora,
un sonido increscendo que lleva al silencio,
es un mar de nostalgias que surge y que envuelve
sin más a los cuerpoS.
Pero el hombre resiste y aguanta
a pesar del dolor y la sangre.
Porque siente el dolor en su pecho
que casi lo ahoga tras duros combates
y sus venas soportan la sangre caliente
que marcha al galope sin brida y sin freno
buscando ese soplo de viento,
ese aire que llegue y refresque,
esa mano de nieve que roce la frente,
ese dulce suspiro del cielo que mande
los besos de lluvia que curen su alma.
Yo no sé el final de esta historia
y tampoco yo creo que nadie lo sepa.
Es la historia del hombre y su vida,
es la lucha cruel en el tiempo del hombre y su alma,
es la eterna pelea sin campo y batalla,
sin armas ni duelos,
sin voces ni riñas buscando la nada.
Es la vida que grita y reclama en el día y la noche,
esa eterna pregunta que nadie contesta,
que todos ocultan,
ese enorme vacío que todos sabemos que existe,
esa gran soledad en que quedan los muertos
y ese enorme silencio donde siguen los vivos.
Porque el hombre que sufre y que lucha,
el que busca la huella en la playa,
el que va caminando tras ella
con sólo su antorcha en mitad de la noche...
Ese hombre eres tú, buen amigo.
¡Ese hombre soy yo, sin palabras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/12
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