PENSABA EN TI...
Pensaba en ti, como hago a cada rato,
recordando tu sonrisa tan preciosa,
el cigarro entre tus dedos
y esa voz entrecortada que encandila y embelesa.
Y lo hacía mientras miraba en la ventana
cómo vuela una gaviota,
cómo lucha con el viento,
cómo sube y se desliza por el aire
cual si fuera una caricia que resbala de los cielos.
Aún recuerdo la sonrisa de tus labios tan graciosa,
esa luz que desprendía tu mirada,
ese brillo inmaculado de tus ojos,
ese pelo tan bonito que bajaba por tu espalda,
ese seno, que incipiente, se mostraba
tan sensual y tan hermoso.
Y te recuerdo en tu partida y en mis lágrimas,
el sabor tan agridulce de aquel beso que nos dimos,
el abrazo compartido e interminable
de una tarde que no olvido,
el suspiro que desjaste entre mis labios
y el susurro de los míos con un grito y con tu nombre.
...Y así pensaba en ti, ahora, como siempre,
como ayer y seguro que mañana,
porque vives en mi alma y en mi sangre,
porque trato de domar el deseo y el dolor que llevo dentro
y no quiero que lo sepas,
ya que te amo y te amaré como nunca había amado,
aunque sigas ignorante de mis pasos,
aunque marches a regiones muy remotas,
aunque vivas y aunque ames a otras gentes y personas.
Pensaba en ti, lo reconozco,
y al recordarte nuevamente mis ojos se nublaron
y no pude reprimir este suspiro.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/06/12
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