ES FÁCIL QUE TUS PASOS...
Es fácil que tus pasos
ya lleguen muy cansados,
y vengan doloridos
después de un duro trato.
Tras días de impaciencia
y noches sin descanso,
por calles y caminos,
cruzando los barrancos.
Es fácil que comprendas
ahora de que hablo,
pues son muchas razones
y el peso de los años.
Un día, siendo niño,
brindaste con un trago,
robando a las estrellas
el agua de su llanto.
Es fácil que no pienses
y sigas meditando,
sintiendo en tu silencio
al viento en tu regazo.
La lágrima sincera,
el paso del rosario,
el tenue miserere
pidiendo a Dios un trato.
Es fácil que supliques
un puesto de trabajo,
un plato de comida
y un lecho con un cuarto.
También una banqueta,
un porche en el verano,
un trago de buen vino
y un beso y un abrazo.
Es fácil que tus sueños
oculten los pecados,
los ratos y pasiones
vividos en los campos.
El beso en los trigales
del labio dulce y sano,
la mano entre tus senos
queriendo rescatarlos.
Es fácil que suspiren
y llamen a arrebato,
tu pecho y sus latidos
sin fuerzas de lograrlo.
Estás casi vencido,
cansado y derrotado,
más buscas unos ojos
sinceros y castaños.
Es fácil que no encuentres
aquello que has soñado,
o puede que ya sea
recuerdos de un pasado.
Recuerdos que no han muerto
y quieres rescatarlos,
fragmentos de una vida
con notas del piano.
"...Es fácil que descansen
y duerman agotados,
tus sueños y mis sueños
unidos con un lazo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/06/12
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